Estados Unidos: la difícil situación diplomática con Turquía
Pocos días después de que el Congreso americano declarase un “genocidio” lo sufrido por la población armenia en Turquía en 1915, las relaciones diplomáticas entre ambos países parecen hacerse más tensas por momentos. Ankara ha realizado unas declaraciones muy duras en respuesta a la iniciativa del Congreso, mientras que la Casa Blanca no escatima en críticas y censuras hacia Turquía tras la decisión del Parlamento turco de autorizar al ejército a realizar maniobras en la región kurda de Irak. Mientras tanto, Washington sigue buscando una solución diplomática a la situación.
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Simone Comi
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¿El fin de una alianza?
Turquía, que ha sido siempre un país aliado de Estados Unidos y que forma también parte de la OTAN, puede considerarse una avanzadilla occidental en las puertas de Oriente Medio. Desde la primera Guerra del Golfo, las fuerzas armadas estadounidenses han utilizado el espacio aéreo y sus bases en suelo turco para abastecer a sus tropas en Irak y, aún hoy, el 70% de los suministros llegan a Bagdad desde las bases militares situadas en Turquía. La decisión de la Comisión de Exteriores del Congreso estadounidense de votar una ley en la que se define como “genocidio” lo sufrido por la población armenia en 1915, amenaza con traer cambios importantes que afectaran al suministro de las tropas empleadas en la misión Iraqi Freedom, ya que el gobierno de Ankara ha hecho saber que está dispuesto a cerrar la base aérea de Incerlik, que acoge a 1.700 soldados estadounidenses y de la que salen la mayor parte de los suministros destinados a las tropas que se encuentran en territorio iraquí.
Con el estallido de la crisis diplomática, el vicesecretario de Estado de Asuntos Exteriores estadounidense Dan Fried y el subsecretario de Defensa Eric Eldman salieron de Moscú, donde se encontraban de visita oficial junto a la secretaria de Estado Condoleezza Rice, para dirigirse hacia Ankara y reunirse con representantes del gobierno turco. Como ya hiciera anteriormente la secretaria de Estado, los dos representantes del gobierno de Bush destacaron la voluntad mostrada por el presidente para bloquear la resolución del Congreso. Al mismo tiempo, ambos solicitaron al gobierno turco que no cerrara la base de Incerlik como señal de protesta contra la decisión de la mayoría demócrata en el Congreso. Otras declaraciones llegadas desde Washington, así como algunos altos oficiales militares estadounidenses, pidieron a Ankara que opte por la vía moderada para la resolución de problemas de naturaleza política, ya que una reacción desproporcionada podría conllevar graves daños para unas tropas involucradas en una guerra dura y de resultado incierto.Al término de la visita, sin embargo, desde Estados Unidos llegó la noticia de que Nancy Pelosi, portavoz de la Cámara de Representantes, estaba preparada para transmitir la resolución al pleno de la cámara a primeros de noviembre. El paso de la resolución de la Comisión de Exteriores al pleno de la Cámara podría desembocar en una votación favorable a la entrada en vigor de la propuesta de ley, una propuesta que más adelante tendría que votarse en el Senado para ser efectiva. La posibilidad de que también la segunda votación parlamentaria sobre la resolución demócrata sea favorable es algo que preocupa a la administración Bush, blanco constante de las críticas a causa de su gestión de las operaciones en Irak y de su incapacidad de dialogar de manera constructiva con muchos de los países de la región.
