18/5/09

BOLETÍN DEMOCRACY NOW! EN ESPAÑOL

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Rumsfeld utilizó pasajes bíblicos en informes secretos
Obama es criticado por restablecer las comisiones militares
Informe: Se envían Fuerzas Especiales de Estados Unidos a Pakistán
Informe: Mueren mil sospechosos de ser combatientes Talibán en Pakistán
Mueren 29 personas en ataque con avión no tripulado estadounidense en Pakistán
El hermano del Presidente afgano sobrevive ataque
Guardias de Blackwater dispararon contra vehículo civil en Afganistán
Obama habla sobre el debate del aborto en Norte Dame
Aung San Suu Kyi es enjuiciada en Birmania
Obama y Nathanyahu se reunirán en Washington
Cuatro mujeres kuwaitíes electas para el Parlamento
Policía rusa disuelve desfile por derechos de homosexuales
Obama nombra gobernador republicano como enviado a China
General Electric comienza a dragar río Hudson
Obama nombra abogada de General Electric como principal litigante en materia ambiental
Gobierno de Obama autoriza nuevos permisos para minería de extracción de cima de montañas
FBI espió a manifestantes de Iowa antes de Convención Republicana
Grupos indígenas peruanos se oponen a planes para desarrollar recursos naturales
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Democracy Now! - USA/18/05/2009

MURIO MARIO BENEDETTI

EN URUGUAY DECRETARON DUELO NACIONAL. SUS RESTOS SERAN VELADOS HOY EN EL PALACIO LEGISLATIVO DE MONTEVIDEO
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MARIO
Por Eduardo Galeano
El dolor se dice callando.
Pero me pregunto: ¿qué será de nuestra ciudad, sola de él?
¿qué será de Montevideo, mutilada de él?
Y me pregunto:
¿qué será de nosotros, sin su bondad inexplicable?
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Por Juan Gelman
Es indecible el dolor de su pérdida. Fue poeta, fue novelista, fue ensayista y, sobre todas las cosas, fue un hombre bueno. Nunca se doblegó ante el Poder. Su muerte deja el vacío grande que dejan los grandes. De su obra nacerán otros poetas, como él siempre quiso, y seguirá vivo en el tiempo. El ya no sufre, descansa ya.
“Por favor, no se olviden de mi bolígrafo”
El poeta uruguayo falleció en la tarde de ayer en Montevideo a los 88 años. Fue uno de los poetas más leídos y cantados en el mundo de habla hispana. Sufrió persecución y exilio por sus convicciones. En Argentina fue amenazado de muerte por la Triple A.
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Por Silvina Friera
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“Cuando me entierren / por favor no se olviden / de mi bolígrafo.” El poema pertenece a Rincón de haikus, publicado cuando el gran poeta uruguayo promediaba los 80 y la muerte era una sombra cercana con la que empezaba a dialogar para que no lo sorprendiera, para que no lo aplastara con el peso de su evidencia. Mario Benedetti murió ayer a los 88 años en su casa. Será velado hoy a partir de las 9 de la mañana en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo en Montevideo. En Uruguay se ha decretado duelo nacional. No sólo el Río de la Plata se despide con una infinita congoja de este hombre triste y cordial como un legítimo uruguayo, que supo conjurar el dolor de la finitud y escribió que había que vivir como si fuéramos inmortales. En cientos, miles y millones de almas, sin exagerar, garúa finito. Pocos poetas han sido tan saludablemente plagiados como Benedetti. Sus poemas de amor fueron copiados “clandestinamente” por miles de jóvenes que se atribuyeron la autoría para sorprender a esas muchachas esquivas o para acortar las distancias e iniciar un romance. No le molestaba saber de estos plagios y menos le importaba que sonara cursi. Al contrario: él mismo contaba anécdotas de parejas que le confesaban que se habían conocido, por ejemplo, gracias a Inventario. Quién no habrá repetido o cantado alguna que otra estrofa de “Te quiero”, “Por qué cantamos”, “Una mujer desnuda y en lo oscuro” y tantos otros poemas que popularizaron más de cuarenta intérpretes. Su apellido se ha convertido en sinónimo de la poesía hecha canción. La muerte del autor de La tregua se prolongó durante tres años. Comenzó en 2006, cuando murió su mujer Luz, con la que vivió toda la vida. Desde entonces, el impulso vital del autor de más de 80 libros de poemas, novelas, relatos, ensayos y teatro, así como de guiones de cine y crónicas de humor, se fue apagando. La voz del fiel compañero se apagó, finalmente, pero quedan sus poemas de amor y de resistencia.

