AVISO: La izquierda se hunde cuando imita a la derecha
MADRID - Algunos que fueron marxistas tenían incorporado en su disco duro que el capitalismo iba a sufrir una crisis sísmica y que entonces las fuerzas de progreso triunfarían desde sus escombros. Otros, simplemente aplicaban la lógica: la izquierda que alumbró el Estado del bienestar será la gran beneficiada del tsunami financiero causado por los desmanes del neoliberalismo. Pero entonces llegó el 7-J.
La macroelección simultánea en 27 países de la Unión Europea, culminada el pasado domingo en el contexto de la peor crisis económica desde la Gran Depresión de 1929, ha tenido efectivamente efectos sísimicos, pero para la izquierda europea moderada: el peor resultado en décadas la ha dejado en la UVI.
El cataclismo es tan sonado que la izquierda parece situarse en su zona cero. Salvo excepciones, su caída no ha provocado un gran auge de las izquierdas alternativas, fragmentadas en múltiples opciones. Tras el crash, sólo parece subir la extrema derecha.
Los más optimistas en el campo de la izquierda subrayan que la particularidad de los comicios elecciones europeas, con una participación de apenas el 43% y muy poco en juego restan importancia a los resultados. Y recuerdan, como subrayó el propio Felipe González en un acto reciente de la Fundación Alternativas, que "en épocas de grandes crisis las fórmulas simplificadas y totalizadoras de la derecha tienen más recorrido y éxito que las propuestas complejas, moderadas y serias de la socialdemocracia".
La serie histórica de los mismos comicios europeos muestra que la crisis de la izquierda viene, sin embargo, de muy lejos. El desplome de la socialdemocracia en algunos de sus feudos históricos Alemania, Reino Unido, Holanda es escalofriante: han perdido respaldo de forma sostenida a un ritmo tal que sus apoyos se reducen a la mitad o incluso a un tercio del que tenían hace sólo 20 años (ver cuadro).
Hay otro elemento de fondo que afecta a las elecciones de primera divisón, las que sí deciden Gobiernos nacionales. Y la evolución es la misma: hace 10 años, Europa era un auténtico bastión de la izquierda. La situación se ha dado vuelta: ahora, 20 de los 27 Ejecutivos de la UE son conservadores (ver mapa).
Caldera: "Los valores mayoritarios siguen siendo los progresistas"
¿Qué hacer? La eterna pregunta sobrevuela de nuevo al conjunto de la izquierda. Público ha querido contribuir al debate buscando la opinión de 14 intelectuales europeos de prestigio, que representan toda la pluralidad de la izquierda: desde el progresismo hasta la extrema izquierda, desde el republicanismo cívico del politólogo irlandés Philip Pettit hasta las posturas directamente ácratas del caricaturista francés Siné, pasando por el compromiso con la izquierda democrática del historiador británico Tony Judt, el laicismo del filósofo italiano Paolo Flores dArcais, la perspectiva marxista del historiador alemán Wolfang Fritz Haug, el activismo antiglobalizador de Susan George y el periodismo comprometido de Concita de Gregorio, directora de LUnità, el diario fundado por el comunista Antonio Gramsci, ahora en la órbita de la izquierda moderada, entre otros.
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Amplio abanico
Hay mucha variedad, pero en mayor o menor medida, todos coinciden en un elemento central: la izquierda ha perdido por parecerse demasiado a la derecha. El fenómeno no es nuevo, sino que hay que remontarse al menos a 30 años atrás. Lo que ahora se está viviendo, justo cuando la crisis económica parece dar la razón al intervencionismo asociado a la socialdemocracia, no sería más que la culminación de un largo camino emprendido para despojarse de su ADN.
"En dos décadas no se ha construido una visión alternativa", lamenta Judt, que opina que los líderes socialdemócratas actuales se han ganado a pulso el rechazo del electorado. "El centro-izquierda fracasa a la hora de construir un discurso único coherente", le secunda Pettit, el politólogo de referencia del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. "En muchos países de Europa, la izquierda no existe", se desespera Flores dArcais, cuya teorización del laicismo lo sitúa como otro de los filósofos de cabecera en la cúpula del PSOE.
