La posición del parlamento sobre Afganistán determinará el futuro de Abe
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, interviene en una rueda de prensa al término de la cumbre Asia-Pacífico (APEC), este 9 de septiembre en Sídney.
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TOKIO-El primer ministro conservador japonés Shinzo Abe, debilitado por repetidos escándalos, se enfrentará a partir del lunes a una sesión parlamentaria de alto riesgo durante la cual se discutirá la prórroga de la misión de Japón en Afganistán, que de no aprobarse puede llevarle a renunciar.
El propio Abe amenazó este domingo con dimitir en ese caso, mientras los analistas ya lo dan por defenestrado. "Abe es una persona inadaptada y tiene los días contados en el poder. La cuestión no es si partirá o no, sino cuándo lo hará", afirma Jeffrey Kingston, especialista de política interior.
Y es que, el jefe de gobierno nipón más joven desde la posguerra es cada vez más cuestionado incluso desde sus filas conservadoras. El analista Takao Toshikawa también es categórico: "Abe pertenece a la historia".
La sesión de 62 días que se abre en el Parlamento tendrá un debate principal: el de la prórroga de la llamada ley "antiterrorista" que autorizaría la misión japonesa de asistencia naval a las fuerzas internacionales en Afganistán más allá del 1 de noviembre.
El jefe de la oposición, Ichiro Ozawa, se opone categóricamente a esta operación que considera como parte de las "guerras de Estados Unidos". Su formación de centro-izquierda, el Partido Demócrata de Japón (PDJ) domina el Senado tras el amplio triunfo en las elecciones del pasado 29 de julio.
Pese a los intentos del gobierno del Partido Liberal Demócrata de tender la mano al PDJ, Ozawa se mostró intransigente y dijo que bloqueará la ley en la cámara alta con un último objetivo: forzar a la disolución de la otra cámara y la celebración de elecciones antes del fin de la legislatura (2009).
El politólogo Jun Iio cree que estas legislativas pueden ser "a finales de año o a comienzos del 2008".
En Sídney, donde participó en la cumbre Asia-Pacífico (APEC), Abe fue interrogado sobre si dimitiría en caso de que no se apruebe la prolongación de la misión militar japonesa: "Está claro que no tengo intención de seguir en mi puesto" en ese caso, respondió.
Los parlamentarios se reunirán en un clima nada propicio al gobierno de Abe, varios de cuyos asesores dimitieron esta pasada semana tras verse implicados en nuevos escándalos financieros. Las salidas de un ministro, dos viceministros y un senador eliminaron los efectos buscados por el jefe del Ejecutivo con su reciente remodelación de gabinete.
"Mientras los políticos no sean capaces de seguir un estricto código ético, el efecto dominó de las dimisiones no parará, y ni este gobierno ni los siguientes podrán recuperar la confianza de los japoneses", advierte el periódico de izquierdas Asahi.
El propio Abe amenazó este domingo con dimitir en ese caso, mientras los analistas ya lo dan por defenestrado. "Abe es una persona inadaptada y tiene los días contados en el poder. La cuestión no es si partirá o no, sino cuándo lo hará", afirma Jeffrey Kingston, especialista de política interior.
Y es que, el jefe de gobierno nipón más joven desde la posguerra es cada vez más cuestionado incluso desde sus filas conservadoras. El analista Takao Toshikawa también es categórico: "Abe pertenece a la historia".
La sesión de 62 días que se abre en el Parlamento tendrá un debate principal: el de la prórroga de la llamada ley "antiterrorista" que autorizaría la misión japonesa de asistencia naval a las fuerzas internacionales en Afganistán más allá del 1 de noviembre.
El jefe de la oposición, Ichiro Ozawa, se opone categóricamente a esta operación que considera como parte de las "guerras de Estados Unidos". Su formación de centro-izquierda, el Partido Demócrata de Japón (PDJ) domina el Senado tras el amplio triunfo en las elecciones del pasado 29 de julio.
Pese a los intentos del gobierno del Partido Liberal Demócrata de tender la mano al PDJ, Ozawa se mostró intransigente y dijo que bloqueará la ley en la cámara alta con un último objetivo: forzar a la disolución de la otra cámara y la celebración de elecciones antes del fin de la legislatura (2009).
El politólogo Jun Iio cree que estas legislativas pueden ser "a finales de año o a comienzos del 2008".
En Sídney, donde participó en la cumbre Asia-Pacífico (APEC), Abe fue interrogado sobre si dimitiría en caso de que no se apruebe la prolongación de la misión militar japonesa: "Está claro que no tengo intención de seguir en mi puesto" en ese caso, respondió.
Los parlamentarios se reunirán en un clima nada propicio al gobierno de Abe, varios de cuyos asesores dimitieron esta pasada semana tras verse implicados en nuevos escándalos financieros. Las salidas de un ministro, dos viceministros y un senador eliminaron los efectos buscados por el jefe del Ejecutivo con su reciente remodelación de gabinete.
"Mientras los políticos no sean capaces de seguir un estricto código ético, el efecto dominó de las dimisiones no parará, y ni este gobierno ni los siguientes podrán recuperar la confianza de los japoneses", advierte el periódico de izquierdas Asahi.
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AFP/10/09/2007
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