30/10/08

Pakistán – China: una relación con futuro

Pakistán y China han forjado una sólida relación basada en su enemistad común con la India. Desde hace años mantienen tratos a distintos niveles: económico, tecnológico y político. Sólo durante la última visita del nuevo presidente paquistaní Zardari a Pekín se pactaron 11 tratados sobre comercio, infraestructuras y agricultura. Se prevé que, en breve, Islamabad y Pekín concluyan un acuerdo posterior, esta vez económico, para, no sólo transferir 7.000 millones de dólares de China a Pakistán, sino para atraer inversores chinos al país.
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Laura Casas
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El sábado 24 de octubre se concluyó en Pekín el ASEM (ASIA-Europe Meeting), el séptimo congreso entre Asia y Europa, evento en el que participaron 43 países (que representan el 60% del PIB mundial) y entre los que se encontraba Pakistán. Los objetivos principales de este encuentro intercontinental eran la búsqueda de soluciones para la crisis mundial y la lucha contra el terrorismo. La invitación formal de Pakistán a este evento demuestra la importancia de la que goza, actualmente, a nivel internacional y constituye un reconocimiento por parte de la comunidad mundial por su papel estratégico desarrollado en la zona. Este encuentro proporcionó al país numerosas ventajas, ya que, además de reafirmar su presencia a nivel político, aprovechó la ocasión para mejorar las relaciones entre Islamabad y Pekín.

Durante los últimos meses, los contactos entre China y Pakistán se habían intensificado. Antes de este encuentro multilateral, el presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, había visitado Pekín, el 17 de octubre, para concluir su viaje estival de presentación. Un encuentro que resultó fructífero, ya que los representantes de ambos países decidieron prolongar hasta 2011 su acuerdo bilateral sobre libre comercio (Free Trade Agreement in Goods and Investment). Además, se firmó también un acuerdo por el que Pekín se comprometía a construir un satélite para Pakistán que entrará en funcionamiento antes de 2011, y se barajó la posibilidad de aumentar la cooperación entre ambos países en el campo de la energía nuclear para uso civil. Según afirmó el ministro paquistaní de Asuntos Exteriores, Mahmood Qureshi, se prevé que además China construya dos reactores nucleares para la central de Chashma (Pakistan) que generarán 680 MW de energía eléctrica.
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La llamada de Giliani a los inversores chinos
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El primer ministro paquistaní, Syed Yousuf Raza Giliani, representante del país en la reunión del ASEM, declaró que Pakistán puede ofrecer grandes oportunidades a los inversores extranjeros, especialmente a los procedentes de China. Giliani, invitó oficialmente a los funcionarios chinos a Pakistán con el objetivo de reforzar las relaciones comerciales y económicas. Según declaró Giliani, Pakistán admira mucho a China “nos sentimos muy a gusto trabajando con ellos […] y las nuevas generaciones de emprendedores paquistaníes sueñan con transformar el país en un líder del comercio y la industria, y son entusiastas de mantener relaciones empresariales con sus vecinos”.

Con este propósito, se creó la Pakistán-China Joint Investment Comany con un fondo monetario de 200 millones de dólares. Esta empresa dará soporte y garantías a los emprendedores chinos que quieran invertir en Pakistán. Por ahora, Pakistán tiene 10.000 millones de deuda externa. La disminución de las inversiones junto con la caída de las pocas reservas de moneda extranjera han creado dificultades al país. Pero si con este proyecto consiguen atraer inversores, sería posible recuperar el equilibrio económico de Pakistán.

Desde el 1 de julio entró en vigor el Free Trade Agreement in Goods and Investment (FTA), un tratado bilateral que prevé intercambios económicos ventajosos tanto para China como para Pakistán. Este tratado fue firmado en noviembre de 2006 por el presidente paquistaní Musarraf y su homólogo chino Hu Jintao. El acuerdo prevé que Pakistán pueda acceder a toda una serie de productos libres de impuestos, como el alcohol industrial, el algodón, tejidos, artículos de piel, equipamientos deportivos, fruta, verdura, hierro y diferentes productos tecnológicos. Paralelamente, China se está esforzando en reducir en un 50% los impuestos sobre los productos de pesca, lácteos, goma, vestuario, y otros muchos productos. Para China el tratado implica el libre acceso al mercado de la maquinaria, los productos químicos: orgánicos e inorgánicos, la fruta y la verdura, pero, sobre todo, los productos de la industria farmacéutica. Para el futuro se prevé la construcción de estructuras ferroviarias que unan los dos países además de una línea de fibra óptica a través del paso montañoso del Karakorum, con la implementación de proyectos para la construcción de gaseoductos y oleoductos, junto con zonas logísticas para el transporte de mercancías por carretera. Esta colaboración implicaría también la participación de Afganistán.

Por otra parte, durante la visita del primer ministro Giliani a la capital china durante el congreso del ASEM se inauguró el Pakistan-China Friendship and Cultural Complex, una fundación con sede en Pekín que tiene como objetivo promover los intercambios culturales entre los dos países. Un monumento a su larga amistad, según afirmó el primer ministro. Probablemente, algún día, se construirá una sede parecida en Islamabad.

Durante la visita del presidente paquistaní a Pekín, el pasado 17 de septiembre, el gobierno chino declaró su intención de evitar que Pakistán pasara a formar parte de la larga lista de países morosos. A pesar de esto, parece ser que los 500 millones de dólares prometidos no llegarán y es por esto que el gobierno de Zardari ha emprendido las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional para entrar a formar parte de su programa económico. Una decisión que el presidente paquistaní ha definido como “humillante” y que provocará consecuencias negativas en la situación económica y social del país. Las condiciones impuestas por el FMI seguramente reducirán el gasto público y consecuentemente provocarán el aumento de los impuestos. Parece ser que la eterna amistad entre los dos países, y los 12 acuerdos que han firmado recientemente, no han sido suficientes para garantizar la liquidez monetaria necesaria para mejorar la situación económica en Pakistán. China posee casi dos millones de dólares en divisas extranjeras, pero las autoridades han resaltado el hecho de que todavía es un país en vías de desarrollo y no puede permitirse el lujo de ofrecer grandes ayudas económicas.
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Conclusiones
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La proximidad entre Pekín e Islamabad, sus estrechas relaciones políticas y la posición geográfica estratégica de Pakistán como puente con Medio Oriente, crean un vínculo entre los dos países que se refleja en sus respectivas economías. Una relación nacida de su aversión histórica con la India y que se ha concretado en 12 tratados económicos y de intercambio comercial, firmados sólo en el último mes. En la actualidad el principal objetivo de los paquistaníes es conseguir liquidez extranjera y, con este objetivo, están llevando a cabo una campaña decisiva para atraer, sobre todo, a inversores de la vecina China. La cumbre entre Europa y Asia que concluyó el pasado sábado 24 de octubre en Pekín, fue una óptima ocasión para el gobierno de Islamabad, para lanzar un mensaje a los inversores extranjeros “las puertas de nuestras casas, oficinas y negocios están abiertos para vosotros” declaró el Primer Ministro.
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Traducido por Laura Casas y Mónica R. Montesdeoca
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Equilibri.net - Italia/30/10/2008
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