La izquierda alternativa no ha capitalizado la caída socialista
El debate se ha instalado también en el PSOE, que perdió los comicios pero aguantó el chaparrón mejor que otros: sólo en Malta obtuvieron los socialdemócratas un porcentaje de apoyo superior.
Jesús Caldera, que dirige la principal factoría intelectual del partido la Fundación Ideas se resiste a aceptar que la derecha ha ganado las elecciones. "Si se hace la suma de las izquierdas se verá que la derecha no ha ganado. La izquierda en conjunto ha sumado más que la derecha en Francia y supuestos grandes éxitos como el de Berlusconi en Italia o Merkel en Alemania lograron un porcentaje de voto menor que el PSOE", explica a Público.
"Los valores mayoritarios siguen siendo los progresistas; otra cosa es que la socialdemocracia ha tenido muchos problemas cuando no ha presentado una oferta electoral claramente diferenciada de la derecha", afirma Caldera, en sintonía con los intelectuales consultados.
¿Por qué no ha logrado capitalizar pues la izquierda alternativa este desmoronamiento del tronco central de los progresistas? Tampoco los alternativos salen bien parados del análisis de los intelectuales europeos. La lista de reproches es larga: división, incapacidad por formular propuestas creíbles y reproducción de males que muchos ciudadanos asocian a los políticos tradicionales, a los que percibe como una casta única.
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REPORTAJE
Los expertos consideran que la deblace es lógica
La mayoría ve con pesimismo el futuro de los progresistas
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Madrid - Público ha sentado en el diván de la izquierda a 14 prestigiosos intelectuales europeos y les ha invitado a mirar hacia dentro de su tradición a la búsqueda de las causas profundas que explican la derrota histórica de la izquierda en las elecciones europeas.
El cataclismo no ha cogido a nadie por sorpresa: en mayor o menor medida, lo esperaban. Los pensadores más afines al centro-izquierda coinciden con los más vinculados a la extrema izquierda que las causas son profundas, vienen de lejos y tienen mucho que ver con un discurso cocinado a fuego lento durante años que servía para el corto plazo pero dificultaba la elaboración de un relato coherente y acababa desdibujando la opción propia con respecto a los rivales conservadores.¿Puede la izquierda recuperar el terreno perdido? Entre los encuestados por Público predomina el pesimismo hacia los partidos políticos tradicionales: no sólo los socialdemócratas, sino también las formaciones que se sitúan a su izquierda. Los que son capaces de detectar brotes verdes miran más a los movimientos sociales que a la política tradicional.
Tony Judt, Historiador
"No se ha hecho nada por construir una visión alternativa coherente"
Tras completar su monumental historia del siglo XX, Posguerra (Taurus), el historiador Tony Judt (Londres, 1948) se ha sumergido en el mundo progresista; primero para rescatar lo mejor de su tradición -El olvidado siglo XX- y ahora, precisamente, para tratar de entender el porqué de su naufragio, a lo que dedicará su próxima obra.
"La iniciativa intelectual ha sido de la derecha y de los economistas"
Las raíces, subraya, son muy profundas y aún pesa el lastre de la caída del Muro de Berlín, en 1989: "La izquierda política ha estado a la defensiva por el descrédito de la gran narrativa socialista de más de un siglo. La iniciativa intelectual ha sido de la derecha -porque el énfasis en la primacía de lo colectivo sobre los intereses individuales parece superado por el descrédito de la teoría anticapitalista o futuros utópicos- y de los economistas, porque el antiguo marco para el debate político fue sustituido por el lenguaje económico".
"Para más de una generación", prosigue Judt, "los socialdemócratas han competido para adaptarse a los términos del debate público. Esto les coloca en desventaja: no son tan buenos como el centro-derecha justificando políticas basadas en criterios económicos y no tienen una contra-narrativa de buena sociedad".
La derrota electoral no sería sino una consecuencia de ello: "Pese a la peor crisis económica desde 1931, los socialdemócratas no han podido ser merecedores de confianza. Hemos olvidado las razones por las cuales los europeos fueron atraídos por la socialdemocracia tras la guerra: la búsqueda de la seguridad y la idea de que había una relación necesaria entre una visión moral de buena sociedad y programas políticos destinados a consegurila, más allá del corto plazo."
"El rechazo del electorado es merecido si no hay cambios"
"Esto requiere una visión coherente de qué constituye una buena sociedad, pero nada de lo que Blair o ninguno de sus compañeros ha dicho o hecho en las últimas dos décadas sugiere ninguna visión alternativa coherente. Hasta que esto cambie, merecen ser rechazados por el electorado", concluye. P. R.
José Vidal-Beneyt, Sociólogo y político
"No hay propuestas coherentes, claras y de realización posible"
Para el filósofo y sociólogo José Vidal-Beneyto (Carcagente, Valencia, 1927), director en París del Colegio de Altos Estudios Europeos Miguel Servet, la alta absención y el hundimiento electoral de la izquierda van de la mano: "Este rechazo de las elecciones es antes que nada una crítica de la política democrática, consecuencia directa de la ausencia de propuestas claras, coherentes, novedosas, no desprestigiadas y de posible realización".
"La recuperación de la democracia sólo puede venir de la base"
"La debacle de la socialdemocracia europea responde sobre todo a su trasvase casi unánime al social-liberalismo, cuando en plena crisis económica sus abandonados ideales y sus programas socialdemócratas, incluso con su escasa renovación, le conferían primacía ideológica y operativa. Porque es incomprensible que el socialismo europeo y su potencia analítica e ideatoria se haya limitado durante 50 años a reiterar, debilitándolas, las formulaciones keynesianas, cuando las transformaciones sociales y los cambios de civilización convertían a su patrimonio conceptual y propositivo en el principal arsenal del futuro", argumenta.
Las opciones a su izquierda, teoriza Vidal-Beneyto, se han visto contaminadas de un desprestigio global de la política: "A partir de la década de 1970 se confirma el enclaustramiento de la política en los partidos y su tendencia a la endogeneidad y al sectarismo. Al mismo tiempo, su acción se reduce a las luchas por el poder y con frecuencia al enriquecimiento de sus líderes. Nepotismo, corrupción y oportunismo se convierten en datos de la más concreta cotidianeidad política.
"Era inevitable que los ciudadanos se desinteresasen por la política"
Era inevitable que los ciudadanos que no militaban en partidos, la inmensa mayoría, se desinteresasen por los avatares de la política. Frente al "arrugamiento de la política", su esperanza está en los movimientos sociales. En su opinión, lo que está en juego es la democracia misma: "El relanzamiento de la política, la recuperación de la democracia, sólo puede provenir de la base de nuestras sociedades". P. R.
Wolfang Fritz Haug, Filósofo
"Merkel es bastante bastante social-demócrata"
El filósofo alemán Wolfgang Fritz Haug, de 73 años, cree que la crisis europea "es la factura de 30 años de neoliberalismo, desregularización, privatización y erosión de la protección social. La gente ve en Europa el bastión de ese neoliberalismo y una instancia incapaz de consensuar una política de lucha contra la crisis, así que sólo quedan los Gobiernos nacionales". Además, ve al Parlamento europeo como "la sombra de un Parlamento soberano." En Alemania, no ha prosperado el voto de izquierda porque "hay a conservadores en el Gobierno que actúan como una socialdemocracia mejorada. En su realpolitik, Merkel es bastante socialdemócrata o social-liberal".
El partido La Izquierda no sacó provecho de la crisis porque "es muy joven y no tiene la competencia que la gente busca ahora para evitar que Opel o los grandes almacenes Karstadt se hundan". Los Verdes, en cambio, obtienen buenos resultados en Alemania y Francia porque "tienen un proyecto, un new deal comparable al proyecto de Obama. Aportan aunque sólo sea la promesa de hacer algo por el medioambiente y la creación de puestos de trabajo, lo que parece haber convencido a capas de la clase media".
Ultras
El auge ultra no le sorprende, porque "a mucha gente Europa le parece algo así como una agencia interna de la globalización, que les quita la protección nacional, desata la competencia universal, da un empujón a los precios y puede conllevar más paro". G. S. M.
Josep Fontana, Historiador
"Tienen miedo a que los tomen por rojos"
"En relación con la crisis del capitalismo, la socialdemocracia no plantea una alternativa real a la derecha, sino un modelo parecido de gestión, con más preocupación por la suerte de la banca que por la de los trabajadores en paro", subraya Josep Fontana (Barcelona, 1931), catedrático emérito de Historia, quien añade: "Por una combinación de incapacidad y de timidez -el miedo a que les tomen por rojos- nuestra socialdemocracia ha perdido la oportunidad de demostrar que la derecha está todavía peor preparada para enfrentarse a la crisis, con propuestas como abaratar el despido y rebajar impuestos, que han llevado al desastre".
Fontana cree que "a consecuencia del desencanto y de la desconfianza, los votos de la vieja izquierda han ido más a la abstención que a la derecha", mientras que los votantes de derechas "son más constantes y deben pensar que, al quedarse solos, pueden conseguir que sus votos les devuelvan los añorados tiempos de la dictadura: bastantes de los diputados que eligen son hijos o nietos de viejos jerarcas, y algunos, de militares que asesinaron rojos impunemente". El historiador tira de la ironía para explicar el pírrico resultado de la extrema derecha en España: "¿Qué puede ofrecer al votante que supere lo que puede encontrar en el PP?". En cuanto a la izquierda alternativa, cree que "aún debe ganarse la credibilidad en la calle y en la fábrica". "La aternativa de izquierdas que es otra cosa, es algo que deberíamos cuidarnos de inventar entre todos". P. R.
Carlos Taibo, Profesor de Ciencia Política
"Se han asumido las reglas de la derecha"
Carlos Taibo (Madrid, 1956), escritor, editor y profesor de Ciencia Política de la Universidad Autonómica de Madrid, sostiene que "hace tiempo que la socialdemocracia realmente existente ha asumido las reglas del juego del discurso neoliberal", por lo que no le sorprende su caída electoral: "La socialdemocracia es corresponsable de la crisis y resulta normal que muchos electores prefieran respaldar al original conservador y no a la copia progresista".
Deriva institucional
"La deriva institucional de los partidos socialistas -su dramático alejamiento de unos movimientos de base- ha demostrado ser arriesgada en términos electorales. Esos partidos han acatado sin rechistar un modelo asentado sin más en el crecimiento y el consumo, con las secuelas que cabe esperar en un planeta de recursos limitados" agrega.
El hundimiento socialdemócrata no ha supuesto un salto de la izquierda alternativa, de la que Taibo es intelectual de referencia.
"Muchas de las fuerzas a la izquierda de la socialdemocracia arrastran problemas de burocratización, aceptación acrítica de la profesionalización de la política y preservación de prácticas superadas. A menudo quieren apoyarse en instancias que están del lado del desorden existente". Estas prácticas, opina, llevan a la abstención. "Es frecuente que estas fuerzas deseen recibir respaldo electorales sin desarrollar antes, en la base de nuestras sociedades, trabajo alguno. P. R.
Paolo Flores d'Arcais, Filósofo
"En muchos países la izquierda no existe"
"En muchos países de Europa, la izquierda no existe. Un ejemplo es Gran Bretaña, donde, desde los tiempos de Blair, no hay ninguna izquierda; es más, hay dos e incluso tres derechas, si tenemos en cuenta a los liberales. En otros países, una izquierda nueva obtiene un éxito impresionante, como ha sido el caso de Daniel Cohn-Bendit en Francia", analiza el filósofo italiano Paolo Flores d'Arcais, de 64 años.
"En el resto de países, la socialdemocracia pierde en las urnas porque no tiene nada que decir desde hace un cuarto de siglo y no propone nada. En realidad, no son ya de izquierdas y la gente lo ha comprendido", agrega el director de la revista MicroMega. En su opinión, "la desafección de los electores afecta a todo el espectro político, desde conservadores a socialdemócratas. Tan sólo premia a los movimientos nuevos; por el lado de la derecha, a las formaciones chovinistas, lo que es un auténtico drama, y, por el lado progresista, a las fuerzas nuevas, como demuestra el éxito de Antonio Di Pietro en Italia. Donde no existen estas formaciones nuevas, los electores se quedan en casa."
Nuevos progresistas
Por desgracia, concluye, "estos movimientos de una izquierda completamente nueva, fuera del establishment y de la tradición organizativa de los partidos no existen exceptuando las experiencias de Cohn-Bendit y Di Pietro. Y matiza: "En realidad, sus partidos no son ni siquiera de izquierdas, sino nuevas fuerzas progresistas". T. D.
