28/8/07

El futuro en Latinoamérica en los próximos diez años

Ciertas características cíclicas, hechos históricos y la presencia o ausencia de ciertas personas consideradas trascendentes en la vida de algunos países; hacen que los aparentes bloques políticos, teóricamente conformados en la actualidad, desaparezcan o muten de acuerdo a sus intereses económicos regionales, que más tiene que ver con el oportunismo que con el futuro común como bloque.
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Por Juan Carlos De Marco
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Estados Unidos mantendrá su política de seducción individual y eso generará una crisis en el MERCOSUR que lo transformará en un simple sello, donde poco tendrán que ver las declaraciones y convenios bi o multilaterales, puesto que la asimetría se profundizará aún más, atento los subsidios agrícolas e industriales que los países líderes darán en forma inoficiosa o disimulada.
Las relaciones de Norteamérica con el mundo hispano tendrán una incidencia geopolítica que redundará en una especial atención al eje Mexico-Venezuela-Brasil, desplazando de este modo a la tradicional relación con Argentina como aliado estratégico.
La bilateralidad, más proclive al “divide y reinarás” que a una verdadera atención puntual estado por estado, consolidará las relaciones con los gobiernos de Centro-Derecha de Perú y Colombia y de Centro-Izquierda de Chile. Conquistará otros como Uruguay y Paraguay, quienes priorizarán las ventajas deliberadas que USA les dará a través del ALCA, por encima de su virtual status de países de segunda clase del MERCOSUR.
Párrafo aparte merece Brasil con la reelección de Luiz Ignacio Lula Da Silva, quien desde la IV Cumbre de las Américas dio claras muestras de asociarse a los Estados Unidos por tres razones fundamentales: 1) Sabe que el MERCOSUR es ineficiente y no operativo; 2) Negociando con el ALCA obtiene mayores beneficios reales que elevarán sustancialmente el PBI y su balanza de pagos; 3) En esta línea desplaza política y económicamente a Argentina y Venezuela quedando como el país de mayor potencial negociador del Cono Sur, sin rivales a la vista, aún teniendo en cuenta la fuerte presencia carismática de Hugo Chavez.
En este sentido, quienes creen que el líder bolivariano puede estar sujeto a algún tipo de riesgo, se equivocan totalmente. Existe un entusiasmo creciente de parte de la derecha opositora para las próximas elecciones presidenciales, augurando prematuramente un triunfo emblemático; pero el aparato oficialista y el manejo de las autoridades electorales, con el condimento del fraude fácilmente manejable por el gobierno, disemina el entusiasmo.
Los contratos petroleros con los Estados Unidos seguirán su curso hasta con cláusulas más ventajosas para Venezuela, ya que Chavez no es tonto, y sabe que mientras le venda el petróleo al Tío Sam, podrá decir lo que se le antoje de quien sea, que nadie lo va a molestar, por el contrario Norteamérica (incluyendo a Canadá), apoyará su continuidad… conveniencias mutuas, que le dicen.
México batallará la construcción de la pared fronteriza que construirán los Estados Unidos, más por cuestiones de imagen, que por su verdadera eficacia, atento que los mexicanos son artistas del escapismo y un muro no los detendrá, por más vigilancia que le coloquen.
De todos modos México, al igual que Canadá, como socios originales del NAFTA, tienen una sólida e indestructible vinculación.
Estados Unidos, además, tiene una necesidad creciente de mano de obra de base para sus industrias y su ámbito agropecuario, trabajo que los americanos no quieren hacer, ni siquiera en épocas de desocupación como la actual, por lo cual los “mojados” siempre son bienvenidos, legales o ilegales.
Tras la estela de los aztecas, la siempre postergada Centro América ofrecerá características similares, aunque siempre Panamá tendrá su padrinazgo norteño y Costa Rica avanzará hacia su destino de ser el país de mejor calidad de vida y mayor proyección social y cultural.
Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y hasta la pequeña Belice estarán esperanzadas en el Mercado Común Centroamericano, cuyas gestiones avanzan rápidamente, pero no será fácil convivir con un ALCA que lo ahogará reduciéndolo a una mínima expresión.
Puerto Rico continuará siendo estado libre asociado aunque se advertirá una moderada creciente actividad independientista, tal como de aquellos que sueñan con ser el Estado Nº 51 de la Unión.
República Dominicana no promete grandes cambios. Por el contrario sufrirá un estancamiento sorprendente que agravará su situación de dependencia, postrándola y ahondándola en un destino de exportación de recursos humanos a todo el mundo por falta de futuro.
En medio de toda esta realidad disímil, tres países sufrirán los embates del aislacionismo, pero con distintos perfiles y expectativas: CUBA sufrirá la pérdida de su carismático e inquebrantable líder Fidel sin que ello signifique que pueda transformarse al capitalismo. Sin embargo su pretendido neo comunismo girará hacia un socialismo democrático más flexible, que le permitirá salir de los bloqueos que la agobian, con un claro guiño hacia la Comunidad Europea que la inducirá a una integración paulatina pero sostenida. Capitales transnacionales se volcarán con importantes inversiones hacia la industria del turismo, la salud, el azúcar, el tabaco y las bebidas, generando un crecimiento veloz, con reflejo en los números globales, sin precedentes. La juventud, en una sorprendente ebullición, será la principal protagonista de todos esos cambios.
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BOLIVIA será la más perjudicada en el futuro de corto y mediano plazo, pues su agresiva política nacionalista, teñida de rojo, abrirá brechas enormes no solo con el ALCA, sino con su vecino Brasil, por su política energética… Chile por la salida al mar… Perú por aspectos ideológicos y la Comunidad Europea por la falta de confiabilidad que provoca Evo Morales con su política de gobierno. Aún así, Bolivia tiene depositadas grandes esperanzas en sus nuevas relaciones con China, Irán y otros países del Islam que la podrán mantener a salvo del default.
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ECUADOR ingresa, con el aplastante triunfo de la izquierda, al eje chavista, prometiendo reformas estructurales, y, fundamentalmente, la NO firma de los pre acuerdos comerciales con USA, pero mantendrá la economía dolarizada. El desafío de los andinos, para los próximos diez años será dar respuestas rápidas y concretas a las hondas demandas sociales que vienen sucediéndose en los últimos años. Poco puede decirse del futuro, salvo que estarán muy atados a la suerte de Venezuela, sobretodo en la política petrolera, donde Hugo Chavez marca hitos significativos que seguramente serán seguidos por Ecuador, aunque en materia de recursos de hidrocarburos, la diferencia productiva entre los dos países es de treinta a uno.
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ARGENTINA: Con grandes dosis de ingenuidad en su política exterior, a la que se suma una inexplicable actitud combativa, tanto del Presidente como de la senadora Cristina Fernandez de Kirchner, contra todo lo que se ponga adelante, Argentina sigue apostando a un crecimiento que en el 2007 puede llegar al 6%, con reservas que ya superan los 40 mil millones de dólares en 30 meses, aunque es necesario destacar que con las repetidas situaciones de corrupción oficial, el dólar dando muestras de inquietud y los problemas energéticos que no se detienen, las metas serán muy difíciles de alcanzar.
El “boom” económico sería espléndido, si el 80% de ese crecimiento no se debiera a las retenciones a las exportaciones y al impuesto al cheque, que no representan actividad productiva alguna.
Argentina seguirá sin plan de gobierno y sin metas definidas, que permitan pensar un país que mejora y con un futuro venturoso. Todo será el día a día y un deterioro constante de la situación interna, en donde se mire.
Paralelamente la política de tranquilidad social a costa de subsidios a sectores postergados hace que entre 3 y 4 millones de personas, más sus grupos familiares, no sólo no trabajen efectivamente sino que difícilmente vuelvan a hacerlo, siendo impensada la reacción masiva si se llegara a terminar con esta modalidad.
