Iraq contra la ocupación
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Traducido del inglés por Sinfo Fernández
Traducido del inglés por Sinfo Fernández
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Finalmente, el Senado Imperial exige la partición de Iraq.
Los legisladores estadounidenses votaron el miércoles pasado la partición de Iraq en una frágil federación de regiones de base sectaria y urgieron al Presidente George W Bush para que presionara a los dirigentes iraquíes a fin de que manifestaran su acuerdo.
La propuesta partió del Senador Joseph Biden, el sabihondo que encabeza el comité de relaciones exteriores de la Cámara y que se ha presentado a las nominaciones presidenciales del Partido Demócrata de 2008.
Hace unos cuantos meses, el Senador Biden, entrevistado por la cadena de TV Shalom, una importante red judía de televisión por cable en Estados Unidos, llamó a Israel “la mayor y única fortaleza de EEUU en Oriente Medio”. “Soy sionista”, declaró el Senador Biden. “No necesitas ser judío para ser sionista”.
Sabemos que el lobby israelí no tiene una tesis muy convincente sobre el particular, al menos para Noam Chomsky. Por eso, hablemos de coincidencias.
En 1982, Israel Shahak, profesor de la Universidad Hebrea en Jerusalén y presidente de la Liga Israelí de Derechos Humanos y Civiles, escribió:
La idea de que Israel debería desbaratar en pequeñas unidades a todos los Estados árabes se encuentra una y otra vez en el pensamiento estratégico israelí. Por ejemplo, Ze’ev Schiff, el corresponsal militar de Ha’aretz (y probablemente el más entendido en el tema) escribe acerca de lo “mejor” que puede ocurrir en Iraq para los intereses israelíes: “La disolución de Iraq en un estado chií, un estado sunní y la separación de la zona kurda” (Ha’aretz 6.2.82). Actualmente, este aspecto del plan resulta ya muy antiguo.
El Plan Sionista para Oriente Medio de Israel Shahak se basa en “A Strategy for Israel in the Nineteen Eighties”, un ensayo que apareció originalmente en hebreo en KIVUNIM (Direcciones), Revista para el Judaísmo y el Sionismo, Número 14 –Invierno- 5742, febrero de 1982, Editor: Yoram Beck. Comité Editorial: Eli Eyal, Yoram Beck, Amnon Hadari, Yohanan Manor, Elieser Schweid. Publicado por el Departamento de Publicidad del The World Zionist Organization, Jerusalem.
Hay dos pasajes de interés en “A Strategy for Israel in the Nineteen Eighties” de Oded Yinon:
(…) Iraq no es, una vez más, diferente en esencia de sus vecinos, aunque su mayoría sea chií y la minoría gobernante sunní. El 65% de la población no tiene opinión política y una elite del 20% controla el poder. Además, hay una gran minoría kurda en el norte, y si no fuera por la fortaleza del régimen gobernante, el ejército y los ingresos del petróleo, el futuro del estado iraquí no sería diferente del de Líbano en el pasado o del de Siria hoy. Las semillas de un conflicto interno y guerra civil existen ya, al parecer, especialmente tras la llegada al poder de Jomeni en Irán, un dirigente al que los chiíes de Iraq contemplan como su líder natural. (…)
(…) Iraq, por una parte rico en petróleo y por la otra internamente dividido, tiene todas las garantías para convertirse en candidato para integrar la lista de blancos israelíes. Su disolución es para nosotros incluso más importante que la de Siria. Iraq es más fuerte que Siria. A corto plazo, es la potencia iraquí la que constituye la amenaza mayor para Israel. Una guerra entre Iraq-Irán destrozaría Iraq y causaría su derrumbe interno antes de que pueda organizar una lucha de frente amplio contra nosotros. Todos los tipos de confrontaciones internas árabes nos ayudarán a corto plazo y reducirán el camino hacia el objetivo más importante de romper Iraq en confesiones religiosas, al igual que en Siria y en Líbano. En Iraq es posible una división en provincias con fronteras religioso/étnicas como las de Siria durante la época otomana. De esa forma, habrá tres (o más) estados alrededor de las tres principales ciudades: Basora, Bagdad y Mosul, y las zonas chiíes en el sur se separarán de la zona sunní y del norte kurdo. Es posible que la actual confrontación entre Iraq e Irán profundice esa polarización (…)
Sólo son coincidencias, por supuesto…
Finalmente, el Senado Imperial exige la partición de Iraq.
Los legisladores estadounidenses votaron el miércoles pasado la partición de Iraq en una frágil federación de regiones de base sectaria y urgieron al Presidente George W Bush para que presionara a los dirigentes iraquíes a fin de que manifestaran su acuerdo.
La propuesta partió del Senador Joseph Biden, el sabihondo que encabeza el comité de relaciones exteriores de la Cámara y que se ha presentado a las nominaciones presidenciales del Partido Demócrata de 2008.
Hace unos cuantos meses, el Senador Biden, entrevistado por la cadena de TV Shalom, una importante red judía de televisión por cable en Estados Unidos, llamó a Israel “la mayor y única fortaleza de EEUU en Oriente Medio”. “Soy sionista”, declaró el Senador Biden. “No necesitas ser judío para ser sionista”.
Sabemos que el lobby israelí no tiene una tesis muy convincente sobre el particular, al menos para Noam Chomsky. Por eso, hablemos de coincidencias.
En 1982, Israel Shahak, profesor de la Universidad Hebrea en Jerusalén y presidente de la Liga Israelí de Derechos Humanos y Civiles, escribió:
La idea de que Israel debería desbaratar en pequeñas unidades a todos los Estados árabes se encuentra una y otra vez en el pensamiento estratégico israelí. Por ejemplo, Ze’ev Schiff, el corresponsal militar de Ha’aretz (y probablemente el más entendido en el tema) escribe acerca de lo “mejor” que puede ocurrir en Iraq para los intereses israelíes: “La disolución de Iraq en un estado chií, un estado sunní y la separación de la zona kurda” (Ha’aretz 6.2.82). Actualmente, este aspecto del plan resulta ya muy antiguo.
El Plan Sionista para Oriente Medio de Israel Shahak se basa en “A Strategy for Israel in the Nineteen Eighties”, un ensayo que apareció originalmente en hebreo en KIVUNIM (Direcciones), Revista para el Judaísmo y el Sionismo, Número 14 –Invierno- 5742, febrero de 1982, Editor: Yoram Beck. Comité Editorial: Eli Eyal, Yoram Beck, Amnon Hadari, Yohanan Manor, Elieser Schweid. Publicado por el Departamento de Publicidad del The World Zionist Organization, Jerusalem.
Hay dos pasajes de interés en “A Strategy for Israel in the Nineteen Eighties” de Oded Yinon:
(…) Iraq no es, una vez más, diferente en esencia de sus vecinos, aunque su mayoría sea chií y la minoría gobernante sunní. El 65% de la población no tiene opinión política y una elite del 20% controla el poder. Además, hay una gran minoría kurda en el norte, y si no fuera por la fortaleza del régimen gobernante, el ejército y los ingresos del petróleo, el futuro del estado iraquí no sería diferente del de Líbano en el pasado o del de Siria hoy. Las semillas de un conflicto interno y guerra civil existen ya, al parecer, especialmente tras la llegada al poder de Jomeni en Irán, un dirigente al que los chiíes de Iraq contemplan como su líder natural. (…)
(…) Iraq, por una parte rico en petróleo y por la otra internamente dividido, tiene todas las garantías para convertirse en candidato para integrar la lista de blancos israelíes. Su disolución es para nosotros incluso más importante que la de Siria. Iraq es más fuerte que Siria. A corto plazo, es la potencia iraquí la que constituye la amenaza mayor para Israel. Una guerra entre Iraq-Irán destrozaría Iraq y causaría su derrumbe interno antes de que pueda organizar una lucha de frente amplio contra nosotros. Todos los tipos de confrontaciones internas árabes nos ayudarán a corto plazo y reducirán el camino hacia el objetivo más importante de romper Iraq en confesiones religiosas, al igual que en Siria y en Líbano. En Iraq es posible una división en provincias con fronteras religioso/étnicas como las de Siria durante la época otomana. De esa forma, habrá tres (o más) estados alrededor de las tres principales ciudades: Basora, Bagdad y Mosul, y las zonas chiíes en el sur se separarán de la zona sunní y del norte kurdo. Es posible que la actual confrontación entre Iraq e Irán profundice esa polarización (…)
Sólo son coincidencias, por supuesto…
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