La sociedad iraquí cree que EEUU está provocando deliberadamente una guerra civil para permanecer en el país
La opinión pública iraquí y el coste económico de la ocupación
Global Policy Forum
Global Policy Forum /IraqSolidaridad
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Desde marzo de 2003, las empresas de opinión han llevado a cabo muchos sondeos en Iraq. Los resultados de esas encuestas, incluidos los de aquéllas financiadas por los gobiernos de EEUU [1] y de Reino Unido [2], demuestran claramente que los iraquíes han sido muy críticos con las fuerzas extranjeras en su país. Una encuesta encargada por el Departamento de Estado a mediados de 2006, y de la que informó el diario The Washington Post, revelaba que “[…] una gran mayoría de los iraquíes quiere que las fuerzas de la Coalición, lideradas por EEUU, abandonen de inmediato el país, y afirma que su rápida salida haría más seguro Iraq y reduciría la violencia sectaria” [3]. Según el Post, la encuesta revelaba que en Bagdad casi tres cuartas parte de los residentes consultados contestaban que “[…] se sentirían más seguros si las fuerzas estadounidenses, y el resto de las fuerzas extranjeras, abandonaran Iraq”; de ellos, el 65% estaba a favor de una retirada inmediata [4].
En septiembre de 2006, otra encuesta de [la empresa] World Public Opinión, dirigida por el Programa Internacional sobre Actitudes Políticas (PIAP) de la Universidad de Maryland, confirmaba las conclusiones de la encuesta del Departamento de Estado [5], según las cuales el 71% de los iraquíes querían que su gobierno exigiera la retirada de las fuerzas extranjeras en el plazo de un año o incluso antes [6].
Si [estas dos encuestas] se comparan con encuestas previas la urgencia de los iraquíes para la retirada habría aumentado y el apoyo a la presencia indefinida [de tropas extranjeras] habría bajado considerablemente [7].
Prolongación de la ocupación y violencia
Las encuestas han demostrado sistemáticamente que una mayoría sustancial cree que la presencia de las tropas estadounidenses ha incrementado la violencia en Iraq. La encuesta del PIAP de septiembre de 2006 revela que los iraquíes —por un abrumador 78% frente a un 21%— consideran que la presencia militar estadounidense “[…] está provocando más conflictos de los que evita” [8]. En noviembre de 2006, una encuesta realizada por Iraq Centre for Research and Strategic Studies dio resultados similares y demostró que cerca del 66% de los encuestados pensaban que la situación de seguridad mejoraría y la violencia se reduciría si las fuerzas estadounidenses se fueran [9]. Estos resultados los confirmó la empresa británica Opinión Research Business, según la cual la mayoría de los iraquíes considera “[…] que las condiciones de seguridad en Iraq mejorarán en las semanas inmediatamente posteriores a la retirada de la fuerza multinacional” [10].
La opinión generalizada en las calles de Bagdad es que el ejército estadounidense está provocando de forma deliberada una guerra civil en el país como pretexto para permanecer allí [11]. Además, una abrumadora mayoría cree que EEUU seguirá en el país —incluso aunque el gobierno iraquí le pida que se retire— y que el gobierno estadounidense tiene previsto mantener bases permanentes en el país, opinión que es compartida por todos los grupos étnicos de Iraq [12].
Una encuesta secreta del ejército, encargada por el Ministerio de Defensa británico en 2005, reveló que una gran proporción de los iraquíes, el 45%, creía que los atentados contra los soldados estadounidenses y británicos estaban justificados [13]. Desde enero, el apoyo a los ataques contra las fuerzas estadounidenses ha aumentado de forma considerable hasta alcanzar un 61%, tanto entre los shiíes como entre los sunníes encuestados [14]. El respaldo a esos ataques tiene gran correlación con la creencia de que EEUU planea establecer bases permanentes en Iraq [15]. El PIAP señala que “[…] si EEUU se comprometiera a retirarse en un plazo determinado, el apoyo a los ataques disminuiría” [16].
Los resultados de las encuestas reflejan el gran descontento de los iraquíes con la situación del país. En 2006, el PIAP estimaba que el 79% de los iraquíes consideraba que EEUU tenía una influencia negativa en la situación de Iraq en su conjunto [17]. La encuesta realizada en 2007 por DC3 Systems para la BBC, ABC News, ARD German TV y USA Today revela que, además de la violencia y la falta de seguridad, los iraquíes se quejan de sus sórdidas condiciones de vida, lo que incluye la falta de puestos de trabajo, agua potable, electricidad y asistencia sanitaria, y que tienen bajas expectativas de que las cosas mejoren en el futuro [18]. Según un estudio británico de 2005, el 71% de los iraquíes afirmaba que raramente conseguían agua potable; el 47% que nunca tenían electricidad suficiente; el 70% que el sistema de saneamiento funcionaba en raras ocasiones y el 40 % de los iraquíes del sur contestó que no tenían trabajo [19].
Los enormes y crecientes gastos de la guerra de Iraq absorben valiosos recursos nacionales que se podrían invertir en necesidades sociales, como denuncia el movimiento en EEUU contra la ocupación
El coste de la guerra y de la ocupación
Iraq ha soportado un enorme coste durante el conflicto, sin embargo los economistas han hecho muy poco esfuerzo para calcular a cuánto hayan podido ascender esos costes. Colin Rowat, de la Universidad de Birmingham, ha llevado a cabo un primer intento. Utilizó los datos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central de Iraq para estudiar la reducción de los niveles económicos en relación al PIB previsible en tiempo de paz [20]. Utilizando los cálculos de Rowat Anna Bernasek, del diario The New York Times, [Colin Rowat] calcula las pérdidas económicas de Iraq en 2006 en unos 24.000 millones de dólares [21]. A este ritmo, las pérdidas durante los cuatro años de guerra podrían haber llegado hasta los 100.000 millones de dólares o más, una cantidad muy considerable.
Pero el coste real para los iraquíes supera en mucho las pérdidas en el PIB: los costes económicos de las muertes prematuras, de los heridos [con secuelas] a largo plazo, de la fuga de cerebros, de la destrucción de las ciudades y sus infraestructuras, de los desplazamientos masivos y de la reubicación de las personas, y muchos otros factores que asimismo se deben incluir. Los economistas tienen mucho trabajo por hacer en esta materia, pero al final esas tragedias son imposibles de medir en términos estrictamente económicos.
Para EEUU la guerra ha sido extremadamente costosa, mucho más de lo que inicialmente calcularon los responsables políticos. Mitch Daniels, director de la Oficina Presupuestaria y de Gestión [del gobierno de EEUU], anunció antes de la guerra que el coste sería aproximadamente de unos 50.000 millones de dólares [22], pero hasta diciembre de 2006 en realidad Washington había gastado alrededor de 400.000 millones en asignaciones gubernamentales directas para la guerra. Está claro que este presupuesto de gastos continuará aumentando mucho más en 2007 y en los años siguientes [23].
Los costes federales estadounidenses de la guerra se encuentran ocultos en los complicados presupuestos del Pentágono pero sabemos que han aumentado desde los aproximadamente 4.000 millones de dólares mensuales en 2003 hasta los más de 8.000 millones al mes a finales de 2006 [24]. Sólo en el año fiscal de 2006, el gasto de la guerra de Iraq pudiera haber sido de 120.000 millones de dólares y las estimaciones indican que en 2007 el gasto podría alcanzar los 170.000 millones de dólares [25]. A esos costes hay que añadir los presupuestos de las subvenciones para la reconstrucción de Iraq, el coste de la formación de las fuerzas armadas iraquíes, el de las operaciones secretas del espionaje y otros muchos.