Sin embargo las proyecciones a corto plazo sobre la popularidad del gobierno superan el 50% de la población, debido a cinco factores básicos: 1) El trauma vivido en gobiernos anteriores que aún mantiene con miedo a los argentinos, que extrañan ciertos índices de estabilidad del pasado; 2) La actitud confrontante y desafiante del matrimonio Kirchner, propia de un país postergado que se siente más cómodo con el enfrentamiento (contra USA, la iglesia, las FFAA, Chile, Uruguay, los ahorristas extranjeros, los adversarios políticos, etc) que en el marco de la concordia; 3) El acercamiento sanguíneo con Hugo Chavez, (según encuestas locales, el político más popular del extranjeros, aunque con tendencia decreciente) que permite creer en una nueva Latinoamérica de izquierda, revolucionaria, aunque la gente la mire por televisión; 4) La virtual desaparición de los partidos políticos mayoritarios; 5) Una débil y atomizada oposición que no brinda ni respuestas ni alternativas válidas para un segmento del pueblo que veía en Juan Carlos Blumberg un referente válido de sus inquietudes de centro-derecha, pero que no alcanza para las expectativas electorales.
Sin embargo el triunfo claro y contundente de Mauricio Macri en la ciudad autónoma de Buenos Aires, abre esperanzas de liderazgo y conducción, aún escasas para enrostrarle un marco nacional, pero genuino y creciente. El gran interrogante de la centro-derecha está focalizado en las elecciones de Octubre, donde las expectativas están repartidas en un espectro de distintos candidatos, y la inteligencia, desprendimiento, más una cuota de grandeza, podrá ver o no en una fórmula presidencial unificada.
Argentina cree en el MERCOSUR y en sus aliados territoriales. Apuesta a un significativo protagonismo convencido que haber promovido a Venezuela dentro del bloque generará un valor agregado determinante.
La realidad marcará que mientras Argentina continuará alejándose de los mercados norteamericanos junto a Bolivia, otros como Venezuela, Brasil, Centroamérica y el Caribe, Colombia, Ecuador, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay mantendrán sólidas relaciones económicas, que aún serán crecientes.
Habrá un acercamiento de Argentina hacia los mercados Chinos, Rusos y Árabes que la mantendrán en una situación de ventaja, pero tendrá dificultades con las importaciones, que hasta podrá depararle una balanza de pagos negativa. Difícilmente pueda escaparle a altos índices de inflación, en consecuencia, y a una devaluación inesperada, atento a los números que actualmente se manejan.
Electoralmente Cristina Kirchner mantendrá para sí la presidencia de la nación en el 2007, sin grandes dificultades, pero en el 2009 perderán la mayoría en el Congreso, lo que ocasionará una preocupante inestabilidad social, política y económica, con consecuencias imprevisibles.
En el 2011 habrá un giro hacia la centro-derecha acompañado por el pueblo que buscará mayores garantías en la seguridad, una seria política de lucha contra la venta y consumo de drogas, reconciliación con la iglesia, un NO decisivo al casamiento de homosexuales, adopción por parte de personas del mismo sexo, y una ratificación de la oposición a la libre aborción.
Los nuevos gobiernos hasta el 2016 se verán apretados por las demandas sociales, la desintegración regional, el alza del costo de vida y la creciente desocupación producto de la falta de inversiones externas de capitales extranjeros que seguirán sin ver una seguridad política, económica y jurídica que los resguarde de los disparates históricos vividos con una ley de intangibilidad de los depósitos bancarios, y un “corralón” y “corralito” posterior, en un lapso de 30 días.
La esperanza estará dada por una nueva generación de políticos surgidos de los estratos populares, pero también de un estamento universitario más comprometido con la sociedad, con una escala de valores distinta, alejada del fantasma de la corrupción y de la complacencia con el poder de turno.
Puede que exista un reacomodamiento de los partidos políticos, pero se mantendrá vigente el sistema imperante, revitalizando la participación en esas estructuras, quizás con un alto grado de luchas internas, pero predominando la autocrítica.
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Respuestas Politicas - Argentina/28/08/2007

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