SIN FECHA DE VENCIMIENTO
LOS VENEZOLANOS VOTARON A FAVOR DE LA ENMIENDA CONSTITUCIONAL QUE PERMITE LA REELECCION INDEFINIDA
Más del 54 por ciento de los venezolanos votó por el Sí a la reforma constitucional que habilita la reelección ilimitada en ese país. El presidente Hugo Chávez, que podrá presentarse para un nuevo período cuando culmine en 2012 su actual mandato, dijo que fue “una clara victoria del pueblo y la revolución”
Chávez ya tiene su camino allanado
El Sí ganó con el 54,3 por ciento contra el 45,6 de los sufragios. El mandatario festejó ante una multitud. “Fue una gran victoria de la revolución.” A partir de ahora no habrá límites para que un presidente se presente a elecciones.
El Sí ganó con el 54,3 por ciento contra el 45,6 de los sufragios. El mandatario festejó ante una multitud. “Fue una gran victoria de la revolución.” A partir de ahora no habrá límites para que un presidente se presente a elecciones.
Atilio Boron, Gabriel Puricelli y Lucía Alvarez
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Una multitud salió a festejar incluso antes de que la Corte Electoral anunciara su primer boletín.
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El pueblo venezolano dijo Sí al proyecto de enmienda constitucional propuesto por su presidente, Hugo Chávez. Con un 94 por ciento de las mesas electorales escrutadas y una abstención que llegó al 32 por ciento, al cierre de esta edición Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), anunció que el SI se impuso con un 54,36 por ciento de los votos frente a un 45,63 de sufragios obtenidos por el NO. A partir de ahora ya no habrá límites para la cantidad de veces en que se puede elegir un cargo que sea consagrado mediante el voto popular. “Viva el pueblo venezolano. Viva la Constitución bolivariana. Ha sido una gran victoria de la revolución”, proclamó Chávez exultante, desde el balcón del Palacio de Miraflores, ante una marea roja de venezolanos después de cantar el himno nacional. “Febrero, siempre febrero. Febrero rebelde”, lanzó el líder sosteniendo una Constitución en la mano.
La apuesta fue fuerte, y el líder bolivariano así lo anunció apenas iniciada la jornada de ayer, cuando expresó que buena parte de su destino político se ponía en juego con la consulta popular. “Vengo con mis hijas y nietos, muy consciente ante el pueblo venezolano de que hoy –por ayer– en las mesas electorales se está decidiendo mi destino político. Para mí, como ser humano y soldado de esta lucha, es importante. Pido a Dios que el proceso termine bien y se imponga la voluntad del pueblo”, dijo el mandatario venezolano. Las urnas lo respaldaron.
Pero en realidad, según Chávez, la apuesta fue aún más grande. Lo que se decidió ayer fue, según él, no la posibilidad de su permanencia en el cargo, sino el carácter del futuro de Venezuela. De acuerdo con su metáfora dramática, el ser o el no ser. “Los bolivarianos, los patriotas, tenemos un proyecto que le está dando el ser a Venezuela. Nos estamos jugando el ser o no ser una nación libre, soberana y socialista, mediante la reafirmación de los principios de nuestra Revolución Bolivariana”, declaró el presidente en las primeras horas de la mañana.
Y esos principios, de acuerdo con los números, fueron reafirmados en una jornada que comenzó bien de madrugada y que se desarrolló en total normalidad. Con 140.000 efectivos militares custodiando los centros de votación, no hubo incidente alguno. Las 33.000 mesas electorales desplegadas a lo largo y ancho del país caribeño estuvieron abiertas desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde, pero los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) no pudieron esperar. Desde las cuatro de la mañana (6.30 de Argentina), recorrieron las calles de Caracas con fuegos artificiales y el sonido de una diana militar, sacando a más de uno de la cama, llamando a todo el mundo a votar. No era cuestión de llegar tarde.