Sería arriesgado y tal vez apresurado afirmar que su obra será inmortal, pero seguramente muchos de sus poemas ya han adquirido ese estatus porque supo anclar sus versos y textos en los puertos que inquietan a la condición humana: el amor, la muerte, el tiempo, la miseria, la injusticia, la soledad, la esperanza. Sencillamente, fue el cómplice de varias generaciones de lectores y de militantes políticos que, como él, fueron amenazados y tuvieron que escapar, como pudieron, de la muerte. Desde comienzos del 2008 la salud de Benedetti se resintió debido a sus problemas intestinales y a una enfermedad respiratoria crónica de larga evolución. Este año estuvo tres veces internado: en enero, durante casi un mes; luego en marzo, y finalmente en mayo. El ganador de tan preciados premios como el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, nació el 14 de septiembre de 1920 como Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti en Paso de los Toros, departamento de Tacuarembó. La costumbre italiana disparatada de adosar tantos nombres –el poeta siempre recordaba que tuvo un tío que tenía los nombres de todos los reyes que reinaban el día en que nació– fue la primera batalla que libró el escritor hasta que logró suprimir los cuatro nombres restantes en todos sus documentos. Después de una quiebra de la farmacia que tuvo su padre, los Benedetti se trasladaron a Montevideo cuando Mario tenía cuatro años. El niño que se entretenía de la mano de Emilio Salgari y Julio Verne comenzó sus estudios primarios en el colegio Alemán, de donde fue retirado por su padre en 1933.

Tuvo una infancia y adolescencia poco amable y llena de privaciones por los problemas económicos. Vivían en un ranchito con techo de chapas de zinc; su madre tuvo que vender la vajilla, los cubiertos y los regalos del casamiento. A los catorce años Mario empezó a trabajar vendiendo repuestos para automóviles en la empresa Will L. Smith. Se ganó la vida de muchas formas –fue vendedor, taquígrafo de una editorial, cadete, oficinista, gerente de una inmobiliaria y periodista, entre otros oficios que ejerció– hasta que pudo vivir de la literatura. A los 18, en 1938, se vino a Buenos Aires a ver si podía torcer la mala racha familiar, mientras su vocación literaria se afirmaba durante sus lecturas en un banco de la plaza San Martín. Siempre recordaba que sus dos primeros libros, ediciones que las había pagado Benedetti, no vendieron ni un ejemplar. Su primer módico éxito –módico porque la tirada era muy limitada– fue Poemas de oficina (1956), aunque antes había publicado los poemarios La víspera indeleble (1945) y Sólo mientras tanto (1950) y los relatos de Esta mañana y otros cuentos (1949). Le gustaba definirse como un poeta que además escribía cuentos y novelas. Tenía la mano más habituada al poema, pero los cuentos lo hacían sudar. Montevideanos (1959) le llevó dieciocho años terminarlo. “El cuento no admite fallas, se construye palabra por palabra, cada una tiene que tener su rol, y los finales son muy importantes”, decía el escritor que en 1945 se integró al equipo del semanario Marcha, hasta 1974, cuando fue clausurado por la dictadura de Juan María Bordaberry.

Hacia fines de los años cuarenta fue miembro del consejo de redacción de Número, una de las revistas literarias más destacadas de la época, y participó en el movimiento contra el Tratado Militar con los Estados Unidos, su primera acción como militante. Sus viajes a Cuba fueron consolidando el despertar de su conciencia política. En 1968 creó y dirigió el Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas, cargo en el cual se mantendría hasta 1971. Junto a miembros del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, fundó en 1971 el Movimiento de Independientes 26 de Marzo, una agrupación que pasó a formar parte de la coalición de izquierdas Frente Amplio desde sus orígenes. Ese año publicó Crónica del 71, compuesto de editoriales políticos publicados en el semanario Marcha en su mayoría, un poema inédito y tres discursos pronunciados durante la campaña del Frente Amplio. Después del golpe de Estado del 27 de junio de 1973 renunció a su cargo de director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República.

Y llegó el exilio; lo arrancaron de cuajo de su ciudad. Primero cruzó el charco y trató de instalarse en Buenos Aires, en 1973. Fue aquí donde inauguró el “llavero de la solidaridad”: cuando las cosas comenzaron a ponerse oscuras acudía a ese manojo que le abría la puerta de las casas de cinco o seis amigos. Pero la Triple A le “concedió” un plazo de 48 horas para que se fuera y se dirigió a Perú. La peste del terrorismo de Estado y las amenazas parecían seguirlo. En Lima fue detenido y deportado. Los brazos de Cuba lo acogieron en 1976, pero finalmente, Benedetti recalaría en Madrid, donde estuvo exiliado hasta 1983. Fueron diez largos años los que vivió alejado de su patria y su esposa, quien tuvo que permanecer en Uruguay cuidando de las madres de ambos. En esa década que lo vio luchar contra el terror de los años ’70, la versión cinematográfica de su novela La tregua, dirigida por Sergio Renán, fue nominada al Oscar en 1974, a la mejor película extranjera (aunque el premio, finalmente, lo obtuvo la película italiana Amarcord).

Benedetti escribía, lo ha dicho, para esclarecer la mente de un individuo, del ciudadano de a pie. “Las causas en las que creo y que son derrotadas son las que me impulsan, porque gracias a que las defiendo puedo dormir tranquilo. No me siento derrotado en cuanto a mis creencias ideológicas y voy a seguir luchando por ellas. Sin éxito, eso sí”, aclaraba el escritor con los pies en la tierra, pero con la mirada siempre enfocada hacia ese horizonte de utopías que abrazó desde joven. “Siempre digo que los tres grandes utópicos que ha dado este mundo son Jesús, Freud y Marx; gracias a ellos la humanidad ha dado pasos positivos. Aunque de cada utopía se realice un diez por ciento, gracias a ese diez por ciento la humanidad ha mejorado un poco. Yo soy un optimista incorregible.” Regresó a Uruguay, en marzo de 1983, un poco mejor de lo que se había ido, “más ecuánime, más tolerante, menos radical, pero sin perder mis obsesiones”. Fue nombrado miembro del Consejo Editor de la nueva revista Brecha, que sería la continuidad del proyecto de Marcha, interrumpido en 1974. En 1985 Joan Manuel Serrat grabó el disco El Sur también existe sobre poemas de Benedetti, contando con su colaboración personal. Con el “desexilio” llegan los reconocimientos en todo el mundo.

Las líneas no alcanzan para repasar la cantidad de títulos que ha publicado, son más de ochenta en todos los géneros que frecuentó. Se destacan, por mencionar un par, las novelas Gracias por el fuego (1965), La borra del café (1992) y Andamios (1996); los poemarios Inventario uno (1963), Cuando éramos niños (1964), Quemar las naves (1969), Letras de emergencia (1973), Viento del exilio (1981), El amor, las mujeres y la vida (1995), La vida ese paréntesis (1998) y Adioses y bienvenidas (2005) y Testigo de uno mismo (2008); los cuentos de La muerte y otras sorpresas (1968), Con y sin nostalgia (1971), Recuerdos olvidados (1988), Buzón de tiempo (1999) y El porvenir de mi pasado (2003); los ensayos Peripecia y novela (1946), El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974), La realidad y la palabra (1991) y Vivir adrede (2007); y la obra de teatro Pedro y el capitán (1979). En 1999 fue galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana; en 2001 recibió el I Premio Iberoamericano José Martí; en 2002 fue nombrado Ciudadano Ilustre por la Intendencia de Montevideo; en 2005 obtuvo el Premio Internacional Menéndez Pelayo.

Mario, ese Cupido involuntario que no merece quedar libre de culpa y cargo por la cantidad de parejas que unió, sabía que la vida es un paréntesis entre dos nadas. “Yo soy ateo, no creo en Dios ni nada por el estilo. Hay gente que tiene sus creencias religiosas y tiende a sentir que después de la muerte está el Paraíso, o el Infierno, porque muchos han hecho mérito para ir al Infierno. Yo creo en un dios personal, que es la conciencia”, afirmaba el poeta, que trabajaba en un nuevo libro de poesía cuyo título provisional es Biografía para encontrarme. “Muchos de mis poemas son producto de ser hombre de pueblo, y estar cerca del pueblo siempre ha sido una máxima para mí. Lo mejor que me pudo haber pasado en la vida es que lo que escribo le haya tocado el corazón a esa gente, a ese pueblo, a ese hombre de a pie.” Las lágrimas, esta vez, no tienen tregua posible. Y por favor, pensarán muchos ahora que hay que despedirse del compañero, no se olviden del bolígrafo de Mario.
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Por Juan Sasturain
Uruguay poético
Por Uruguay poético
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Página/12 Web - Argentina/18/05/2009

DERECHOS HUMANOS-EEUU: Tortura sin revelar

Por William Fisher
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NUEVA YORK (IPS) - La decisión del presidente Barack Obama de no divulgar fotografías de abusos a prisioneros de Estados Unidos en Iraq y Afganistán fue celebrada en silencio por militares y denostada a viva voz por defensores de los derechos humanos.

Entre quienes critican la resolución figuran expertos en derecho, líderes religiosos y miembros del ala izquierdista del Partido Demócrata, al que pertenece el propio Obama.

La difusión de estas fotografías (Ver), inicialmente programada para el día 28, fue ordenada por un tribunal federal de apelaciones en respuesta a la demanda de la Unión para las Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU), que invocó la Ley de Libertad de Información (conocida por sus siglas en inglés FOIA).

El Departamento de Justicia (fiscalía general) indicó, tras el fallo, que había agotado los recursos legales y que acataría la orden judicial.

Pero el presidente Obama dio un giro de 180 grados y ordenó el miércoles a los abogados del gobierno apelar la decisión. Es probable que el caso termine abriéndose paso hacia la Corte Suprema de Justicia.

"Cualquier abuso a detenidos es inaceptable. Va contra nuestros valores. Pone en peligro nuestra seguridad. No será tolerado", dijo Obama en conferencia de prensa.

Sin embargo, alegó, "la publicación de estas fotografías no aportará ningún beneficio adicional a nuestra comprensión de lo que en el pasado realizó una pequeña cantidad de individuos".

"De hecho, la consecuencia más directa de liberarlas será inflamar más la opinión antiestadounidense y someter a nuestras tropas en un peligro mayor", advirtió el mandatario.

"Las fotografías que fueron requeridas en este caso no son particularmente sensacionalistas, especialmente si se las compara con las dolorosas imágenes que recordamos de Abu Ghraib", agregó Obama.

Las fotografías difundidas en 2004 mostraron abusos y humillaciones contra detenidos en la prisión militar de Abu Ghraib, Bagdad, y desataron una indignación generalizada. Varios guardias de esa cárcel fueron condenados por cortes marciales y su comandante fue cesado.

A consecuencia del escándalo, el Departamento (ministerio) de Defensa clausuró esa prisión, pero a comienzos de este año la reabrió, si bien la dejó bajo control iraquí.

La prensa estadounidense estimó que dos factores pesaron en el cambio de opinión del presidente.

En primer lugar, las objeciones de jerarcas militares preocupados porque esas imágenes causen, de ser divulgadas, agitación en el mundo musulmán. Estados Unidos está comprometido a reducir su presencia militar en Iraq y a renovar su estrategia contrainsurgente en Afganistán.

En segundo término se ubica el discurso que Obama prevé pronunciar el 4 de junio en Egipto. La difusión de las fotografías podría diluir el mensaje de reconciliación del presidente, según miembros del gobierno.

Las objeciones partieron, entre otros funcionarios, del secretario (ministro) de Defensa, Robert Gates; del jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen; del jefe del Comando Central, general David Petraeus; el máximo comandante en Iraq, general Ray Odierno; y el comandante saliente de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, general David McKiernan.

"Difundir ahora estas viejas fotografías (…) alimentará la propaganda de (la red extremista) Al Qaeda y su reclutamiento, debilitará los avances que usted logró en nuestras relaciones internacionales y pondrá en peligro al personal militar y diplomático de Estados Unidos en todo el mundo", le advirtieron en marzo, en una carta, los senadores Lindsey Gram (republicano) y Joe Lieberman (independiente).

Organizaciones de veteranos de guerra también apoyaron la decisión de Obama.

"Más allá de la autoflagelación de ciertos estadounidenses, disturbios y actos terroristas, ¿qué espera la gente que derive de la divulgación de estas fotografías?", preguntó desde el diario The Wall Street Journal David Rehbein, de la Legión Estadounidense.

En cambio, Jameel Jaffer, director del Proyecto de Seguridad Nacional de la ACLU, dijo a IPS que la decisión "es decepcionante, particularmente porque el presidente asumió en público un compromiso con la transparencia en el gobierno".

La organización de derechos humanos Human Rights First considera vital la difusión de las imágenes, por lo que inició una investigación independiente para "evaluar cómo llegamos a estos abusos y proponer salvaguardas para no repetirlos".

El director ejecutivo de la filial estadounidense de Amnistía Internacional, Larry Cox, dijo que la decisión de Obama deja en evidencia "la necesidad urgente de una investigación que exponga, juzgue" y saque conclusiones definitivas sobre las torturas perpetradas.

"Al pueblo estadounidense se le mintió", y se aprobó, en cambio, la acción de funcionarios gubernamentales que autorizaron y justificaron políticas abusivas, sostuvo Cox.

Las críticas a la decisión de Obama también se hicieron oír desde filas conservadoras.

"Sostener que cuanto más truculentos son los abusos o las torturas reveladas en las fotos mayor es la urgencia de (mantenerlos en) secreto para evitar enfurecer a los extranjeros (parece) una página de (la novela) ‘1984’ de George Orwell", dijo a IPS Bruce Fein, presidente de la organización American Freedom Agenda y alto funcionario del Departamento de Justicia en la presidencia del republicano Ronald Reagan (1981-1989).

Mientras, el clérigo cristiano Richard Killmer, director ejecutivo de la Campaña Nacional Religiosa Contra la Tortura, cuestionó al presidente por tomar su decisión después de "prometer el gobierno ‘más abierto y transparente de la historia’".

En diálogo con IPS, Killmer recomendó crear "una comisión que investigue e informe sobre el uso de la tortura desde el 11 de septiembre" de 2001, fecha de los ataques terroristas que dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington.

También se oponen a la decisión de Obama algunos expertos legales como Francis Boyle, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Illinois, quien la calificó de "revés trágico, equivocado y sin principios".

"En vez de obtener un ‘cambio’ real bajo el gobierno de Obama, el pueblo estadounidense experimenta una continuidad sin excepciones con el gobierno desacreditado y criminal de (George W.) Bush (2001-2009) en materia de derecho internacional, derechos humanos y derecho constitucional", dijo Boyle a IPS.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Nacional de Abogados, Marjorie Cohn, recordó que "quienes autorizaron los maltratos que muestran las fotografías no fueron castigados".

"Al negarse a hacerlas públicas, el gobierno está ocultando evidencia que puede usarse para llevar a los reales culpables a la justicia", dijo Cohn a IPS.
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IPS/18/05/2009

Tupac Amaru, hace 228 años

Por: Fortunato Esquivel

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Habían pasado apenas 80 años desde que unos hombres blancos, barbudos y soberbios, llegaron a lo que hoy es América, creyendo que lo hacían a las Indias. Los dueños de esta tierra les recibieron amablemente, pero éstos les sometieron de inmediato. Les llamaron "indios" y de principio declararon que éstos no tenían alma. Así comenzó el saqueo, el pillaje y el sometimiento.
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Era 1572, cuando el último soberano del imperio del Tahuantinsuyo, el Inca Tupac Amaru, fue sometido por los españoles. Durante 40 años, había resistido en las montañas del Perú. Cuando el sable de su verdugo, le partió el pescuezo, los sabios y los profetas del imperio aseguraron que en algún momento del futuro, la cabeza se juntaría nuevamente con el cuerpo para seguir la resistencia. (1)

Tuvieron que pasar dos siglos, en 1781, José Gabriel Condorcanqui Noguera, era el líder de la rebelión más grande de estas tierras. La cabeza y el cuerpo separados se juntaron en él, cuando tomó el nombre de "Tupac Amaru", cumpliéndose así la profecía de su resurrección. Los gratuitos trabajadores de las minas, las haciendas y los talleres, se levantaron, siguiendo al líder que sumaba victoria tras victoria, haciendo peligrar al imperio español.

NO HABIA OTRO CAMINO QUE LA REBELION

Los "indios" habían perdido su propiedad con la imposición del repartimiento y su libertad personal con la encomienda. Para recaudar impuestos, el rey había concedido repartimientos y encomiendas, "por una vida" o sea por una generación, es decir, la del primer colonizador.

Pero los herederos, reclamaron y decidieron al rey su ampliación a "dos vidas" y finalmente a "tres vidas" (2). Las tierras debían volver a poder de sus legítimos dueños, pero eso nunca más ocurrió. Las "leyes de composición", únicamente reafirmaron el sometimiento y el despojo, que por "herencia" sigue aún ahora como único título de propiedad.

No había otro camino que la rebelión. Ardieron los Andes, con los sublevados avanzando hacia el ombligo del mundo para tomarlo. El Cuzco, era el bastión de la defensa española, su conquista los derrumbaría. De haber ocurrido, no se tendría que esperar otros 50 años, para que en La Plata se incendiara nuevamente la América.

Ahí estaba José Gabriel, el Espartaco de los Andes, a punto de culminar una titánica tarea. El Cuzco estaba sitiado, pero igual que Espartaco, Tupac Amaru no se decidía a atacar, pese a las exigencias de su mujer Micaela Bastidas que desde la retaguardia le conminaba: "Tú me vas acabar de pesadumbres. Ya no tengo paciencia para aguantar todo esto. Bastantes advertencias te di. Si quieres nuestra ruina, puedes echarte a dormir".

El Hijo del Sol, no se decidía a provocar una mortandad en el Cuzco, porque allí había indios que la defendían junto a los españoles. Eran traidores, pero eran de su clase. Allí estaba el cacique Pumacahua. Los sitiados recibieron ayuda desde Lima, los que finalmente hicieron lo que no se animó Tupac Amaru.

Los mataron y dejaron laderas y pampas con miles de cadáveres. Se cumplieron las advertencias de su mujer y aunque Amaru logró escapar cruzando a nado el río Combapata, uno de sus capitales que también era su compadre, Francisco Santa Cruz, le traicionó y entregó a cambio de mil pesos y un título de nobleza.

EL 18 DE MAYO MATARON AL HIJO DEL SOL

El jefe rebelde que pudo entrar triunfante al Cuzco, lo hizo cargado de cadenas, insultado y apedreado. Atado al potro del suplicio en la cámara de torturas, fue atormentado por el representante del rey, José Antonio de Areche.

"Reniegas de la sangre europea que corre por tus venas, José Gabriel Condorcanqui Noguera. Tu sentencia está lista. Te arrastrarán al cadalso y el verdugo te cortará la lengua. Te atarán a cuatro caballos por las manos y por los pies. Serás descuartizado. Enviaremos un brazo a Tungasuca y el otro se exhibirá en la capital de Carabaya. Una pierna al pueblo de Livitaca y la otra a Santa Rosa de Lampa".

"¿Quién continúa la rebelión que has iniciado? ¿Quiénes son tus cómplices?. Por última vez, dame nombres", le exige el torturador, pero en un supremo esfuerzo el ensangrentado revolucionario, contesta: "Aquí, no hay más cómplices que tú y yo. Tú por opresor, y yo por libertador, merecemos la muerte".

TERMINO LA REBELION Y A ESPERAR AL OTRO TUPAC

Acallada la rebelión el traidor Mateo García Pumacahua, recibe una medalla del rey de España y una indulgencia plenaria del obispo del Cuzco. Vendió al hijo del Sol a precio vil, como dijo Areche Los traidores de entonces y de ahora, no faltan, están a la orden de quien les ofrece compra lealtad.

Murió José Gabriel, pero no pasaría mucho tiempo hasta que otro, tomaría su lugar. Julián Apaza, panadero y sacristán, se convertiría en Tupac Catari, para continuar la lucha junto a su mujer Bartolina Sisa. Pero esa es otra historia, como otra es la que estamos viviendo ahora, 200 años después, con otro que no es Tupac, pero también es Hijo del Sol.
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(1) Espejos. E. Galeano
(2) El pensamiento político en Bolivia. Alipio Valencia
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Bolpress - Bolivia/18/05/2009

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