Por: Jorge Zavaleta
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Oaxaca, México.- El Apocalipsis no tiene fronteras. La Biblia del capitalismo, el dogma de que el mercado lo resuelve todo, ha perdido credibilidad. Ningún país del planeta puede eximirse de la bancarrota internacional, originada desde los cimientos del Wall Street neoyorkino.
Los bancos latinoamericanos tratan de disfrazar su crisis, asumiendo, como verdad que el cierre de sus instituciones no será similar a lo ocurrido en los EEUU. Pero, al mismo tiempo, no pueden ocultar los temores ante una cercana y aguda tormenta.
Los primeros efectos de la bancarrota norteamericana en América Latina se traducen en la disminución de las remesas y el aumento de las tasas de seguros. Si anualmente los sectores populares recibían unos 70 mil millones de dólares procedentes de EEUU, Europa y Japón, en lo que va del año ya se redujeron en más del 20%.
La Región empieza a reducir sus exportaciones de productos primarios por menor consumo en el mercado estadounidense. El menor precio de los minerales, como cobre, plata, plomo, con excepción del oro, afectará el ingreso de divisas y la generación de empleo. La industria de textiles y fabricación de ropa decrece. En Perú ya se perdieron solo en este rubro 10 mil puestos de trabajo.
“América Latina mostraba signos de desaceleración y el deterioro del modelo de libre mercado a partir de un Estado sin capacidad de supervisión”, opina el economista brasilero Tehotonio Dos Santos. Pues, la crisis será más intensa el 2009, debido a que el sistema financiero está muy globalizado. Las estadísticas recientes indican que Chile y Brasil presentan condiciones macroeconómicas más estables y con menores presiones sociales. En cambio Perú y Colombia, no obstante su relativa estabilidad macroeconómica, no podrán frenar la ola social, porque los gobiernos no aprovecharon los años de “bonanza” para atender programas a favor de una efectiva disminución de la miseria y la pobreza.
El concepto de que solo la inversión garantizaba a la larga el desarrollo integral de un país, comienza a perder sustento. México tan cerca y tan lejos de los EEUU sufrirá impactos imprevisibles.
A pesar del torbellino, la Región considera tener una ventaja frente a los países ricos, porque todo indica que su crecimiento en los últimos cinco años ha sido históricamente superior al de los países desarrollados.
Para algunos países la inflación no es un serio peligro, porque la recesión galopa muy cerca. El Banco Mundial, para no crear pánico señala que el cierre de los bancos latinoamericanos no una amenaza inminente. Pero al mismo tiempo, a nivel global, el control de la crisis financiera resulta muy complejo y difícil. Los vientos huracanados azotan cada atardecer, creando un clima adverso para el pago de la deuda externa.
Para prevenir este efecto, las multilaterales regionales como BID, Corporación Andina de Fomento y Fondo Latinoamericano de Reservas anuncian un fondo de ayuda para los Bancos de Reserva y privados. Pero ahora se pone en evidencia que los recursos de esta “banca de desarrollo” son más costosos que los que un país podría alcanzar mediante bonos soberanos. Economistas de prestigio recomiendan tener muy en cuenta las ventajas de los bonos, aprovechando las próximas inversiones en esta región.
El crecimiento regional a lo largo del último decenio, generó un empresariado optimista pero insensible a los movimientos sociales que exigen una mejor participación de las sobreutilidades de los inversionistas. Ese perfil triunfador ha desparecido y ese mismo capitalista exige más austeridad en el gasto público. El FMI, asociándose con el capital, confirma que “lo peor no ha llegado”.
Sociedades casino
Las Bolsas de Sao Paulo, México, Santiago, Buenos Aires, Lima sufren fuerte tendencia a la baja. Las Administradoras de Fondos de Pensiones pierden sumas incalculables, que en el caso de Argentina ha llevado a la estatización de los fondos, para evitar el colapso que ya había generado la administración corrupta del gobierno de Menem.
La Superintendencia peruana de Banca, Seguros y AFP, pretende paliar la pérdidas en los fondos de pensiones creando una alegórica cuarta categoría, presuntamente de menor riesgo que las otras tres. Y al mismo tiempo salen a luz los privilegios de los gerentes que se pagan con las utilidades de los fondos intangibles, en tanto que los recursos que se juegan en bolsa perjudican a los pensionistas. Esta situación sería más peligrosa para las cajas de pensiones de militares y policías que sufren, además, de una constante corrupción.
Crédito escaso y caro
Brasil ya otorgó nuevos poderes a su Banco Central para ayudar a los bancos que necesitan liquidez o estén en problemas. Ese BCR podría comprar las carteras de crédito externo de bancos brasileños en dificultades. Utilizará parte de sus reservas (207 mil millones de dólares) para financiar operaciones de crédito a sus bancos locales.
Nadie tiene la última palabra. Destacados analistas hablan del fin del liberalismo, de aquellos mercados de los grandes especuladores. Ha muerto la tesis de que todo es mejor cuando menos Estado exista. “García, el presidente del Perú, es un converso tardío a una iglesia en quiebra y con la feligresía en desbande”, dice con ironía el politólogo Javier Diez Canseco.
La banca de inversión ha desparecido. Lo más lamentable es que, como afirma el cineasta Michael Moore, el dinero para aliviar la crisis va los bancos y no a los miles de deudores de viviendas embargadas. Pues, hoy se repite aquella sentencia política de “quién es más ladrón, el que funda un banco o el que roba un banco”. En la década pasada el fujimorismo peruano regaló a los banqueros del Latino y Wiese más de 500 millones de dólares.
Los Tratados de Libre Comercio con EEUU y China comienzan a ser cuestionados. Joseph Stiglitz es un nobel popular, cuando dice: “Si fueran tratados de libre comercio bastaría tener unas dos hojas escritas, pero no quinientas páginas de complicado contenido”.
Ciertamente, en América Latina y el Caribe los efectos del terremoto financiero serán mucho más agudos en el próximo año. Se reducirá el ingreso por tributación, aumentará el desempleo, bajarán los montos de los canon y otras rentas que gozaban las provincias y caerán las divisas.
Los productos de primera necesidad subirán de precio. En algunos países de Sudamérica, productores de petróleo y gas, la gasolina es más cara que en los EEUU. Se ha reducido el presupuesto en proyectos de desarrollo. Se han congelado sueldos y salarios, mientras suben las tarifas de electricidad y de agua. La Comisión Económica para América Latina estima que en este año han aumentado 10 millones de pobres.
Cayeron los paradigmas sobre las bondades del mercado y la escasa regulación. Sin embargo, hay un camino para construir estados democráticos con alto porcentaje de participación ciudadana, con profunda transparencia y una guerra sin tregua a la corrupción, al creciente narcotráfico, al contrabando y la adquisición de armamentos.
América Latina en el 2007 logró una inversión récord de 100 mil millones de dólares. Brasil y México superaron su propia corriente de inversión en el extranjero. Pero esos volúmenes no volverán a registrarse por un largo período.
No todo esta perdido
El empeoramiento de la situación económica debería ser considerado como la emergencia de oportunidades. En promedio tres de cada diez empresas que están al tope de su desarrollo, son reemplazadas por sus competidores.
La publicidad bancaria desciende bruscamente. La publicidad digital por su menor costo se convierte en una interesante alternativa, porque el prolongado silencio de una marca de prestigio podría ser aprovechado por la competencia.
Ningún país latinoamericano se salvará de la crisis, pese a que se encuentran mejor preparados para soportarla, afirma el centroamericano Juan José Daboub, director gerente del BM, al mismo tiempo que anuncia un costoso préstamo para la ampliación del Canal de Panamá.
La cita de APEC
En la última semana de este mes, se realizará en Lima la cumbre de los países de Asía Pacífico. La agenda ha sido cambiada para poner énfasis en los debates respecto a los compromisos comerciales en el marco de un panorama poco alentador y en el cual se pone en duda el crecimiento sostenido de la gran China.
Paul Krugman, Premio Nobel en Economía 2008, condena a la “ortodoxia republicana” que durante los últimos 30 años logró reducir el rol del Estado y bajar los impuestos para los más ricos con el argumento de que así crecería la economía.
Cuando los bancos de inversión -para los que no existía ninguna forma de regulación- empezaron a quebrar y necesitaban ser salvadas por el Estado, Krugman señaló que si las instituciones necesitan ser rescatadas tal como sucedió con los bancos comerciales, entonces, deben ser regulados como ellos.
En América Latina ya se ha tomado conciencia de que los “salvatajes”, “nacionalizaciones” y otras medidas a favor de los bancos, financieras y grupos económicos serán financiados con los impuestos, caída del salario y pérdida de servicios sociales de los trabajadores de los países más pobres. Por ello, se dibuja en el horizonte un ambiente social muy enrarecido, que podría desestabilizar las democracias.
Los defensores del modelo liberal recurren a discursos simplistas. Alan García y Alvaro Uribe afirman que las economías peruana y colombiana están blindadas para soportar una crisis mundial gracias a las medidas adoptadas en su política fiscal y monetaria y protegidas por las ingentes reservas internacionales.
No obstante esas decisiones han generado mayores vulnerabilidades. Por ejemplo, la reducción de aranceles que no logró su objetivo de frenar la inflación, sino incrementó la demanda de importaciones.
En 1997, el Fondo Monetario Internacional en su Asamblea Ejecutiva solicitó el cambio de sus estatutos para imponer la liberalización de los mercados de capitales en el mundo. Esa acción debería ser sancionada por tribunales internacionales, porque se trataría de un delito de lesa humanidad./Fuente: www.argenpress.info
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Ciudadania Express - México/19/11/2008
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