Cabos sueltos ¡Mirad a Polonia!
ENRIC SOPENA
“Para ciertas fuerzas fácticas y parte de la UCD este Suárez liberal era ya un peligro y, por supuesto, un Gobierno de izquierdas representaba el mal absoluto”, escribieron Antonio Navalón y Francisco Guerrero en su libro: “Objetivo Adolfo Suárez” (1987). Los autores analizaron de forma promenorizada los últimos tiempos de Suárez en la Moncloa. ¿Habrá que recordar que Suárez no pudo acabar su mandato, tras las elecciones de 1979, y tuvo que presentar su dimisión?
El Plural / Artículos de opinión /10/04/2007
¿Habrá que recordar también que la sesión de investidura de su sucesor, Leopoldo Calvo-Sotelo, fue abruptamente interrumpida por el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, aunque esa elección significaba un claro giro hacia la derecha? Suárez pagó muy cara su osadía. O, mejor dicho, su coraje. Ayer en Los desayunos de TVE Santiago Carrillo evocaba a Suárez como pieza clave en la legalización del PCE, hace ahora treinta años, y en la legitimación del nuevo régimen.
“Suárez se la jugó”, subrayó con admiración Carrillo. Como sugiere el libro mencionado, y ha confirmado la realidad, cabría decir que la UCD fue un espejismo. En aquella época, la UCD constituía –para la derecha de toda la vida- una especie de mal menor. Ciertamente, “el mal absoluto” era un Gobierno de izquierdas. Recompuesta la derechona, o la aznariana derecha sin complejos, liquidado el segundo intento reformista de Suárez, que fue el CDS, de nuevo la mayoría conservadora sostiene en la actualidad que la maldad intrínseca, absoluta, la encarna la izquierda.
Así, antes o después, se corre el riesgo de estrangular la democracia. O de deteriorarla gravemente. Las izquierdas –señaló atinadamente Carrillo- han cambiado mucho de entonces acá. Pero la derecha española continúa inamovible, enrocada en sus mitos, sus fantasmas y sus embustes catastrofistas. No hablamos de especulaciones o de cabalas sin fundamento. ¡Mirad a Polonia!, atrapada entre el olor asfixiante a incienso integrista y el aroma tóxico del fascismo formato 2007. Que el Dios de la parroquia madrileña de San Carlos Borromeo se apiade de nosotros.
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