Europa debate la posibilidad de crear una reserva de cereales
BRUSELAS - En medio de la actual escasez de cereales y la consiguiente alza de los precios, la Unión Europea comenzó a reflexionar esta semana sobre la posibilidad de constituir "reservas estratégicas" de esos productos para afrontar futuras crisis ocasionadas, por ejemplo, por el cambio climático.
"La cuestión que se plantea es si a partir de la reforma de la PAC (Política Agrícola Común) en 2013-2014, no habrá que pensar en tener reservas estratégicas", dijo el miércoles pasado el ministro de Agricultura portugués, Jaime Silva, cuyo país ejerce la presidencia de la UE, en una reunión con sus homólogos europeos en Bruselas.
"Estamos todos de acuerdo en que la actual situación del mercado de cereales no es cuestión de un año. Es un tema estructural. Vamos a pedirle a la Comisión estudiar soluciones", agregó Silva. En la misma sintonía, la ministra española, Elena Espinosa, se pronunció a favor de incluir la cuestión de la producción de granos y las reservas estratégicas en el debate sobre la reforma de la PAC que abrirá Bruselas el año próximo.
"Creo que la Unión Europea (UE) tiene que introducir en el chequeo médico que hará el año que viene un analisis de hacia dónde caminamos, porque nosotros entendemos que esa demanda mayor se va a seguir produciendo, y qué podemos hacer desde la UE para que tengamos más productos alimentarios en el mercado", afirmó Espinosa.
Por el momento, la UE adoptó esta semana el aplazamiento por un año de la retirada obligatoria de tierras dedicadas al cultivo de cereales, y se prepara para eliminar sus aranceles a la importación de esos productos hasta julio próximo.
Estas medidas deberían permitirle posicionarse mejor en la batalla para conseguir granos en un mercado internacional saturado de pedidos y con escasa oferta, a raíz de la sequía en Australia y las restricciones impuestas por Ucrania, además de la incertidumbre sobre la producción de Argentina y Rusia.
En efecto, el Consejo Internacional de los Cereales (CIC) en Londres revisó a la baja de 0,3% su estimación de la producción mundial de cereales para 2007/08, que sería de 1.653 millones, un déficit de 17 millones de toneladas respecto de la demanda.
Si la cosecha mundial aumentaría nuevamente el año próximo, nada asegura que las actuales tensiones del mercado desaparezcan, en especial tras el surgimiento de grandes compradores como India, a la búsqueda de importantes volúmenes de trigo.
Por ello, las iniciativas europeas, que algunos quieren hacer permanentes, por ejemplo para el caso de las tierras dedicadas al cultivo, no borran el fantasma de una falta de abastecimiento. Frente al calentamiento planetario, la reducción de la emisiones de CO2 no será suficiente y la UE debe prepararse para los cambios inevitables que se avecinan, había advertido un informe de la Comisión Europea a mediados de año.
Entre esas consecuencias Bruselas enumeró el agravamiento de la sequía en el sur de Europa y el aumento de las tormentas y precipitaciones intensas (con inundaciones y erosión de los suelos), lo que obligaría a efectuar cambios en la rotación de cultivos y fechas de siembra, así como a utilizar plantaciones más resistentes a la falta de agua.
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Más cereal, menos vino y ajustes en el sector lácteoEl Diario Montañés
Productores españoles piden más medidas para paliar crisis de cerealesUnivisión
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AFP/01/10/2007
"La cuestión que se plantea es si a partir de la reforma de la PAC (Política Agrícola Común) en 2013-2014, no habrá que pensar en tener reservas estratégicas", dijo el miércoles pasado el ministro de Agricultura portugués, Jaime Silva, cuyo país ejerce la presidencia de la UE, en una reunión con sus homólogos europeos en Bruselas.
"Estamos todos de acuerdo en que la actual situación del mercado de cereales no es cuestión de un año. Es un tema estructural. Vamos a pedirle a la Comisión estudiar soluciones", agregó Silva. En la misma sintonía, la ministra española, Elena Espinosa, se pronunció a favor de incluir la cuestión de la producción de granos y las reservas estratégicas en el debate sobre la reforma de la PAC que abrirá Bruselas el año próximo.
"Creo que la Unión Europea (UE) tiene que introducir en el chequeo médico que hará el año que viene un analisis de hacia dónde caminamos, porque nosotros entendemos que esa demanda mayor se va a seguir produciendo, y qué podemos hacer desde la UE para que tengamos más productos alimentarios en el mercado", afirmó Espinosa.
Por el momento, la UE adoptó esta semana el aplazamiento por un año de la retirada obligatoria de tierras dedicadas al cultivo de cereales, y se prepara para eliminar sus aranceles a la importación de esos productos hasta julio próximo.
Estas medidas deberían permitirle posicionarse mejor en la batalla para conseguir granos en un mercado internacional saturado de pedidos y con escasa oferta, a raíz de la sequía en Australia y las restricciones impuestas por Ucrania, además de la incertidumbre sobre la producción de Argentina y Rusia.
En efecto, el Consejo Internacional de los Cereales (CIC) en Londres revisó a la baja de 0,3% su estimación de la producción mundial de cereales para 2007/08, que sería de 1.653 millones, un déficit de 17 millones de toneladas respecto de la demanda.
Si la cosecha mundial aumentaría nuevamente el año próximo, nada asegura que las actuales tensiones del mercado desaparezcan, en especial tras el surgimiento de grandes compradores como India, a la búsqueda de importantes volúmenes de trigo.
Por ello, las iniciativas europeas, que algunos quieren hacer permanentes, por ejemplo para el caso de las tierras dedicadas al cultivo, no borran el fantasma de una falta de abastecimiento. Frente al calentamiento planetario, la reducción de la emisiones de CO2 no será suficiente y la UE debe prepararse para los cambios inevitables que se avecinan, había advertido un informe de la Comisión Europea a mediados de año.
Entre esas consecuencias Bruselas enumeró el agravamiento de la sequía en el sur de Europa y el aumento de las tormentas y precipitaciones intensas (con inundaciones y erosión de los suelos), lo que obligaría a efectuar cambios en la rotación de cultivos y fechas de siembra, así como a utilizar plantaciones más resistentes a la falta de agua.
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AFP/01/10/2007
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