ELREY SAUDÍ AFIRMA QUE EL DESASTREDE LOS PAISES ÁRABES ES CULPA DE SUS GOBERNANTES
Los Estados árabes afrontan una coyuntura crucial en situación calamitosa. Y aunque Occidente no es ajeno al desastre, los déspotas de Oriente Próximo no podrán revertir el desastre sin proceder antes a una serena autocrítica sobre sus acciones pasadas. Es lo que hizo ayer y sin tapujos el rey Abdalá de Arabia Saudí en su discurso inaugural de la cumbre de la Liga Árabe que se celebra en Riad: "La culpa es nuestra. Las disputas entre los líderes de la nación árabe nos han hecho perder confianza en nuestra capacidad".Abdalá condena la "ocupación ilegítima de Irak" y la amenaza del programa nuclear iraquí
JUAN MIGUEL MUÑOZ
ENVIADO ESPECIAL
Riad 29-03-2007
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Los gobernantes árabes pretenden regenerar esa capacidad para encarar dos retos: "La ocupación ilegítima de Irak" por parte de EE UU, como la definió el monarca, y el programa nuclear iraní, desafío para el que estudian un pacto militar.
Cuatro países, Irak, Líbano, Sudán y Somalia, y un territorio ocupado por Israel, Palestina, sufren conflictos armados de intensidad variable. Las crisis económicas, salvo en los ricos emiratos petrolíferos, son casi endémicas en la mayoría de los países árabes. Y la tendencia a la reyerta entre los dirigentes, y en el interior de sus países, es una tradición arraigada desde la caída del Imperio Otomano, en 1918.
A diferencia de otras reuniones, jalonadas siempre de broncas o boicoteos, la 19ª cumbre de la Liga Árabe parece ser la de la unidad. Muy rara vez se ha logrado un quórum como el que ayer se produjo en la apertura de la cita. Sólo el líder libio, Muammar el Gaddafi -"no sé por qué acuden a la reunión, ya está todo decidido en Washington", afirmó- se abstuvo de viajar. Nadie mejor que la poderosa Arabia Saudí, primer productor y exportador mundial de petróleo, para forjar un cierre de filas.
Aunque no caben paños calientes en la región, es poco habitual que un dirigente árabe se exprese en público con la franqueza con que se despachó el rey Abdalá y lance autocríticas de semejante envergadura. "Hace 60 años la Liga nació como un foro para la unidad árabe. La cuestión es, ¿qué hemos conseguido? Estamos más lejos de la unidad que cuando la Liga fue constituida", declaró el monarca. "La pérdida de credibilidad", añadió, "ha alentado las intervenciones extranjeras... La Liga es un foro que refleja nuestra realidad. La culpa es nuestra, de los líderes de la nación árabe. Nuestras constantes diferencias nos han hecho perder confianza en nuestra capacidad".
Existe la percepción de que se trata de una cita histórica en un periodo de turbulencias; de que si cada régimen hace la guerra por su cuenta, el destino de los países árabes se decidirá fuera de sus fronteras. Y así lo percibe también la inmensa la mayoría de los ciudadanos. Los destinatarios del mensaje escuchaban en la grandiosa sala del Centro de Conferencias Internacionales Rey Abdulaziz, un derroche de lujo. Si esta vez el mundo árabe no demuestra unidad -una obsesión del monarca saudí-, su capacidad de influencia se verá seriamente dañada.
Única potencia regional
Cada vez es más evidente que el reino saudí es la única potencia regional que muestra músculo y resuelve querellas de sus vecinos. Ha sucedido en Palestina, donde su mediación resultó vital para que Hamás y Al Fatah formaran el Gobierno de unidad nacional. Está en ello en el endiablado Líbano. Y no parece dispuesto a dejar que EE UU haga y deshaga a su antojo en Irak. "En nuestro querido Irak la sangre de nuestros hermanos fluye a la sombra de una ocupación extranjera ilegítima, y el odio y el sectarismo amenaza con una guerra civil", subrayó Abdalá.
Sin embargo, no sólo a Washington, su firme aliado, se dirigen las palabras del rey. Los mensajes se dirigieron a diestro y siniestro. Si Riad ha arrebatado al desangelado Egipto el liderazgo del mundo árabe, Irán trata de destronar a Riad al frente del mundo musulmán. De ahí que en la cumbre de Riad, que concluye hoy, se esté debatiendo un plan de seguridad para los 22 Estados miembros que incluye la cooperación en materia nuclear.
Como aseguraba recientemente un alto funcionario europeo que visita Oriente Próximo con frecuencia, "Arabia Saudí tiene tres fijaciones: Irán, Irán e Irán". "Hay una necesidad de crear un concepto global de seguridad a la vista de los peligros y amenazas... Y es urgente una revisión de la cuestión nuclear en la región", reza el documento sometido a discusión.
Sólo Riad -donde ayer se observaba una presencia policial y militar masiva, con numerosas avenidas de la extensa ciudad cortadas al tráfico- puede jugar este papel a varias bandas. Porque, por otro lado, también ejerce toda su influencia para impedir que Estados Unidos se embarque en un ataque militar contra Irán que desestabilizaría toda la región.
Paz por territorios
La cumbre aprobó ayer por unanimidad el plan de paz saudí para Palestina, en el que se propone el reconocimiento de Israel por parte de los 22 Estados árabes, a cambio de una retirada completa de los territorios ocupados, sin excluir Jerusalén Este.
Incluso Hamás ha adoptado una actitud ambigua para no boicotear la propuesta. El primer ministro, Ismail Haniya, trazó una línea roja que su movimiento no cruzará. "Espero que los países árabes sigan asumiendo la obligación de no comprometer bajo ninguna circunstancia el derecho al retorno de los refugiados", declaró a Reuters.
Sólo algunos líderes han hablado en contra de las intenciones de Riad de encauzar el peliagudo asunto de los cuatro millones de refugiados palestinos mediante compensaciones económicas destinadas a los que decidan quedarse a vivir en los países de acogida. Lo hizo el presidente de Líbano, Emile Lahoud: "El establecimiento de los palestinos no sólo afecta a su causa, también afecta a la estructura de la sociedad libanesa".
El rey Abdalá mantiene un pulso con Lahoud, considerado aliado de Siria, desde el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, apadrinado por Riad. Lahoud fue el único jefe de Estado que no fue recibido a pie del avión por el monarca saudí.
Personaje: Abdalá Ben abdelaziz Al saúd
Pais: Arabia Saudí
Pais: Irak
Pais: Egipto
Tema: Oriente Próximo
Fotografía: El rey saudí, Abdalá, habla con Hosni Mubarak, ante Yalal Talabani
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