18/9/07

Suecia: el problema de la integración de los musulmanes puede causar vuelcos en la política exterior y social

Suecia se muestra, en muchos aspectos, en la vanguardia de la integración de las minorías culturales y religiosas. Una política de visados muy generosa y un mercado laboral dinámico así como la constante búsqueda de mano de obra son, desde hace mucho tiempo, el motor de la inmigración hacia el país escandinavo. Los datos son claros: el 12% de la población residente en Suecia ha nacido fuera de sus fronteras.Sin embargo también en Suecia en los últimos años se están manifestandolas tensiones Occidente-Islam. La creciente preocupación de los ciudadanos suecos y de su Gobierno por asistir a la caída de la multiculturalidad ha estimulado a las políticas interiores y exteriores del País escandinavo.
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Lorenzo Kihlgren
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El nacimiento de una sociedad multiétnica

Suecia, país sin pasado colonialista, abrió sus puertas a la inmigración tras la Segunda Guerra Mundial. La figura del inmigrante, inicialmente vinculada a la mano de obra tan necesaria para el país, se ha visto también asociada con la del refugiado político. Una generosa política de asilo ha dado al país un aspecto realmente multirracial: los inmigrantes de primera generación en Suecia constituyen hoy en día cerca del 12% de la población total del país, una cuota similar a la que se encuentra en Estados Unidos. De ellos, cerca de un tercio de los inmigrantes provienen de los países musulmanes, en particular de Bosnia-Herzegovina, Turquía, Irán, y en los últimos años, de Afganistán e Irak.Inmigración e integración son dos conceptos desde siempre se han considerado inseparables por los gobiernos suecos. El objetivo por parte de Suecia, proporcionar un ejemplo de integración racial pacífica, se ha perseguido por parte de las diversas legislaturas, a través de una serie de medidas loables como el apoyo a las asociaciones de inmigrantes, los medios de comunicación en lengua extranjera o la introducción en el sistema educativo de profesores pertenecientes a las diversas minorías étnicas.

Se puso especial relevancia en el desarrollo de las ciudades, con una serie de medidas, entre ellas el polémico programa 'Un Millón de Casas' de los años 60, y la Iniciativa para el Desarrollo Metropolitano de finales de los años 90, destinados a evitar la formación de guetos, de marginación y criminalidad en las grandes ciudades, y en particular, de las periferias. En este sentido, el Gobierno ha presentado recientemente, bajo la iniciativa de la ministra de Integración Nyamko Sabuni, una serie de medidas para insertar en la realidad laboral del país a los recién llegados. Este modelo, que tiene el beneplácito de la oposición socialdemócrata, prevé una partida presupuestaria de 600 millones de coronas (unos 64 millones de euros) destinados a los municipios que ofrezcan trabajo y cursos de sueco a los recién llegados, mientras otros 600 millones serían utilizados como subsidios mensuales. Esta iniciativa es la respuesta del Gobierno a las críticas de algunos analistas que veían justamente en el estado social sueco, caracterizado por fuertes subsidios de desempleo, una de las mayores causas de la falta de integración de los inmigrantes.

Musulmanes en Suecia: convivencia pacífica y el riesgo de integrismo

La ayuda que el Estado aporta a las asociaciones de inmigrantes ha favorecido la aparición de un gran número de asociaciones musulmanas – desde las juveniles y femeninas a las culturales y más concretamente religiosas – que a menudo tienen sus publicaciones. A la cabeza de éstas, se encuentran el Consejo Musulmán de Suecia (SMR, Sveriges Muslimska Råd), y el Consejo islámico de Suecia, ambos representados en las relaciones por el Comité Estatal de Cooperación Islámica.Las controversias en torno a las asociaciones musulmanas se han acentuado en los últimos tiempos. Se alude especialmente al cierre de la antisemita Radio Islam – actualmente presente en formato digital – así como el asunto de las cartas enviadas, por parte de uno de los dirigentes de la SMR, a los principales partidos políticos suecos pidiendo la creación de leyes especiales para los musulmanes, tales como la necesidad de un Iman para los divorcios entre los musulmanes, o el derecho a festividades específicas dentro del calendario oficial. Las cartas provocaron las críticas de todos los estamentos políticos y dieron lugar a feroces debates en el Consejo. La SMR fue acusada de mantener relaciones con grupos islámicos y de aumentar la influencia de los Hermanos Musulmanes.

La extensión del integrismo musulmán en Suecia es difícil de definir. Según Bassam Tibi, profesor de ciencias políticas en la universidad de Göttingen y gran estudioso de la civilización musulmana, Suecia debería ser uno de los centros neurálgicos del fundamentalismo musulmán en Europa, junto a Alemania, Holanda y Bélgica. La causa de la inclusión de Suecia en la lista sería justamente la política abierta que mantiene el país.Es importante notarque Suecia, al menos hasta ahora, se ha mantenido al margen de los episodios de violencia que se han producido en otros países europeos, como Inglaterra o Francia.No obstante, la población sueca, que comparte los valores de la multietnicidad propugnada por el Gobierno, parece acercarse a otros países occidentales en la desconfianza hacia la inmigración musulmana: los ciudadanos suecos que se declaran contrarios a la idea de limitar la inmigración musulmana se sitúan en torno a 58%, tres puntos menos con respecto al 2006.

Las viñetas sobre Mahoma: Suecia en el ojo del huracán

Pocos meses después de la crisis de las viñetas daneses, un país escandinavo es nuevamente objeto de las protestas del mundo musulmán, que se añade a las amenazas de muerte que recibe por parte de al-Qaeda Lars Vilks, autor de una viñeta satírica sobre Mahoma. Se trata de la multiétnica y pacífica Suecia, tras la publicación en el periódico regional Nerikes Allehanda de algunas imágenes en las que aparecía la cabeza de Mahoma en el cuerpo de un perro callejero, obra del artista sueco. Las reacciones del mundo musulmán no se hicieron esperar: las críticas a la publicación de las viñetas llegaron de numerosos gobiernos, entre ellos Egipto, Jordania, Pakistán y Afganistán, además de la Organización de la Conferencia islámica. En particular cabe destacar las críticas del Presidente Ahmadinejad, que interpretó las imágenes como una 'conjura sionista' – eventualidad que el mismo Vilks quiso desmentir realizando viñetas antisemitas. Además de estas declaraciones de rechazo, se difundieron imágenes de protestas en algunos países musulmanes, sobre todo en Pakistán, donde la bandera sueca y la imagen de Reinfeldt fueron incendiadas. Algunas manifestaciones pacíficas de protesta fueron organizadas en Suecia por parte de las comunidades musulmanas.

Este suceso sembró el malestar en el Gobierno, que respondió desde un primer momento de manera muy activa, intentando evitar los errores ocurridos en Dinamarca. A diferencia del gobierno de Rasmussen, la línea adoptada por la administración sueca es la de una activa y rápida acción diplomática en las relaciones con los estados musulmanes, intentando conseguir diálogos pacíficos entre las diferentes culturas, ratificando también los valores de la democracia sueca, sobre todo aquellos de la libertad de expresión. Los embajadores de 22 países musulmanes fueron convocados por Reinfeldt, que obtuvo de los diplomáticos palabras de aprecio por una estupenda gestión de la crisis, junto a una declaración de rechazo a todo tipo de violencia, tanto física como moral. Las autoridades suecas negaron la necesidad de pedir excusas por las viñetas que, como ha repetido en múltiples ocasiones Estocolmo, es una mera elección editorial que no depende del gobierno, los diplomáticos suecos se inclinaron por expresar su repulsa por la controversia nacida tras la publicación de la viñeta, y no por la publicación en sí. Se podría valorar que en tales actuaciones reina la prudencia: se recuerda que tras la publicación de las viñetas danesas y el aumento de la violencia transcurrieron algunos meses, el tiempo necesario para que la protesta fuera organizada y coordinada.

A la hora de afrontar la situación, el gobierno de Reinfeldt sabía que tenía un 'as en la manga': el arraigado multiculturalismo sueco, valorecompartido por la población y sostenido en el transcurso de las diversas legislaturas suecas. La situación de los musulmanes en Suecia parece contrastar con aquella de los correligionarios de tantos otros países occidentales. Las historias de éxito y carrera profesionales conseguidos por los inmigrantes, incluso los de primera generación, son numerosos, y a menudo son asumidos como modelos por muchos jóvenes en sus países de origen. Entre los ejemplos más notorios, la misma ministra Sabuni, nacida en Burundi de padre cristiano y madre musulmana, emigró a Suecia con sus padres con 12 años, o el famoso cantante iraní, Arash, que llegó a Suecia cuando tenía 10 años. Este aspecto ha sido reconocido por los embajadores convocados y por la propia comunidad musulmana que reside en el país, que utiliza instrumentos democráticos para expresar sus diferencias. El común enfoquemulticultural es la base de las declaraciones de algunos altos exponentes de la iglesia luterana sueca, que se pronunciaron en favor de las protestas pacíficas de los grupos musulmanes suecos.

Conclusiones

La tradicional atención a la integración, unida a la reconocida neutralidad de su política exteriorsitúa a Suecia en una posición relativamente superior con relación a la mayor parte de los estados europeos en la gestión de las relaciones con el Islam. No obstante, la delicada situación internacional requiere a Suecia un nuevo impulso para conservar la reputación de sociedad abierta y multiétnica. Estocolmo parece haber entendido esta situación, como demostró en la gestión de la crisis de las caricaturas de Mahoma. El activismo de la política interior y exterior del gobierno sueco constituyen un posible modelo para las administraciones occidentales.
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Equilibri.net - Italy/18/09/2007

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