24/11/07

Con hombres de confianza, Cristina fija su política exterior

Gabriel Profiti
-
Hace un año y medio, José Octavio Bordón fue acusado de haber organizado encuentros de alto nivel en Estados Unidos para el emergente candidato opositor Roberto Lavagna.
El dirigente mendocino lo negó con insistencia, pero casualidad o causalidad, acaba de convertirse en el primer relevo del servicio exterior de Cristina Kirchner.
La presidenta electa designará como embajador en Estados Unidos al actual cónsul en Nueva York, Héctor Timerman, un hombre que a diferencia de Bordón inspira su mayor confianza, al punto de haber integrado la lista de “ministeriables” lacrada la semana pasada con más ratificaciones que reemplazos.La todavía primera dama y el presidente Kirchner se instalaron nuevamente en El Calafate. Fuentes del gobierno indicaron que allí se dirimirán las segundas y terceras líneas del elenco de colaboradores y los responsables de las principales embajadas junto a Alberto Fernández.Un total de 21 embajadores políticos designados por Néstor Kirchner cesarán en sus cargos el 10 de diciembre. Cristina debe resolver si seguirán o serán relevados, pero lo cierto es que piensa en nombres importantes para destinos clave.
-
LAS PRIORIDADES.
La primera presidenta electa argentina ya parece haber fijado las prioridades de su política exterior: sociedad estratégica con Brasil sin resentir los vínculos con Venezuela, mejores relaciones con Chile y Uruguay, mayor perfil ante el mundo y drenaje de hematomas con sedes influyentes como el Vaticano.Sus recientes viajes a Chile y Brasil, sumados a los próximos que realizará a Paraguay —la semana próxima— y Uruguay —en la Cumbre del Mercosur de diciembre— demuestran que Latinoamérica seguirá en la cartelera de la política internacional K.
Mucho se habló esta semana de un distanciamiento de Chávez, pero Cristina varias veces respaldó al caudillo bolivariano en importantes foros internacionales y episodios relevantes, como el apoyo de Caracas a Irán en la causa AMIA o el caso del valijero Antonini Wilson, no afectaron al eje Buenos Aires-Caracas. Es posible, sin embargo, que la relación con Brasilia adquiera durante el próximo gobierno mayor tersura que la que tenderá con el titular del Palacio Miraflores.
Por lo pronto, Juan Pablo Lohlé podría continuar como embajador en Brasil y Alicia Castro seguramente seguirá al frente de la delegación diplomática en Caracas.Ginés González García, será el encargado de “desgasificar” —según un término acuñado en la Casa Rosada— las relaciones con Chile. El futuro embajador conoce a Michelle Bachelet por haber estado en algún momento simultáneamente al frente de las carteras de Salud de sus respectivos países.
En Uruguay se evalúa la posibilidad de relevar a Hernán Patiño Mayer y esperar un tiempo para cubrir la vacante hasta que el conflicto bilateral por la pastera Botnia encuentre cauce. No obstante, esta semana aparecieron dos nombres con cartel para ese puesto: Felipe Solá y Chacho Alvarez.Seguirán en sus puestos Jorge Yoma (México, otro país que Cristina espera sumar como socio pleno, luego de los roces en los últimos años), Jorge Argüello (recientemente nombrado embajador ante Naciones Unidas) y Carlos Bettini (España).El caso de Bettini es central, porque es otro de los que apareció en la lista para distintos puestos del Gabinete debido a su afinidad con la mandataria y sin embargo fue ratificado en un destino puente para la Argentina con Europa.
El país debe saldar una deuda con el Club de París —presentada como un dique para las inversiones extranjeras— y la ubicación de hombres influyentes con llegada a los gobiernos que integran ese grupo de países centrales forma parte de la estrategia para abordar la negociación.Por eso, además del nombramiento de Timerman en Washington, la próxima presidenta tentó a Solá y Rafael Bielsa para cubrir las sedes diplomáticas en Alemania y Francia, cuyos gobiernos que esta misma semana supeditaron la llegada de inversiones a la resolución de la cuenta pendiente con el Club de París.En principio ambos dirigentes rechazaron el ofrecimiento y el ex canciller lo habría hecho por partida doble. En Berlín no hay embajador desde setiembre de 2006, mientras que París quedará vacante porque Eric Calcagno asumirá una banca como senador.Alberto Iribarne, otro de los pocos ministros al igual que Ginés que no encontró contención en el próximo gabinete, también sería designado en alguna capital relevante, aunque su nombre sonó como reemplazante de Esteban Righi como procurador general.
-
LA SANTA SEDE.
Un capítulo aparte se abre entre el Gobierno y la Iglesia.Pese a que mucho se habló de un acercamiento, los obispos argentinos no esperan cambios en la relación. Estiman, según confió una fuente eclesiástica a NA, que “equivocadamente” el Gobierno de Cristina mantendrá el recelo hacia el cardenal Jorge Bergoglio a quien encumbraron como jefe de la oposición.Cristina no respondió la felicitación de la Conferencia Episcopal por su triunfo en las elecciones y los obispos no prevén pedirle una audiencia.
Pese a ello, los purpurados argentinos intuyen que el Gobierno buscará zurcir directamente el vínculo con la Santa Sede, dañado por el intento de remoción unilateral de Antonio Baseotto como vicario castrense, ahora jubilado.El cardenal Tarcisio Bertone, número dos del Vaticano, se reunió con Néstor y Cristina Kirchner la semana pasada en la Casa de Gobierno. Allí se habló del sucesor de Baseotto. Ese nombramiento debe obtener consenso entre las partes.Por lo pronto cambiaría el enlace.
El embajador Carlos Custer, de extracción sindical, considera que cuatro años en Roma es demasiado tiempo y pretende regresar. Igualmente, su destino está en manos de Cristina.
-
El Diario de Paraná - Argentina/24/11/2007

No hay comentarios:

Locations of visitors to this page