Elecciones francesas: Entre la demagogia autoritaria y la reforma
Los candidatos con mayor adhesión en la elección presidencial del domingo 22 en Francia son François Bayrou de la Unión por la Democracia Francesa de tendencia centrista; Jean-Marie Le Pen representando al ultra conservador Frente Nacional; Ségoléne Royal, del Partido Socialista representando un amplio espectro de posiciones convencionalmente consideradas de izquierda; y, Nicolas Sarkozy, de la Unión por un Movimiento Popular, representando a la coalición que ha gobernado Francia en los últimos 12 años.
Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)
País/es: Francia
Con un discurso oscilando entre el clásico paternalismo de derecha liberal, y el neoconservadurismo a-la-Bush, el creciente ascendiente del equipo de Sarkozi, y el bloque de empresarios que lo respalda, ha prevalecido en el carácter de la administración Chirac de los últimos años. “El “Sarkozismo” absorbió, al “Chiraquismo”, nos dice una fuente.
Es por ello que, de todos estos candidatos, -se presentan otros 8- Sarkozy es el de mayor opción en primera vuelta, al aparecer siempre en el tope de las encuestas con una adhesión cercana al 30 %.
A una semana de la elección, se le daba también como seguro ganador de la segunda vuelta para el 6 de mayo, y la candidata socialista Royal con el centrista Bayrou disputándose la segunda posición. Al parecer, Le Pen aparece con menos posibilidades de sorprender, “porque Sarkozy en el fondo, se proyecta suficientemente ultra conservador”, como lo señala un entrevistado. Según los últimos sondeos, Bayrou aparece más desinflado, para ser el contendor de Sarkozy el seis de mayo.
En las últimas encuestas para la primera vuelta, Sarkozy nunca obtuvo una cifra menor al 26 o 27 por ciento de las preferencias, a la vez que Royal nunca alcanzó esa cifra. Cuando Royal subía al 26 por ciento, Sarkozy se empinaba por sobre el 30 por ciento.
Este cuatro a cinco por ciento de diferencia entre estos dos, es sostenido. Considerando las otras variables: la disminución de adhesión a Bayrou con las últimas encuestas en el 13 por ciento; los votos de Le Pen; los votos de los candidatos de la izquierda comunista y trotskista, y de las restantes opciones; y el porcentaje de indecisos producto de la propia distorsión que generan estas encuestas, esta diferencia de 4 o 5 puntos no es significativa.
Los últimos sondeos para la segunda vuelta, entregaban resultados bien estrechos, y emergía una Royal con opciones más vigorosas. De no obtener la victoria, la candidata socialista con el apoyo fortalecido de los últimos días, estaría en condiciones de plantearle interesantes desafíos y más de un dolor de cabeza al probable vencedor.
Además de la necesidad de tomar en serio una reforma integral del Estado como espacio político y de reconstrucción nacional, el nuevo jefe de estado francés tiene la misión de restablecer a Francia como país pivote en la comunidad europea. Después del rechazo de la población a la Constitución en el referéndum de 2005, Francia tiene que replantar sus credenciales.
Doce años sin reformas prolongando la crisis de un estado enfermo
Francia es un mosaico de las múltiples crisis por las que atraviesa el tipo de estado liberal que se ha configurado a partir de la revolución económica de los años 80. Se caracterizan por una gran deuda pública, el alto nivel de desempleo juvenil, la falla en la integración en la sociedad y especialmente de las comunidades de inmigrantes, una permanente obstrucción para mejorar la distribución del ingreso y una falta de imaginación o voluntad política, para transformar el sistema de representatividad en las democracias.
El convulsionado mundo internacional con el cruce de intereses y agendas de los países más poderosos -como Francia- en un espacio político en pleno reacomodo de los equilibrios, plantea nuevos desafíos. También existen las dificultades para que el estado liberal haga los necesarios ajustes en el sistema económico, para un mayor ejercicio de la justicia social, una mayor distribución del poder político, y así corregir las fallas en el sistema de representatividad. Con estos antecedentes, un político honesto debe plantearse una reforma profunda en métodos y contenidos de hacer estado.
