"No va a haber paz si no se resuelve el problema de los refugiados palestinos"
Foto: Lucio Llamas
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Fran Domínguez
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Palestina o Eretz Israel, nombres distintos de mismo lugar, patria de unos y de otros, y al fin y al cabo de todos. Medio siglo ha sido testigo impertérrito de cómo un conflicto teñido de sangre e impregnado de dolor perdura en una región a la que suelen llamar Tierra Santa. Una confrontación de futuro incierto sobre la que se han escrito océanos de tinta. De las múltiples caras del conflicto árabe-israelí, el problema de los refugiados es uno de los más sangrantes. En la actualidad, más de siete millones de palestinos permanecen desplazados, en su mayoría repartidos por países limítrofes como Líbano, Siria y Jordania. Una de las persona más autorizadas para hablar de esta cuestión es Salah Mohammad Salah (Tiberias, 1936), fundador del Frente Popular para la Liberación de Palestina y miembro del Comité Permanente sobre Refugiados del Parlamento palestino. Su decidida adhesión a esta causa -su propia causa- le ha valido cinco atentados y múltiples encarcelamientos a lo largo de su vida. DIARIO DE AVISOS tuvo la oportunidad de entrevistar a Salah M. Salah, quien días atrás visitó Canarias con motivo de la concesión del sexto premio ’Juan María Bandrés’ a la Defensa del Derecho de Asilo y la Solidaridad con los Refugiados, que concede la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
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Con su bagaje vital, su compromiso con los derechos de su pueblo y, en concreto, con los de los refugiados, y su experiencia... ¿Piensa que queda todavía algún atisbo de optimismo para que el conflicto palestino-israelí llegue a una solución definitiva?
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"A través de este proceso de paz no creo que haya una solución. Para alcanzarla, Israel debería parar la construcción del muro; la construcción de asentamientos; retirarse a las fronteras de antes del año 1967; y estar de acuerdo en la creación de un estado palestino con capital en Jerusalén. A la vez deberían de estar de acuerdo con que los refugiados regresaran a su tierra, pero Israel rechaza todos estos asuntos. ¿Cómo va a haber paz así?".
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Los territorios palestinos están viviendo una auténtica guerra civil entre dos facciones y fuerzas políticas antagónicas, Hamás y Al Fatah. ¿Cuál es su punto de vista sobre esta situación que recrudece aún más si cabe este conflicto?
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"Es un problema, pero, ¿quién creó este problema?, ¿quién usa este problema? En un conflicto de estas características es algo normal. Siempre va a haber problemas entre las diferentes facciones políticas, aunque nunca se había llegado a este nivel. ¿Por qué? ¿Por qué los israelíes y los norteamericanos le dicen al presidente palestino que si te relacionas con Hamás no te vamos a considerar un aliado y vamos a parar las conversaciones contigo? ¿Por qué luego mandan a personas a abrir conversaciones secretas con Hamás? Siempre se le pidió a la Autoridad Palestina que lidiara de manera democrática con sus relaciones internas a través de elecciones. Estados Unidos estaba presionando para que hubiera elecciones, e inclusive Israel estuvo de acuerdo en que Hamás participara en los comicios. ¿Por qué ahora están en contra? Éstos fueron los resultados de unas elecciones. Yo estoy en contra de Hamás, pero si quieres ser democrático, ése es el resultado. Hay que dejar al pueblo palestino saber si ha acertado o se ha equivocado, pero no lo ataques ni lo sometas a un estado de sitio. Esto es lo mejor que puede haber pasado a Israel, porque ha creado dos autoridades, y están jugando con las dos".
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Usted siempre se ha mostrado como un firme partidario de un estado único, laico y democrático, entre palestinos e israelíes. ¿No cree que se trata de una verdadera utopía?
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"Estratégicamente, es la resolución más científica para el conflicto. Se trata de crear un estado laico y democrático, donde todos los palestinos e israelíes puedan vivir en paz en un solo país, con los mismos derechos y deberes, sin distinción de religión y raza. ¿Por qué no? Esto es una democracia. Si los palestinos quieren tener un estado, por qué no tenerlo unido, y los israelíes también. En este hipotético estado los refugiados que están fuera van a ser bienvenidos, y si quieren quedarse, bien; y se quieren ir a los países de donde vinieron, pues ésa es su opción".
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¿Cuál es la situación actual de los refugiados palestinos?
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"Es el problema más complicado del proceso de paz. Sin duda, uno de los nudos del conflicto. No va a haber paz sin resolver este problema, teniendo en cuenta que afecta a más de 7 millones de seres humanos, y no es fácil ignorarlos e ignorar sus derechos. Éste es el punto de vista prioritario, del que deberíamos preocuparnos. La segunda cuestión es que, aunque hay un gran apoyo a los palestinos en Gaza y en Cisjordania, también se debería dar respaldo a los refugiados en Jordania, Siria y el Líbano, sobre todo en este último país. Los refugiados allí no tienen ningún derecho, no pueden disfrutar de los derechos contemplados en la Convención de Derechos Humanos, ni siquiera de los requerimientos que propugna la Declaración Universal del Refugiado. No tienen nada, ni derechos civiles, ni sociales, ni trabajo, lo que significa que no pueden comprar una casa. No tienen derecho a recibir asistencia pública, como los ciudadanos libaneses, ni sanidad ni seguro social ni facilidades para ir a la universidad. Todo esto crea un problema económico a la comunidad palestina. Imagínate lo que es no tener un ingreso para resolver las necesidades más básicas. Incluso, los palestinos tienen problemas para comprar su comida y sus propias vestimentas. Muchas masacres hemos tenido que soportar en el Líbano, como la matanza de Sabra y Chatila".
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La precaria situación que usted describe de los refugiados palestinos es, sin duda, un caldo de cultivo para la captación de futuros terroristas, sobre todo de jóvenes...
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"Efectivamente, ésta es la situación actual, que no sólo hace el proceso de paz más complicado, sino que también se utiliza por los extremistas para otros fines. Muchos de los jóvenes, a raíz de esta mala situación económica y social, van a estar implicados en actividades terroristas".
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¿Qué opina del papel de España en los procesos para alcanzar la paz en la región?
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"España ha tratado de tomar varias iniciativas: la más importante fue la de Madrid, en 1991, que abrió el camino para el proceso de paz. Varias personalidades importantes han tratado de mediar en el conflicto palestino, como el actual ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que se volvió muy famoso entre mi pueblo. Además de apoyo político y de brindarnos respaldo económico y material, hasta ahora nada serio. Hemos hablado con el Ministerio de Exteriores y las agencias de cooperación para prestar el máximo apoyo a los refugiados. Soy optimista en que a partir del año que viene habrá más ayuda de los españoles, especialmente a través de organizaciones no gubernamentales. Lo que quiero recalcar, y eso me gusta hablarlo en los medios de prensa, es que los países que estuvieron de acuerdo con las resoluciones de la ONU deberían presionar a Israel para aplicarlas. ¿Por qué no lo hacen?...".
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¿Y cómo ve la postura de la Unión Europea? ¿Es activa en la búsqueda de una solución al conflicto?
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"Hablo con total franqueza. Creo que no. Trata de vez en cuando de distinguir su política de la de Israel, con cierta iniciativas, pero al final va a seguir lo que diga Estados Unidos".
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Diario de Avisos - España/04/11/2007
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