COLOMBIA: Chávez sale en busca del acuerdo humanitario
Por Humberto Márquez *
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CARACAS (IPS) - El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ganó una nueva baza regional al quedar como protagonista en la búsqueda de un acuerdo humanitario entre la guerrilla y el gobierno de Colombia, tras entrevistarse con familiares de rehenes y prisioneros de la insurgencia del vecino país.
"Marulanda, donde quiera que estés, te habla Chávez desde el Palacio de Miraflores: no te conozco, pero aquí estoy con familiares de colombianas y colombianos en cautiverio", dijo el presidente venezolano en medio de parientes de víctimas la noche del lunes. Hablaba a "Manuel Marulanda Vélez", nombre de guerra del jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que retienen a unos 45 rehenes civiles y prisioneros uniformados, y están enzarzadas en un pulso con el presidente Álvaro Uribe acerca de un proceso para canjearlos por centenares de guerrilleros presos. Uribe dio luz verde a que la senadora opositora Piedad Córdoba trajese a Caracas a 14 familiares para el encuentro con Chávez, entre ellos Yolanda Pulecio, madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, y el profesor Gustavo Moncayo, quien caminó cientos de kilómetros y acampó en el centro de Bogotá para pedir el acuerdo que permita liberar a su hijo, que lleva casi 10 años en manos de las FARC. "Es la jugada más astuta que se haya hecho en favor de la imagen del presidente Chávez", dijo a IPS la analista política venezolana Beatriz de Majo, especializada en temas de Colombia, "porque gana en cualquier escenario y con cualquier resultado". Tras recibir a los familiares, Chávez asumió "la responsabilidad de ser observador y garante" en el caso de los rehenes de la guerrilla, y se dirigió a Uribe y a Marulanda "con el corazón, para que nos faciliten la tarea, que no se nos tranque el juego". Las FARC "han dicho que aceptarían una zona de despeje (de presencia militar) durante 45 días y eso debemos asumirlo como una señal de buena voluntad. Yo pido que no vayan a abrirnos esa puerta y a dejarnos luego colgados de la brocha", abundó el mandatario venezolano. Para avanzar en el canje, las FARC demandan una zona desmilitarizada, rechazada por Uribe. En medio de las dilaciones, 11 diputados regionales rehenes de la guerrilla perecieron en junio en un tiroteo, y sus familiares aún no han podido recuperar los cadáveres. "Si Uribe no acepta que Chávez contacte a las FARC y si no hace cesión alguna a sus demandas, quedará muy mal por haber involucrado al mandatario vecino para luego no darle concesiones, en tanto el venezolano habrá mostrado que permanece intacta su voluntad de buscar entendimientos en un pueblo hermano", dijo De Majo. Si el presidente colombiano cede, "entonces a Chávez quizá le hagan un altar en los hogares de Colombia porque no hay tema más dramático para esa sociedad ahora que el del acuerdo humanitario, y se fortalecería la izquierda frente a Uribe", agregó. Uribe "deberá entonces ver cómo aprovecha los logros de Caracas para a su vez fortalecerse e impedir un avance de la izquierda que, si le relevase en el gobierno, convertiría a Colombia en otro aliado de Chávez y su proyecto regional, llevando otro país andino al campo adverso a Estados Unidos", agregó la experta. Para José Vicente Rangel, ex canciller y ex vicepresidente de Chávez, el encuentro entre el gobernante y los familiares "es el paso más importante y audaz de los últimos tiempos, porque toma el toro por los cuernos". Chávez y Uribe "tienen una real empatía y, aunque sus posiciones ideológicas y políticas divergen, son gobernantes pragmáticos. Por eso ahora que el tema se desmitifica lo importante es ver cómo actúan las partes", agregó Rangel. Ello porque "estas iniciativas tienen adversarios en Venezuela y Colombia, donde hay, así como en Washington, halcones opuestos a hacer concesiones", añadió. Camilo Restrepo, comisionado colombiano de paz durante la presidencia de Andrés Pastrana (1998-2002), estimó que "para el proceso de acuerdo humanitario es muy importante que haya presencia internacional, pero todo dependerá, ahora, de la voluntad política que muestren el gobierno y las FARC". Como gesto hacia sus vecinos, Chávez anunció que indultará a un grupo de 27 colombianos condenados a seis años de cárcel en 2005 por integrar una fuerza de 130 individuos que ingresaron a Venezuela para conformar una fuerza, a órdenes de militares venezolanos, que se aprestaba a subvertir el orden en las cercanías de Caracas. De momento, Uribe también gana. La iniciativa ha desviado la atención del escándalo de la "parapolítica" colombiana, las revelaciones de las íntimas relaciones entre políticos oficialistas y milicias paramilitares de ultraderecha, a su vez comandadas por jefes del narcotráfico. Además, el mandatario Uribe gusta de la figura de la facilitación, ahora extendida al papel de la senadora Córdoba. Facilitadores ya son los tres países europeos que realizan gestiones por el acuerdo --Francia, Suiza y España--, así como el político conservador Álvaro Leyva o el dirigente del Partido Comunista y director del semanario Voz, Carlos Lozano, entre otros. El presidente colombiano ha tenido cuidado en no dar ningún paso interno que pudiera acercar a las FARC a un reconocimiento de beligerancia. Estas fueron declaradas "organización terrorista" por Estados Unidos y la Unión Europea poco después del ataque del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. Las FARC piden se les retire esa calificación como condición para sentarse a hablar de paz, en etapa posterior al canje. En su reunión celebrada en Alemania en junio, el Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo se refirió a los miembros de las FARC como "combatientes guerrilleros" y no "terroristas", como los llama Uribe. En medio de este cruce de intereses, los familiares de los retenidos por las FARC reiteraron su esperanza de que la intervención de Chávez produjera resultados. "Su apoyo es muy importante porque tiene mucho liderazgo en América Latina y seguro conseguirá el respaldo de todos los mandatarios latinoamericanos", dijo a periodistas Pulecio, la madre de Ingrid Betancourt. Pulecio dijo que "hablé con el presidente argentino Néstor Kirchner y su esposa, la candidata Cristina Fernández, y están con nosotros. Y si se suman a nuestra petición de intercambio humanitario Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela, es una fuerza grande para desbloquear el proceso". Córdoba le pidió públicamente a Chávez que ayudara en el tema, pero además, durante su reunión con él la semana pasada le planteó que buscara un encuentro con las FARC. "Eso no resuelve nada, pero genera condiciones. Quienes resuelven son Uribe y las FARC", dijo a IPS un asesor de Córdoba que pidió mantener su identidad en discreción. A través de Chávez, Córdoba busca "la participación de la mayoría de presidentes latinoamericanos, para que ellos les pidan a las partes que se sienten a negociar". "El mecanismo sería Chávez, no la OEA (Organización de los Estados Americanos)", agregó. Pero lo que la aguerrida senadora Córdoba se propone, va más allá: lograr un movimiento nacional en torno al acuerdo humanitario, formalizando la existencia de otro elemento de peso en el canje, la población. Durante muchos años, a excepción de manifestaciones esporádicas, las familias de los rehenes y prisioneros de las FARC han pasado su angustia en soledad. Cuando faltan nueve semanas para las elecciones locales en Colombia, Córdoba tiene la idea de incluir una "papeleta verde" que apoye el acuerdo, así ésta no sea contabilizada oficialmente. La idea es conseguir que todas las fuerzas sociales hagan de esa papeleta adicional un propósito común. "Ahora, tener paciencia para esperar el comunicado del secretariado de las FARC, para que se pronuncien por lo que le dijo ayer el presidente Chávez directamente a Manuel Marulanda", dijo Clara de Jara, esposa del ex gobernador del departamento del Meta Alan Jara, también rehén de la guerrilla.
CARACAS (IPS) - El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ganó una nueva baza regional al quedar como protagonista en la búsqueda de un acuerdo humanitario entre la guerrilla y el gobierno de Colombia, tras entrevistarse con familiares de rehenes y prisioneros de la insurgencia del vecino país.
"Marulanda, donde quiera que estés, te habla Chávez desde el Palacio de Miraflores: no te conozco, pero aquí estoy con familiares de colombianas y colombianos en cautiverio", dijo el presidente venezolano en medio de parientes de víctimas la noche del lunes. Hablaba a "Manuel Marulanda Vélez", nombre de guerra del jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que retienen a unos 45 rehenes civiles y prisioneros uniformados, y están enzarzadas en un pulso con el presidente Álvaro Uribe acerca de un proceso para canjearlos por centenares de guerrilleros presos. Uribe dio luz verde a que la senadora opositora Piedad Córdoba trajese a Caracas a 14 familiares para el encuentro con Chávez, entre ellos Yolanda Pulecio, madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, y el profesor Gustavo Moncayo, quien caminó cientos de kilómetros y acampó en el centro de Bogotá para pedir el acuerdo que permita liberar a su hijo, que lleva casi 10 años en manos de las FARC. "Es la jugada más astuta que se haya hecho en favor de la imagen del presidente Chávez", dijo a IPS la analista política venezolana Beatriz de Majo, especializada en temas de Colombia, "porque gana en cualquier escenario y con cualquier resultado". Tras recibir a los familiares, Chávez asumió "la responsabilidad de ser observador y garante" en el caso de los rehenes de la guerrilla, y se dirigió a Uribe y a Marulanda "con el corazón, para que nos faciliten la tarea, que no se nos tranque el juego". Las FARC "han dicho que aceptarían una zona de despeje (de presencia militar) durante 45 días y eso debemos asumirlo como una señal de buena voluntad. Yo pido que no vayan a abrirnos esa puerta y a dejarnos luego colgados de la brocha", abundó el mandatario venezolano. Para avanzar en el canje, las FARC demandan una zona desmilitarizada, rechazada por Uribe. En medio de las dilaciones, 11 diputados regionales rehenes de la guerrilla perecieron en junio en un tiroteo, y sus familiares aún no han podido recuperar los cadáveres. "Si Uribe no acepta que Chávez contacte a las FARC y si no hace cesión alguna a sus demandas, quedará muy mal por haber involucrado al mandatario vecino para luego no darle concesiones, en tanto el venezolano habrá mostrado que permanece intacta su voluntad de buscar entendimientos en un pueblo hermano", dijo De Majo. Si el presidente colombiano cede, "entonces a Chávez quizá le hagan un altar en los hogares de Colombia porque no hay tema más dramático para esa sociedad ahora que el del acuerdo humanitario, y se fortalecería la izquierda frente a Uribe", agregó. Uribe "deberá entonces ver cómo aprovecha los logros de Caracas para a su vez fortalecerse e impedir un avance de la izquierda que, si le relevase en el gobierno, convertiría a Colombia en otro aliado de Chávez y su proyecto regional, llevando otro país andino al campo adverso a Estados Unidos", agregó la experta. Para José Vicente Rangel, ex canciller y ex vicepresidente de Chávez, el encuentro entre el gobernante y los familiares "es el paso más importante y audaz de los últimos tiempos, porque toma el toro por los cuernos". Chávez y Uribe "tienen una real empatía y, aunque sus posiciones ideológicas y políticas divergen, son gobernantes pragmáticos. Por eso ahora que el tema se desmitifica lo importante es ver cómo actúan las partes", agregó Rangel. Ello porque "estas iniciativas tienen adversarios en Venezuela y Colombia, donde hay, así como en Washington, halcones opuestos a hacer concesiones", añadió. Camilo Restrepo, comisionado colombiano de paz durante la presidencia de Andrés Pastrana (1998-2002), estimó que "para el proceso de acuerdo humanitario es muy importante que haya presencia internacional, pero todo dependerá, ahora, de la voluntad política que muestren el