Los costes futuros del conflicto de Iraq dependerán del número de soldados desplegados, de la naturaleza de las operaciones militares y del tiempo que dure la guerra. Al haber enviado Washington 20.000 soldados adicionales, o más, en la primera mitad de 2007, con seguridad el gasto aumentará y pudiendo incrementarse sustancialmente hasta superar los 12.000 millones mensuales en 2007. De manera que para finales de 2007, el coste presupuestario puede acercarse a los 600.000 millones de dólares y, finalmente, rondar el billón de dólares. Las cifras del presupuesto federal de EEUU, a pesar de ser enormes, infravaloran en gran medida el verdadero coste de la guerra. Los economistas Linda Blimes y Joseph Stiglitz señalan que los gastos presupuestarios no contabilizan las consecuencias económicas de los militares muertos y heridos (más 3.000 soldados estadounidenses han muerto y más 23.000 han resultado heridos [26]), cuyas pensiones, seguros de vida y tratamiento médico se pagarán durante mucho tiempo [27]; tampoco incluyen los gastos, cada vez mayores, de reclutamiento de fuerzas armadas o los costes de la desmovilización. Según Bilmes y Stiglitz, un cálculo real de los gastos también debería tener en cuenta un amplio abanico de otros gastos, empezando por la sustitución y desgaste de los equipos militares [28], los gastos macroeconómicos —tales como los altos precios del petróleo—, los intereses de la deuda nacional [29] y demás repercusiones negativas a largo plazo en la economía [30]. Bilmes y Stiglitz establecen la estimación del coste total [de la guerra y la ocupación] entre uno y 2,2 billones de dólares, un cálculo realizado antes de la publicación de su trabajo de investigación en enero de 2006 [31]. Pero en una versión posterior del mismo, publicado unos nueve meses después, llegaba a la conclusión de que los costes serían mucho mayores y que la estimación de 2,2 billones de dólares era baja [32]. El informe del Grupo de Estudio de Iraq [demócrata-republicano], publicado en noviembre de 2006, manejaba la cifra de dos billones de dólares como definitiva [33].
Asimismo, deberían tenerse en cuenta los gastos soportados por los contingentes de otros miembros de la Coalición, pero este cálculo resulta sumamente difícil dada la cantidad de pequeños contingentes y las cifras presupuestarias secretas de muchos de los gobiernos participantes. Reino Unido, el mayor de los socios de Washington, ofrece alguna luz sobre otros gastos de la coalición. Aunque el gobierno británico ha ocultado sus gastos en Iraq y no los facilita ni al Parlamento ni a la opinión pública, investigadores que han hecho uso de la Ley de libertad de información han descubierto que hasta finales de 2005 Reino Unido había gastado unos 4.500 millones de libras esterlinas (aproximadamente 6.600 millones de euros) en su implicación militar en Iraq [34]. Según algunas estimaciones, y a pesar de la considerable reducción de fuerzas, cada año añadido de permanencia en Iraq costará a la hacienda británica alrededor de 1.500 millones de euros adicionales [35]. Así que los costes británicos hasta finales de 2006 sumarían 11.000 millones de dólares. En esas cantidades no se contabilizan costes tales como los de las reparaciones o la sustitución de los equipos militares que al final tendrá que cubrir el ministerio de Defensa británico [36]; tampoco tienen en cuenta otros muchos costes a largo plazo, entre ellos las pensiones por defunción y la asistencia médica para los ex combatientes.
Esos enormes y crecientes gastos de la espiral bélica absorben valiosos recursos nacionales que se podrían invertir en escuelas, hospitales, transporte, energías alternativas y en otras muchas prioridades de los ciudadanos. Habida cuenta de que la guerra se financia mediante el déficit presupuestario federal estadounidense, a las futuras generaciones, finalmente se les exigirá que paguen la factura.
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Notas de ‘Global Policy Forum’ e IraqSolidaridad:
1. US Deparment of State, Iraq Civil War Fears Remain High in Sunni and Mixed Areas, junio-julio 2006. El informe no se ha hecho público. The Washington Post tuvo acceso al informe y publicó algunas de sus conclusiones en: Amit R. Paley, “Most Iraqis Favor Immediate US Pullout, Polls Show”, The Washington Post, 27 de septiembre de 2006.
2. Ministerio de Defensa británico, Secret Military Poll, octubre de 2005. El informe no se ha publicado. The Sunday Telegraph obtuvo el informe y publicó algunas de sus conclusiones en: Sean Rayment, “Secret MoD Poll: Iraqis Supports Attacks on British Tropos”, The Telegraph, 23 de octubre de 2005.
