"El sector rural más abierto del mundo es el de la Unión Europea"
ENTREVISTA A DOMINIQUE DE VILLEPIN, EX PREMIER FRANCES
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Por: Néstor Restivo
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Por: Néstor Restivo
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El sector rural europeo es el más abierto del mundo. Por eso me sorprende la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el Mercosur. Hay un problema de diagnóstico. Las cifras deberían ser iguales para las dos partes". En medio de un brillante discurso sobre el curso global, fue quizá la frase más polémica del ex primer ministro de Francia, Dominique de Villepin, cuando Clarín preguntó por qué el Mercosur y la Unión Europea no sellan un acuerdo. Pese a las reformas de la política agropecuaria europea, para el Mercosur es aún un mercado de difícil acceso.
-Usted citó a China e India como poderes emergentes, pero también el Mercosur lo es y no ve concesiones en el Norte.
-Son negociaciones grandes y difíciles, cada país debe atender a su opinión pública, a veces un negociador prefiere volver a ellas diciendo que no hizo concesiones. Pero hay que avanzar. Un primer acuerdo, así sea limitado, es mejor que nada.
-¿Cuáles son los obstáculos?
-El nuevo mundo, la nueva diplomacia necesita imaginación, queremos resolver nuevos problemas con métodos viejos. Prima a veces la visión ideológica, falta dinámica de diálogo. El agro es muy importante para América latina pero también para Europa.
De Villepin habló en el CARI, donde su flamante titular, Adalberto Rodríguez Giavarini, lo nombró socio honorario. Auspició su charla la Universidad Tres de Febrero. En perfecto español, aprendido de joven en Venezuela, descartó ante una pregunta del público que la llegada de Venezuela al Mercosur o el fiasco del ALCA hubieran generado desinterés europeo en la región. "Cada vez estamos más interesados, la recuperación de Brasil y Argentina, la expectativa con Cristina Fernández, el rol de Chile. Nos interesa especialmente una integración. El mundo cambia y la emergencia de China e India harán tal revolución que Europa y Sudamérica deberían acercar sus culturas, identidades e intereses comunes. El Mercosur y la UE tienen mucho en común pero trabajan poco en común". Duro con el unilateralismo de EE.UU. que provocó "desorden y desequilibrios" inéditos, Villepin dijo que "el mundo necesita un gobierno multilateral. Hay una revolución híbrida del poder, con la irrupción de China e India. Debemos pensar cómo se dividirá el trabajo, el crecimiento de Asia marginará a nuestros países. Si no organizamos nuestros intereses en común, será muy difícil sobrevivir en el mundo nuevo".
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El sector rural europeo es el más abierto del mundo. Por eso me sorprende la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el Mercosur. Hay un problema de diagnóstico. Las cifras deberían ser iguales para las dos partes". En medio de un brillante discurso sobre el curso global, fue quizá la frase más polémica del ex primer ministro de Francia, Dominique de Villepin, cuando Clarín preguntó por qué el Mercosur y la Unión Europea no sellan un acuerdo. Pese a las reformas de la política agropecuaria europea, para el Mercosur es aún un mercado de difícil acceso.
-Usted citó a China e India como poderes emergentes, pero también el Mercosur lo es y no ve concesiones en el Norte.
-Son negociaciones grandes y difíciles, cada país debe atender a su opinión pública, a veces un negociador prefiere volver a ellas diciendo que no hizo concesiones. Pero hay que avanzar. Un primer acuerdo, así sea limitado, es mejor que nada.
-¿Cuáles son los obstáculos?
-El nuevo mundo, la nueva diplomacia necesita imaginación, queremos resolver nuevos problemas con métodos viejos. Prima a veces la visión ideológica, falta dinámica de diálogo. El agro es muy importante para América latina pero también para Europa.
De Villepin habló en el CARI, donde su flamante titular, Adalberto Rodríguez Giavarini, lo nombró socio honorario. Auspició su charla la Universidad Tres de Febrero. En perfecto español, aprendido de joven en Venezuela, descartó ante una pregunta del público que la llegada de Venezuela al Mercosur o el fiasco del ALCA hubieran generado desinterés europeo en la región. "Cada vez estamos más interesados, la recuperación de Brasil y Argentina, la expectativa con Cristina Fernández, el rol de Chile. Nos interesa especialmente una integración. El mundo cambia y la emergencia de China e India harán tal revolución que Europa y Sudamérica deberían acercar sus culturas, identidades e intereses comunes. El Mercosur y la UE tienen mucho en común pero trabajan poco en común". Duro con el unilateralismo de EE.UU. que provocó "desorden y desequilibrios" inéditos, Villepin dijo que "el mundo necesita un gobierno multilateral. Hay una revolución híbrida del poder, con la irrupción de China e India. Debemos pensar cómo se dividirá el trabajo, el crecimiento de Asia marginará a nuestros países. Si no organizamos nuestros intereses en común, será muy difícil sobrevivir en el mundo nuevo".
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Entretelones de un almuerzo
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Silvia Naishtat
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En la intimidad de un almuerzo para pocos, Dominique de Villepin contó ayer lo que fue su vida como canciller en el difícil momento en que Bush declaraba la guerra a Irak. Su célebre discurso ante Naciones Unidas fue escrito en el vuelo de París a Nueva York. También reveló que se había visto cinco veces en aquellas semanas con el Papa, quien le suplicaba que de ninguna manera Occidente entero debía encolumnarse en esa guerra. "Vive la France", le repetía el ya enfermo Juan Pablo II, algo que, por supuesto, De Villepin no se privó de contar a su par de Washington, Collin Powell. Durante la comida en la residencia de Aníbal Jozami, rector de la Universidad de Tres de Febrero, De Villepin se interesó por una colección de pintura que lo asombró. Allí, el ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini le preguntó qué pensaba de Chávez y el gobernador electo del Chaco, Jorge Capitanich, por la situación de Francia. De Villepin abundó, en cambio, sobre lo que significa la legitimidad. "Se pueden ganar elecciones con un gran caudal de votos, pero en política hay que tomar riesgos, la legitimidad se extingue en semanas". Hoy lo recibe Cristina Kirchner. Es probable que hablen de los gestos que, en su opinión, hacen falta para mejorar la relación con París. "Pero cuando nos vemos, ella siempre prefiere hablar de cultura", deslizó.
En la intimidad de un almuerzo para pocos, Dominique de Villepin contó ayer lo que fue su vida como canciller en el difícil momento en que Bush declaraba la guerra a Irak. Su célebre discurso ante Naciones Unidas fue escrito en el vuelo de París a Nueva York. También reveló que se había visto cinco veces en aquellas semanas con el Papa, quien le suplicaba que de ninguna manera Occidente entero debía encolumnarse en esa guerra. "Vive la France", le repetía el ya enfermo Juan Pablo II, algo que, por supuesto, De Villepin no se privó de contar a su par de Washington, Collin Powell. Durante la comida en la residencia de Aníbal Jozami, rector de la Universidad de Tres de Febrero, De Villepin se interesó por una colección de pintura que lo asombró. Allí, el ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini le preguntó qué pensaba de Chávez y el gobernador electo del Chaco, Jorge Capitanich, por la situación de Francia. De Villepin abundó, en cambio, sobre lo que significa la legitimidad. "Se pueden ganar elecciones con un gran caudal de votos, pero en política hay que tomar riesgos, la legitimidad se extingue en semanas". Hoy lo recibe Cristina Kirchner. Es probable que hablen de los gestos que, en su opinión, hacen falta para mejorar la relación con París. "Pero cuando nos vemos, ella siempre prefiere hablar de cultura", deslizó.
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Clarin.com - Argentina/15/11/2007
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