Los hijos de la Revolución Cultural china se aprestan a tomar el poder
Son los jóvenes denominados “la quinta generación”, nacidos tras ese turbulento período
Pekín. — Los hijos se enfrentaban con los padres, los estudiantes denunciaban a sus profesores y el presidente Mao Zedong proclamaba “Es justo rebelarse”. Si bien aterradora, la Revolución Cultural fue una experiencia crucial para muchos chinos. Este período turbulento aporta el trasfondo social que definieron los años de formación de estrellas políticas en ascenso como Li Keqiang, Li Yuanchao y Xi Jinping, quienes sobrevivieron al caos o fueron “expulsados” al campo para que aprendan de las masas.
Pero este es un grupo —a menudo llamado la “quinta generación” de líderes chinos— lo suficientemente joven como para poder recuperarse de la agitación de ese período y cuyas primeras experiencias políticas ocurrieron a medida que China lentamente se abría. Y es esta generación la que podría estar en ascenso cuando la dirigencia comunista inaugure un clave congreso quinquenal el 15 de octubre. Los observadores están esperando para ver si el presidente Hu Jintao asciende a algunos de la generación más joven. Eso podría abrir el camino para que uno de ellos tome las riendas del poder en 2012, cuando Hu esté preparándose para retirarse.
Bien formada, menos ideológica y más abierta al mundo exterior, esta generación que nunca ha conocido una China que no fuera comunista, según los analistas, podría hacer que el país de sus primeros pasos hacia la democracia.
Se avecinan cambios para algunos de los miembros de los cuadros de políticos de poco más de 50 años que han estado trabajando en las provincias o en ministerios, y quienes nacieron y fueron criados después de 1949, fecha fundacional de la República Popular. No obstante, dicen los analistas que las heridas de la Revolución Cultural garantizan la posibilidad de que el cambio político bajo su gobierno transcurra con cuidado. “Todos ellos quieren reformas, transparencia. Van a tratar de crear un mayor Estado de derecho”, dijo Zhiyue Bo, un especialista en China del St. John Fisher College en Nueva York. “Esta experiencia de la Revolución Cultural es útil para ayudarlos a comprender la realidad de China, que es pobre”.
Destierro. Pocos sobrevivieron indemnes a la Revolución Cultural. Xi Jinping, ahora el líder del partido Shangai, fue desterrado al campo. Li Yuanchao, líder partidario de la próspera provincia oriental de Jiangsu, fue objeto de una experiencia similar. “Es único que ellos hayan tenido un cambio tan drástico y dramático durante sus años de formación”, dijo Cheng Li, un experto en política china y miembro distinguido del Instituto Brookings en Washington. “Si pasas 10 años de tu vida en zonas remotas por estar desterrado de Pekín, Shangai o Tianjin, eso tendrá un impacto muy fuerte en tu forma de ver el mundo, en tus actitudes, en tus capacidades”. De todos modos, sólo el hecho de que se los considera parte de la misma generación no significa que cuenten con una amplia convergencia de posiciones en cuanto a la dirección de China.
Hay dos grupos marcados con experiencias distintas, dijo Rana Mitter, profesora de política china en Oxford. Los líderes de quinta generación más estrechamente asociados con Hu afinaron sus destrezas en el vasto y pobre campo de China y comprenden la importancia de equilibrar el desarrollo del país más equitativamente.
El otro grupo, que favorece al predecesor de Hu, Jiang Zemin, y a su vertiginosa estrategia de crecimiento, ha tenido mucha más experiencia en las prósperas regiones costeras como Shangai. “Probablemente ellos se hayan visto significativamente más influenciados por la idea de que es importante ponerse rápidamente a la delantera, siguiendo la idea de Deng Xiaoping que algunos lugares se enriquecerán primero y así es como será durante un tiempo”, dijo Mitter, refiriéndose al líder reformista que murió en 1997.
No hagan olas. Algunos observadores de China previenen contra tener demasiadas expectativas acerca de la quinta generación, observando que la diferencia de edad entre ellos y Hu junto a sus contemporáneos de la cuarta generación no es tan grande. Ellos son más bien una generación 4,5. “Si bien subieron la escalera del éxito a velocidades diferentes, sus experiencias políticas son muy similares entre sí”, dijo Bo. “En cuanto a las posturas, probablemente compartan mucho entre sí y pienso que seguirán un camino similar (al de la dirigencia actual) en cuanto a las reformas”, agregó.
Por lo tanto, es poco probable que hagan demasiadas olas. “Pienso que el sistema chino está estructurado para crear una idea homogénea al nivel de la elite, a diferencia por ejemplo del sistema americano en donde todo el énfasis en las últimas décadas ha estado en la polarización”, dijo Frederick Teiwes, profesor de política china en la Universidad de Sydney. “Me gusta pensar en la dirigencia china como la tiranía del medio”, agregó.