3. Amit R. Paley, op.cit.
4. Ibid.
5. World Public Opinion, dirigida por el Programa de actitudes políticas internacionales, Universidad de Maryland, The Iraqi Public in the US Presence and the Future of Iraq, 27 de septiembre de 2006.
6. Ibid., p. 4.
7. “Support for an open-ended commitment has dropped from 29 percent to 9 percent”. Véase: “Most Iraqis Want US Troops Out Within a Year”, WorldPublicOpinion.org, 27 de septiembre de 2006.
8. World Public Opinion Poll, op.cit., p.5.
9. Iraq Centre for Research and Strategic Studies, Public Opinion Survey in Iraq: Security & Political Situations, noviembre de 2006, p. 13.
10. Opinions Research Business, Public Attitudes In Iraq: FourYears On, marzo de 2007.
11. Paley, op.cit.
12. World Public Opinión Poll, op.cit., p. 9.
13. Ministerio de Defensa británico, op.cit.
14. La mayoría de los encuestados kurdos, el 85%, no está de acuerdo. Véase: World Public Opinión Poll, op.cit., p. 8.
15. World Public Opinion Poll, op.cit., p. 9.
16. Ibíd.
17. Ibíd.
18. D3 Systems, Iraq Poll 2007, realizada para la BBC, ABC News, ARD German TV y USA Today, marzo de 2007.
19. Ministerio de Defensa británico, op.cit.
20. “Iraqi GDP Since 2003: Some Simple Calculations”, borrador del texto facilitado por el autor, fechado el 30 de marzo de 2007.
21. Anna Bernasek, “An Early Calculation of Iraq’s Cost of War”, New York Times, 22 de octubre de 2006. Este artículo se basa en una versión previa del documento de Rowat.
22. Citado en US Department of Defense, Donald Rumsfeld Media Stakeout, 19 de enero de 2003.
23. James A. Baker III y Lee Hamilton et al., “The Iraqi Study Group Report”, Vintage Books, New York, diciembre de 2006.
24. Ibid., p. 32.
25. Caren Bohan, “Costs for the Iraq War Approach Record-US Official”, Reuters, 19 de diciembre de 2006.
26. US Department of Defense, Personnel and Military Casualties Statistics, febrero de 2007.
27. Linda Bilmes and Joseph Stiglitz, “The Economic Cost of Iraq War: An Appraisal Three Years After the Beginning of the Conflict”, ponencia presentada en el congreso de la American Science Association, enero de 2006.
28. Según The Washington Post, se ha destruido aproximadamente el 40 % del equipamiento militar estadounidense, con un valor que ronda los 17.000 millones de dólares. Véase Ann Scott Tyson, “US Army Battling to Save Equipment”, The Washington Post, 5 de diciembre de 2006.
29. Irónicamente, el gobierno estadounidense paga la guerra mediante la financiación del déficit, el cual se cubre con préstamos provenientes de inversores y entidades bancarias internacionales. Debido a la falta de ahorro en EEUU, el gobierno estadounidense tiene que pedir préstamos del exterior, lo que agudiza la deuda externa neta de tal manera que muchos economistas consideran la situación potencialmente desestabilizadora.
30. Bilmes and Stiglitz, op.cit.
31. Ibid., p. 30.
32. Linda Bilmes y Joseph E. Stiglitz, “Encore”, Mlekin Institute Review, Fourth Quarter, 2006.
33. Baker y Hamilton, op.cit., p.32. Véase en IraqSolidaridad: Kevin Zeese entrevista a Erik Leaver: El coste de la ocupación de Iraq: el esfuerzo militar de EEUU más gravoso en 60 años. El Pentágono gasta 5.600 millones de dólares mensuales . 34. Citado en: IraqAnalysis Group, The Rising Costs of the Iraq War, marzo de 2006.
35. House of Commons, Defence Select Committee,sexto informe, capítulo 4, Challenges in Southern Iraq, 16 de marzo de 2005.
36. Iraq Analysis Group, Rising Costs.
Global Policy Forum (www,globalpolicy.org) IraqSolidaridad (http://www.iraqsolidaridad.org/)
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Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Felisa Sastre
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