Resurge debate sobre el Muro de Berlín
La caída del muro significó la reunificación de Alemania.
Foto: AP
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por: David Rivera
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A 18 años de la caída del Muro de Berlín, diputados alemanes discuten proyecto para la conservación de la parte que aún queda en pie, como un Memorial de la Libertad y la Unidad
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Mexico - Los horrores cometidos por la Alemania Nazi, que terminaron con la derrota de Hitler, encontraron la forma de perpetuarse en este "Muro de Berlín", también conocido como el “Muro de la Vergüenza”. Con su caída, el 9 de noviembre de 1989, se puso fin a una época llena de tensiones que generaba el posible enfrentamiento bélico entre los dos bloques surgidos después de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando en 1949 las tres zonas occidentales de Alemania se convirtieron en la República Federal Alemana, empezaron en ambos lados de Berlín los trabajos de reconstrucción y protección de las fronteras. Mediante la formación de los dos estados alemanes se llevó a cabo la separación política. Entre la RDA y la RFA se desplegaron por primera vez policías y soldados fronterizos. Más tarde se iniciaron las operaciones de construcción de barreras. Berlín se encontraba oficialmente dividido en cuatro sectores desmilitarizados, independientes de ambos estados alemanes, aunque en la práctica esta consideración tenía poca importancia pues la división entre ambos países, era ya un hecho consumado.
Con la intensificación de las tensiones entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos, que tras el embargo de productos de alta tecnología contra el bloque del Este se tornó en una guerra diplomática y la amenaza militar permanente, se reforzaron las fronteras, particularmente por parte del bando oriental.
Las divisiones geográficas en Alemania pasarían con el tiempo, de ser una separación entre los dos nuevos Estados, a ser parte de la frontera entre las dos ideologías políticas y los dos bloques económico-culturales que se enfrentaban en la Guerra Fría.
Las fronteras interiores entre la RDA y la RFA se protegieron con vallas y vigilantes: se creó una zona de 5 km en la que sólo se podía entrar con un permiso especial sólo para residentes. Cerca de la frontera había otros 500 metros de zona prohibida y en la misma frontera una barrera de 10 metros de alto.
Sin embargo, permanecía abierta la frontera entre Berlín Este y Berlín Oeste, difícilmente controlable. Entre 1949 y 1961, unos 2.6 millones de personas abandonaron la RDA desde Berlín Oriental. Sólo en las dos primeras semanas de agosto de 1961 emigraron 47 mil 533 personas. Además, para muchos polacos y checos, Berlín Occidental se convirtió en la puerta hacia occidente. A menudo se trataba de jóvenes bien formados, lo que constituía una amenaza a la economía de la RDA y, en última instancia, a la población de los países.
Ante esta situación, el gobierno de la RDA decidió actuar de manera rápida y contundente. En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, sin previo aviso se construyó el muro entero, quedando sin construir solo una pequeña parte fuertemente vigilada por la policía socialista. Fueron cerrados los accesos a Berlín Oeste por soldados y policías de la RDA mientras tropas soviéticas fueron colocadas a lo largo de la construcción, listas para el posible combate en la frontera aliada. Todos los medios de transporte que aún comunicaban ambos lados de Berlín fueron detenidos. La división estaba consumada.
Durante la existencia del Muro, que fue de casi treinta años, muchas personas intentaron cruzar las fronteras por estar en desacuerdo con el régimen que se les había impuesto. Los ciudadanos intentaron escapar de muchos modos: a través de túneles o saltando el muro desde ventanas cercanas. Algunos lograron salir, otros fueron encarcelados o murieron en el intento.
En la década de los ochenta, la Unión Soviética expresó al mundo el comienzo de sus reformas al régimen socialista con el presidente soviético, Mijail Gorvachov. Ese fue el inicio de una ola de protestas y de movimientos sociales que acabaron por transformar el bloque socialista, hasta casi desaparecerlo.
Entre los países que protestaron en contra de su sistema de gobierno, y en contra de la división, estuvo la República Democrática Alemana. En 1989, bajo la presión del mundo, el gobierno aceptó la apertura de fronteras y el derrumbamiento del Muro. Después de varias décadas, muchas personas volvieron a ver a su familia, y pudieron por fin, salir de un país que les cerraba la libertad de tránsito. El Muro cayó, sin embargo todo había cambiado.
El estado de división política finalizó el 3 de octubre de 1990 cuando la República Democrática Alemana se incorporó a la República Federal.
La última gran parte del muro que aún queda en pie es la llamada "East Side Gallery", sección de 1.3 kilómetros de hormigón decorado por 118 artistas de todo el mundo en 1990, y que se extiende a la largo de una avenida abandonada a la contaminación de los automóviles y a la inclemencia del tiempo.
Los frescos ahí pintados son apenas reconocibles bajo los graffiti de los turistas y la lluvia ha carcomido la estructura del muro, considerado monumento histórico.
Más allá de las tensiones globales que se vivieron durante este periodo de la humanidad, el Muro de Berlín, o al menos lo que de él queda, nos recuerda la fragilidad de la especie humana ante las consecuencias que puede originar la intolerancia y la ambición por el poder; es por eso que, un grupo de artistas y algunas organizaciones desean conservar lo que queda del Muro de Berlín y han presionado a los diputados alemanes para que se apruebe un proyecto que busca conseguir fondos para la conservación del muro llamado "Memorial de la libertad y la unidad" en recuerdo de este acontecimiento.
Este viernes 9 de noviembre, día del aniversario de la caída del muro, los diputados alemanes deberán debatir si se aprueba o no este proyecto de ley.
La reunión se celebrará a pocos metros de las cruces de madera que fueron plantadas cerca del Bundestag en memoria de los que cayeron intentando atravesar "El Muro de la Vergüenza".
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A 18 años de la caída del Muro de Berlín, diputados alemanes discuten proyecto para la conservación de la parte que aún queda en pie, como un Memorial de la Libertad y la Unidad
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Mexico - Los horrores cometidos por la Alemania Nazi, que terminaron con la derrota de Hitler, encontraron la forma de perpetuarse en este "Muro de Berlín", también conocido como el “Muro de la Vergüenza”. Con su caída, el 9 de noviembre de 1989, se puso fin a una época llena de tensiones que generaba el posible enfrentamiento bélico entre los dos bloques surgidos después de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando en 1949 las tres zonas occidentales de Alemania se convirtieron en la República Federal Alemana, empezaron en ambos lados de Berlín los trabajos de reconstrucción y protección de las fronteras. Mediante la formación de los dos estados alemanes se llevó a cabo la separación política. Entre la RDA y la RFA se desplegaron por primera vez policías y soldados fronterizos. Más tarde se iniciaron las operaciones de construcción de barreras. Berlín se encontraba oficialmente dividido en cuatro sectores desmilitarizados, independientes de ambos estados alemanes, aunque en la práctica esta consideración tenía poca importancia pues la división entre ambos países, era ya un hecho consumado.
Con la intensificación de las tensiones entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos, que tras el embargo de productos de alta tecnología contra el bloque del Este se tornó en una guerra diplomática y la amenaza militar permanente, se reforzaron las fronteras, particularmente por parte del bando oriental.
Las divisiones geográficas en Alemania pasarían con el tiempo, de ser una separación entre los dos nuevos Estados, a ser parte de la frontera entre las dos ideologías políticas y los dos bloques económico-culturales que se enfrentaban en la Guerra Fría.
Las fronteras interiores entre la RDA y la RFA se protegieron con vallas y vigilantes: se creó una zona de 5 km en la que sólo se podía entrar con un permiso especial sólo para residentes. Cerca de la frontera había otros 500 metros de zona prohibida y en la misma frontera una barrera de 10 metros de alto.
Sin embargo, permanecía abierta la frontera entre Berlín Este y Berlín Oeste, difícilmente controlable. Entre 1949 y 1961, unos 2.6 millones de personas abandonaron la RDA desde Berlín Oriental. Sólo en las dos primeras semanas de agosto de 1961 emigraron 47 mil 533 personas. Además, para muchos polacos y checos, Berlín Occidental se convirtió en la puerta hacia occidente. A menudo se trataba de jóvenes bien formados, lo que constituía una amenaza a la economía de la RDA y, en última instancia, a la población de los países.
Ante esta situación, el gobierno de la RDA decidió actuar de manera rápida y contundente. En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, sin previo aviso se construyó el muro entero, quedando sin construir solo una pequeña parte fuertemente vigilada por la policía socialista. Fueron cerrados los accesos a Berlín Oeste por soldados y policías de la RDA mientras tropas soviéticas fueron colocadas a lo largo de la construcción, listas para el posible combate en la frontera aliada. Todos los medios de transporte que aún comunicaban ambos lados de Berlín fueron detenidos. La división estaba consumada.
Durante la existencia del Muro, que fue de casi treinta años, muchas personas intentaron cruzar las fronteras por estar en desacuerdo con el régimen que se les había impuesto. Los ciudadanos intentaron escapar de muchos modos: a través de túneles o saltando el muro desde ventanas cercanas. Algunos lograron salir, otros fueron encarcelados o murieron en el intento.
En la década de los ochenta, la Unión Soviética expresó al mundo el comienzo de sus reformas al régimen socialista con el presidente soviético, Mijail Gorvachov. Ese fue el inicio de una ola de protestas y de movimientos sociales que acabaron por transformar el bloque socialista, hasta casi desaparecerlo.
Entre los países que protestaron en contra de su sistema de gobierno, y en contra de la división, estuvo la República Democrática Alemana. En 1989, bajo la presión del mundo, el gobierno aceptó la apertura de fronteras y el derrumbamiento del Muro. Después de varias décadas, muchas personas volvieron a ver a su familia, y pudieron por fin, salir de un país que les cerraba la libertad de tránsito. El Muro cayó, sin embargo todo había cambiado.
El estado de división política finalizó el 3 de octubre de 1990 cuando la República Democrática Alemana se incorporó a la República Federal.
La última gran parte del muro que aún queda en pie es la llamada "East Side Gallery", sección de 1.3 kilómetros de hormigón decorado por 118 artistas de todo el mundo en 1990, y que se extiende a la largo de una avenida abandonada a la contaminación de los automóviles y a la inclemencia del tiempo.
Los frescos ahí pintados son apenas reconocibles bajo los graffiti de los turistas y la lluvia ha carcomido la estructura del muro, considerado monumento histórico.
Más allá de las tensiones globales que se vivieron durante este periodo de la humanidad, el Muro de Berlín, o al menos lo que de él queda, nos recuerda la fragilidad de la especie humana ante las consecuencias que puede originar la intolerancia y la ambición por el poder; es por eso que, un grupo de artistas y algunas organizaciones desean conservar lo que queda del Muro de Berlín y han presionado a los diputados alemanes para que se apruebe un proyecto que busca conseguir fondos para la conservación del muro llamado "Memorial de la libertad y la unidad" en recuerdo de este acontecimiento.
Este viernes 9 de noviembre, día del aniversario de la caída del muro, los diputados alemanes deberán debatir si se aprueba o no este proyecto de ley.
La reunión se celebrará a pocos metros de las cruces de madera que fueron plantadas cerca del Bundestag en memoria de los que cayeron intentando atravesar "El Muro de la Vergüenza".
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esmas - Mexico/09/11/2007
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