19/6/09

Congre$o, ¡cúrate a tí mismo!

Por Amy Goodman*
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Mientras el gobierno del Presidente Barack Obama presiona para que se vote la reforma del sistema de asistencia de salud antes de que el Congreso entre en receso en agosto, ¿el dinero de la industria de la salud habrá contaminado tan profundamente el proceso como para evitar que algo bueno salga de esa votación?
El senador demócrata de Montana, Max Baucus, preside el Comité de Finanzas del Senado, que es clave para cualquier reforma del sistema de salud. Baucus realizó varias audiencias de alto nivel del comité del Senado sin la presencia de los defensores del sistema de pagador único. Sin embargo, ellos estuvieron presentes…hasta que Baucus ordenó su arresto por haberse puesto de pie uno por uno en la platea, para protestar contra la exclusión de representantes de la posición de pagador único en el panel. El Senador Baucus simplemente está repitiendo la promesa del Presidente Barack Obama de que “la opción de pagador único esté fuera de la discusión”. Sin embargo, el sistema de salud de pagador único tiene apoyo significativo entre la población estadounidense, y cada vez más entre los proveedores de servicios de salud. Con el sistema de pagador único, el gobierno paga las cuentas, pero la gente aún puede elegir con qué doctores tratarse. Las empresas de medicina privada y las Organizaciones para el Mantenimiento de la Salud (conocidas por su sigla en inglés, HMO), que en definitiva son las que se llevan las ganancias, se quedan sin negocio.

Mike Dennison, un periodista del Montana Standard, descubrió que Baucus recibió más apoyo económico para su campaña de parte de grupos de interés relacionados con las industrias de la salud y de seguros que ningún otro miembro del Congreso. Dennison me dijo: “Estamos hablando de la industria de los seguros de salud, que son las HMO, hospitales, médicos, empresas farmacéuticas; probablemente de allí proviene la mayor parte de su dinero. El informe que preparamos mostaba que, de los casi 15 millones de dólares que recaudó en los últimos seis años, tanto para su campaña como para su liderazgo en los Comités de Acción Política (o PAC, por sus siglas en inglés), el 23% provino de intereses relacionados con los seguros y la salud, y alrededor del 18 por ciento de eso provino del sector de la salud y una gran cantidad de las farmacéuticas –no de las empresas, sino de gente que trabaja para las empresas farmacéuticas y los PACs farmacéuticos-, alrededor de 830.000 dólares solamente de ese sector. La suma total fue de alrededor de 3,4 millones de dólares, que creemos es probablemente más de lo que haya recibido ningún otro miembro”.

En un foro público realizado recientemente en Nuevo México, Linda Allison le preguntó a Obama sobre las finanzas de Baucus: “Tanta gente queda en bancarrota por tener que utilizar sus tarjetas de crédito para pagar la asistencia de salud… ¿Por qué eliminaron del debate la opción del sistema de pagador único? ¿Y por qué Baucus está en el Comité de Finanzas discutiendo la asistencia de salud cuando recibió tanto dinero de las empresas farmacéuticas? ¿No hay aquí un conflicto de intereses?”.

Obama eludió el tema de Baucus, pero admitió lo siguiente: “Si estuviera empezando un sistema desde cero, entonces creo que la idea de avanzar hacia un sistema de pagador único podría tener sentido. Ese es el tipo de sistema que tienen la mayoría de los países industrializados del mundo”.
La preocupación de Linda Allison sobre la quiebra es oportuna. De acuerdo a un reciente estudio de la Facultad de Medicina de Harvard, el “62,1 por ciento del total de quiebras de 2007 estuvieron relacionadas con los gastos médicos”. Muchas de estas personas no pertenecen a los 50 millones de estadounidenses que carecen de seguro de salud, sino que están entre los 25 millones que se estima tienen un seguro que no cubre todas sus necesidades. Que una persona pueda tener seguro de salud y aún así termine en bancarrota por deudas de gastos de hospital y de farmacia es una vergüenza nacional.

Pocos días antes de que esta semana Obama pronunciara un discurso ante la Asociación Médica Estadounidense (AMA, por su sigla en inglés) en Chicago, la asociación anunció que se opondría a la opción de salud pública.

En respuesta, al menos un médico canceló su membrecía. En la carta de renuncia, el Dr. Chris McCoy, de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, escribió que la AMA “no pudo pasar del segundo párrafo antes de plantear el tema del reembolso a los médicos". El Dr. Chris McCoy me dijo: «El único interés de la AMA en los últimos diez años en Capitol Hill siempre ha sido el SGR [índice de crecimiento específico] y el reembolso a los médicos, al punto en que… cuando se reunieron con miembros del Congreso, solo hablaron de eso. No hablan de temas de salud pública, y no hablan de lo que necesitamos hacer por los pacientes. Hablan de lo que podemos hacer para que los proveedores de salud cobren lo suficiente… Ese enfoque, creo, fue planteado muy bien por el artículo de Atul Gawande en The New Yorker sobre cómo los médicos se vieron a sí mismos como centros empresariales y centros que generan gastos, y eso ha aumentado el costo de la asistencia de salud. Y como cultura médica y cultura de asistencia de salud, debemos cambiar si queremos controlar los costos».

Las últimas declaraciones financieras presentadas en el Congreso indican que muchos miembros importantes tienen grandes inversiones en la industria de la salud. El Washington Post informó esta semana que casi 30 integrantes del Congreso, que son miembros clave de comités que tendrán un impacto en el debate sobre el sistema de salud, también tienen importantes inversiones en empresas de salud. En el grupo bipartidista de inversores se encuentra el Líder de la Mayoría del Senado, Harry Reid, demócrata de Nevada; el senador republicano de New Hampshire, Judd Gregg; la familia de la diputada demócrata de California, Jane Harman; el senador republicano de Georgia, Johnny Isakson; el senador demócrata de Massachusetts, John Kerry; y el senador republicano de Idaho, Michael Crapo. En total, esas inversiones ascienden a entre 11 y 27 millones de dólares (el número es impreciso, ya que los formularios de declaración dejan espacio a cierta ambigüedad).

Según Associated Press, Jackie Clegg Dodd, esposa del senador demócrata de Connecticut, Chriss Dodd, es miembro del directorio de cuatro empresas relacionadas con la salud y ganó más de 200.000 dólares el año pasado. El senador Dodd es el presidente del Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado, un comité clave, en reemplazo del senador demócrata Ted Kennedy, del Estado de Massachusetts, que está enfermo.

El Congreso pronto entrará en el “receso de verano”, y sus miembros volverán a sus distritos para recaudar fondos, por supuesto, y quizá también, para visitar al proveedor de servicios de salud de su pueblo natal: sus gastos correrán por cuenta del plan de salud del Congreso, financiado con fondos públicos.
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Denis Moynihan colaboró en la investigación de esta columna.
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*Amy Goodman es presentadora de “Democracy Now!”, un noticiero internacional diario de una hora que se emite en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en 200 emisoras en español. Es co-autora del libro “Standing Up to the Madness: Ordinary Heroes in Extraordinary Times”, recientemente publicado en edición de bolsillo.
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© 2009 Amy Goodman
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Texto en inglés.
Traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español,
Democracy Now! - USA/19/06/2009

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