gobierno y las FARC". Como gesto hacia sus vecinos, Chávez anunció que indultará a un grupo de 27 colombianos condenados a seis años de cárcel en 2005 por integrar una fuerza de 130 individuos que ingresaron a Venezuela para conformar una fuerza, a órdenes de militares venezolanos, que se aprestaba a subvertir el orden en las cercanías de Caracas. De momento, Uribe también gana. La iniciativa ha desviado la atención del escándalo de la "parapolítica" colombiana, las revelaciones de las íntimas relaciones entre políticos oficialistas y milicias paramilitares de ultraderecha, a su vez comandadas por jefes del narcotráfico. Además, el mandatario Uribe gusta de la figura de la facilitación, ahora extendida al papel de la senadora Córdoba. Facilitadores ya son los tres países europeos que realizan gestiones por el acuerdo --Francia, Suiza y España--, así como el político conservador Álvaro Leyva o el dirigente del Partido Comunista y director del semanario Voz, Carlos Lozano, entre otros. El presidente colombiano ha tenido cuidado en no dar ningún paso interno que pudiera acercar a las FARC a un reconocimiento de beligerancia. Estas fueron declaradas "organización terrorista" por Estados Unidos y la Unión Europea poco después del ataque del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. Las FARC piden se les retire esa calificación como condición para sentarse a hablar de paz, en etapa posterior al canje. En su reunión celebrada en Alemania en junio, el Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo se refirió a los miembros de las FARC como "combatientes guerrilleros" y no "terroristas", como los llama Uribe. En medio de este cruce de intereses, los familiares de los retenidos por las FARC reiteraron su esperanza de que la intervención de Chávez produjera resultados. "Su apoyo es muy importante porque tiene mucho liderazgo en América Latina y seguro conseguirá el respaldo de todos los mandatarios latinoamericanos", dijo a periodistas Pulecio, la madre de Ingrid Betancourt. Pulecio dijo que "hablé con el presidente argentino Néstor Kirchner y su esposa, la candidata Cristina Fernández, y están con nosotros. Y si se suman a nuestra petición de intercambio humanitario Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela, es una fuerza grande para desbloquear el proceso". Córdoba le pidió públicamente a Chávez que ayudara en el tema, pero además, durante su reunión con él la semana pasada le planteó que buscara un encuentro con las FARC. "Eso no resuelve nada, pero genera condiciones. Quienes resuelven son Uribe y las FARC", dijo a IPS un asesor de Córdoba que pidió mantener su identidad en discreción. A través de Chávez, Córdoba busca "la participación de la mayoría de presidentes latinoamericanos, para que ellos les pidan a las partes que se sienten a negociar". "El mecanismo sería Chávez, no la OEA (Organización de los Estados Americanos)", agregó. Pero lo que la aguerrida senadora Córdoba se propone, va más allá: lograr un movimiento nacional en torno al acuerdo humanitario, formalizando la existencia de otro elemento de peso en el canje, la población. Durante muchos años, a excepción de manifestaciones esporádicas, las familias de los rehenes y prisioneros de las FARC han pasado su angustia en soledad. Cuando faltan nueve semanas para las elecciones locales en Colombia, Córdoba tiene la idea de incluir una "papeleta verde" que apoye el acuerdo, así ésta no sea contabilizada oficialmente. La idea es conseguir que todas las fuerzas sociales hagan de esa papeleta adicional un propósito común. "Ahora, tener paciencia para esperar el comunicado del secretariado de las FARC, para que se pronuncien por lo que le dijo ayer el presidente Chávez directamente a Manuel Marulanda", dijo Clara de Jara, esposa del ex gobernador del departamento del Meta Alan Jara, también rehén de la guerrilla.
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*Con aporte de Constanza Vieira (Colombia)
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IPS Noticias - Uruguay/22/08/2007
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