Siné, caricaturista francés
"La gente de política se ha burlado de nosotros"
El corrosivo caricaturista Siné, de 83 años, que el año pasado fundó el semanario Siné Hebdo tras ser despedido de Charlie Hebdo acusado de antisemitismo por mofarse de la boda del hijo de Sarkozy, es de los que ha abandonado a su suerte a la izquierda política: "Ya no confiamos en nadie, ni los unos ni los otros. Yo siempre voté a la izquierda. Y lo reconozco: hice muchas gilipolleces, del estilo de votar a partidos ultraminoritarios y hasta votar por François Mitterrand. Pero bueno: siempre voté por los menos malos. Ahora, estoy completamente deprimido.
Cuando ves, por ejemplo, al Nuevo Partido Anticapitalista, que rechazó un frente común de la izquierda... ¡Sólo puedes quedarte deprimido! "Mi impresión", prosigue Siné, "es que toda esa gente de la clase política tradicional ha estado burlándose de nosotros. Creo que son gente que quiere un sueldo, un puesto, un coche oficial, un chófer, prestigio... Y se reparten los puestos. Y en tal caso la gente pasa de pronunciarse por uno u otro.
A la gente modesta ya le importa un rábano que sea tal o cual el que se quede el escaño. Y ese sentimiento de que la política se ha convertido en un oficio burocrático en el peor sentido de la palabra es compartido en toda Europa. Quizá es un sentimiento injusto, porque algunos están en el combate político por la buena causa, pero son un grano de arena y se les confunde. Vemos a toda la clase política como un conjunto de hijos de puta. Este sistema se merece una Revolución. Mientras no seamos categóricos, aquí nada. A. P.
Gianni Vattimo, Filósofo y político
"Se ganará si deja de dividirse por bobadas"
En Europa la derecha no ha crecido, sino que los votantes de izquierda se han abstenido el 7-J porque están decepcionados con los partidos que deberían representarles. Es la tesis del filósofo y político italiano Gianni Vattimo, que augura que la izquierda de su país volverá al poder el día que deje de dividirse por cualquier "bobada".
Deserción
Él mismo, comunista, encarna la deserción del votante progresista de los partidos tradicionales. Tras pasar por los Radicales, los ex comunistas de DS y el partido comunista, se ha pasado a Italia de los Valores (IdV), el partido que ejerce la oposición más frontal a Silvio Berlusconi, y por el que ha sido elegido eurodiputado. "Con Refundación Comunista e Izquierda y Libertad no hubiéramos conseguido ningún escaño, y votar al Partido Demócrata era hacerlo por un partido que no sabe qué es". El problema principal de la izquierda en Europa, asegura Vattimo, es "no haber hecho su trabajo". En Italia, "el último Gobierno de Prodi no emprendió las reformas necesarias sobre la televisión o el conflicto de intereses" para frenar a Berlusconi.
Idv ha surgidopara "defender la Constitución, la legalidad, la lucha contra la mafia". Vattimo, turinés de 73 años, aspira a ir escorando el partido hacia la izquierda. "Mis ideales son comunistas, pero hablar de comunismo hoy aleja a la gente", añade, "hay que centrarse en expulsar a Berlusconi y a la derecha del poder en Europa". S. B.
Carlos París, Presidente del Ateneo de Madrid
"La izquierda padece síndrome de Estocolmo"
Para Carlos París (Bilbao, 1925), "la crisis actual no es una crisis puramente económica, es una crisis antropológica, de la realidad y los valores humanos, de la moral, la política y el pensamiento". A su juicio, ello "hace comprensible el paradójico triunfo de la derecha, cuando el capitalismo muestra su incapacidad de dirigir la sociedad, pero mantiene hegemonía social sobre las conciencias y su dominio de los organismos que dirigen la economía ante una izquierda claudicante y perdida".
"Los partidos socialistas europeos han tendido a reproducir la política económica de la derecha, renunciando a sus proyectos socialdemócratas, y los partidos comunistas, que habían ido dejando en la sombra su impulso revolucionario, han sido incapaces de asimilar la caída del muro de Berlín, presentada por la propaganda como un fracaso de cualquier intento de crear una sociedad colectivista", argumenta el catedrático emérito de Filosofía. Y añade: "La izquierda ha reaccionado ante sus derrotas con el síndrome de Estocolmo".
Jaula de hierro
"El capitalismo ha levantado un mundo propicio para sus intereses, que ha troquelado las necesidades y la misma conciencia humana. Su producto han sido unas masas domesticadas y degradadas, encerradas en una nueva jaula de hierro. Frente a los ideales de solidaridad, se ha logrado imponer la ilusión del enriquecimiento individual, engañosa para la mayoría, y obtenida en lucha despiadada. La izquierda sólo podrá triunfar cuando rompa esta jaula de hierro", concluye. C. E. B.
Philip Pettit, Filósofo y politólogo
"Falta una visión política coherente"
"En una atmósfera de incertidumbre económica y de miedo, la gente se dirige hacia los que ve más dispuestos a defender políticas de austeridad. Ello tiene un efecto desafortunado, en la medida en que salir de una crisis como la presente requiere que los Gobiernos estén dispuestos a estimular al economía y no a tratar de recortar gastos", lamenta el filósofo y politólogo Philip Pettit, nacido en 1945 en Irlanda y ahora profesor de la Universidad de Princeton, en EEUU.
En opinión de Pettit, "los partidos de centro-derecha están a menudo afectados por asociación con la extrema derecha, mientras que los de centro-izquierda les sucede lo mismo con los de extrema izquierda. En este momento, la extrema derecha, que se centra en políticas nacionalistas y contrarias a la inmigración, puede parecer más atractiva que los de extrema izquierda, que pueden parecer poco realistas y con propuestas imposibles de materializar".
"Sigo pensando", agrega Pettit, "que la socialdemocracia y los partidos de centro-izquierda fracasan a la hora de traducir sus políticas en una única visión, coherente". Su receta para lograr esa coherencia es el republicanismo cívico, que sintetiza en cinco puntos: "1- La libertad es el principal valor en política. 2- La libertad requiere no ser dominado por otros en las decisiones básicas de tu propia vida. 3- En consecuencia, el Gobierno no sólo debe proteger sino también dar capacitación. 4- El Gobierno debe ser transparente y abierto a la contestación. 5- El republicanismo cívico, pues, equivale al socialismo constitucional". P. R.
Concita de Gregorio, Directora de L’Unità
"El dinero vence en el combate con los ideales"
"En este momento histórico, la derecha en Europa está teniendo mucho éxito especialmente por el miedo al inmigrante y por la pobreza", analiza Concita de Gregorio (Pisa, 1963), directora de L'Unità, el histórico periódico italiano fundado en 1924 por el comunista Antonio Gramsci y ahora en la órbita de la izquierda moderada.
"La dificultad material y la falta de trabajo, de dinero, de un piso donde vivir es un territorio muy fértil para el miedo. La derecha prospera con el mensaje de cada uno, a lo suyo, y difunde la idea de que el inmigrante quita puestos de trabajo". "En el combate con los ideales, el dinero vence", suspira la periodista y escritora que dirige este emblema de la izquierda italiana, en apuro económico permanente.
Además, "la división impide a la izquierda tener un poder real y efectivo. En Italia, dos partidos a la izquierda del Partido Demócrata no han conseguido ni un escaño porque por sí solos no llegaban al 4% de votos necesario, pero juntos habrían obtenido el 6%".
Motivos de esperanza
Hay motivos de esperanza, sin embargo. "Italia está llena de personas como Débora Serrachiani, la diputada del Partido Demócrata que ha vencido a Berlusconi en su Friuli natal. Lo ha logrado porque representa una fuerza de innovación, de substitución de la clase política actual. La gente está harta de luchas intestinas y quiere una generación de políticos que haya nacido después de la fusión de los partidos que componen el Partido Demócrata, quiere acabar con la gerontocracia política". S. B.
José Saramago, Escritor
"La izquierda está por ahí humillada"
Las elecciones han tenido un efecto devastador en el ánimo del escritor portugués José Saramago, de 86 años: "Otras veces me he preguntado dónde está la izquierda, y hoy tengo la respuesta: por ahí, humillada", afirma.
Saramago, vinculado a la tradición comunista, explica el derrumbe de la izquierda mayoritaria porque "cada día se asemeja más a los adversarios y a los enemigos, como si esa fuese la única manera de hacerse aceptar". La ruta hacia el centro, opina al escritor, fue esgrimido por sus promotores como "una genialidad táctica y una modernidad imparable", pero el resultado ha sido simplemente su aproximación a la derecha y, por tanto, la decepción del electorado de izquierdas. "No es posible votar a la izquierda si la izquierda ha dejado de existir", afirma con rotundidad. Saramago recalca la paradoja de que en Europa, donde la izquierda tiene una larga trayectoria de fuerza, vira a la derecha, pero que en el mismo momento Estados Unidos, la gran potencia tradicionalmente dirigida por fuerzas conservadoras, apunta a un giro con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.
Parece un signo de optimismo, pero es también una demostración más de la derrota porque la nueva esperanza ya no aspira a cambios radicales, sino a "salvar los muebles de un capitalismo sin reglas que estuvo a punto de devorarse a sí mismo".
El escritor considera que la izquierda debe priorizar la recuperación de sus "fuentes tradicionales de influencia", entre los que cita los pobres, los necesitados y los soñadores.
Susan George, Filósofa y politóloga
"No se han ofrecido soluciones propias"
"El auténtico triunfo del neoliberalismo es que los socialdemócratas, a quienes prefiero llamar social-liberales, han acompañado cada nuevo paso en el camino [emprendido por la derecha]", afirma Susan George, francesa de origen estadounidense, presidenta del Transnational Institute de Ámsterdam y muchos años a cuestas de activismo."Confrontados en una elección entre el original (la derecha) y una copia light (los social-liberales), la gente elegirá el original.
La única solución para el Partido Socialista Europeo y sus componentes nacionales es moverse hacia la izquierda e incorporar el medio ambiente en sus políticas, pero no creo que lo hayan comprendido", apunta la autora del Informe Lugano (Icaria), una de las obras de referencia del movimiento antiglobalización.
Indignada con el PSF
George, politóloga y filósofa formada a caballo entre Estados Unidos y Francia, se muestra especialmente dura con el Partido Socialista Francés (PSF): "La derecha se comporta como la derecha y nadie debería sorprenderse, pero los socialistas franceses no tienen derecho a decir que se sitúan en la izquierda", se indigna: "Jospin privatizó más que la derecha, el partido socialista estuvo a favor del Tratado constitucional europeo que rechazaron sus propios militantes en referéndum, apoyaron el cambio constitucional en Francia para asegurar la ratificación del Tratado de Lisboa..."
¿Y la izquierda alternativa, la suya? "Es cierto que la izquierda no ha logrado ofrecer sus propias soluciones a la crisis". P. R.
Marco Travaglio, Periodista y escritor
"Se vota si se encuentra de quién fiarse"
"En Italia, la crisis de la izquierda no tiene nada que ver con la del resto de Europa", opina el periodista y escritor Marco Travaglio. En su opinión, cuando estuvo en el poder, la coalición de izquierdas "no tuvo más remedio que sanear las cuentas públicas" pues la derecha "las había saqueado", pero los recortes en el gasto no han causado su fracaso. Su problema, asegura Travaglio, "es que tiene a los líderes equivocados. Si después de 15 años en la cúpula no han conseguido conectar con la gente, deberían irse a casa".
A este periodista, nacido en Turín en 1964, se le considera uno de los mayores azotes de lo que define como el "régimen" de Berlusconi, al igual que lo fue su maestro Indro Montanelli. En su libro El olor del dinero, Travaglio denunció el modo en que Berlusconi ha construido su fortuna.
Falta de confianza
"La gente va a votar cuando encuentra a alguien de quien se fía", sostiene el autor. Han votado a la Liga Norte porque "aunque de forma equivocada, responde a problemas concretos de las personas"; al partido Italia de los Valores "pues es mucho más reconocible en su oposición radical e intransigente a Berlusconi", pero también a izquierdistas como Débora Serrachiani "porque es considerada nueva, joven y muy inteligente en su labor de oposición". Según Tavaglio, los electores dan la espalda a los partidos ex comunistas que se han atomizado "en una tendencia natural al suicidio", o a los Verdes que, salvo excepciones, en Italia "nunca han sido creíbles". S.B.
Público - España/13/06/2009
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