En la calle y haciendo fila, muchos vecinos de la barriada popular de Catia, al oeste de Caracas, dejaron saber sus opiniones. “Hugo Chávez es el único, no hay otra alternativa”, afirmó Conchita Reques, una mujer de 68 años y entusiasta bolivariana. “Me quedé viuda, tenía que matarme a trabajar para sacar adelante a mis dos hijos. Llegó Chávez, mi pensión aumentó y mi vida cambió. Nadie antes se había ocupado de nosotros. Este pueblo recuperó su dignidad”, aseguró. Otros se sumaron. “Antes, este pueblo estaba a la deriva. Aquí entraba el dinero, pero no se veía ningún resultado y ahora sirve para ayudar a la agente. ¿En qué líder de la oposición se podría confiar como confiamos en Chávez?”, se preguntó Ana Llamuca, aguardando su turno para votar.
No obstante, otros se manifestaron en sentido contrario. “Tenemos que buscar una renovación. El gobierno hizo cosas buenas pero ¿qué me dicen de la inseguridad, de la corrupción?”, remarcó Javier Solórzano, vecino del mismo barrio.
En otros primó una clase de análisis intermedio. Jesús Madrid, economista de 52 años, consideró que nadie se queda en el poder si no hace las cosas bien. “Creo en este proceso revolucionario. Pero votar hoy por esta enmienda no significa que Chávez vaya a quedarse toda la vida. Dependerá de si lo hace bien o mal”, dijo el economista. Y agregó: “Si las elecciones se celebraran mañana, yo votaría por Chávez. Su balance de gobierno es muy bueno y además, la oposición no puede regresar al poder para cometer las mismas tonterías del pasado”.
Ya para el mediodía el 40 por ciento de los 17 millones de venezolanos convocados a votar habían cumplido con su deber cívico. Al salir del cuarto oscuro, Chávez aseguró que la propuesta de enmienda formaba parte de una nueva forma de gobernar. “Esto se encuadra dentro de una nueva doctrina constitucional que tiene como vanguardia a Venezuela y en la cual el pueblo es el que decide”, sentenció, mencionando a Ecuador y a Bolivia dentro de la misma senda.
Por su parte, los líderes de la oposición también aprovecharon el momento de sufragar para hacer declaraciones. “Hay que votar y hay que ganar. Esto va por los mejores caminos, vamos encaminados a lo que Venezuela sueña y lo que Venezuela quiere”, destacó un todavía optimista Manuel Rosales, alcalde opositor de Maracaibo, segunda ciudad de Venezuela.
La mayor parte de las mesas cerró a la hora señalada, puesto que pasadas tres horas del horario estipulado, todavía quedaban filas de votantes a la espera de tocar la pantalla electrónica. Aún sin números en mano, los oficialistas comenzaron a cantar victoria. “Podemos esperar los resultados con una sonrisa en la cara”, deslizó Jorge Rodríguez, jefe de campaña del SI. Grupos de estudiantes opositores se reunieron y llamaron a preservar cada voto, pidiéndoles a los ciudadanos a acercarse a las mesas a presenciar el recuento.
Los votos se cuidaron, las boletas se contaron, el pueblo votó y el SI ganó. “Uh, ah, Chávez no se va”, gritó la multitud.
La apuesta fue fuerte, y el líder bolivariano así lo anunció apenas iniciada la jornada de ayer, cuando expresó que buena parte de su destino político se ponía en juego con la consulta popular. “Vengo con mis hijas y nietos, muy consciente ante el pueblo venezolano de que hoy –por ayer– en las mesas electorales se está decidiendo mi destino político. Para mí, como ser humano y soldado de esta lucha, es importante. Pido a Dios que el proceso termine bien y se imponga la voluntad del pueblo”, dijo el mandatario venezolano. Las urnas lo respaldaron.
Pero en realidad, según Chávez, la apuesta fue aún más grande. Lo que se decidió ayer fue, según él, no la posibilidad de su permanencia en el cargo, sino el carácter del futuro de Venezuela. De acuerdo con su metáfora dramática, el ser o el no ser. “Los bolivarianos, los patriotas, tenemos un proyecto que le está dando el ser a Venezuela. Nos estamos jugando el ser o no ser una nación libre, soberana y socialista, mediante la reafirmación de los principios de nuestra Revolución Bolivariana”, declaró el presidente en las primeras horas de la mañana.
Y esos principios, de acuerdo con los números, fueron reafirmados en una jornada que comenzó bien de madrugada y que se desarrolló en total normalidad. Con 140.000 efectivos militares custodiando los centros de votación, no hubo incidente alguno. Las 33.000 mesas electorales desplegadas a lo largo y ancho del país caribeño estuvieron abiertas desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde, pero los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) no pudieron esperar. Desde las cuatro de la mañana (6.30 de Argentina), recorrieron las calles de Caracas con fuegos artificiales y el sonido de una diana militar, sacando a más de uno de la cama, llamando a todo el mundo a votar. No era cuestión de llegar tarde.
En la calle y haciendo fila, muchos vecinos de la barriada popular de Catia, al oeste de Caracas, dejaron saber sus opiniones. “Hugo Chávez es el único, no hay otra alternativa”, afirmó Conchita Reques, una mujer de 68 años y entusiasta bolivariana. “Me quedé viuda, tenía que matarme a trabajar para sacar adelante a mis dos hijos. Llegó Chávez, mi pensión aumentó y mi vida cambió. Nadie antes se había ocupado de nosotros. Este pueblo recuperó su dignidad”, aseguró. Otros se sumaron. “Antes, este pueblo estaba a la deriva. Aquí entraba el dinero, pero no se veía ningún resultado y ahora sirve para ayudar a la agente. ¿En qué líder de la oposición se podría confiar como confiamos en Chávez?”, se preguntó Ana Llamuca, aguardando su turno para votar.
No obstante, otros se manifestaron en sentido contrario. “Tenemos que buscar una renovación. El gobierno hizo cosas buenas pero ¿qué me dicen de la inseguridad, de la corrupción?”, remarcó Javier Solórzano, vecino del mismo barrio.
En otros primó una clase de análisis intermedio. Jesús Madrid, economista de 52 años, consideró que nadie se queda en el poder si no hace las cosas bien. “Creo en este proceso revolucionario. Pero votar hoy por esta enmienda no significa que Chávez vaya a quedarse toda la vida. Dependerá de si lo hace bien o mal”, dijo el economista. Y agregó: “Si las elecciones se celebraran mañana, yo votaría por Chávez. Su balance de gobierno es muy bueno y además, la oposición no puede regresar al poder para cometer las mismas tonterías del pasado”.
Ya para el mediodía el 40 por ciento de los 17 millones de venezolanos convocados a votar habían cumplido con su deber cívico. Al salir del cuarto oscuro, Chávez aseguró que la propuesta de enmienda formaba parte de una nueva forma de gobernar. “Esto se encuadra dentro de una nueva doctrina constitucional que tiene como vanguardia a Venezuela y en la cual el pueblo es el que decide”, sentenció, mencionando a Ecuador y a Bolivia dentro de la misma senda.
Por su parte, los líderes de la oposición también aprovecharon el momento de sufragar para hacer declaraciones. “Hay que votar y hay que ganar. Esto va por los mejores caminos, vamos encaminados a lo que Venezuela sueña y lo que Venezuela quiere”, destacó un todavía optimista Manuel Rosales, alcalde opositor de Maracaibo, segunda ciudad de Venezuela.
La mayor parte de las mesas cerró a la hora señalada, puesto que pasadas tres horas del horario estipulado, todavía quedaban filas de votantes a la espera de tocar la pantalla electrónica. Aún sin números en mano, los oficialistas comenzaron a cantar victoria. “Podemos esperar los resultados con una sonrisa en la cara”, deslizó Jorge Rodríguez, jefe de campaña del SI. Grupos de estudiantes opositores se reunieron y llamaron a preservar cada voto, pidiéndoles a los ciudadanos a acercarse a las mesas a presenciar el recuento.
Los votos se cuidaron, las boletas se contaron, el pueblo votó y el SI ganó. “Uh, ah, Chávez no se va”, gritó la multitud.
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Por Atilio A. Boron *
Un desafío a futuro
Un desafío a futuro
Por Gabriel Puricelli y Lucía Alvarez
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Página/12 Web - Argentina/16/02/2009