Rusia deja a vecinos sin gas barato
09/09/2007
Opinión
Mijaíl Jmeliov
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El consorcio energético Gazprom, mayor productor y exportador de gas natural de Rusia reanudó su campaña para subir los precios del gas a los países bálticos y de la comunidad de Estados Independientes (CEI).
Por tercer año consecutivo, la compañía energética rusa trata de introducir los principios de la economía de mercado al precio del gas que consumen países vecinos.
Y cada vez, las negociaciones entre Rusia y esos países sobre ese tema transcurren con gran dificultad.
Las aspiraciones de Rusia de establecer bases pragmáticas en las relaciones económicas con las antiguas repúblicas soviéticas provocan estallidos de disgusto entre esos socios.
Pero ante los precios actuales de los hidrocarburos en el mercado mundial, ya no se puede hablar de gas barato ruso, incluso para los mejores amigos.
Ya en los próximos días, deben comenzar las conversaciones sobre un ajuste al alza del gas para Letonia y Estonia, y en octubre, están previstas negociaciones similares con Urania y Bielorrusia.
Las empresas mayoristas lituanas ya recibieron de Gazprom una oferta de venta de gas a 280 dólares por 1.000 metros cúbicos (el precio actual por el mismo volumen para Lituania es de 190 dólares). Más o menos ese será el precio para los otros dos países bálticos.
Lo más seguro es que Bielorrusia a partir de 2008 tendrá que pagar por el gas ruso entre 125-150 dólares por cada 1.000 metros cúbicos (actualmente paga 100). Y al menos hasta 180 dólares se elevará el precio del gas ruso para Ucrania, que actualmente compra a 130 dólares por 1.000 metros cúbicos.
Actualmente, las antiguas repúblicas soviéticas, los vecinos más próximos de Rusia, pagan entre el 40% y el 70 % de precio promedio del gas en Europa. Subrayando de paso, que esos precios no los establece Gazprom sino el mercado.
Los precios para los consumidores europeos se establecen a partir de la denominada "fórmula europea" de cálculo del precio del gas.
Este precio depende exclusivamente de la coyuntura de las cotizaciones del crudo en el mercado mundial, más exactamente, del valor de la cesta de hidrocarburos en la bolsa de Rótterdam.
De país a país, el precio varia un poco en dependencia al costo del transporte del gas ruso hasta su frontera y de las condiciones concretas establecidas con las empresas mayoristas y de distribución.
Los contratos a largo plazo para suministros de gas ruso a los países europeo se establecen a precios que fluctúan entre 280-320 dólares 1.000 metros cúbicos.
Cabe añadir que Gazprom no es el único proveedor de gas natural en el mercado europeo y que el resto de los productores del combustible azul trabajan más o menos con los mismos precios.
El precio actual del gas ruso para los consumidores de los países del espacio postsoviético está considerablemente rebajado. Hace tres años ninguno de esos vecinos pagaba a Rusia estos precios. A comienzos del 2000 cuando los consumidores europeos pagaban por el gas 220-250 dólares por cada 1.000 metros cúbicos, el precio del gas ruso para los países bálticos y del CEI fluctuaba entre los 55 y los 100 dólares.
Durante mucho tiempo Gazprom exportó con pérdidas gas a los países del CEI, de esa forma, tras la disolución de la Unión Soviética, Rusia subsidió durante 13 años las economías de sus vecinos.
A finales de 2005 Rusia decidió introducir paulatinamente los mecanismos de mercado en la estructura de los precios para la exportación del gas.
Rusia tuvo razones para ese cambio de actitud tan cardinal.
Las autoridades rusas llegaron a la conclusión de que la política de apoyo económico a las antiguas repúblicas mediante recursos energéticos baratos no producían los dividendos esperados.
No se logro la consolidación de los antiguos aliados, y Rusia no adquirió nuevos amigos entre aquellos países que recibieron gas barato.
Finalmente, ¿Para qué exportar gas a vecinos a un tercio del precio cuando un poco más allá, en Europa se puede vender el 100% y hasta el 200 % más caro?
La transición a los precios de mercado para los países del CEI ha desatado sonados conflictos. Por lo general a esos socios de Rusia les costó mucho renunciar al gas barato.
