Se agranda la disensión entre EEUU y Europa en vísperas de reunión del G-20
Las diferencias entre Estados Unidos y Europa sobre el estímulo fiscal y el tamaño del FMI se han acentuado en vísperas de la reunión de ministros de Finanzas del G-20, en la que aspiran a presentar un frente unificado contra la crisis.
El Gobierno de Estados Unidos quiere que el resto del mundo gaste más para salir juntos del agujero, pero en Europa esa llamada ha caído por ahora en saco roto.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, lleva bajo el brazo a la reunión ministerial del viernes y el sábado en Londres la propuesta de que los Gobiernos pongan en marcha estímulos presupuestarios equivalentes al 2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) este año y el siguiente.
Sólo Estados Unidos, China y Arabia Saudí llegan a ese nivel, según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los países europeos se quedan bien atrás, especialmente en 2010, cuando en Francia y España, por ejemplo, la inyección presupuestaria prevista es muy baja.
La excepción es Alemania, que sí prevé un estímulo del 2 por ciento del PIB el próximo año, según el FMI.
En todo caso, los europeos han recibido con frialdad la propuesta de EEUU, preocupados por el efecto del déficit en las cuentas públicas.
Además argumentan que el gasto social y las ayudas al desempleo aumentan más en tiempos de crisis en Europa que en Estados Unidos, por lo que ese estímulo extraordinario es menos necesario.
Sin embargo, los cálculos del FMI no apuntan a una diferencia muy grande a ambos lados del Atlántico.
El incremento de esos 'estabilizadores automáticos', como se conocen en el argot económico, costarán este año a Estados Unidos un 1,5 por ciento de su PIB, mientras que en Alemania ascenderán al 1,7 por ciento y en España al 1,8 por ciento.
En total, el déficit presupuestario de Estados Unidos superará este año el 12 por ciento del PIB, por lo que Geithner alertó hoy en una audiencia de que, 'pese a lo caro que ya ha sido, nuestro esfuerzo para estabilizar el sistema financiero podría costar más aún'.
También se empieza a hablar en Estados Unidos de la posibilidad de un segundo paquete de estímulo fiscal si la recesión, iniciada en diciembre de 2007, no da visos de tocar fondo.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, no descartó esa perspectiva en una rueda de prensa celebrada hoy.
'Sé que hay gente que ha sugerido que deberíamos estar listos para hacer algo, pero me gustaría realmente ver el efecto de este paquete de estímulo', dijo, tras ser preguntada al respecto.
El Congreso también recibirá la petición de Geithner de más dinero para el FMI.
Geithner quiere que el G-20 eleve en 500.000 millones de dólares las líneas de crédito que un grupo de gobiernos con cuentas saneadas extienden al organismo, lo que triplicaría sus recursos.
'Acogemos positivamente las propuestas de los países miembros para aumentar los recursos del FMI', dijo hoy en una rueda de prensa David Hawley, portavoz de la entidad.
La idea de Estados Unidos supera la petición del propio FMI de que se doblará la cantidad de dinero a la que tiene acceso, que actualmente suma 250.000 millones. Ese es el objetivo con el que ha trabajado la UE.
La cuestión es quién aportará los nuevos fondos, que el organismo dice que son necesarios si debe responder a una crisis de pagos en un país grande en lugar de las naciones pequeñas que hasta ahora han recurrido a su ayuda.
Por ahora, el único país que ha puesto dinero sobre la mesa es Japón, con 100.000 millones de dólares.
Geithner indicó que pedirá al Congreso que extienda al FMI una línea de crédito de otros 100.000 millones de dólares.
Además de Europa, la única fuente adicional significativa de fondos son los países productores de petróleo y China, que gozan de enormes reservas de divisas.
No obstante, China y otros países en desarrollo han señalado que quieren que su aportación de dinero traiga consigo un aumento de su poder de voto en el FMI que refleje su peso en la economía mundial, una exigencia que la institución ha rechazado.
