Plata fácil
Reflexiones
Jorge Levit
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La Argentina tiene fama internacional por ser un país donde hay gente con rápido crecimiento económico, pero no siempre de una manera lícita. En las últimas semanas algunos episodios, rayanos con el sainete, no dejan de aflorar. Y todos vinculados con sospechas de corrupción y dinero fácil.La vicepresidenta española, María Teresa Fernández de la Vega, estuvo de visita oficial en la Argentina para pedirle al gobierno un marco de estabilidad en las relaciones entre ambos países. Los inversores españoles, con muchos intereses en el país, observan que en el último tramo de la presidencia de Kirchner están apareciendo nubarrones peligrosos, una sensación tan palpable como la inflación que se pretende minimizar.El bolso con 100 mil pesos y 31.670 dólares hallados en el baño del despacho de la ex ministra de Economía Felisa Miceli, los nombramientos de amigos y parientes de la secretaria de Medio Ambiente Romina Picolotti y el último episodio del ingreso al país de un venezolano con una valija de 800 mil dólares en una avión fletado por una empresa del Estado son síntomas de un gobierno que no puede mantener niveles de transparencia que lo alejen de la tradición argentina: corruptela estructural y nepotismo al nivel de países del Africa subsahariana.Solamente alguien que no se esforzó a través de un trabajo lícito y digno para obtener importantes sumas de dinero puede olvidarse un bolso en una oficina o irse del país sin reclamar lo que le corresponde. El último caso es el del empresario venezolano Guido Wilson, quien trajo una valija con exactamente 790.550 dólares y se fue rápidamente del país sin llevarse la mitad de ese importe, como hubiera podido hacerlo. El resto quedó confiscado en la Aduana por la infracción que cometió al no declararlo en el aeropuerto. Todo el mundo sabe que no se puede sacar ni entrar al país más de 10 mil dólares en efectivo sin declararlo. Y más aún Claudio Uberti, funcionario del gobierno en la presidencia del ente que controla las concesiones viales, quien viajó en el mismo avión que el venezolano. Ayer tuvo que renunciar en el comienzo de un nuevo episodio escandaloso para el Ministerio de Planificación de Julio de Vido y para todo el gobierno. En ese vuelo privado alquilado para la ruta Buenos Aires-Caracas, ida y vuelta, también viajaron la secretaria de Uberti y el titular de la Empresa Nacional de Energía Sociedad Anónima (ENARSA), Exequiel Espinosa. El costo del viaje fue de 90 mil dólares cuando tres pasajes en un vuelo de línea regular no hubieran superado los mil dólares cada uno. Se tomaron un “taxi” a Caracas con plata fácil de todos los argentinos y trajeron de vuelta más plata fácil de dudoso origen. Como contraste, la semana pasada llegó de incógnito a Buenos Aires la esposa del jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. La primera dama española, Sonsoles Espinosa, vino a cantar como integrante del coro de la Capilla Real de Madrid, de gira por el país y también en Rosario. En el vuelo, de clase económica, que traía a los cantantes desde España a la Argentina, la tripulación del avión reconoció a la mujer y le ofreció pasar a primera clase. Sonsoles se negó y dijo que viajaría junto a sus compañeros. España es uno de los motores económicos de Europa y la Argentina tiene millones de personas que viven bajo la línea de pobreza. ¿En estas diferencias tendrán algo que ver la clase de dirigentes políticos y funcionarios a uno y otro lado del Atlántico?Pero no todas las miserias ocurren en un sólo ámbito. Es la Argentina que está impregnada de podredumbre en todos sus niveles, oficiales y privados. En la Justicia nacional, por ejemplo, hay casos patéticos. Desde los jueces de la servilleta de Corach a ministros de la Corte Suprema impresentables, se suma ahora un nuevo caso. Ayer fue suspendido por el Consejo de la Magistratura el juez Guillermo Tiscornia. Las acusaciones en su contra van desde copiar en sus fallos alegatos de las defensas hasta el pedido de coima que habría efectuado su padre (un ex juez) a una empresa privada. Tiscornia había citado a la ministra de Defensa Nilda Garré por un caso de contrabando de armas. Todo se mezcla y navega en un mar de suspicacias.Pero los privados no son menos que los políticos o los jueces. Tal vez pasó desapercibido en el ambiente extrafutbolístico, pero el presidente de Rosario Central dijo hace un par de semanas no recordar haber obtenido varios préstamos para el club por nada menos que unos ocho millones de dólares. “Se firman tantas cosas”, declaró sin inmutarse. Central afronta la peor crisis institucional y financiera de su historia. ¿Tendrán algo que ver los actuales y anteriores dirigentes? La Argentina transita por un veranito económico que ha mejorado el nivel de vida de muchos argentinos. De eso no hay dudas. Un gobierno políticamente fuerte y una situación internacional favorable hacen que sople viento a favor. Pero no habrá marcos de estabilidad política y económica sustentables en el tiempo sin el correlato de una notable superación de la calidad de los dirigentes e instituciones en todos los ámbitos de la sociedad.
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La Capital-Argentina/11/08/2007
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