Bolivia, Venezuela y Ecuador
En el Ecuador la experiencia política del socialismo del siglo XXI no deja de ser un simulacro cínico de algo de lo que no se sabe en qué consiste ni en qué puede terminar.
-
Por Editorial Diario El Comercio
-
Por Editorial Diario El Comercio
-
Como en otras oportunidades, en Sudamérica coinciden experimentos políticos similares en la forma, pero diferentes en su contenido. Se produjo en aquella época de los populismos parecidos pero fundamentalmente diferentes, como sucedió con Velasco Ibarra, Getulio Vargas, Víctor Raúl Haya de La Torre o Juan Domingo Perón.En la actualidad la situación parece repetirse. Bolivia y el propósito de Evo Morales son un proyecto que no genera un proceso de cambio social. En el caso de Hugo Chávez, la intención presidencial ad infinítum está polarizando, sin beneficio de inventario, a su comunidad, como sucedió en Chile en la época de Salvador Allende. En el Ecuador, por su parte, el caso es de un tubo de ensayo insólito: no existen ni proyectos ni alternativas. En esta última situación, el socialismo del siglo XXI, la revolución ciudadana o ‘la patria ya es de todos’ son un simulacro cínico de algo que no se sabe en qué consiste. En consecuencia, los ecuatorianos deben abordar la opción constituyente con pocos elementos en la agenda y ninguna previsión política.Por eso, la vieja Constitución de 1998 marcará el ritmo a pesar de sus denuestos, pues garantías y derechos deberán ratificarse con mínimos acomodos gramaticales. En cuanto al entorno jurídico y político, salvo las pretensiones sobre la propiedad de los medios de comunicación, la banca y algunas áreas de viejas agendas de la izquierda, la revolución ciudadana aparece precaria y poco contundente en el camino social.En Bolivia, situación que desconoce el Presidente ecuatoriano, la Constituyente no comprendió la realidad de un Estado y de una comunidad dividida; máxime, con los departamentos de la ‘media luna’ que tienen el poder económico. En Venezuela, el presidente Chávez está logrando lo que en su época produjo el dictador Pérez Jiménez: la emergencia opositora de ‘adecos’ y ‘copeyanos’.En Ecuador la situación política es diferente. Aunque no se lo admita, el poder estará entre la asamblea constituyente y la Presidencia. Por tanto, nuestra situación no es parecida a la venezolana ni a la boliviana; en consecuencia, debemos encontrar un nuevo destino, que por la experiencia histórica de otras naciones se hace por el consenso y no por la confrontación.
Como en otras oportunidades, en Sudamérica coinciden experimentos políticos similares en la forma, pero diferentes en su contenido. Se produjo en aquella época de los populismos parecidos pero fundamentalmente diferentes, como sucedió con Velasco Ibarra, Getulio Vargas, Víctor Raúl Haya de La Torre o Juan Domingo Perón.En la actualidad la situación parece repetirse. Bolivia y el propósito de Evo Morales son un proyecto que no genera un proceso de cambio social. En el caso de Hugo Chávez, la intención presidencial ad infinítum está polarizando, sin beneficio de inventario, a su comunidad, como sucedió en Chile en la época de Salvador Allende. En el Ecuador, por su parte, el caso es de un tubo de ensayo insólito: no existen ni proyectos ni alternativas. En esta última situación, el socialismo del siglo XXI, la revolución ciudadana o ‘la patria ya es de todos’ son un simulacro cínico de algo que no se sabe en qué consiste. En consecuencia, los ecuatorianos deben abordar la opción constituyente con pocos elementos en la agenda y ninguna previsión política.Por eso, la vieja Constitución de 1998 marcará el ritmo a pesar de sus denuestos, pues garantías y derechos deberán ratificarse con mínimos acomodos gramaticales. En cuanto al entorno jurídico y político, salvo las pretensiones sobre la propiedad de los medios de comunicación, la banca y algunas áreas de viejas agendas de la izquierda, la revolución ciudadana aparece precaria y poco contundente en el camino social.En Bolivia, situación que desconoce el Presidente ecuatoriano, la Constituyente no comprendió la realidad de un Estado y de una comunidad dividida; máxime, con los departamentos de la ‘media luna’ que tienen el poder económico. En Venezuela, el presidente Chávez está logrando lo que en su época produjo el dictador Pérez Jiménez: la emergencia opositora de ‘adecos’ y ‘copeyanos’.En Ecuador la situación política es diferente. Aunque no se lo admita, el poder estará entre la asamblea constituyente y la Presidencia. Por tanto, nuestra situación no es parecida a la venezolana ni a la boliviana; en consecuencia, debemos encontrar un nuevo destino, que por la experiencia histórica de otras naciones se hace por el consenso y no por la confrontación.
-
DE ÚLTIMA HORA
Eliminatorias: Cardozo no jugará ante Ecuador
Un incendio causa nube de humo en Londres
Precios del crudo caen levemente ante informes sobre OPEP
Nuevo representante de la ONU en Iraq asumió sus funciones
-
OTRAS NOTICIAS SOBRE OPINIÓN
El poder de las personas
Poderes limitados
Quito en la CGLU
Primero la ciudadanía
CAN: ¿Tiene acaso futuro?
DE ÚLTIMA HORA
Eliminatorias: Cardozo no jugará ante Ecuador
Un incendio causa nube de humo en Londres
Precios del crudo caen levemente ante informes sobre OPEP
Nuevo representante de la ONU en Iraq asumió sus funciones
-
OTRAS NOTICIAS SOBRE OPINIÓN
El poder de las personas
Poderes limitados
Quito en la CGLU
Primero la ciudadanía
CAN: ¿Tiene acaso futuro?
-
El Comercio - Ecuador/12/11/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario