El fenómeno Hillary Clinton
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Sin duda, tanto en el mundo de las democracias como en aquellos países que aspiran a liberarse de yugos y dictadores, la figura de la mujer en política adquiere cada vez una mayor relevancia. Desde que mujeres como Sirimavo Bandaranaike(Sri Lanka,60-65,70-77 y 94-2000), Golda Meir (Israel 69-74) e Indira Gandhi (India 66-77 y 80-84) así como Margaret Thatcher (Inglaterra 79-90) adquirieran relevancia internacional por ocupar los cargos políticos de mayor responsabilidad en sus naciones, como que se despertó una mayor inquietud por estudiar el fenómeno de la participación de la mujer en política y de analizar sus posibilidades en un mundo-político-dominado fundamentalmente por los hombres. Se fueron venciendo poco a poco las resistencias y los prejuicios y las mujeres fueron ganando cada vez más espacios en forma tal que ahora, una de ellas está a punto de dirigir a la nación más poderosa de la tierra. Los ejemplos de mujeres gobernantes ya no se cuentan con los dedos de ambas manos como se estilaba argumentar antes, en los últimos treinta años se han multiplicado no solo las que ganan elecciones, sino también aquellas que cuentan con un mayor peso moral o que sirven como referente político en realidades complejas como el caso de Chile, donde llegó al poder Michelle Bachelet, una hija de militar masacrado por Pinochet o en el caso de Burma,-ahora Myanmar-donde la premio nobel de la paz 1991 Aung San Suu Kyi ganara la elección presidencial con el 80% de los votos en 1990, pero que la junta militar que ha detentado el poder por más de 40 años le escamoteara el triunfo condenándola-hasta la fecha- a prisión domiciliaria, pero con un peso político y moral enorme. El próximo año, justamente el 4 de noviembre del 2008, se dará la elección de la presidencia número 44 en la historia de los Estados Unidos de América. Si usted es dado a las apuestas y al juego y si le interesa la contienda, vaya haciendo sus cábalas y apuéstele sin reservas a la segura candidata demócrata Hillary Clinton como la próxima vencedora de la contienda política estadounidense. Hasta el momento ni dentro de su partido ni por parte de los republicanos parece que exista quien pudiera hacerle sombra para dentro de un año. Si alguien encarna actualmente poseer los valores de la tenacidad y perseverancia así como la inteligencia para sobreponerse a las adversidades en la política es precisamente la senadora por Nueva York. A menos de 8 años de que su esposo Bill Clinton dejara la presidencia norteamericana en medio de escándalos y acusaciones -que también con estrategias e inteligencia pudieron sortear con éxito- se ha posicionado en el ánimo del electorado norteamericano y hasta el momento no parece que exista algo -o alguien- que pudiera truncar su propósito de llegar a la meta. ¿Cuáles son los principales factores que sustentan la coyuntura actual para pensar con seguridad que la señora Clinton pudiera ser la presidenta número 44 de esa gran nación que son los Estados Unidos de América? En primer lugar que el actual presidente republicano G. Bush no las trae todas consigo. Sus niveles de aprobación popular han llegado a niveles tan bajos que han afectado directamente las posibilidades de su partido en la próxima contienda. Otros factores son la interminable y –en apariencia- sin salida política guerra de Irak, las malas relaciones con Latinoamérica, y el desgano para entrarle a los principales temas como el medio ambiente y el problema migratorio que llevaron a los republicanos a la derrota en las elecciones para el congreso del 2006. Los temas importantes por lo que se observa, se van a volver a abordar hasta después del proceso electoral del 2008. Hillary Clinton tiene fama de demócrata moderada, sin aceleres y sin demagogia, lo que seguramente le llevará a granjearse al electorado conservador y difícil que tantas trabas le pone a los candidatos que no son del ala republicana. Tiene experiencia y es muy buena abogada. A Bill Clinton lo acompañó cuando fue congresista, después como gobernador de Arkansas, mas tarde en la Casa Blanca y ahora con perfil propio, desde el senado representando a uno de los estados más difíciles e importantes de la unión americana. Después de Franklin D.Roosevelt, Bill Clinton ha sido el presidente que los norteamericanos mejor han valorado, entre otras razones por el enorme despegue económico de EUA durante su gobierno, a pesar de los virulentos ataques políticos que tuvo que enfrentar durante en su gestión. Con él se cumplió la vieja sentencia política de que “golpe que no mata fortalece”. El partido republicano por primera ocasión en años no cuenta con muy buenas cartas. De los siete aspirantes su baraja-de acuerdo a las principales encuestas nacionales- se reduce a Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York, cuestionado por sus excesos; el senador John McCain, de Arizona, sin mayores apoyos hacia el interior de su partido, y que recientemente ha reconocido no contar con recursos económicos suficientes para meterse de lleno a la contienda; así como el senador por Tennessee Fred Thompson y el presidente de la asociación de gobernadores republicanos, el gobernador de Massachusetts Mitt Romney que poco a poco ha ido adquiriendo presencia. Por el lado demócrata, de los nueve aspirantes, el principal rival de Clinton hasta el momento pero lejano en las encuestas, es el joven senador (46 años) por el estado de Illinois Barack Obama, un político con carisma y chispa, pero al que los observadores políticos le reservan mejores tiempos para el futuro; el senador por carolina del norte y ex candidato a la vicepresidencia con John Kerry en el 2004 John Edwards, y alejado todavía más en las encuestas en relación con la senadora figura el gobernador de Nuevo México Bill Richardson, ex colaborador del presidente Bill Clinton. Falta todavía un año para la elección y la política no es muy dada a que a sus costillas se practique la futurología. Las cosas suelen cambiar de un día para otro y el ánimo de muchos electores tiende a manifestarse horas antes o el mero día de la elección. Pero el caso de las elecciones en Estados Unidos guarda consideraciones distintas e ingredientes especiales. En los últimos 10 años a los Clinton les han dicho de todo, hasta de qué se van a morir, les han orquestado todo tipo de campañas en contra y todo tipo de ataques, y para muchos analistas, ya no tienen nada extraordinario -aunque uno nunca sabe- en materia de ataques contra Hillary Clinton como para bajarla de las preferencias del electorado. Los conservadores de siempre aluden al gastado expediente de su condición de mujer, reviven una vieja y errada tesis que no resiste el menor análisis y cae por su propio peso por los ejemplos que hemos estado viendo desde hace años sumándole ahora a Ángela Mérkel, en Alemania y en días pasados en Argentina, Cristina Fernández, así como otros casos de mujeres gobernantes en el mundo que han demostrado que además de mujeres líderes y políticas, tienen tanta o más capacidad que muchos hombres, o sea que no hay que particularizar interesada y sesgadamente el debate sólo sobre su condición de mujeres, sino sobre sus capacidades y talentos que los tienen de sobra. No hay de otra.
bmorenop@rtn.uson.mx
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Termómetro en linea - Mexico/12/11/2007
Sin duda, tanto en el mundo de las democracias como en aquellos países que aspiran a liberarse de yugos y dictadores, la figura de la mujer en política adquiere cada vez una mayor relevancia. Desde que mujeres como Sirimavo Bandaranaike(Sri Lanka,60-65,70-77 y 94-2000), Golda Meir (Israel 69-74) e Indira Gandhi (India 66-77 y 80-84) así como Margaret Thatcher (Inglaterra 79-90) adquirieran relevancia internacional por ocupar los cargos políticos de mayor responsabilidad en sus naciones, como que se despertó una mayor inquietud por estudiar el fenómeno de la participación de la mujer en política y de analizar sus posibilidades en un mundo-político-dominado fundamentalmente por los hombres. Se fueron venciendo poco a poco las resistencias y los prejuicios y las mujeres fueron ganando cada vez más espacios en forma tal que ahora, una de ellas está a punto de dirigir a la nación más poderosa de la tierra. Los ejemplos de mujeres gobernantes ya no se cuentan con los dedos de ambas manos como se estilaba argumentar antes, en los últimos treinta años se han multiplicado no solo las que ganan elecciones, sino también aquellas que cuentan con un mayor peso moral o que sirven como referente político en realidades complejas como el caso de Chile, donde llegó al poder Michelle Bachelet, una hija de militar masacrado por Pinochet o en el caso de Burma,-ahora Myanmar-donde la premio nobel de la paz 1991 Aung San Suu Kyi ganara la elección presidencial con el 80% de los votos en 1990, pero que la junta militar que ha detentado el poder por más de 40 años le escamoteara el triunfo condenándola-hasta la fecha- a prisión domiciliaria, pero con un peso político y moral enorme. El próximo año, justamente el 4 de noviembre del 2008, se dará la elección de la presidencia número 44 en la historia de los Estados Unidos de América. Si usted es dado a las apuestas y al juego y si le interesa la contienda, vaya haciendo sus cábalas y apuéstele sin reservas a la segura candidata demócrata Hillary Clinton como la próxima vencedora de la contienda política estadounidense. Hasta el momento ni dentro de su partido ni por parte de los republicanos parece que exista quien pudiera hacerle sombra para dentro de un año. Si alguien encarna actualmente poseer los valores de la tenacidad y perseverancia así como la inteligencia para sobreponerse a las adversidades en la política es precisamente la senadora por Nueva York. A menos de 8 años de que su esposo Bill Clinton dejara la presidencia norteamericana en medio de escándalos y acusaciones -que también con estrategias e inteligencia pudieron sortear con éxito- se ha posicionado en el ánimo del electorado norteamericano y hasta el momento no parece que exista algo -o alguien- que pudiera truncar su propósito de llegar a la meta. ¿Cuáles son los principales factores que sustentan la coyuntura actual para pensar con seguridad que la señora Clinton pudiera ser la presidenta número 44 de esa gran nación que son los Estados Unidos de América? En primer lugar que el actual presidente republicano G. Bush no las trae todas consigo. Sus niveles de aprobación popular han llegado a niveles tan bajos que han afectado directamente las posibilidades de su partido en la próxima contienda. Otros factores son la interminable y –en apariencia- sin salida política guerra de Irak, las malas relaciones con Latinoamérica, y el desgano para entrarle a los principales temas como el medio ambiente y el problema migratorio que llevaron a los republicanos a la derrota en las elecciones para el congreso del 2006. Los temas importantes por lo que se observa, se van a volver a abordar hasta después del proceso electoral del 2008. Hillary Clinton tiene fama de demócrata moderada, sin aceleres y sin demagogia, lo que seguramente le llevará a granjearse al electorado conservador y difícil que tantas trabas le pone a los candidatos que no son del ala republicana. Tiene experiencia y es muy buena abogada. A Bill Clinton lo acompañó cuando fue congresista, después como gobernador de Arkansas, mas tarde en la Casa Blanca y ahora con perfil propio, desde el senado representando a uno de los estados más difíciles e importantes de la unión americana. Después de Franklin D.Roosevelt, Bill Clinton ha sido el presidente que los norteamericanos mejor han valorado, entre otras razones por el enorme despegue económico de EUA durante su gobierno, a pesar de los virulentos ataques políticos que tuvo que enfrentar durante en su gestión. Con él se cumplió la vieja sentencia política de que “golpe que no mata fortalece”. El partido republicano por primera ocasión en años no cuenta con muy buenas cartas. De los siete aspirantes su baraja-de acuerdo a las principales encuestas nacionales- se reduce a Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York, cuestionado por sus excesos; el senador John McCain, de Arizona, sin mayores apoyos hacia el interior de su partido, y que recientemente ha reconocido no contar con recursos económicos suficientes para meterse de lleno a la contienda; así como el senador por Tennessee Fred Thompson y el presidente de la asociación de gobernadores republicanos, el gobernador de Massachusetts Mitt Romney que poco a poco ha ido adquiriendo presencia. Por el lado demócrata, de los nueve aspirantes, el principal rival de Clinton hasta el momento pero lejano en las encuestas, es el joven senador (46 años) por el estado de Illinois Barack Obama, un político con carisma y chispa, pero al que los observadores políticos le reservan mejores tiempos para el futuro; el senador por carolina del norte y ex candidato a la vicepresidencia con John Kerry en el 2004 John Edwards, y alejado todavía más en las encuestas en relación con la senadora figura el gobernador de Nuevo México Bill Richardson, ex colaborador del presidente Bill Clinton. Falta todavía un año para la elección y la política no es muy dada a que a sus costillas se practique la futurología. Las cosas suelen cambiar de un día para otro y el ánimo de muchos electores tiende a manifestarse horas antes o el mero día de la elección. Pero el caso de las elecciones en Estados Unidos guarda consideraciones distintas e ingredientes especiales. En los últimos 10 años a los Clinton les han dicho de todo, hasta de qué se van a morir, les han orquestado todo tipo de campañas en contra y todo tipo de ataques, y para muchos analistas, ya no tienen nada extraordinario -aunque uno nunca sabe- en materia de ataques contra Hillary Clinton como para bajarla de las preferencias del electorado. Los conservadores de siempre aluden al gastado expediente de su condición de mujer, reviven una vieja y errada tesis que no resiste el menor análisis y cae por su propio peso por los ejemplos que hemos estado viendo desde hace años sumándole ahora a Ángela Mérkel, en Alemania y en días pasados en Argentina, Cristina Fernández, así como otros casos de mujeres gobernantes en el mundo que han demostrado que además de mujeres líderes y políticas, tienen tanta o más capacidad que muchos hombres, o sea que no hay que particularizar interesada y sesgadamente el debate sólo sobre su condición de mujeres, sino sobre sus capacidades y talentos que los tienen de sobra. No hay de otra.
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