3/10/07

Palestina y Oriente Próximo

03/10/2007
La futilidad de apostar por Estados Unidos para la paz en Palestina
Khalid Amayreh
www.palestine-info.co.uk
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Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos*
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Mientras están en marcha los preparativos logísticos para la conferencia de paz de noviembre que, según se ha informado, tendrá lugar en Annapolis, hay pocos indicios, si es que hay alguno, de que el tan anunciado esfuerzo estadounidense logre conseguir lo que decenas de conferencias, reuniones e iniciativas previas no han logrado conseguir.
De hecho, prácticamente todas las figuras clave que van a participar en la conferencia o que serán invitadas a ella están expresando un profundo escepticismo respecto a las perspectivas de lograr un gran avance, principalmente debido a la persistente negativa por parte de Israel a devolver la tierra palestina robada y a permitir que retornen a casa los minuciosamente atormentados refugiados palestinos, desarraigados de su tierra por medio de la limpieza étnica.
La semana pasada el primer ministro israelí, Ehud Olmert, afirmó que él creía que el principal objetivo de la conferencia que va a tener lugar no debía ser “la construcción de la paz”, sino la preparación del entorno adecuado para permitir que una verdadera construcción de la paz se materialice.
La peculiar forma de entender “la construcción de la paz” por parte de Olmert se está expresando en la expansión absoluta de los asentamientos sólo para judíos en Cisjordania y Jerusalén donde todos los recursos y activos se utilizan a beneficio de los colonos judíos mientras que a los nativos palestinos se les hace sufrir con el propósito de forzarles a abandonar su tierra.
Por otra parte, resulta difícil de entender cómo Olmert y otros dirigentes israelíes pueden conciliar el cruel asesinato diario de palestinos en Gaza con cualquier supuesto deseo de paz por parte de Israel.
Si ver es creer, las fantasmagóricas imágenes de niños palestinos asesinados, mutilados en trozos de desperdigada carne humana por los intensos bombardeos de la artillería israelí sobre barrios densamente poblados nos sugiere que Israel está más interesado en diseminar la sangre de los niños palestinos en edad escolar y menos en luchar por la paz.
Pero lo que Israel quiere es ver un proceso que dure indefinidamente y que continúe el mayor tiempo posible para tener tiempo suficiente de robar lo que queda de tierra palestina y consumar el plan sionista de reducir los centros de población palestinos a una tupida red de campos de concertación y de detención.
Por lo que se refiere a los palestinos y a otros actores árabes, es absolutamente obvio que se están comportando como mendigos, no como interlocutores en igualdad de condiciones.
Es más, mientras Israel estaba masacrando a su pueblo en Gaza y negando a los palestinos su derecho natural de acceso a los santos lugares musulmanes en Jerusalén este, el presidente de Fatah, Mahmoud Abbas, mantenía otro caluroso encuentro con la ministro israelí de Asuntos Exteriores que con su arrogancia característica le dijo que esos civiles palestinos, asesinados por la máquina de guerra israelí, habían muerto por el bien de la paz. Sólo faltó qua esta alta responsable sionista le pidiera a Abbas que diera las gracias a Israel por matar a estas indefensas víctimas inocentes.
Abbas reiteró la postura global palestina de que la clave para la paz era la resolución de las cuestiones centrales que definen el problema palestino, incluyendo la cuestión fundamental de los refugiados palestinos arrancados de sus hogares cuando se creó el Estado de Israel en 1948.
Sin embargo, las afirmaciones de Abbas no tendrán significado alguno si no van respaldadas por una postura política fuerte sobre el terreno. Pero el hecho de que Abbas haya estado actuando como un mendigo, y en esta cuestión como uno indigno, demuestra que o bien no piensa lo que quiere decir o bien no quiere decir lo que piensa.
Por lo que se refiere a los demás países árabes, se limitaron a musitar unas pocas palabras acerca de la necesidad de hacer suficientes preparativos para la conferencia y a advertir acerca de las “graves consecuencias” que esperan a la zona si fracasaba la conferencia.