Turquía está mediando diplomáticamente para asegurar la participación de Siria en la Conferencia para Oriente Medio que organizará Estados Unidos a finales de noviembre, en la que Damasco ha afirmado que participaría sólo si se incluye en la agenda de trabajo la cuestión de la devolución de los Altos del Golán. La Conferencia, sin embargo, corre el riesgo de convertirse en un simple encuentro diplomático sin resultados concretos. Ello es debido no sólo a que últimamente las relaciones entre Estados Unidos y Turquía han empeorado, sino también al hecho de que el primer ministro israelí Ehud Olmert haya asegurado que alcanzar una declaración conjunta con los palestinos sobre Oriente Medio no es una condición indispensable para participar en el encuentro. Olmert ha declarado además que será la ministra de Exteriores Tzipi Livni quien lidere la comisión encargada de negociar con la Autoridad Palestina. La elección de Livni lleva a pensar que será difícil llegar a un compromiso entre las partes, ya que la responsable de la diplomacia de Israel ya ha invitado a su delegación a no hacer concesiones exageradas.
Al día siguiente de las declaraciones del gobierno turco sobre la votación en el Congreso estadounidense y tras las declaraciones de los representantes israelíes, la secretaria de Estado Condoleezza Rice hizo saber que estaría en Oriente Medio a principios de noviembre para preparar la conferencia de paz y que, después de reunirse con el presidente turco Abdallah Gül y el primer ministro Recep Tayyip Erdogan en Estambul, se dirigiría a Cisjordania. Desde Washington llegó la noticia de que se espera a Erdogan en visita oficial a la Casa Blanca para el mes de noviembre: la elección de Rice de reunirse con el Primer Ministro y la posterior visita a Washington hacen pensar que Estados Unidos está intentando acercarse a Turquía y evitar así que las relaciones con Ankara se conviertan en un problema serio para los ya precarios equilibrios políticos en Oriente Medio.
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Simone Comi
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¿El fin de una alianza?
Turquía, que ha sido siempre un país aliado de Estados Unidos y que forma también parte de la OTAN, puede considerarse una avanzadilla occidental en las puertas de Oriente Medio. Desde la primera Guerra del Golfo, las fuerzas armadas estadounidenses han utilizado el espacio aéreo y sus bases en suelo turco para abastecer a sus tropas en Irak y, aún hoy, el 70% de los suministros llegan a Bagdad desde las bases militares situadas en Turquía. La decisión de la Comisión de Exteriores del Congreso estadounidense de votar una ley en la que se define como “genocidio” lo sufrido por la población armenia en 1915, amenaza con traer cambios importantes que afectaran al suministro de las tropas empleadas en la misión Iraqi Freedom, ya que el gobierno de Ankara ha hecho saber que está dispuesto a cerrar la base aérea de Incerlik, que acoge a 1.700 soldados estadounidenses y de la que salen la mayor parte de los suministros destinados a las tropas que se encuentran en territorio iraquí.
Con el estallido de la crisis diplomática, el vicesecretario de Estado de Asuntos Exteriores estadounidense Dan Fried y el subsecretario de Defensa Eric Eldman salieron de Moscú, donde se encontraban de visita oficial junto a la secretaria de Estado Condoleezza Rice, para dirigirse hacia Ankara y reunirse con representantes del gobierno turco. Como ya hiciera anteriormente la secretaria de Estado, los dos representantes del gobierno de Bush destacaron la voluntad mostrada por el presidente para bloquear la resolución del Congreso. Al mismo tiempo, ambos solicitaron al gobierno turco que no cerrara la base de Incerlik como señal de protesta contra la decisión de la mayoría demócrata en el Congreso. Otras declaraciones llegadas desde Washington, así como algunos altos oficiales militares estadounidenses, pidieron a Ankara que opte por la vía moderada para la resolución de problemas de naturaleza política, ya que una reacción desproporcionada podría conllevar graves daños para unas tropas involucradas en una guerra dura y de resultado incierto.Al término de la visita, sin embargo, desde Estados Unidos llegó la noticia de que Nancy Pelosi, portavoz de la Cámara de Representantes, estaba preparada para transmitir la resolución al pleno de la cámara a primeros de noviembre. El paso de la resolución de la Comisión de Exteriores al pleno de la Cámara podría desembocar en una votación favorable a la entrada en vigor de la propuesta de ley, una propuesta que más adelante tendría que votarse en el Senado para ser efectiva. La posibilidad de que también la segunda votación parlamentaria sobre la resolución demócrata sea favorable es algo que preocupa a la administración Bush, blanco constante de las críticas a causa de su gestión de las operaciones en Irak y de su incapacidad de dialogar de manera constructiva con muchos de los países de la región.
