- ¿Cómo empezar esta carta? es lo que me estuve preguntando durante mucho tiempo, si algún día me atrevía a escribirte algunas de mis inquietudes sobre nuestro continente, intentaría ser, eso sí, conciso. Sabiendo que hay mucho que decir, porque han pasado muchas cosas en América latina, y en el mundo. Vos dejaste sin querer ni pretenderlo, tu impronta en la praxis revolucionaria.
Vos, como todos sabemos, naciste en Argentina, te hiciste Cubano y mucho antes, te habías hecho - sin querer ni pretenderlo - latinoamericano, tanto, que no te importaba dar la vida – y la diste – por cualquier país latinoamericano, eso también lo sabemos, el dónde, cuándo y el cómo, diste tu vida. Desde entonces, el día de tu martirio, siempre ha sido – y sigue siendo – un referente no sólo en nuestro continente, para el mundo entero, también. Se te recuerda – y se te practica – ahí donde la injusticia se comete a diario. Los pueblos donde se lucha no se han convertido en otro Vietnam, no. Pero la lucha por la igualdad sigue siendo elemental para las transformaciones sociales. Ahora en el continente los cambios se van haciendo de a poquitos. No se han hecho revoluciones como las de Cuba pero se ha hecho - y se está haciendo - todo lo posible por mejorar la situación de millones de pobres en el planeta. En algunos, sin embargo, se hizo y se triunfó. En otros se intentó, casi se tenía el triunfo, pero, como suele pasar, no se consiguió porque la dirigencia del movimiento guerrillero no lo quiso; porque no lo convenía, o simplemente porque le tenían miedo al triunfo, o, a los yanquis. Ahora muchos creen que era más lo segundo que lo primero, el miedo a que los yanquis intervinieran. Si, Che, te hablo de Nicaragua donde se consiguió pero se la arrebató, la injerencia millonaria de los yanquis y las mil y una mentira de la “contra” y que se contaron, pudieron más que la praxis revolucionaria de ese pequeño país. Y, el otro caso, es el de Pulgarcito de América (por cierto que te equivocaste al decir que en El Salvador, no podía haber guerrilla. La hubo). Ellos, casi tuvieron el triunfo en las manos, así lo dicen much@s que participaron de esa lucha.
Ahora, a 42 años de tu asesinato, vientos nuevos soplan en América latina, en casi todo el continente, se estremece el capital con la participación popular, no por medio de la lucha revolucionara (ya quisiéramos muchos que así fuera) es simplemente en la participación popular. Se están consiguiendo “los cambios” pequeños en unos, en otros significativos cambios, sí, por medio de las elecciones burguesas, y, a pesar de que el pueblo elige a quien ellos consideran idóneo para que gobierne su país. La burguesía, el imperialismo –que sigue haciendo de las suyas – se inquietan. Y eso que son ellos, los primeros, en decir que defienden la democracia. Sin embargo, cuando el pueblo participa y elige democráticamente a sus dirigentes, vienen estos dos buitres, gringos y burgueses, y empiezan a maquinar asesinatos, golpes de estado y un sinfín de maquiavélicas estrategias, para quitar del poder a quien el pueblo ha elegido.
En estos momentos de la historia, es necesario recordar aquellas palabras tuyas, “en el imperialismo, no se debe confiar, ni un tantito así” porque, sí, es el imperialismo el que sigue haciendo de las suyas, y no solo en América latina, en el mundo entero, que no es más que, la guerra como carta de presentación; el asesinato y los golpes de estado como seudónimos de éste. Pero los cambios continúan. Sabiendo ya quién no quiere esos cambios que favorezcan a las amplias mayorías del continente, la lucha a 42 años de tu martirio, la lucha continúa a paso lento, pero continúa. - LQSomos. Txanba Payés. Octubre de 2009. - - LQSomos/08/10/2009 |