Este proceso es lejos de constituir una cadena de eventos que se suceden automáticamente, y con honestidad y visión, la candidata socialista Royal ha planteado la creación de una nueva República con elementos refundacionales en su constitución. Sin embargo, la expresión poblacional en las encuestas no constituye un apoyo a los cambios profundos, aunque no se descarta un grado de distorsión en ellas privilegiando una falsa estabilidad. En la superficie, los problemas requieren de soluciones inmediatas: más empleo, mejores salarios y condiciones laborales; mayor protección y seguridad cotidiana; disminución del riesgo por las amenazas emergentes producto de las disfunciones sociales y las patologías mentales.
Demagogia y populismo autoritario
Se ha detectado que populismo y demagogia, han sido la fórmula para enfrentar la crisis actual del estado liberal, o la extrema derechización del estado liberal.
Sarkozy ha sustentado su carrera con un populismo autoritario apoyado por una brillante estrategia comunicacional anclada en los diseños de los grandes grupos propietarios de los medios. Ha apelado a un espectro amplio de recursos mediáticos para disminuir su imagen de intolerancia y conservadorismo en ideología. Cita la histórica frase “Tengo un Sueño” de Martin Luher King, respecto a ganar la batalla de los derechos civiles en los EEUU. Hace referencias a Gramsci y a la revolución que el (Sarkozy) propone en Francia.
Para muchos, apuesta a “la amnesia del electorado”, con referencia a la elección del año 2002, cuando el alza electoral en la primera vuelta de Jean Marie Le Pen, obligó a gran parte de la izquierda a inclinarse por Jacques Chirac.
En la segunda vuelta, Sarkozy apuesta a todas las cartas. Frente a un panorama más fragmentado que en 2002 -ahora son cuatro contendores que superan el 10 por ciento en primera vuelta- y considerando el clima político global y local marcado por las variables culturales, Sarkozy siente que sus propuestas se ajustan más al conservadurismo de la gente.
Naima Bouteldja en The Guardian señala que Sarkozy cuando tenía 28 años siendo el brazo derecho de Alan Pascua, cuando este es hospitalizado en una campaña política, se olvida de que es el ayudante y se empieza a promover el mismo, olvidándose por quién estaba trabajando.
Al respecto un periodista regional nos dice: “Es el político de la ultra modernidad oportunista, implacable y decidido, con plena vocación del poder, capaz de decir que es revolucionario como Gramsci para lograr el objetivo del poder.
No son los impulsos morales por encontrar la verdad a través de un mejor conocimiento de la realidad los que sustentan la trayectoria de Sarkozy para llegar al poder”. En febrero dice, “Me inclino a pensar que las personas son nacidas como pedofilas, y ese es un problema imposible de curar como patología” (en Naima Bouteldja).
El peor período de violencia en Francia de los últimos 30 años, se dio cuando Sarkozy ocupó la cartera del Interior. Como Nicolás Sarkozy consolida su adhesión con una agenda donde se destaca su extremismo para detener la distorsión que genera la inmigración en la sociedad, los sucesos en Blacksburg, Virginia Tech, del 16 de abril provocados por un joven de origen surcoreano, favorecen más todavía su opción.
Insólitamente, la comunidad europea ha entregado señales de que apoya la candidatura de Sarkozy, hasta cierto punto, cuando el mismo presidente de la comisión José Manuel Barroso -un conservador el mismo- le hace un homenaje público en Bruselas en septiembre del año pasado. Burócratas de la Comunidad Europea consultados, no se desviven con la agenda de Royal, y prefieren el conservadurismo de Sarkozy, pensando lo que está en juego en Irán, Irak, y Afganistán.
Emmanuel Silva Bonneaud de la ciudad de Gap nos dice: “Francia parece encaminada hacia la derecha. El país quiere ser como Suiza, centrada en si misma. La sorpresa la pueden dar tanto la izquierda como la derecha. Ségoléne Royal estará en la segunda vuelta sin duda. Por mucho que el francés prefiera la estabilidad, el gobierno que representa Sarkozy no dio estabilidad y creó problemas serios. Mucha gente de izquierda, para evitar una mayor derechización, apoyará a la Royal. Los comunistas claramente lo harán, no sé si los trotskistas y las otras posturas. El francés decidirá en el último minuto, más allá de las encuestas”.
ARGENPRESS.info/22/04/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario