Detectan señales de las cajas negras del Airbus de Air France
Fueron captadas por barcos franceses. Estarían en un área montañosa del fondo marino, a una profundidad de 4.800 metros. La búsqueda es contrarreloj, ya que emiten señales sólo por 30 días.
-
Una carrera contrarreloj. Así es la búsqueda de las cajas negras para develar las causas de la tragedia del Airbus 330 de Air France, que cayó al Océano Atlántico con 228 personas a bordo. Las cajas emiten señales sólo por unos 30 días, de modo que probablemente cesarán a finales de junio.
Ayer, barcos franceses captaron las primeras señales débiles de las cajas. La noticia fue publicada hoy por el diario "Le Monde" en su edición de internet. Guiado por las señales acústicas, el pequeño submarino de exploración francés "Nautile" se sumergió en las aguas del Atlántico para localizar las cajas negras, según el periódico parisiense.
Se cree que las cajas negras yacen en un área montañosa del fondo marino, a una profundidad de hasta 4.800 metros.
El sonido que sale de las balizas es un toc-toc-toc, parecido al de un martillazo continuo, preciso e intermitente, que puede registrarse desde los 5.000 metros de profundidad. Esta señal empieza a sonar siempre desde el preciso momento en que entró en contacto con el agua.
El toc-toc-toc suena hasta que se le agota la batería. Como mínimo, tiene energía para un mes. Por eso, según han reconocido los expertos de la investigación, a partir del 1 de julio "la probabilidad de encontrarla es mínima". Un miembro de este equipo confesó hace días que encontrar la caja negra: "Es una auténtica carrera contrarreloj".
La zona de búsqueda se caracteriza por su dificultad al encontrarse de lleno lo que se denomina la Dorsal Atlántica, esto es, una cordillera que atraviesa el Océano Atlántico de arriba abajo, con unas simas a 4.500 metros y otras crestas a 800. La caja negra, del tamaño de una caja de zapatos, puede estar sepultada a la mayor profundidad o haber caído algo más cerca.
El rastreo de cadáveres y de la caja negra del aparato se lleva a cabo con aviones, helicópteros y navíos de Brasil, Francia y Senegal, además del avión Fokker F-27 de la fuerza aérea española, que se sumó el pasado miércoles. En este rastreo participa un submarino nuclear francés equipado con un sónar y dos remolcadores, también franceses, que, atados a cables de más de 6.000 metros, pasean unos ultrasensibles hidrófonos cedidos por el Pentágono capaces de escuchar ese toc-toc-toc a más un kilómetro y medio de distancia.
Una carrera contrarreloj. Así es la búsqueda de las cajas negras para develar las causas de la tragedia del Airbus 330 de Air France, que cayó al Océano Atlántico con 228 personas a bordo. Las cajas emiten señales sólo por unos 30 días, de modo que probablemente cesarán a finales de junio.
Ayer, barcos franceses captaron las primeras señales débiles de las cajas. La noticia fue publicada hoy por el diario "Le Monde" en su edición de internet. Guiado por las señales acústicas, el pequeño submarino de exploración francés "Nautile" se sumergió en las aguas del Atlántico para localizar las cajas negras, según el periódico parisiense.
Se cree que las cajas negras yacen en un área montañosa del fondo marino, a una profundidad de hasta 4.800 metros.
El sonido que sale de las balizas es un toc-toc-toc, parecido al de un martillazo continuo, preciso e intermitente, que puede registrarse desde los 5.000 metros de profundidad. Esta señal empieza a sonar siempre desde el preciso momento en que entró en contacto con el agua.
El toc-toc-toc suena hasta que se le agota la batería. Como mínimo, tiene energía para un mes. Por eso, según han reconocido los expertos de la investigación, a partir del 1 de julio "la probabilidad de encontrarla es mínima". Un miembro de este equipo confesó hace días que encontrar la caja negra: "Es una auténtica carrera contrarreloj".
La zona de búsqueda se caracteriza por su dificultad al encontrarse de lleno lo que se denomina la Dorsal Atlántica, esto es, una cordillera que atraviesa el Océano Atlántico de arriba abajo, con unas simas a 4.500 metros y otras crestas a 800. La caja negra, del tamaño de una caja de zapatos, puede estar sepultada a la mayor profundidad o haber caído algo más cerca.
El rastreo de cadáveres y de la caja negra del aparato se lleva a cabo con aviones, helicópteros y navíos de Brasil, Francia y Senegal, además del avión Fokker F-27 de la fuerza aérea española, que se sumó el pasado miércoles. En este rastreo participa un submarino nuclear francés equipado con un sónar y dos remolcadores, también franceses, que, atados a cables de más de 6.000 metros, pasean unos ultrasensibles hidrófonos cedidos por el Pentágono capaces de escuchar ese toc-toc-toc a más un kilómetro y medio de distancia.
-
Clarin - Argentina/23/06/2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario