Inmigrantes traen cambios a Iglesia católica en EEUU
THACHER SCHMID
LONGVIEW-Washington-EE.UU./AP
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A medida que más hispanos han llegado a su iglesia para escuchar la misa, el sacerdote Jerry Woodman ha tenido que adaptar la ceremonia, mientras trata de moderar sus propias opiniones sobre la condición ilegal de muchos de sus parroquianos. Las misas en inglés dentro de la iglesia de Saint Philip en Woodland suelen ser tranquilas y sobrias, pero la ceremonia dominical en español tiene desconcertado a Woodman por lo ruidosa que es. Los niños suelen correr por la iglesia, caminar detrás del sacerdote o hablar. Y la primera vez que se incluyó música en la misa llegó una banda completa, con un órgano, varias guitarras y ocho o nueve cantantes. "Había tanto ruido que la pintura se estaba desprendiendo de los muros", relató Woodman con una mueca. "Los latinos tienen una forma de escuchar la misa... los anglosajones son un poco más reservados". Woodman es uno de muchos sacerdotes católicos que se han visto impulsados por la sociedad cambiante a servir también a los hispanos. Durante la última década Woodman, de 61 años, ha estudiado español _leyó toda la serie de Harry Potter en ese idioma_ y viaja frecuentemente a México. La policía local le ha pedido ayuda en más de una ocasión como intérprete, y él se ha ofrecido a ayudar a una madre que sólo hablaba español y no entendía las instrucciones para suministrarle un medicamento a su hijo. Después de que un vándalo destruyó el letrero con el nombre de la iglesia, el "Padre Jerry" vio la oportunidad de reemplazarlo con uno bilingüe que dice "Saint Philip" de un lado y "San Felipe" del otro. Pero Woodman reconoce que le preocupa la inmigración ilegal. Durante una misa en inglés, oficiada en junio, Woodman no se guardó sus opiniones. "Prefiero llamarlos extranjeros ilegales, no indocumentados"", dijo. "Necesitamos llamar a las cosas por su nombre". Woodman considera que la inmigración ilegal contribuye a crear una "subclase" de mexicanos pobres en Estados Unidos. "Los inmigrantes ilegales infringen todo tipo de leyes, defraudan el sistema asistencial... Ciertamente hay una cuota de dignidad que se pierde cuando uno vive bajo el temor". El tema está recibiendo mucha atención también en la arquidiócesis, que emitió el 18 de mayo un memorándum del arzobispo Alex Brunett dirigido a los sacerdotes. El documento abordaba los casos en que los sacerdotes ofrecen ayuda y refugio a los indocumentados, un asunto que puede meter en problemas a sacerdotes como Woodman. El vocero de la arquidiócesis, Greg Magnoni, confirmó que la Iglesia está comprometida con atender a los necesitados, sin importar su situación, pero que debe acatar la ley. El memorándum señala que las parroquias que deseen ayudar a los ilegales deben notificar sus intenciones al arzobispo. "Si alguien llega a nuestra puerta y está hambriento, no preguntamos por qué, sólo lo alimentamos", dijo Magnoni. "Es un asunto muy importante para nosotros el llegar a los inmigrantes... y el reconocer simultáneamente que éste es un país de leyes". San Felipe ofrece varias misas en inglés cada semana y una en español, la más concurrida, con unos 200 feligreses, según Woodman. Pero no es fácil. Woodman relató que trató de oficiar una misa bilingüe hace cinco años, cuando llegó. "No funcionó", dijo. Lisa Ripp, quien ayuda en las tareas administrativas de la iglesia, dijo que unas 30 a 50 personas asistían a la misa en español hace cinco años. Ahora, hay 183 familias registradas como integrantes de la iglesia, y unas 35 sin registrar. Woodman dice que no compite con los evangélicos por los "fieles latinoamericanos" y que no piensa en las limosnas que le deja una mayor feligresía de inmigrantes. "Esto es falso, lo mismo que la afirmación de que ellos (los hispanos) apoyan financieramente a la Iglesia", dijo Woodman. "Gastamos más dinero en ellos del que recibimos de vuelta". "Mi autoestima no sube o baja" dependiendo de la cantidad de gente que llega a la misa, añadió. En mayo, la arquidiócesis de Seattle y el arzobispo Brunett dieron pasos para modificar la forma en que la Iglesia se acerca a los hispanos. Un nuevo documento, titulado "Plan Pastoral para el Ministerio Hispano: De Huéspedes a Anfitriones", refleja el cambio de paradigma en la aproximación de la Iglesia hacia este grupo creciente. "La intención es que no haya dos planes distintos, sino una Iglesia", dijo Magnoni. En el caso de San Felipe, es una iglesia con dos idiomas. Todas las iglesias del área han visto crecer sus congregaciones de latinoamericanos. Tim Iljen, párroco de Saint Rose, dice que a las misas en español asisten entre 150 y 400 feligreses. La situación también plantea cambios en las celebraciones del calendario litúrgico. Junto con la Semana Santa, el Miércoles de Ceniza, los bautizos, las primeras comuniones y la Navidad, las iglesias han debido incorporar celebraciones en fechas importantes para los hispanos. Por ejemplo, han comenzado a celebrar especialmente el 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, patrona de los católicos en México, y a oficiar misas para la presentación de los niños de 3 años en la iglesia.
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Los Tiempos.com-Bolivia/Portada/24/07/2007
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