Turquía está mediando diplomáticamente para asegurar la participación de Siria en la Conferencia para Oriente Medio que organizará Estados Unidos a finales de noviembre, en la que Damasco ha afirmado que participaría sólo si se incluye en la agenda de trabajo la cuestión de la devolución de los Altos del Golán. La Conferencia, sin embargo, corre el riesgo de convertirse en un simple encuentro diplomático sin resultados concretos. Ello es debido no sólo a que últimamente las relaciones entre Estados Unidos y Turquía han empeorado, sino también al hecho de que el primer ministro israelí Ehud Olmert haya asegurado que alcanzar una declaración conjunta con los palestinos sobre Oriente Medio no es una condición indispensable para participar en el encuentro. Olmert ha declarado además que será la ministra de Exteriores Tzipi Livni quien lidere la comisión encargada de negociar con la Autoridad Palestina. La elección de Livni lleva a pensar que será difícil llegar a un compromiso entre las partes, ya que la responsable de la diplomacia de Israel ya ha invitado a su delegación a no hacer concesiones exageradas.
Al día siguiente de las declaraciones del gobierno turco sobre la votación en el Congreso estadounidense y tras las declaraciones de los representantes israelíes, la secretaria de Estado Condoleezza Rice hizo saber que estaría en Oriente Medio a principios de noviembre para preparar la conferencia de paz y que, después de reunirse con el presidente turco Abdallah Gül y el primer ministro Recep Tayyip Erdogan en Estambul, se dirigiría a Cisjordania. Desde Washington llegó la noticia de que se espera a Erdogan en visita oficial a la Casa Blanca para el mes de noviembre: la elección de Rice de reunirse con el Primer Ministro y la posterior visita a Washington hacen pensar que Estados Unidos está intentando acercarse a Turquía y evitar así que las relaciones con Ankara se conviertan en un problema serio para los ya precarios equilibrios políticos en Oriente Medio.
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La cuestión de los kurdos en el norte de Irak y las maniobras turcas más allá de la frontera
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Pocos días después de que la Cámara de Representantes estadounidense aprobara la moción sobre los armenios, el Parlamento turco aprobó por amplia mayoría la autorización para que el ejército pudiera efectuar maniobras en la región de mayoría kurda que se encuentra dentro de las fronteras al norte de Irak.Tropas turcas atacaron a grupos de rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) traspasando la frontera iraquí y en repetidas ocasiones los cazas turcos sobrevolaron los cielos del norte del país para bombardear las posiciones kurdas. Washington ha censurado con dureza la iniciativa turca: los repetidos ataques en el norte de Irak y las continuas entradas en territorio iraquí no sólo podrían traer inestabilidad a zonas consideradas ya pacificadas, sino que también podrían debilitar la ya precaria autoridad del gobierno de Bagdad en el país, constantemente amenazada por ataques terroristas e incapaz de llevar la paz y la estabilidad al territorio.
Las negociaciones entre el gobierno iraquí y el turco se han sucedido a un ritmo frenético en los últimos días, aunque sin llegar a alcanzar un punto de acuerdo: Ankara pide la entrega por parte del gobierno iraquí de muchos representantes del PKK a los que Turquía acusa de terrorismo y solicita que se tomen medidas severas para controlar las actividades del movimiento armado que tiene sus bases entre las montañas del norte de Irak. En las negociaciones entre ambos gobiernos participaron también funcionarios estadounidenses y representantes de los dos partidos kurdos de Irak: la participación de los americanos en las conversaciones es una señal de que la cuestión entre Turquía y el PKK ya no está sólo vinculada a las presuntas acciones terroristas de los rebeldes kurdos, sino que está convirtiéndose en una cuestión internacional.Tras atacar a la Unión Europea por considerarla culpable de no intervenir en la neutralización de los rebeldes del PKK, el Primer Ministro turco Erdogan recordó que ningún país europeo ha extraditado hasta ahora a representantes de ese grupo a pesar de haberlo clasificado como organización terrorista y de haber acusado a algunos de sus miembros por actividades terroristas. Según el Primer Ministro turco, tanto aquellos que apoyan a los terroristas como quienes no se implican activamente a la hora de impedir que desarrollen sus actividades, son cómplices y corresponsables de los atentados y de los asesinatos.
El gobierno de Ankara pidió a continuación que las acciones militares contra las bases kurdas fueran acciones conjuntas con el ejército estadounidense, pero el general Benjamin Mixon, comandante de las fuerzas de EE. UU. en el norte de Irak, declaró que los militares americanos no adoptarían ninguna postura diferente a las que mantienen hasta ahora, excluyendo categóricamente una posible actuación de las tropas en Irak en las montañas del norte del país.
La cuestión de los kurdos en el norte de Irak y las maniobras turcas más allá de la frontera
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Pocos días después de que la Cámara de Representantes estadounidense aprobara la moción sobre los armenios, el Parlamento turco aprobó por amplia mayoría la autorización para que el ejército pudiera efectuar maniobras en la región de mayoría kurda que se encuentra dentro de las fronteras al norte de Irak.Tropas turcas atacaron a grupos de rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) traspasando la frontera iraquí y en repetidas ocasiones los cazas turcos sobrevolaron los cielos del norte del país para bombardear las posiciones kurdas. Washington ha censurado con dureza la iniciativa turca: los repetidos ataques en el norte de Irak y las continuas entradas en territorio iraquí no sólo podrían traer inestabilidad a zonas consideradas ya pacificadas, sino que también podrían debilitar la ya precaria autoridad del gobierno de Bagdad en el país, constantemente amenazada por ataques terroristas e incapaz de llevar la paz y la estabilidad al territorio.
Las negociaciones entre el gobierno iraquí y el turco se han sucedido a un ritmo frenético en los últimos días, aunque sin llegar a alcanzar un punto de acuerdo: Ankara pide la entrega por parte del gobierno iraquí de muchos representantes del PKK a los que Turquía acusa de terrorismo y solicita que se tomen medidas severas para controlar las actividades del movimiento armado que tiene sus bases entre las montañas del norte de Irak. En las negociaciones entre ambos gobiernos participaron también funcionarios estadounidenses y representantes de los dos partidos kurdos de Irak: la participación de los americanos en las conversaciones es una señal de que la cuestión entre Turquía y el PKK ya no está sólo vinculada a las presuntas acciones terroristas de los rebeldes kurdos, sino que está convirtiéndose en una cuestión internacional.Tras atacar a la Unión Europea por considerarla culpable de no intervenir en la neutralización de los rebeldes del PKK, el Primer Ministro turco Erdogan recordó que ningún país europeo ha extraditado hasta ahora a representantes de ese grupo a pesar de haberlo clasificado como organización terrorista y de haber acusado a algunos de sus miembros por actividades terroristas. Según el Primer Ministro turco, tanto aquellos que apoyan a los terroristas como quienes no se implican activamente a la hora de impedir que desarrollen sus actividades, son cómplices y corresponsables de los atentados y de los asesinatos.
El gobierno de Ankara pidió a continuación que las acciones militares contra las bases kurdas fueran acciones conjuntas con el ejército estadounidense, pero el general Benjamin Mixon, comandante de las fuerzas de EE. UU. en el norte de Irak, declaró que los militares americanos no adoptarían ninguna postura diferente a las que mantienen hasta ahora, excluyendo categóricamente una posible actuación de las tropas en Irak en las montañas del norte del país.
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Conclusiones
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Los próximos días serán fundamentales para el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y Turquía. La visita a Estambul de la secretaria de Estado americana Condoleezza Rice podría llevar a una resolución de las tensiones entre los dos países y a un regreso a relaciones basadas en la cooperación y la estabilidad.
Las sanciones estadounidenses a Irán hacen pensar que difícilmente Washington empleará con el gobierno una estrategia similar, pues el riesgo de perder a un aliado tan valioso en la región de Oriente Medio a favor de un refuerzo de las relaciones entre Ankara y Teherán sería demasiado alto.Tanto Rice como el presidente Bush pedirán al Primer Ministro turco Erdogan que busque un acuerdo con Irak para solucionar la situación de los rebeldes kurdos en el norte del país, aunque no habría que excluir la posibilidad de que, en el caso de que las tensiones se exacerbaran o de que se produjeran atentados contra Turquía, la administración norteamericana pidiera al Pentágono su autorización para dar apoyo logístico al ejército turco con herramientas para identificar las bases de los rebeldes en el norte de Irak.
Washington tendrá que valorar también atentamente cuáles podrían ser las reacciones de los kurdos a las decisiones tomadas por Estados Unidos en esta cuestión. El norte de Irak, desde siempre considerado como un territorio políticamente estable y libre de atentados terroristas, podría convertirse en un núcleo de inestabilidad cuyas repercusiones podrían extenderse con fuerza también al resto del país, poniendo en serias dificultades la actuación, ya vacilante, del gobierno de Bagdad en el proceso de reconstrucción político-institucional. No habría que descartar la hipótesis de que los Estados Unidos o el gobierno iraquí tuvieran que debatir nuevas concesiones a los partidos kurdos de Irak para que éstos se comprometieran a no llevar a cabo una campaña de ataques políticos para desacreditar al gobierno de Bagdad y a los aliados americanos.
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Traducción de Mauro Sturlese
Conclusiones
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Los próximos días serán fundamentales para el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y Turquía. La visita a Estambul de la secretaria de Estado americana Condoleezza Rice podría llevar a una resolución de las tensiones entre los dos países y a un regreso a relaciones basadas en la cooperación y la estabilidad.
Las sanciones estadounidenses a Irán hacen pensar que difícilmente Washington empleará con el gobierno una estrategia similar, pues el riesgo de perder a un aliado tan valioso en la región de Oriente Medio a favor de un refuerzo de las relaciones entre Ankara y Teherán sería demasiado alto.Tanto Rice como el presidente Bush pedirán al Primer Ministro turco Erdogan que busque un acuerdo con Irak para solucionar la situación de los rebeldes kurdos en el norte del país, aunque no habría que excluir la posibilidad de que, en el caso de que las tensiones se exacerbaran o de que se produjeran atentados contra Turquía, la administración norteamericana pidiera al Pentágono su autorización para dar apoyo logístico al ejército turco con herramientas para identificar las bases de los rebeldes en el norte de Irak.
Washington tendrá que valorar también atentamente cuáles podrían ser las reacciones de los kurdos a las decisiones tomadas por Estados Unidos en esta cuestión. El norte de Irak, desde siempre considerado como un territorio políticamente estable y libre de atentados terroristas, podría convertirse en un núcleo de inestabilidad cuyas repercusiones podrían extenderse con fuerza también al resto del país, poniendo en serias dificultades la actuación, ya vacilante, del gobierno de Bagdad en el proceso de reconstrucción político-institucional. No habría que descartar la hipótesis de que los Estados Unidos o el gobierno iraquí tuvieran que debatir nuevas concesiones a los partidos kurdos de Irak para que éstos se comprometieran a no llevar a cabo una campaña de ataques políticos para desacreditar al gobierno de Bagdad y a los aliados americanos.
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Traducción de Mauro Sturlese
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Estados Unidos: el viaje de Nancy Pelosi y las relaciones con Moscú -
Equilibri.net - Italy/30/10/2007
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