Argentina (Cultura): Oesterheld, el hombre sorpresa

ECUPRES


Héctor Germán Oesterheld.

“Quizás Héctor Germán Oesterheld era eso: un hombre hecho para sorprender” es la adjetivación que Cristian Vázquez le adjudica al autor de El Eternauta en su nota del 20 de abril en el matutino argentino Clarín.

Cristian Vázquez lo hace al relatar el encuentro de Elsa con su esposo Oesterheld en la confitería La Fragata - Corrientes y San Martín- al que no había reconocido pues “ Se había dejado la barba y el pelo más largo, se vestía diferente” y le dijo “que era probable que no pudieran volver a verse por un largo tiempo. Ella le dijo 'Vos elegís, es tu decisión' y el contestó 'Salvá a las chicas'. Fue un sábado de 1977. Elsa no lo volvió a ver más.

Cristina Vázquez comenta en su nota que Elsa estaba sorprendida “de encontrar así a su marido, a quien había conocido desde siempre como un hombre casero, pacífico, librepensador. Como se sorprendería, mucho más tarde, al enterarse —a través de los compañeros de militancia de él— de que fumaba en pipa. O como se había sorprendido desde los primeros tiempos por su versatilidad para escribir y su enorme capacidad para inventar argumentos, para redactar los guiones de una veintena de historias simultáneas.”

Héctor Germán Oesterheld nació el 23 de julo de 1919, hijo de Fernando Oesterheld, alemán, y de Elvira Ana Puyol, vasca. Estudia Geología a la vez que trabaja de corrector. En 1943 publica sus primeras obras- Truila, Miltar- en La Prensa. Luego de casarse con Elsa Sánchez, deja Geología y decide escribir. Lo hace para las editoriales Codex y Abril con relatos infantiles y de divulgación científica.

Sus primeros guiones de historieta son producidos para la editorial Abril en 1951, entre ellos 'Ray Kitt', con el que comienza a crear junto a Hugo Pratt. Luego de Bull Rocket –Misterix 1952- surge el Sargento Kirk, dibujado por Pratt, pensado en algo así como el Martín Fierro, la editorial le pide que lo ubique en Estados Unidos[. Aparece otros personajes, entre ellos El Indio Suárez en Rayo Rojo, y comienza a ser conocido y esperado por sus lectores.

En 1957, con su hermano Jorge, funda Ediciones Frontera popularizando las historietas de Bull Rocket y el Sargento Kira lo que lo lleva a editar las revistas Hora Cero y Frontera. Bull Rocket se queda en la editorial Abril, luego de negociar para desvincularse de ella, y Oesterheld se queda con Kirk. El éxito lo acompañaba y aparecen los suplementos Hora Cero Semanal, Hora Cero Mensual y Frontera Mensual. También apela a escribir con los seudónimos H. Sturgiss y C. de la Vega u su hermano como Jorge Mora.

La creatividad no se frena y surgen otros personajes –como Ernie Pike, corresponsal de la Segunda Gerra Europea – hasta llegar a El Eternauta, el 4 de setiembre de 1957, la historia del viajero que aparece en la casa de Oesterheld con la noticia de una invasión extraterrestre, que ocurre en Buenos Aires y que, tal vez, Oesterheld se rehabilita de su negociación con la Editorial Abril que tuvo que pasar a el Sargento Kira de emulo de Martín Fierro a un personaje estadounidense. Las aventuras en las calles de Buenos Aires –con la batalla en la cancha de River- apasiona, las ediciones semanales se agotan y posteriormente la obra completa tiene numerosas reediciones.

La crisis del 60 mas otras causas, empuja al cierre de la Editorial. Oesterheld sigue escribiendo para otras editoriales. El indio Watami, León Loco, Lord Pampa, son otros de los personajes de este notable escritor, además de biografías, en forma de historieta, de personajes latinoamericanos como el Che Guevara. “En 1969 escribe junto a Breccia una nueva versión del Eternauta para la Revista Gente, con un guión más comprometido políticamente. La publicación fue cancelada, y buena parte de la historia original fue resumida para no dejarla inconclusa. Con un estilo similar escribe entonces sobre otra invasión extraterrestre, La guerra de los Antartes. Fue publicada en 2001.

Durante la dictadura militar de 1970 en Argentina, el autor se une, junto con sus hijas, a la agrupación Montoneros. Pasó a la clandestinidad y el 27 de abril de 1977 es arrestado por las fuerzas armadas en La Plata junto con sus cuatro hijas; Diana (21), Beatriz (19), Estela (25) y Marina (18), y nunca más vuelve a ser visto. También desaparecen sus yernos y nietos.

En el 2002 se desarrolló la muestra Héroes Colectivos en el Palais Glace, Buenos Aires, como tributo a la vida, obra y ética del artista.

ARGENPRESS.info/27/04/2007