Ideología, fuel y bombas
17/07/2007
Opinión
JUAN PEDRO QUIÑONERO
JUAN PEDRO QUIÑONERO
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Los distintos tipos de basura, ideológica incluida, precipitan desastres ecológicos de distinta índole.
Los empresarios que acompañan a Rodríguez Zapatero, por ejemplo, desconfían de la polución ideológica que amenaza los intercambios comerciales. El Universal mexicano escribe: «El inicio de la visita de Zapatero estuvo marcado por la preocupación de los empresarios españoles ante la reforma fiscal mexicana». Reforma da la palabra a Javier Gómez Navarro, presidente de las Cámaras de comercio españolas: «Hay incertidumbre sobre un tema muy polémico». «Retahíla de peticiones y quejas empresariales españolas», insiste La Jornada.
En ese marco de las relaciones entre España y las Américas, The Wall Street Journal destaca un artículo de José María Aznar -publicado hoy en ABC en la sección de Internacional- que aboga por una «clarificación política» de fondo, que él resume de este modo: «Si los valores occidentales deben prevalecer en América Latina, contra el terror y el autoritarismo anti democrático, Europa y los EE.UU. deben adoptar una estrategia clara en defensa del capitalismo democrático».
En Europa, sin embargo, prevalece la inquietud sobre las diversas hipotecas que pesan sobre el veraneo español.
En Londres, el Times y el Independent han insistido una y otra vez en que «la fiesta ha terminado», en Ibiza, como consecuencia de un cóctel pavoroso: drogas y polución. El Times insiste, en particular, en la inquietud creciente sobre el futuro de la «permisividad»: ¿hasta dónde crecerá el mercado de drogas y nightclubbing?
En Alemania prevalece la inquietud terrorista. Y la Deutsche Welle insiste una y otra vez: «se temen atentados etarras, este verano». En Burdeos, Sud Ouest sugiere que Francia teme la emergencia de una nueva ETA dispuesta a atentar en Francia «con explosivos más potentes».
No hay que esperar que la paz llegue del frente monetario. Financial Times destaca un análisis de Wolfgang Münchau temiendo que el euro fuerte termine siendo un desastre para los países más endeudados. España está en primera línea.
Los distintos tipos de basura, ideológica incluida, precipitan desastres ecológicos de distinta índole.
Los empresarios que acompañan a Rodríguez Zapatero, por ejemplo, desconfían de la polución ideológica que amenaza los intercambios comerciales. El Universal mexicano escribe: «El inicio de la visita de Zapatero estuvo marcado por la preocupación de los empresarios españoles ante la reforma fiscal mexicana». Reforma da la palabra a Javier Gómez Navarro, presidente de las Cámaras de comercio españolas: «Hay incertidumbre sobre un tema muy polémico». «Retahíla de peticiones y quejas empresariales españolas», insiste La Jornada.
En ese marco de las relaciones entre España y las Américas, The Wall Street Journal destaca un artículo de José María Aznar -publicado hoy en ABC en la sección de Internacional- que aboga por una «clarificación política» de fondo, que él resume de este modo: «Si los valores occidentales deben prevalecer en América Latina, contra el terror y el autoritarismo anti democrático, Europa y los EE.UU. deben adoptar una estrategia clara en defensa del capitalismo democrático».
En Europa, sin embargo, prevalece la inquietud sobre las diversas hipotecas que pesan sobre el veraneo español.
En Londres, el Times y el Independent han insistido una y otra vez en que «la fiesta ha terminado», en Ibiza, como consecuencia de un cóctel pavoroso: drogas y polución. El Times insiste, en particular, en la inquietud creciente sobre el futuro de la «permisividad»: ¿hasta dónde crecerá el mercado de drogas y nightclubbing?
En Alemania prevalece la inquietud terrorista. Y la Deutsche Welle insiste una y otra vez: «se temen atentados etarras, este verano». En Burdeos, Sud Ouest sugiere que Francia teme la emergencia de una nueva ETA dispuesta a atentar en Francia «con explosivos más potentes».
No hay que esperar que la paz llegue del frente monetario. Financial Times destaca un análisis de Wolfgang Münchau temiendo que el euro fuerte termine siendo un desastre para los países más endeudados. España está en primera línea.
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ABC-España/PORTADA/17/07/2007
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