La subida en el 100 % del precio del gas para Ucrania (de 55 dólares a 100 dólares) a comienzos de 2006 estuvo acompañada del cierre de gasoductos y de interferencias en los suministros del gas ruso a Europa.
Los acuerdos sobre la subida de los precios de gas para Bielorrusia se firmaron en los últimos minutos antes de que terminara el 2006.
Ucrania y Bielorrusia son los mayores consumidores de gas ruso con demandas de importación de 56.000 millones y 21.000 millones de metros cúbicos anuales, respectivamente.
Con otros países los acuerdos se concertaron con menos problemas.
Con los países bálticos - Lituania, Estonia y Letonia- en calidad de miembros de la Unión Europa se acordó la introducción a partir de 2005 de un período de transición de tres años para pasar a pagar el precio medio de Europa. Actualmente, esos países pagan entre 190 dólares y 200 dólares por 1.000 metros cúbicos de gas.
Otros compradores sin mucho entusiasmo aceptaron los nuevos precios por cada 1.000 metros cúbicos de gas, Armenia comprará a 110 dólares, Moldavia a 170 dólares y Georgia a 235 dólares.
No mas comenzó Rusia a subir el precio del gas para sus vecinos cuando ya se le acusaba de ejercer presión económica contra a sus vecinos.
Desde hace mucho más de un año los países europeos han pagado por los suministros de gas ruso precios mucho más elevados. ¿Resulta entonces, que Rusia todos esos años ha estado pesando sobre la economía de la Europa Occidental?
El precio del gas en Europa y en el mundo está vinculado estrechamente a las cotizaciones del crudo. Hay que reconocer que ante los elevados precios del petróleo que se están dando actualmente en el mercado mundial no se puede hablar de gas barato en ninguna circunstancia. Y Rusia ya no está dispuesta a subsidiar más a sus vecinos.
Para describir la actual situación en el espacio postsoviético, la expresión más adecuada sería "competencia" en lugar de "cooperación".
Las antiguas repúblicas soviéticas se olvidaron muy pronto de la Unión Soviética. Paulatinamente, también tendrán que olvidarse del gas barato ruso.
Por tercer año consecutivo, la compañía energética rusa trata de introducir los principios de la economía de mercado al precio del gas que consumen países vecinos.
Y cada vez, las negociaciones entre Rusia y esos países sobre ese tema transcurren con gran dificultad.
Las aspiraciones de Rusia de establecer bases pragmáticas en las relaciones económicas con las antiguas repúblicas soviéticas provocan estallidos de disgusto entre esos socios.
Pero ante los precios actuales de los hidrocarburos en el mercado mundial, ya no se puede hablar de gas barato ruso, incluso para los mejores amigos.
Ya en los próximos días, deben comenzar las conversaciones sobre un ajuste al alza del gas para Letonia y Estonia, y en octubre, están previstas negociaciones similares con Urania y Bielorrusia.
Las empresas mayoristas lituanas ya recibieron de Gazprom una oferta de venta de gas a 280 dólares por 1.000 metros cúbicos (el precio actual por el mismo volumen para Lituania es de 190 dólares). Más o menos ese será el precio para los otros dos países bálticos.
Lo más seguro es que Bielorrusia a partir de 2008 tendrá que pagar por el gas ruso entre 125-150 dólares por cada 1.000 metros cúbicos (actualmente paga 100). Y al menos hasta 180 dólares se elevará el precio del gas ruso para Ucrania, que actualmente compra a 130 dólares por 1.000 metros cúbicos.
Actualmente, las antiguas repúblicas soviéticas, los vecinos más próximos de Rusia, pagan entre el 40% y el 70 % de precio promedio del gas en Europa. Subrayando de paso, que esos precios no los establece Gazprom sino el mercado.
Los precios para los consumidores europeos se establecen a partir de la denominada "fórmula europea" de cálculo del precio del gas.
Este precio depende exclusivamente de la coyuntura de las cotizaciones del crudo en el mercado mundial, más exactamente, del valor de la cesta de hidrocarburos en la bolsa de Rótterdam.
De país a país, el precio varia un poco en dependencia al costo del transporte del gas ruso hasta su frontera y de las condiciones concretas establecidas con las empresas mayoristas y de distribución.
Los contratos a largo plazo para suministros de gas ruso a los países europeo se establecen a precios que fluctúan entre 280-320 dólares 1.000 metros cúbicos.
Cabe añadir que Gazprom no es el único proveedor de gas natural en el mercado europeo y que el resto de los productores del combustible azul trabajan más o menos con los mismos precios.
El precio actual del gas ruso para los consumidores de los países del espacio postsoviético está considerablemente rebajado. Hace tres años ninguno de esos vecinos pagaba a Rusia estos precios. A comienzos del 2000 cuando los consumidores europeos pagaban por el gas 220-250 dólares por cada 1.000 metros cúbicos, el precio del gas ruso para los países bálticos y del CEI fluctuaba entre los 55 y los 100 dólares.
Durante mucho tiempo Gazprom exportó con pérdidas gas a los países del CEI, de esa forma, tras la disolución de la Unión Soviética, Rusia subsidió durante 13 años las economías de sus vecinos.
A finales de 2005 Rusia decidió introducir paulatinamente los mecanismos de mercado en la estructura de los precios para la exportación del gas.
Rusia tuvo razones para ese cambio de actitud tan cardinal.
Las autoridades rusas llegaron a la conclusión de que la política de apoyo económico a las antiguas repúblicas mediante recursos energéticos baratos no producían los dividendos esperados.
No se logro la consolidación de los antiguos aliados, y Rusia no adquirió nuevos amigos entre aquellos países que recibieron gas barato.
Finalmente, ¿Para qué exportar gas a vecinos a un tercio del precio cuando un poco más allá, en Europa se puede vender el 100% y hasta el 200 % más caro?
La transición a los precios de mercado para los países del CEI ha desatado sonados conflictos. Por lo general a esos socios de Rusia les costó mucho renunciar al gas barato.
La subida en el 100 % del precio del gas para Ucrania (de 55 dólares a 100 dólares) a comienzos de 2006 estuvo acompañada del cierre de gasoductos y de interferencias en los suministros del gas ruso a Europa.
Los acuerdos sobre la subida de los precios de gas para Bielorrusia se firmaron en los últimos minutos antes de que terminara el 2006.
Ucrania y Bielorrusia son los mayores consumidores de gas ruso con demandas de importación de 56.000 millones y 21.000 millones de metros cúbicos anuales, respectivamente.
Con otros países los acuerdos se concertaron con menos problemas.
Con los países bálticos - Lituania, Estonia y Letonia- en calidad de miembros de la Unión Europa se acordó la introducción a partir de 2005 de un período de transición de tres años para pasar a pagar el precio medio de Europa. Actualmente, esos países pagan entre 190 dólares y 200 dólares por 1.000 metros cúbicos de gas.
Otros compradores sin mucho entusiasmo aceptaron los nuevos precios por cada 1.000 metros cúbicos de gas, Armenia comprará a 110 dólares, Moldavia a 170 dólares y Georgia a 235 dólares.
No mas comenzó Rusia a subir el precio del gas para sus vecinos cuando ya se le acusaba de ejercer presión económica contra a sus vecinos.
Desde hace mucho más de un año los países europeos han pagado por los suministros de gas ruso precios mucho más elevados. ¿Resulta entonces, que Rusia todos esos años ha estado pesando sobre la economía de la Europa Occidental?
El precio del gas en Europa y en el mundo está vinculado estrechamente a las cotizaciones del crudo. Hay que reconocer que ante los elevados precios del petróleo que se están dando actualmente en el mercado mundial no se puede hablar de gas barato en ninguna circunstancia. Y Rusia ya no está dispuesta a subsidiar más a sus vecinos.
Para describir la actual situación en el espacio postsoviético, la expresión más adecuada sería "competencia" en lugar de "cooperación".
Las antiguas repúblicas soviéticas se olvidaron muy pronto de la Unión Soviética. Paulatinamente, también tendrán que olvidarse del gas barato ruso.
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LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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RIA Novosti - Russia/09/09/2007
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