En definitiva, hay consenso en el G-20 a favor de reforzar al FMI, pero no cuánto. Sobre el nivel de estímulo, las posturas están más distantes.
El Gobierno de Estados Unidos quiere que el resto del mundo gaste más para salir juntos del agujero, pero en Europa esa llamada ha caído por ahora en saco roto.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, lleva bajo el brazo a la reunión ministerial del viernes y el sábado en Londres la propuesta de que los Gobiernos pongan en marcha estímulos presupuestarios equivalentes al 2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) este año y el siguiente.
Sólo Estados Unidos, China y Arabia Saudí llegan a ese nivel, según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los países europeos se quedan bien atrás, especialmente en 2010, cuando en Francia y España, por ejemplo, la inyección presupuestaria prevista es muy baja.
La excepción es Alemania, que sí prevé un estímulo del 2 por ciento del PIB el próximo año, según el FMI.
En todo caso, los europeos han recibido con frialdad la propuesta de EEUU, preocupados por el efecto del déficit en las cuentas públicas.
Además argumentan que el gasto social y las ayudas al desempleo aumentan más en tiempos de crisis en Europa que en Estados Unidos, por lo que ese estímulo extraordinario es menos necesario.
Sin embargo, los cálculos del FMI no apuntan a una diferencia muy grande a ambos lados del Atlántico.
El incremento de esos 'estabilizadores automáticos', como se conocen en el argot económico, costarán este año a Estados Unidos un 1,5 por ciento de su PIB, mientras que en Alemania ascenderán al 1,7 por ciento y en España al 1,8 por ciento.
En total, el déficit presupuestario de Estados Unidos superará este año el 12 por ciento del PIB, por lo que Geithner alertó hoy en una audiencia de que, 'pese a lo caro que ya ha sido, nuestro esfuerzo para estabilizar el sistema financiero podría costar más aún'.
También se empieza a hablar en Estados Unidos de la posibilidad de un segundo paquete de estímulo fiscal si la recesión, iniciada en diciembre de 2007, no da visos de tocar fondo.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, no descartó esa perspectiva en una rueda de prensa celebrada hoy.
'Sé que hay gente que ha sugerido que deberíamos estar listos para hacer algo, pero me gustaría realmente ver el efecto de este paquete de estímulo', dijo, tras ser preguntada al respecto.
El Congreso también recibirá la petición de Geithner de más dinero para el FMI.
Geithner quiere que el G-20 eleve en 500.000 millones de dólares las líneas de crédito que un grupo de gobiernos con cuentas saneadas extienden al organismo, lo que triplicaría sus recursos.
'Acogemos positivamente las propuestas de los países miembros para aumentar los recursos del FMI', dijo hoy en una rueda de prensa David Hawley, portavoz de la entidad.
La idea de Estados Unidos supera la petición del propio FMI de que se doblará la cantidad de dinero a la que tiene acceso, que actualmente suma 250.000 millones. Ese es el objetivo con el que ha trabajado la UE.
La cuestión es quién aportará los nuevos fondos, que el organismo dice que son necesarios si debe responder a una crisis de pagos en un país grande en lugar de las naciones pequeñas que hasta ahora han recurrido a su ayuda.
Por ahora, el único país que ha puesto dinero sobre la mesa es Japón, con 100.000 millones de dólares.
Geithner indicó que pedirá al Congreso que extienda al FMI una línea de crédito de otros 100.000 millones de dólares.
Además de Europa, la única fuente adicional significativa de fondos son los países productores de petróleo y China, que gozan de enormes reservas de divisas.
No obstante, China y otros países en desarrollo han señalado que quieren que su aportación de dinero traiga consigo un aumento de su poder de voto en el FMI que refleje su peso en la economía mundial, una exigencia que la institución ha rechazado.
En definitiva, hay consenso en el G-20 a favor de reforzar al FMI, pero no cuánto. Sobre el nivel de estímulo, las posturas están más distantes.
-
Terra - España/13/03/2009
-