Sin ofrecer resistencia, estas marionetas posiblemente viajen a Annapolis, aunque sólo sea para complacer y aplacar a su amo supremo. Después de todo los esclavos, como los mendigos, no pueden elegir.
La casi total ausencia de buena voluntad por parte del régimen sionista no es el único esperado asesino de la futura conferencia.La falta de voluntad - y, probablemente, incapacidad- por parte de Estados Unidos para presionar a Israel para que acate las resoluciones de Naciones Unidas hace muy difícil a un observador honesto esperar algún resultado positivo de esta conferencia.
De hecho, Estados Unidos y, especialmente, este gobierno fascista y evidentemente anti-árabe, anti-musulmán y anti-palestino, siempre ha tenido una profunda y romántica relación con la criminalidad, el fascismo y la expansión territorial israelíes.
Hasta una suave crítica de la política y del comportamiento israelíes puede enfadar a Washington y llevar al presidente Bush a quejarse de que la comunidad internacional es excesivamente dura con Israel.
Yendo más al grano, independientemente de la complicidad estadounudense, existe el temor real de que el gobierno Bush pueda usar esta próxima conferencia como otra exposición para urdir planes para atacar un importante país musulmán en Oriente Próximo.
De ocurrir así, los regímenes árabes que asistan a la conferencia podrían ser considerados, y con toda razón, “cómplices” y colaboracionistas que trabajan confabulados con el gobierno Bush contra Irán .
Finalmente, árabes y musulmanes, ¡Dios nos libre!, perderían en ambos frentes, en Palestina en el oeste, donde Israel continuará asesinando y asfixiando a los palestinos y robando su tierra, y en Irán, en el este, donde se crearía otra entidad histórica entre persas y árabes, todo porque estos autoritarios e irresponsables regímenes árabes han elegido postrarse y prostituirse ante sus malvados amos.
Aún suponiendo la mejor de las circunstancias, en realidad las perspectivas de paz parecen sombrías y muy remotas.
Para aquellos que, incluso rudimentariamente, conocen la política interna israelí está claro que aunque Bush decidiera presionar a Israel para que fuera más flexible, Israel, esto es, el gobierno de Olmert, respondería “no” y habría nuevas elecciones en el momento en que el gobierno Bush e encontrará en los crepusculares días finales de su mandato.
Es interesante indicar que durante mucho tiempo el ambiente político en Israel ha estado yendo en una dirección claramente fascista.
Esto significa que indudablemente ganará el fascismo y la patriotería judíos en cualquier pugna electoral entre el ministro de Defensa, Ehud Barak, un nazi asesino de niños, y Benyamin Netanyahu, un igualmente nefando ex-primer ministro judeo-fascista que defiende el apartheid y la esclavitud eternos para los palestinos.
Respecto a la pregunta de qué pasara con Kadima, el nada auténtico partido de Olmert, no hace falta ser un gran analista político para suponer que este partido se desmoronará.
¿Y respecto a qué se puede hacer para proteger los intereses palestinos y evitar que la imperecedera causa palestina se diluya y sea liquidad por la prostitución del sistema internacional?
Bien, los dirigentes palestinos y árabes deberían leer algunos libros de historia y ver por sí mismos que hasta los esclavos pueden revelarse contra sus amos.
Lo digo porque mientras los intereses estadounidenses no se vean dañados o, al menos, perjudicados (no a través de la violencia), el pueblo estadounidense no presionará a su gobierno y a sus congresistas y senadores controlados por los judíos para arrancar a los políticos y a la política estadounidenses del dominio sionista.
Es verdad, Palestina y los palestinos no se librarán del sio-nazismo hasta que, y a menos que, el pueblo estadounidense y su gobierno se libren de la AIPAC y del odioso lobby judío.
El ex -presidente estadounidense Jimmy Carter y algunos destacados intelectuales estadounidenses se han dado cuenta de esta realidad fundamental. Así que, ¿por qué estos regímenes árabes no pueden ver esta misma realidad?
Dejémosles empezar dando algunos pasos simbólico para liberarse a sí mismos de la sumisión ciega a un Estados Unidos controlado por los judíos. ¿Y si en vez de dólares pidieran euros a cambio de su petróleo?

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