La APEC toma el liderazgo en comercio pero decepciona en medioambiente
El primer ministro australiano y el presidente chino (d), John Howard y Hu Jintao, respectivamente, antes de la lectura de la declaración final de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, el 9 de septiembre en Sídney, en una imagen cortesía de la APEC.
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SÍDNEY - La Cumbre del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC) finalizó el domingo en Sídney con un resultado claroscuro: las 21 economías dieron una inyección a las malogradas negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) pero su declaración sobre el tema ambiental decepcionó a los expertos.
Como se esperaba, los 21 líderes apoyaron un llamamiento a los 151 países de la OMC para que destraben la negociación de la llamada ronda de Doha, empantanada desde hace meses, especialmente por el tema de los subsidios.
El primer ministro australiano, John Howard, dijo al cierre de la Cumbre que "nos pusimos de acuerdo para hacer un llamamiento urgente a todos los países implicados en el ciclo de Doha para renovar los esfuerzos y llegar a un resultado, enfatizando que los productos agrícolas e industriales son las dos prioridades".
Las conversaciones del ciclo de Doha, lanzado en el año 2001 en la capital de Qatar, tienen como fin liberalizar aún más los intercambios comerciales mundiales, en favor de los países en vías de desarrollo.
Los países emergentes piden a la Unión Europea y a Estados Unidos reducir sus subsidios a los agricultores, culpables a sus ojos de distorsionar el comercio. Estos exigen a cambio una mayor apertura de los mercados industriales y de servicios de las economías emergentes.
Actualmente se realizan en Ginebra negociaciones sobre el tema agrícola.
En una región que acapara el 47% del comercio y el 60% del Producto Interno Bruto, el apoyo a la OMC se daba por descontado.
Desde 1989 cuando fue creada, la APEC ha mentenido una línea sin fisuras en favor de la liberalización en el comercio. Originalmente como foro exclusivamente económico, por las circusntancias en los últimos años ha tenido que ocuparse de asuntos políticos, en particular el terrorismo.
No fue el caso en Sídney, donde en cambio sí ocupó el frente de escena el tema del calentamiento global. La APEC, en ese punto, no se siente tan confortable, pues Estados Unidos y China son los principales contaminadores, y el propio Estados Unidos y Australia no firmaron el protocolo de Kioto, el acuerdo ambiental más importante del planeta.
Resueltos a no pasar en blanco en el tema, los líderes expidieron una declaración que contenía deseos y no obligaciones. La no obligatoriedad en las metas (lo cual es una política de la APEC, que no toma decisiones vinculantes) fue vista por expertos como un grave retroceso en un tema que demanda acciones urgentes.
Julie-Anne Richard, de la red australiana de Acción Climática, dijo que "el mundo no tiene tiempo para acciones voluntarias; lo que se necesita es acción real, objetivos reales y cronogramas reales".
El punto que se rescató en este tema es que los países APEC aceptaron que las Naciones Unidas se encarguen de liderar las negociaciones climáticas, algo a lo que se han opuesto tradicionalmente Australia y Estados Unidos.
Al margen de la Cumbre, el presidente George W. Bush se vio sacudido en varios aspectos, empezando porque todas las protestas que se vivieron en Sídney -que resultaron pacíficas- lo tuvieron a él como blanco. También recibió en Sídney la información de un nuevo vídeo de amenazas del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y finalmente tuvo que regresar de vuelta a casa un día antes de lo previsto debido a que debe prepararse para defender esta semana su política en Irak.
Pero, además, varios analistas percibieron en Australia que el presidente chino, Hu Jintao, ha ganado terreno en el liderazgo dentro de la APEC. "China está sacando ventaja de la debilidad del presidente Bush. Nunca tuvimos un presidente estadounidense que fuera tan débil", señaló Jean-Pierre Cabestan, experto de la Universidad Bautista de Hong Kong.
Pero esta China fortalecida se vio también criticada por la calidad de sus productos y en alguna medida algunos socios expresaron temores por la hegemonía china. Esto llevó al portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Liu Jianchao, a señalar que "el desarollo de China no amenaza a ninguna persona o nación".
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SÍDNEY - La Cumbre del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC) finalizó el domingo en Sídney con un resultado claroscuro: las 21 economías dieron una inyección a las malogradas negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) pero su declaración sobre el tema ambiental decepcionó a los expertos.
Como se esperaba, los 21 líderes apoyaron un llamamiento a los 151 países de la OMC para que destraben la negociación de la llamada ronda de Doha, empantanada desde hace meses, especialmente por el tema de los subsidios.
El primer ministro australiano, John Howard, dijo al cierre de la Cumbre que "nos pusimos de acuerdo para hacer un llamamiento urgente a todos los países implicados en el ciclo de Doha para renovar los esfuerzos y llegar a un resultado, enfatizando que los productos agrícolas e industriales son las dos prioridades".
Las conversaciones del ciclo de Doha, lanzado en el año 2001 en la capital de Qatar, tienen como fin liberalizar aún más los intercambios comerciales mundiales, en favor de los países en vías de desarrollo.
Los países emergentes piden a la Unión Europea y a Estados Unidos reducir sus subsidios a los agricultores, culpables a sus ojos de distorsionar el comercio. Estos exigen a cambio una mayor apertura de los mercados industriales y de servicios de las economías emergentes.
Actualmente se realizan en Ginebra negociaciones sobre el tema agrícola.
En una región que acapara el 47% del comercio y el 60% del Producto Interno Bruto, el apoyo a la OMC se daba por descontado.
Desde 1989 cuando fue creada, la APEC ha mentenido una línea sin fisuras en favor de la liberalización en el comercio. Originalmente como foro exclusivamente económico, por las circusntancias en los últimos años ha tenido que ocuparse de asuntos políticos, en particular el terrorismo.
No fue el caso en Sídney, donde en cambio sí ocupó el frente de escena el tema del calentamiento global. La APEC, en ese punto, no se siente tan confortable, pues Estados Unidos y China son los principales contaminadores, y el propio Estados Unidos y Australia no firmaron el protocolo de Kioto, el acuerdo ambiental más importante del planeta.
Resueltos a no pasar en blanco en el tema, los líderes expidieron una declaración que contenía deseos y no obligaciones. La no obligatoriedad en las metas (lo cual es una política de la APEC, que no toma decisiones vinculantes) fue vista por expertos como un grave retroceso en un tema que demanda acciones urgentes.
Julie-Anne Richard, de la red australiana de Acción Climática, dijo que "el mundo no tiene tiempo para acciones voluntarias; lo que se necesita es acción real, objetivos reales y cronogramas reales".
El punto que se rescató en este tema es que los países APEC aceptaron que las Naciones Unidas se encarguen de liderar las negociaciones climáticas, algo a lo que se han opuesto tradicionalmente Australia y Estados Unidos.
Al margen de la Cumbre, el presidente George W. Bush se vio sacudido en varios aspectos, empezando porque todas las protestas que se vivieron en Sídney -que resultaron pacíficas- lo tuvieron a él como blanco. También recibió en Sídney la información de un nuevo vídeo de amenazas del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y finalmente tuvo que regresar de vuelta a casa un día antes de lo previsto debido a que debe prepararse para defender esta semana su política en Irak.
Pero, además, varios analistas percibieron en Australia que el presidente chino, Hu Jintao, ha ganado terreno en el liderazgo dentro de la APEC. "China está sacando ventaja de la debilidad del presidente Bush. Nunca tuvimos un presidente estadounidense que fuera tan débil", señaló Jean-Pierre Cabestan, experto de la Universidad Bautista de Hong Kong.
Pero esta China fortalecida se vio también criticada por la calidad de sus productos y en alguna medida algunos socios expresaron temores por la hegemonía china. Esto llevó al portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Liu Jianchao, a señalar que "el desarollo de China no amenaza a ninguna persona o nación".
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AFP/11/09/2007
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