Venezuela Paraíso
24/09/2007
Opinión
Leopoldo Puchi
Leopoldo Puchi
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Un informe elaborado por varias ONG muestra 1.222 casos documentados de discriminación por razones políticas en nuestro país desde el año 2003. El censo fue levantado a partir del estudio de las denuncias aparecidas en los medios de comunicación, lo que puede indicar que el número es más elevado ya que no siempre se hace la denuncia, particularmente cuando se trata de segregación pasiva o difícil de demostrar, como el retardo o negativa sin explicaciones de una diligencia que se realiza en un ente público. La discriminación es uno de los mecanismos más odiosos de ofensa al ser humano porque castiga a las personas o a grupos, por sus diferencias de color de piel, religión o criterios políticos y establece un tratamiento desigual al crear categorías distintas, que no tienen los mismos derechos. Los tipos de discriminación que saltan más a la vista tienen que ver con el racismo, sexo o las religiones. La discriminación por causas políticas es observada en muchas ocasiones con indiferencia y hasta como algo característico de la lucha política. Sin embargo, la condena de esta forma de discriminación siempre ha hecho parte del esfuerzo por garantizar los derechos humanos. En la Carta de las Naciones Unidas de 1945 y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 queda claramente establecido que la distinción por causas políticas está en la misma condición de la que se realiza por raza, sexo idioma o religión. La segregación política ha surgido en nuestro país porque se considera que un sector del pueblo, el bolivariano, es la representación sociopolítica de la nación entera y en consecuencia el Estado está al servicio de esa porción. Los venezolanos que no hacen parte de ella no son iguales ante las instituciones ni tienen las mismas oportunidades de empleo, vivienda y bienes y servicios. Son sectores excluidos, sus derechos desconocidos, y obligados a vivir como extranjeros en su propio país. En los mismos días en que se conocía el informe en referencia, la Cinemateca Nacional presentó la película África Paraíso, que trata sobre la discriminación racial. En ella los roles se invierten en un futuro imaginario. África ha entrado en la prosperidad y Europa ha sucumbido en el subdesarrollo. Los blancos franceses emigran a África a buscar trabajo y son maltratados por los africanos, sufriendo en carne propia el racismo. De la misma manera, sería bueno que, por un día, la gente del gobierno se pusiera en los zapatos de una humilde madre que toca las puertas de un ministerio y se la tiran encima por haber firmado. El film se llamaría Venezuela Paraíso.
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