Pekín. — Los hijos se enfrentaban con los padres, los estudiantes denunciaban a sus profesores y el presidente Mao Zedong proclamaba “Es justo rebelarse”. Si bien aterradora, la Revolución Cultural fue una experiencia crucial para muchos chinos. Este período turbulento aporta el trasfondo social que definieron los años de formación de estrellas políticas en ascenso como Li Keqiang, Li Yuanchao y Xi Jinping, quienes sobrevivieron al caos o fueron “expulsados” al campo para que aprendan de las masas.
Pero este es un grupo —a menudo llamado la “quinta generación” de líderes chinos— lo suficientemente joven como para poder recuperarse de la agitación de ese período y cuyas primeras experiencias políticas ocurrieron a medida que China lentamente se abría. Y es esta generación la que podría estar en ascenso cuando la dirigencia comunista inaugure un clave congreso quinquenal el 15 de octubre. Los observadores están esperando para ver si el presidente Hu Jintao asciende a algunos de la generación más joven. Eso podría abrir el camino para que uno de ellos tome las riendas del poder en 2012, cuando Hu esté preparándose para retirarse.
Bien formada, menos ideológica y más abierta al mundo exterior, esta generación que nunca ha conocido una China que no fuera comunista, según los analistas, podría hacer que el país de sus primeros pasos hacia la democracia.
Se avecinan cambios para algunos de los miembros de los cuadros de políticos de poco más de 50 años que han estado trabajando en las provincias o en ministerios, y quienes nacieron y fueron criados después de 1949, fecha fundacional de la República Popular. No obstante, dicen los analistas que las heridas de la Revolución Cultural garantizan la posibilidad de que el cambio político bajo su gobierno transcurra con cuidado. “Todos ellos quieren reformas, transparencia. Van a tratar de crear un mayor Estado de derecho”, dijo Zhiyue Bo, un especialista en China del St. John Fisher College en Nueva York. “Esta experiencia de la Revolución Cultural es útil para ayudarlos a comprender la realidad de China, que es pobre”.
Destierro. Pocos sobrevivieron indemnes a la Revolución Cultural. Xi Jinping, ahora el líder del partido Shangai, fue desterrado al campo. Li Yuanchao, líder partidario de la próspera provincia oriental de Jiangsu, fue objeto de una experiencia similar. “Es único que ellos hayan tenido un cambio tan drástico y dramático durante sus años de formación”, dijo Cheng Li, un experto en política china y miembro distinguido del Instituto Brookings en Washington. “Si pasas 10 años de tu vida en zonas remotas por estar desterrado de Pekín, Shangai o Tianjin, eso tendrá un impacto muy fuerte en tu forma de ver el mundo, en tus actitudes, en tus capacidades”. De todos modos, sólo el hecho de que se los considera parte de la misma generación no significa que cuenten con una amplia convergencia de posiciones en cuanto a la dirección de China.
Hay dos grupos marcados con experiencias distintas, dijo Rana Mitter, profesora de política china en Oxford. Los líderes de quinta generación más estrechamente asociados con Hu afinaron sus destrezas en el vasto y pobre campo de China y comprenden la importancia de equilibrar el desarrollo del país más equitativamente.
El otro grupo, que favorece al predecesor de Hu, Jiang Zemin, y a su vertiginosa estrategia de crecimiento, ha tenido mucha más experiencia en las prósperas regiones costeras como Shangai. “Probablemente ellos se hayan visto significativamente más influenciados por la idea de que es importante ponerse rápidamente a la delantera, siguiendo la idea de Deng Xiaoping que algunos lugares se enriquecerán primero y así es como será durante un tiempo”, dijo Mitter, refiriéndose al líder reformista que murió en 1997.
No hagan olas. Algunos observadores de China previenen contra tener demasiadas expectativas acerca de la quinta generación, observando que la diferencia de edad entre ellos y Hu junto a sus contemporáneos de la cuarta generación no es tan grande. Ellos son más bien una generación 4,5. “Si bien subieron la escalera del éxito a velocidades diferentes, sus experiencias políticas son muy similares entre sí”, dijo Bo. “En cuanto a las posturas, probablemente compartan mucho entre sí y pienso que seguirán un camino similar (al de la dirigencia actual) en cuanto a las reformas”, agregó.
Por lo tanto, es poco probable que hagan demasiadas olas. “Pienso que el sistema chino está estructurado para crear una idea homogénea al nivel de la elite, a diferencia por ejemplo del sistema americano en donde todo el énfasis en las últimas décadas ha estado en la polarización”, dijo Frederick Teiwes, profesor de política china en la Universidad de Sydney. “Me gusta pensar en la dirigencia china como la tiranía del medio”, agregó.
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La Capital - Argentina/24/09/2007
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