«¿Quién salvará al Tío Sam?»
PABLO M. DÍEZ
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TIANJIN (CHINA) Mientras el Congreso de Estados Unidos se ponía de acuerdo sobre el plan de rescate de la economía propuesto por el presidente Bush, los expertos congregados en la reunión del Foro de Davos chino analizaban las consecuencias de esta iniciativa, que prevé una inyección de 700.000 millones de dólares (479.830 millones de euros) por parte del Tesoro norteamericano para superar la crisis.
En la conclusión de esta segunda edición estival del prestigioso Foro Económico Mundial, que ha tenido lugar en la ciudad china de Tianjin, las discusiones giraron en torno a quién financiará dicho plan y como afectará al dólar, divisa internacional por excelencia y herramienta de la mayoría de las operaciones comerciales y bursátiles que se realizan en el mundo.
Y es que la deuda de EE.UU. está sufragada, fundamentalmente, con dinero que procede de China, Rusia, India y los países de Oriente Medio productores de petróleo, principales compradores de los Bonos del Tesoro con que se pagan el «american way of life» y sus guerras en Irak y Afganistán.
Para David Hale, presidente de la consultora estadounidense Hale Advisors, la medida debería ser suficiente para estabilizar el sistema financiero de su país, que ha perdido ya 500.000 millones de dólares (342.736 millones de euros) y puede ver cómo se volatiliza otro medio billón. Este coste obligará al Tesoro de EE.UU. a aumentar sus emisiones de bonos y, debido al bajo nivel de ahorro de los americanos, tendrán que ser los inversores extranjeros quienes absorban el grueso de dichos títulos.
Pero, ¿seguirá el mundo creyendo en el billete verde tras el «tsunami» financiero? A juicio de Hale, «la demanda de la deuda de EE.UU. y de los dólares se ve apoyada por el miedo en los mercados, ya que el Tesoro público aparece como uno de los refugios más seguros en tiempos de crisis». Además, el analista explicó que «los enormes superávits que tienen los países asiáticos por sus exportaciones y los productores de petróleo, así como el hecho de que muchas de sus monedas están ligadas al dólar, les obligarán a seguir invirtiendo en activos americanos, incluyendo bonos del Tesoro».
Liderazgo del dólar
En este sentido, Sayanta Basu, jefe ejecutivo del Dubai Financial Group de Emiratos Árabes Unidos, manifestó que los inversores de Oriente Medio siguen confiando en la economía norteamericana. «Cuando observas el tamaño de la economía de EE.UU. y su poder militar, es difícil arrebatar al dólar su liderazgo», indicó Sabu.
Una opinión que no comparte el vicepresidente ejecutivo del Banco de China, Zhu Min, quien calculó que el plan de rescate superará los 1,8 billones de dólares (1,2 billones de euros) y criticó que esta cantidad era inasumible para los inversores extranjeros privados y públicos. «Hoy el Tío Sam salvará a Wall Street, ¿pero quién salvará al Tío Sam mañana?», se preguntó Zhu Min, quien estimó que los bancos centrales extranjeros ya poseen 1,5 billones de dólares (1 billón de euros) en bonos del Tesoro estadounidense y en acciones otro billón (685.472 millones de euros).
Por ese motivo, el responsable del Banco de China criticó que «la Reserva Federal va a crear una situación inflacionaria tanto en EE.UU. como en esos países cuya moneda está ligada al dólar, que se debilitará durante los próximos 18 meses».
Sin embargo, Antony Leung, el director general del fondo de inversiones Blackstone -donde China ha puesto una parte de sus 1,8 billones de dólares (1,2 billones de euros) en reservas de divisas- señaló que «ninguna otra moneda se puede igualar al dólar, que representa casi la mitad de toda la capitalización del mercado global». «Incluso aunque quieras yenes o euros, no hay muchos sitios donde puedas poner tu dinero», ironizó Leung, minimizando la segunda opción que supone la moneda europea porque las economías del Viejo Continente sufrirán lo más duro de la crisis el próximo año.
En la conclusión de esta segunda edición estival del prestigioso Foro Económico Mundial, que ha tenido lugar en la ciudad china de Tianjin, las discusiones giraron en torno a quién financiará dicho plan y como afectará al dólar, divisa internacional por excelencia y herramienta de la mayoría de las operaciones comerciales y bursátiles que se realizan en el mundo.
Y es que la deuda de EE.UU. está sufragada, fundamentalmente, con dinero que procede de China, Rusia, India y los países de Oriente Medio productores de petróleo, principales compradores de los Bonos del Tesoro con que se pagan el «american way of life» y sus guerras en Irak y Afganistán.
Para David Hale, presidente de la consultora estadounidense Hale Advisors, la medida debería ser suficiente para estabilizar el sistema financiero de su país, que ha perdido ya 500.000 millones de dólares (342.736 millones de euros) y puede ver cómo se volatiliza otro medio billón. Este coste obligará al Tesoro de EE.UU. a aumentar sus emisiones de bonos y, debido al bajo nivel de ahorro de los americanos, tendrán que ser los inversores extranjeros quienes absorban el grueso de dichos títulos.
Pero, ¿seguirá el mundo creyendo en el billete verde tras el «tsunami» financiero? A juicio de Hale, «la demanda de la deuda de EE.UU. y de los dólares se ve apoyada por el miedo en los mercados, ya que el Tesoro público aparece como uno de los refugios más seguros en tiempos de crisis». Además, el analista explicó que «los enormes superávits que tienen los países asiáticos por sus exportaciones y los productores de petróleo, así como el hecho de que muchas de sus monedas están ligadas al dólar, les obligarán a seguir invirtiendo en activos americanos, incluyendo bonos del Tesoro».
Liderazgo del dólar
En este sentido, Sayanta Basu, jefe ejecutivo del Dubai Financial Group de Emiratos Árabes Unidos, manifestó que los inversores de Oriente Medio siguen confiando en la economía norteamericana. «Cuando observas el tamaño de la economía de EE.UU. y su poder militar, es difícil arrebatar al dólar su liderazgo», indicó Sabu.
Una opinión que no comparte el vicepresidente ejecutivo del Banco de China, Zhu Min, quien calculó que el plan de rescate superará los 1,8 billones de dólares (1,2 billones de euros) y criticó que esta cantidad era inasumible para los inversores extranjeros privados y públicos. «Hoy el Tío Sam salvará a Wall Street, ¿pero quién salvará al Tío Sam mañana?», se preguntó Zhu Min, quien estimó que los bancos centrales extranjeros ya poseen 1,5 billones de dólares (1 billón de euros) en bonos del Tesoro estadounidense y en acciones otro billón (685.472 millones de euros).
Por ese motivo, el responsable del Banco de China criticó que «la Reserva Federal va a crear una situación inflacionaria tanto en EE.UU. como en esos países cuya moneda está ligada al dólar, que se debilitará durante los próximos 18 meses».
Sin embargo, Antony Leung, el director general del fondo de inversiones Blackstone -donde China ha puesto una parte de sus 1,8 billones de dólares (1,2 billones de euros) en reservas de divisas- señaló que «ninguna otra moneda se puede igualar al dólar, que representa casi la mitad de toda la capitalización del mercado global». «Incluso aunque quieras yenes o euros, no hay muchos sitios donde puedas poner tu dinero», ironizó Leung, minimizando la segunda opción que supone la moneda europea porque las economías del Viejo Continente sufrirán lo más duro de la crisis el próximo año.
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ABC - España/29/09/2008
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