Para esto Israel usa las armas que le brinda Estados Unidos
-
ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ
-
Todo resultó muy sencillo. La ceremonia más bien parecía un monólogo. Una vez rubricado el acuerdo por el cual el gobierno de Washington concede al de Tel Aviv la cifra de 30 000 millones de dólares en ayuda militar para los próximos 10 años, el enviado de Bush, subsecretario de Estado Nicholas Burns, afirmó que su país "ayudaría a Israel a mantener una ventaja militar sobre enemigos que van desde Irán a Siria y sus representantes en el Líbano y los territorios palestinos".
-
Todo resultó muy sencillo. La ceremonia más bien parecía un monólogo. Una vez rubricado el acuerdo por el cual el gobierno de Washington concede al de Tel Aviv la cifra de 30 000 millones de dólares en ayuda militar para los próximos 10 años, el enviado de Bush, subsecretario de Estado Nicholas Burns, afirmó que su país "ayudaría a Israel a mantener una ventaja militar sobre enemigos que van desde Irán a Siria y sus representantes en el Líbano y los territorios palestinos".
-
Pero eso no era todo: "la nueva asistencia a Israel no estará condicionada a progresos diplomáticos o concesiones¼ ", recalcó.
Y, finalmente, no pudo tener peor desliz, cuando remató: "Esa es una inversión para la paz".
Para tan desaguisadas aseveraciones, el marco escogido fue la ciudad santa de Jerusalén, cuna de civilizaciones, milenaria urbe donde convergen religiones y culturas que, en todos los casos, abogan por una vida pacífica.
Pero la administración norteamericana de George W. Bush, no solo quería sepultar el proceso de paz entre palestinos e israelíes, y las negociaciones para todo el Oriente Medio, sino también mostrar su verdadera filosofía bélica con el simbolismo inescrupuloso de hacerlo en Jerusalén.
¿Cómo puede creer la comunidad internacional que asignar otros 30 000 millones de dólares en armas para Israel, su punta de lanza en el Oriente Medio, puede ser un aporte pacificador?
¿Puede llamarse paz, lo que está ocurriendo en Iraq por culpa de la invasión y ocupación norteamericana?
¿Masacrar al pueblo iraquí; destruir su cultura, exacerbar sus diferencias religiosas; crear el caos y la ingobernabilidad y apropiarse de sus recursos petrolíferos, puede considerarse una obra al servicio de la paz?
¿Qué nombre dar a eso de armar a Israel, país con bombas atómicas, gendarme que masacra a la población palestina y ocupa su territorio?
¿De qué habla el enviado de Bush, cuando todavía el Líbano necesitará tiempo y cuantiosos recursos para resarcir los daños de los bárbaros bombardeos a que fue sometido el pasado año por la agresión israelí?
Se pueden citar algunos ejemplos de la verdadera posición del gobierno de Estados Unidos en los últimos años respecto a la situación en la zona.
Entre estos, permitir y animar que Israel levante un muro para encerrar en verdaderos ghettos a la población árabe, mientras la comunidad internacional e incluso el Tribunal de la Haya lo condenan y exigen su derribo.
En el Líbano el movimiento de la resistencia Hizbollah derrotó al invasor israelí, y lo que hizo Estados Unidos fue enviar armas al ejército libanés para combatirlo.
Tel Aviv tiene un arsenal nuclear con el beneplácito de la Casa Blanca; no permite que los inspectores de la Agencia Internacional de Energía monitoree esas armas, ni ha firmado el Tratado de No Proliferación. Pero Bush amenaza con atacar a Irán, país que desarrolla la energía nuclear con fines pacíficos y que no cuenta con ningún armamento de ese tipo.
Por si todo esto fuera poco, la última "contribución" del gobierno norteamericano para lograr la ¿paz? en el Oriente Medio, fue el aporte de 46 000 millones de dólares en armas, 30 000 millones de ellos para Israel, y el resto para Egipto, Arabia Saudita y otros países de la región, sin contar el costo de la guerra en Iraq.
El argumento público usado para estos aportes bélicos, lo dijo en Jerusalén el propio subsecretario de Estado, Nicholas Burns: "¼ queremos apuntalar nuestro bastión israelí frente a Irán". Pero la táctica va más allá, armar a unos y otros en una región en combustión por la propia política hegemónica de Washington
Y, finalmente, no pudo tener peor desliz, cuando remató: "Esa es una inversión para la paz".
Para tan desaguisadas aseveraciones, el marco escogido fue la ciudad santa de Jerusalén, cuna de civilizaciones, milenaria urbe donde convergen religiones y culturas que, en todos los casos, abogan por una vida pacífica.
Pero la administración norteamericana de George W. Bush, no solo quería sepultar el proceso de paz entre palestinos e israelíes, y las negociaciones para todo el Oriente Medio, sino también mostrar su verdadera filosofía bélica con el simbolismo inescrupuloso de hacerlo en Jerusalén.
¿Cómo puede creer la comunidad internacional que asignar otros 30 000 millones de dólares en armas para Israel, su punta de lanza en el Oriente Medio, puede ser un aporte pacificador?
¿Puede llamarse paz, lo que está ocurriendo en Iraq por culpa de la invasión y ocupación norteamericana?
¿Masacrar al pueblo iraquí; destruir su cultura, exacerbar sus diferencias religiosas; crear el caos y la ingobernabilidad y apropiarse de sus recursos petrolíferos, puede considerarse una obra al servicio de la paz?
¿Qué nombre dar a eso de armar a Israel, país con bombas atómicas, gendarme que masacra a la población palestina y ocupa su territorio?
¿De qué habla el enviado de Bush, cuando todavía el Líbano necesitará tiempo y cuantiosos recursos para resarcir los daños de los bárbaros bombardeos a que fue sometido el pasado año por la agresión israelí?
Se pueden citar algunos ejemplos de la verdadera posición del gobierno de Estados Unidos en los últimos años respecto a la situación en la zona.
Entre estos, permitir y animar que Israel levante un muro para encerrar en verdaderos ghettos a la población árabe, mientras la comunidad internacional e incluso el Tribunal de la Haya lo condenan y exigen su derribo.
En el Líbano el movimiento de la resistencia Hizbollah derrotó al invasor israelí, y lo que hizo Estados Unidos fue enviar armas al ejército libanés para combatirlo.
Tel Aviv tiene un arsenal nuclear con el beneplácito de la Casa Blanca; no permite que los inspectores de la Agencia Internacional de Energía monitoree esas armas, ni ha firmado el Tratado de No Proliferación. Pero Bush amenaza con atacar a Irán, país que desarrolla la energía nuclear con fines pacíficos y que no cuenta con ningún armamento de ese tipo.
Por si todo esto fuera poco, la última "contribución" del gobierno norteamericano para lograr la ¿paz? en el Oriente Medio, fue el aporte de 46 000 millones de dólares en armas, 30 000 millones de ellos para Israel, y el resto para Egipto, Arabia Saudita y otros países de la región, sin contar el costo de la guerra en Iraq.
El argumento público usado para estos aportes bélicos, lo dijo en Jerusalén el propio subsecretario de Estado, Nicholas Burns: "¼ queremos apuntalar nuestro bastión israelí frente a Irán". Pero la táctica va más allá, armar a unos y otros en una región en combustión por la propia política hegemónica de Washington
-
Sumario
-
Diario Granma - Cuba/25/08/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario