11/3/09

Entrevista con Alan Woods: La vigencia plena del marxismo

Dax Toscano Segovia
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México D.F. fue sede de la Primera Escuela Marxista Panamericana, la misma que se desarrolló del 27 de febrero al dos de marzo de 2009, evento que fue organizado por la Corriente Marxista Internacional. Esta escuela fue un espacio destinado a la discusión, al debate, a la crítica y a la elaboración de propuestas revolucionarias para hacerle frente al capitalismo y lograr la construcción de una sociedad nueva, más justa y más humana: el socialismo.

Lejos de ser un seminario en el cual un grupo de intelectuales y académicos, haciendo gala de sus conocimientos, de su erudición y de su sabiduría, hayan realizado la exposición formal de sus ponencias, fue una escuela en la cual jóvenes y viejos militantes revolucionarios, estudiantes y trabajadores de distintos lugares del mundo, implicados profundamente en la lucha en defensa de las ideas del marxismo revolucionario y del socialismo, hicieron, como diría Lenin, un análisis concreto de la realidad concreta, con la profundidad que adquieren quienes están vinculados directamente con el movimiento real de la lucha de clases entre los explotados y los explotadores. La Escuela Marxista Panamericana contó con la participación de Alan Woods, fundador, junto con Ted Grant, de la tendencia Militant y actualmente dirigente de la Corriente Marxista Internacional. Alan es autor de diversos artículos, ensayos y libros en los cuales hace con su amigo y camarada Ted una profunda defensa de las tradiciones revolucionarias que dejó como enseñanza la Revolución Bolchevique, así como de las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky y, en consecuencia, del método del materialismo histórico-dialéctico. Con Alan, en un momento de su apretado tiempo, se pudo conversar sobre diversos temas relacionados con el pensamiento marxista, los ataques de sus detractores y la necesidad de llevar adelante la lucha por el triunfo del socialismo frente al oprobioso sistema capitalista.

1. Lo obsoleto es el capitalismo y las ideas de sus defensores:

Tras la caída del muro de Berlín y la implosión de la ex Unión Soviética, los ataques contra el pensamiento marxista recrudecieron. En muchos centros académicos los defensores del marxismo revolucionario han sido calificados como obsoletos, anacrónicos o dinosaúricos. Frente a esto Alan Woods señala que lo que es obsoleto es el capitalismo. Alan explica cómo a raíz del colapso de la URSS, se dio pie a una contraofensiva ideológica sin precedentes por parte de la burguesía para atacar al marxismo y al socialismo. Esto, dice el marxista galés, se convirtió además en una industria, en un negocio rentable. El autor de Razón y Revolución explica que lo que fracasó hace veinte años no fue el socialismo en el sentido entendido por Marx, Engels, Lenin o Trotsky, sino una caricatura burocrática y totalitaria del socialismo que fue el stalinismo. Esto causó un gran impacto y, en ese momento, la burguesía y sus defensores se pusieron eufóricos anunciando el fin del socialismo, del comunismo y del marxismo. Los enemigos de las ideas de Marx y Engels llevan más de 150 años anunciando su muerte. Pero ¿por qué se preocupan del marxismo si está muerto?, se pregunta Alan Woods. No obstante esto, los ideólogos de la burguesía todos los años se ven en la necesidad de publicar nuevos libros, artículos, tesis doctorales demostrando que el marxismo está muerto. Para Alan esto tiene una explicación. La clase dominante no es tonta y no gastaría su tiempo atacando ideas muertas. La burguesía ataca ideas que son peligrosas para su clase. Pero tras 20 años desde la caída de los regímenes del llamado “socialismo real”, todas estas ilusiones de la burguesía y sus defensores han colapsado. Estamos presenciando la crisis general del capitalismo prevista por Carlos Marx. Como hecho anecdótico Alan Woods dice que el libro más vendido en Alemania es Das Kapital (El capital), cuyas ventas se multiplicaron un 300 %, lo cual demuestra que lejos de ser ideas obsoletas, la gente busca una explicación de la crisis del capitalismo en las ideas científicas de Marx.

2. ¿Por qué tiene plena vigencia el marxismo?

Alan Woods plantea un reto a los lectores: acudir a las bibliotecas y buscar cualquier libro burgués de economía política o de ciencias sociales escrito hace 150 años. Asegura que esos materiales no tendrán más que un mero interés histórico y cero relevancia para la aplicación en el mundo moderno. No obstante, dice el dirigente de la Corriente Marxista Internacional, en El manifiesto comunista, escrito hace más de 150 años por Marx y Engels, se encontrará una descripción verdadera, rigurosa y brillante no del mundo de 1848, sino del mundo de hoy. Para ello pone dos ejemplos. El primero hace referencia a la globalización. Ésta ha sido presentada hace 20, 30 años por los economistas burgueses como algo novedoso. Sin embargo, la globalización fue explicada de antemano por Marx y Engels en las páginas de El manifiesto comunista. Allí se expone claramente como el capitalismo surge en primer lugar como un mercado nacional para luego convertirse necesariamente en un mercado mundial, siendo esto lo más importante de nuestra época, dice Alan Woods. Cuando Marx y Engels escribieron esta predicción tan brillante no existía el mercado mundial internacional, el capitalismo solo existía en Inglaterra, en Francia estaba en sus principios y Alemania era más atrasada todavía. La segunda predicción, algo muy polémico, que los enemigos del marxismo han calificado como errónea, es la que se refiere a la concentración del capital. El capitalismo que empieza con pequeñas empresas, cuando Marx explica esto en Gran Bretaña no había grandes empresas, necesariamente producto de la competición y de las leyes del libre mercado, resulta en un proceso de concentración de riqueza en pocas manos y de miseria para otra parte. Cifras emitidas por la ONU señalan que más del 50 % de la riqueza disponible está en manos del dos por ciento de la población del mundo; 1,2 mil millones de seres humanos viven en la más absoluta miseria y de esos, 8 millones de hombres mujeres y niños mueren todos los años por falta de recursos económicos. Si eso no es una concentración de capital ¿qué es?, pregunta Alan Woods. Ese proceso se ha multiplicado por diez en las últimas décadas, hay una concentración de riqueza obscena y una concentración de miseria no solo en América Latina, sino en Inglaterra, en EEUU donde se expresó con mayor profundidad cuando la ciudad de Nueva Orleans fue azotada por el huracán Katrina en el año 2005. He aquí la realidad.

3. Los ataques contra Federico Engels:

Federico Engels ha sido objeto de todo tipo de ataques que han pretendido desmerecer su obra. Alan Woods, en su libro escrito conjuntamente con Ted Grant, “Razón y Revolución”, explica partiendo de datos obtenidos por recientes investigaciones científicas, la validez de las ideas de Engels y de su método de estudio e investigación. Es una tontería como un piano, como dicen en España, expresa Alan cuando responde a la pregunta sobre las acusaciones vertidas contra Engels. Federico Engels era un genio, pero era un hombre modesto, tan modesto que cuando murió dio órdenes explícitas de cremar su cadáver y echar sus cenizas al mar porque no quería que se erigiera ningún monumento en su honor. Él estaba a la sombra de Marx y eso no ha permitido ver su grandeza, la de un gran revolucionario, un gran pensador, un teórico muy profundo. Acusar a Engels de ser un positivista es una bobada que solo se escucha en las universidades, dice. Eso es una estupidez. Alan acude a una frase del poeta alemán Friedrich Shiller para explicar la barbaridad de esa imputación infundada: “Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano”. Es absurdo además expresar que sus ideas eran sólo del siglo XIX. Esto es lógico, Engels tenía que basarse en las ideas del siglo en el que vivió, no podía hacerlo sobre las ideas del siglo XXI, señala irónicamente Alan Woods. Sin embargo, los escritos de Engels, sobre todo La dialéctica de la naturaleza, no reflejan la ciencia del siglo XIX, sino que está bastante por delante de las ideas científicas de su época. Critica duramente las teorías de la mecánica clásica, la física de Newton, su sistema mecanicista. Los últimos descubrimientos del siglo XX y XXI, de los últimos cien años, han demostrado totalmente la vigencia del método de Federico Engels, que es el método dialéctico. Alan pone como ejemplo de su aseveración a la teoría del caos, donde se refleja la aplicación del método dialéctico. Estas no son ideas pasadas de moda; al contrario, son ideas científicas, avanzadas.

4. ¿Por qué las ideas de Lenin y Trotsky están vigentes?

Lenin y Trotsky después de Marx y Engels fueron quienes defendieron y desarrollaron sus ideas en el siglo XX. Son ideas maravillosas, profundas, brillantes y totalmente vigentes. Se han dicho muchas falsificaciones acerca del papel de Trotsky, concretamente. Hay una cierta tendencia que viene del stalinismo, esa aberración, esa caricatura terrible del marxismo, que es totalmente falsa de señalar que hubo un conflicto fundamental entre las ideas de Lenin y Trotsky. La realidad es totalmente diferente, dice Alan que con Ted Grant realizaron un magnífico libro hace más de 40 años titulado “Lenin y Trotsky, qué defendieron realmente”, donde explican con profundidad las ideas de estos dos revolucionarios. Alan Woods cuenta una anécdota: “En Rusia hace unos 5 años me invitaron a una célula, un grupo de base del Komsomol, organización de la juventud comunista de educación y origen stalinista. Cuando yo entré en la sala, un joven se me acerca y me dice en ruso ¡¿pero usted es trotskista?! A ver si me explico, le contesté. Yo defiendo las ideas de Marx y Engels, por ende soy marxista; después de la muerte de Marx y Engels quien defendió sus ideas yo creo que fue Lenin, consecuentemente soy leninista; después de la muerte de Lenin quien defendió sus ideas creo yo que fue Trotsky, consecuentemente soy trotskista. ¿He contestado tu pregunta? ¿Puedo hacerte ahora yo una pregunta? ¿Has comprado una botella de vodka en la calle del libre mercado? En la botella viene una etiqueta que indica que el vodka es de categoría. Pero cuando te la bebes descubres que es cualquier cosa, menos de calidad. Hazme caso amigo, no prestes atención a las etiquetas, si yo voy a dar una charla aquí, si te gusta bien y si no, vamos a seguir hablando como camaradas que queremos la misma causa, pero vamos abrir un debate no basado en calumnias, ni basado en pioletazos, un debate honesto, democrático, amistoso entre todos los miembros de la familia comunista”. Lo que hace falta es gente más abierta. Los nuevos jóvenes van a descubrir en la práctica la total vigencia del marxismo y van a descubrir que es la herramienta principal, la más potente, el arma, la palanca más fundamental para comprender el sistema capitalista y finalmente derrocarlo y establecer un nuevo orden social que se llame socialismo, señala Alan Woods.

5. Las cosas que Marx no avizoró y los nuevos problemas de la vida

El marxismo es un instrumento muy importante para echar luz sobre todos los problemas que enfrenta la sociedad humana; pero no podemos esperar que el marxismo nos ofrezca una bola de cristal o una varita mágica porque eso ya sale de la ciencia y nos meteríamos a los terrenos místicos y religiosos, dice Alan Woods. Eso sí, explica, esta herramienta nos ofrece un cuerpo de ideas bastante completo, profundo que nos posibilita analizar cualquier cosa, cualquier problema. El marxista galés explica cómo si bien es cierto que los problemas cambian y aparecen otros nuevos, no varían tanto como se podría pensar. Y esos problemas no sólo tienen que ver con la miseria de las masas, las guerras o el terrorismo. Hay otros que son iguales, o tal vez más importantes, que afectan a la persona, a la familia y que tienen que ver con la moralidad, la religión por ejemplo. Pero ¿no fue así también en el pasado?, cuestiona Alan Woods. Si miramos cualquier sociedad en los últimos diez mil años de lo que, correcta o incorrectamente, se ha dado en llamar como civilización, han existido diversos sistemas socioeconómicos como el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo que han nacido, crecido, madurado y han llegado a un grado de desarrollo que después entra en declive, llegando a un tipo de techo de sus posibilidades y, entonces aparecen en forma más abierta las contradicciones que siempre están presentes, agravándose cada vez más, lo cual afecta a la sociedad en muchos aspectos. Una calumnia estúpida emitida contra el marxismo es la que señala que Marx redujo todo a lo económico. ¿Cómo es posible que alguien pueda reducir todo a lo económico? Marx era un filósofo, la filosofía no es economía. La sociedad tiene muchos más aspectos que tienen que ver con la religión, la poesía o el arte que no están directamente vinculados a la economía. Lo que sí es verdad, que es una verdad como un templo, que no admite contradicción, es que en última instancia la viabilidad de cualquier sistema socioeconómico está determinado por la capacidad de desarrollar las fuerzas productivas, es decir la industria, la agricultura, la ciencia, la tecnología que son la base material, los fundamentos, los cimientos sobre lo cual todo lo demás se desarrolla, se rige. Cuando una sociedad llega a los límites de sus posibilidades, cuando ya no es capaz de desarrollarse y de mejorar la situación de las personas como el sistema capitalista, por ejemplo, eso tiene repercusiones importantes que se reflejan a nivel psicológico, generando un ambiente general de pesimismo, una especie de nihilismo. En Francia, en la actualidad, hay más astrólogos profesionales que curas católicos, el ex presidente de EEUU, Ronald Reagan tenía como una de sus asesoras a una astróloga, el misticismo ha invadido la ciencia, a nivel intelectual eso se refleja en la mal llamada filosofía posmoderna, etc. Hoy hablan del fin de la ideología. Antes la burguesía tenía una ideología, el liberalismo, que fue bastante progresista. Era optimista. La burguesía estaba en una fase ascendiente, se sentía progresista y lo era de alguna manera. Ahora, en vez de decir la verdad, que este sistema en concreto no es capaz de seguir avanzando, se cuestiona la posibilidad de desarrollo y progreso en general. Todos estos son síntomas de una cultura en plena decadencia. Existe un nivel mezquino, miserable, trivial. No hay filosofía que valga el nombre, si comparas los productos miserables de los filósofos actuales con la filosofía gloriosa de Hegel, de Kant. La filosofía pretende ser reducida al estudio de la significación de palabras sueltas. Pero las grandes ideas siguen existiendo, dice Alan Woods. Pero no son las ideas de la burguesía, sino las que anticipan otra sociedad que si puede ofrecer a la humanidad lo que necesita y que no son solo las que ofrecen trabajo, pan o casas. Es mucho más que eso. La Biblia dice: no sólo de pan vive el hombre. Trotsky en su libro Problemas de la vida cotidiana analizó temas relacionados con los problemas de los seres humanos, la sexualidad, la moralidad por ejemplo. En esta sociedad hay un florecimiento del crimen, de las drogas, del alcohol. ¿Por qué la juventud acude a ello? Porque sus vidas son vacías. Cuando una sociedad entra en crisis, en declive, eso se siente aunque la gente no lo entiende en forma racional. Se entra en una fase de pesimismo general, de desorientación general. Frente a eso hay dos opciones: o cierras los ojos y vuelves la mirada hacia dentro, hacia el misticismo o intentas llegar a una comprensión racional de este mundo y sus problemas para combatirlo o cambiarlo. La droga, el alcohol, la religión, el misticismo son intentos para escaparse de este mundo en lugar de luchar para cambiarlo. La única solución a la droga es revolución. Cuando la juventud comprende esa necesidad de luchar y se le ofrece una causa que vale la pena van a olvidarse de esos paraísos falsos, artificiales, como dice la frase del poeta francés Baudelaire. Lamentablemente hay un sinnúmero de elementos despreciables, reformistas que quieren sembrar la confusión, poner un muro que evite que la juventud tenga acceso a las lecciones históricas de la revolución rusa, a las enseñanzas del materialismo dialéctico. Es una función netamente contrarrevolucionaria, son retrógrados intelectualmente, una bancarrota total. Quieren aparecer como exponentes de ideas nuevas como el señor Heinz Dieterich, ideas que realmente no ofrecen nada nuevo, que son realmente sacadas de la prehistoria del movimiento obrero internacional, de los utópicos, ideas premarxistas. Las ideas auténticamente nuevas, son las ideas del marxismo. El marxismo es la filosofía del futuro.

6. Sobre Dieterich

Alan Woods, junto al nieto de León Trotsky, Esteban Volkov, realizó la presentación de su más reciente libro “Reformismo o Revolución”. Este constituye un material imprescindible para desenmascarar las patrañas intelectuales de Heinz Dieterich, personaje que se jacta de científico y que con sus ideas lo que pretende es, en forma subrepticia, atacar al pensamiento marxista y reforzar las ideas reformistas. Alan con humor dice: este señor no llega hasta el tobillo de un Bernstein, de un Kautsky, ellos eran genios. Charlatán es una palabra mal sonante, Dieterich se cree un gran genio y, hoy por hoy, me quedo con una duda razonable al respecto.

7. Humor y revolución

Mi gran amigo, camarada y maestro, Ted Grant decía que para ser un revolucionario se necesita dos cosas: un sentido de la proporción y un sentido del humor, manifiesta Alan Woods. Cuando más vivo, más comprendo cuán profunda es esta idea. La idea de un intelectual como algo seco, alejado de la clase trabajadora no corresponde a la realidad. La ironía de Sócrates tenía un gran sentido del humor y era muy profunda, los aforismos de Heráclito son muy divertidos. El humor es dialectico. Marx y Engels tenían un gran sentido del humor y Lenin y Trotsky también. Marx tenía como su lema favorito: considero que nada humano es ajeno a mí. La imagen de un intelectual metido en una torre de mármol, aislado de la realidad, leyendo su libro, totalmente indiferente al destino de la humanidad es precisamente la que desprestigia a la filosofía. El revolucionario galés afirma además que la llamada filosofía posmoderna está totalmente desprestigiada y pregunta ¿quién lo toma en serio ahora, a más de cuatro estúpidos en las universidades? Realmente no tienen nada que ofrecer y la gente lo sabe y si somos honestos cualquier estudiante lo sabe, cuando más superficiales y estúpidos son, más se toman en serio, se creen Gardel. Alan señala: para mí la filosofía es importante porque la vida, la sociedad es importante. Todos somos partícipes en esta gran aventura para cambiar el mundo. La filosofía debe ser una herramienta en esta lucha y como somos parte de la raza humana, nada humano nos puede ser ajeno.

8. Saludo para la clase trabajadora ecuatoriana

La lucha del pueblo de Ecuador y sus grandes éxitos conseguidos en los últimos tiempos son una gran fuente de inspiración, al igual que la revolución venezolana. Estamos en una nueva época en la que los pueblos del mundo están empezando a despertarse. En América Latina ningún burgués se encuentra estable desde Tierra del Fuego hasta el Río Grande. La revolución ecuatoriana tiene un papel clave en este proceso que es general. Ahora mismo a vosotros, al pueblo del Ecuador, les corresponde estar en la primera línea del fuego. Les deseo todo éxito en esta lucha para cambiar la sociedad y los animo a estudiar las grandes lecciones de las grandes revoluciones del pasado, concretamente de la revolución rusa y, como no, las ideas brillantes, hermosas profundas y necesarias de Marx, Engels, Lenin y Trotsky.
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Entrevista realizada en México D.F., a los 28 días del mes de febrero de 2009
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Foto: Alan Woods. / Autor: MARXIST
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ARGENPRESS.info - Argentina/11/03/2009

El naufragio de la Europa central

El mapa del mundo
“En época de mentiras, contar la verdad se convierte en un acto revolucionario”
George Orwell
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Carlos Enrique Bayo
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Los asaltos de comandos del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) a las sedes en Kiev del monopolio gasístico Naftogaz y de la autoridad que controla los gasoductos del país, Ukrtransgaz, han centrado nuestra atención en los últimos días. Pero sin duda es más relevante, y preocupante, el asalto ciudadano que se está fraguando ante las sucursales del ucraniano Banco Rodovid, que ha limitado los reintegros de sus impositores a menos
de 28 euros diarios porque está al borde de la quiebra.
En realidad, lo que está en quiebra es el propio Estado de Ucrania, donde ciudades enteras se han quedado sin calefacción ni agua corriente durante días porque las instituciones no pueden pagar las facturas; el servicio de metro de Kiev está cerca del colapso por falta de fondos; las plantas siderúrgicas y la industria química, motores económicos del país, están despidiendo obreros por millares y el valor de la moneda nacional, el hryvnia, se ha desplomado.
Ucrania es el paradigma del hundimiento de Europa central como consecuencia de la crisis global, y debe alertarnos de lo que está a punto de ocurrir en los otros países ex soviéticos de la región que son miembros de la Unión Europea pero ven rechazadas sus llamadas de auxilio. El primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, alertó a sus colegas de que no debían permitir “que una nueva cortina de acero divida a Europa”, pero fue inútil. Pedía un fondo especial de 190.000 millones de euros para proteger a los miembros más débiles de la UE, y su Gobierno hizo circular un documento que cifraba en 300.000 millones de euros las verdaderas necesidades de refinanciación de Europa central en este año.
Esa última cantidad es idéntica a la que ya han desembolsado los gobiernos de la UE en recapitalizaciones bancarias, además de aportar garantías crediticias por 2,5 billones de euros. Pero los créditos siguen sin llegar a las empresas y los particulares que deberían reactivar la economía. Así que los países ricos, empezando por Alemania (donde la canciller, Angela Merkel, afronta elecciones generales en septiembre), se niegan a sufragar el carísimo salvavidas que necesitan los miembros más orientales, que pronto tendrán que declararse en suspensión de pagos: Hungría, Rumanía y los
países bálticos.
Esas naciones están a punto de naufragar porque a la crisis económica mundial se ha sumado el desplome de sus divisas frente al euro, con lo que se ven incapaces de devolver los créditos a los bancos de la eurozona (que son sus principales acreedores) en un momento de drástica reducción de la demanda de sus productos en Europa occidental. El núcleo duro de los 16 países que comparten el euro (con una economía conjunta tan importante como la de EEUU) pretende salvarse del naufragio haciendo una piña que excluya a sus socios más recientes. Pero las medidas proteccionistas no mantendrán a flote a potencias como Alemania, cuya prosperidad depende de las exportaciones a mercados que ya no tienen capacidad adquisitiva.
El riesgo no es sólo económico, sino también geopolítico, pues esos socios orientales han vivido la durísima
experiencia de renunciar a sus sistemas económicos centralizados y ultrarregulados, pasando por una terapia de choque que les sometió a grandes penurias, y acababan de empezar a recuperarse y estabilizarse.
Justo cuando parecían a punto de degustar las mieles del capitalismo próspero, éste se hunde y les niega una tabla de salvación.
El caso de Ucrania es ejemplar y su estabilidad es primordial para el continente porque Rusia no sólo se aprovechará de su desmoronamiento para dominarla a través de su preeminencia ética y lingüística en el este y sur del país, sino que el Kremlin presentará ese fracaso como paradigmático de lo que ocurre cuando las economías ex soviéticas se sumergen en el libre mercado.
La UE no puede permitir que la crisis ahogue a sus miembros más débiles, ni siquiera a sus vecinos orientales, porque no es suficiente con saber nadar para evitar que el que se hunde, desesperado, nos arrastre también al fondo.
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Público - España/11/03/2009

La mano invisible

Frei Betto*
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Desde niño tengo mis miedos, como todo el mundo. Primero era el miedo de ver a mi padre bravo, de verme obligado a comer rábano, de sacar cero en el examen de matemáticas. Miedo, bajo la dictadura, a verme arrollado por un auto policial. Miedo, bajo la lluvia pertinaz, de que mi chabola en la favela, situada al borde de un precipicio, fuese llevada por el agua.

Hoy colecciono otros miedos. Uno de ellos es el miedo a la mano invisible del Mercado. De lo invisible sólo no temo a Dios. Temo a las bacterias y a los extraterrestres. A las primeras las combato con antibióticos –término inapropiado, pues significa “contra la vida”, siendo que las inoculamos para favorecerla.

En cuanto a los extraterrestres, quedé más tranquilo al saber que la distancia más grande conseguida en el espacio por nuestra tecnología es alcanzada por las emisiones televisivas. Seguro que, al captarlas, los exploradores interplanetarios llegaron a la conclusión de que en la Tierra no hay vida inteligente…

Vuelvo a la mano invisible del Mercado. ¿Dónde la mete? Preferentemente en nuestro bolsillo. En especial el de los más pobres. Y es invisible porque es cínica, como todo delito practicado a escondidas. Por ejemplo el Mercado practica la extorsión al bolsillo de los más pobres a través de impuestos cargados a los productos y servicios. Todo podría ser más barato si no fuera por esa mano boba que se inmiscuye en lo que consumimos.

Ahora que el Mercado entró en crisis -pues el globo que infló estalló en su misma cara-, ¿dónde anda metiendo su mano invisible? La respuesta sí es visible: en el bolsillo del gobierno. En los EE.UU el Mercado, en los estertores de la administración Bush (de infausta memoria) metió mano a US$ 830 mil millones y ahora logró otros US$ 900 mil millones de la recién estrenada administración Obama. Todo para guardar esa fortuna en el bolsillo agujereado del sistema financiero.

Además, la mano invisible del Mercado desconoce los bolsillos de los ciudadanos. Viciada como está, siempre beneficia el bolsillo de los ricos. Es el caso del Brasil. Ante la crisis (y las próximas elecciones) el gobierno trata de anabolizar el PAC, de modo que la mano del Mercado pueda abastecer, y cuanto antes, el bolsillo de las constructoras de obras públicas y de las empresas privadas encargadas de dichas obras.

Ya lo advertía mi abuela: “¡Mire bien, niño, dónde pone esa mano!” Y me obligaba a lavármela antes de sentarme a la mesa. Pues bien, creo que la mano del Mercado es invisible porque nunca se lava. Al contrario, lava dinero sin lavarse de la suciedad que lo impregna. Es lo que deduzco al leer las noticias de que, en los paraísos fiscales, la liquidez de los grandes bancos fue asegurada, en los últimos años, gracias a los depósitos del narcotráfico.

La mano puede ser invisible pero sus huellas digitales no. Allí donde el Mercado pone su mano queda la marca. Sobre todo cuando retira la mano, dejando en el desamparo a millares de desempleados, tirados en la calle de la insolvencia, ahorcados en deudas astronómicas.

El Mercado es como un dios. Usted cree en él, pone su fe en él, lo venera, hace sacrificios para agradarlo, se siente culpable cuando da un paso en falso con relación a él -aunque sea de él la culpa, como en el caso de la compra de acciones que él vendió prometiendo fortunas y ahora esas acciones valen una nada.

Como un dios, sólo se le puede conocer por sus efectos: la Bolsa, el salario, la hipoteca, el interés, la deuda, etc. Se manifiesta por medio de su creación, pero sin dejarse ver ni localizar. Nadie sabe exactamente qué cara tiene o en qué lugar se esconde, aunque sea omnipresente. Hasta en la candela vendida a la puerta de la iglesia se hace presente. Y mete la mano, la famosa mano invisible, la temida mano invisible, esa mano más abominable que la de los tarados que se atreven a meterla debajo del vestido de la mujer de pie en el autobús.

Y de nada vale gritar: “¡Quite esa mano de ahí!” A pesar de que la mano invisible manipula descaradamente nuestra calidad de vida, privilegiando a unos pocos y asfixiando a la mayoría, nadie se libra de ella. Como es invisible, no se la puede cortar. Sólo queda una salida: cortarle la cabeza al Mercado. Pero ésa es otra historia. Hoy hablé de la mano. La cabeza queda para otro día. (Traducción de J.L.Burguet)
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*Frei Betto es escritor, autor de “El arte de sembrar estrellas”, entre otros libros.
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ALAI/11/03/2009

El Citigroup sueña ser el Ave Fénix

RECUPERACION DE WALL STREET ANTE UN MEJOR PRONOSTICO DE RESULTADOS PARA EL HOLDING
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El dato al que apostó ayer la plaza neoyorquina es el resultado del primer trimestre del Citigroup, que revertiría los saldos en rojo de los anteriores. El optimismo se contagió al resto del mundo. La necesidad de buenas noticias fue el principal impulsor.
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Citigroup sin números en rojo. El dato fue divulgado por el titular del holding financiero.
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Por Cristian Carrillo
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Que el gigante bancario Citigroup logre cerrar este mes de marzo su primer trimestre sin pérdidas millonarias, luego de más de un año de rojos en sus balances, brindó algo de esperanza a un mercado hipersensible a las noticias. La posibilidad fue barajada en un memorándum interno que distribuyó el titular del holding financiero, Vikram Pandit. Por su parte, la declaración del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, afirmando que no dejará caer ninguna firma de envergadura, completó la inyección de optimismo en el ánimo de los inversores. El resulta- do fue una recuperación de Wall Street de hasta 7 por ciento en el promedio de sus indicadores. La reacción se generalizó hacia todas las plazas bursátiles del mundo, donde se verificaron las alzas más importantes en lo que va del año.

Fue una especulación con poco sustento, pero el ansia por buenas noticias hizo el resto. “Nosotros fuimos rentables durante los primeros meses de 2009 y vamos en camino a nuestro mejor desempeño trimestral desde el tercero de 2007”, detalla el memo de Pandit. El trascendido de la nota conmocionó a los mercados. El Citi lleva cinco trimestres consecutivos en rojo, acumulando una pérdida de 37.500 millones de dólares. El último resultado positivo, en el tercer trimestre de 2007, fue de 2100 millones de dólares.

El llamado “supermercado financiero” debió ser parcialmente estatizado y divididos varios de sus departamentos. El mes pasado, el Tesoro estadounidense convirtió las acciones preferenciales que tenía el banco en comunes (con derecho a voto). Esto convirtió al Estado, con el 36 por ciento del paquete accionario, en el socio mayoritario del Citi. En ese momento, comenzó un raid vendedor sobre los papeles de la entidad ante la especulación de que el gobierno norteamericano lleve a una canje compulsivo de acciones, llevando el precio a menos de un dólar por acción. “Yo, como ustedes, estoy en desacuerdo con el precio actual de nuestras acciones y con las ampliamente errónea percepciones sobre la compañía y sobre su posición financiera”, afirma el presidente del Citi. El directivo habló de “fortalezas” y de “ganancias potenciales” en sus negocios para este año, luego de que recibiera 45.000 millones de dólares en inyecciones de parte del Estado para mantener la liquidez de la entidad.

A pesar de que resta aún transitar parte de marzo para concluir el trimestre, con la volatilidad del mercado amenazando cualquier resultado acumulado hasta el momento, el optimismo le ganó la pulseada a la prudencia. Wall Street vivió su mejor jornada del año y contagió a todos los mercados del planeta. En Nueva York, el índice Dow Jones avanzó 5,8 por ciento, mientras que el tecnológico Nasdaq saltó un 7,1 por ciento. En ese escenario, las acciones del Citi ganaron un 38 por ciento, las del Bank of America 28, las de JP Morgan un 23 por ciento y las de American Express 14 por ciento.

La oleada de entusiasmo alcanzó a la otra orilla del Atlántico, donde se destacaron las subas de Milán, con un 7 por ciento; París, con 5,7 por ciento; Frankfurt, 5,3; Londres, 4,9; y Madrid, 4,9 por ciento. En la región sobresalió la Bolsa porteña (ver página ocho) y de San Pablo, que recuperó un 5,4 por ciento.

Los mercados recibieron además el impulso de la Fed. El presidente de la Reserva adelantó que profundizará la regulación sobre los mercados y que fijará nuevos estándares de responsabilidad para los bancos. El funcionario remarcó que “el gobierno no dejará caer a grandes bancos del país dada la frágil situación de los mercados financieros y de la economía global”. Los dichos de Bernanke despejaron algunos temores que se gestaron a partir de las declaraciones de los senadores republicanos John McCain y Richard Shelby, quienes consideraron que debía permitirse la quiebra a los grandes bancos.

Bernanke calificó como “vital” mantener, aunque sea artificialmente, la supervivencia de las grandes instituciones. “A menos que estabilicemos el sistema financiero, una recuperación económica sustentable quedará fuera de alcance”, dijo. “Los gobiernos alrededor del mundo deberían continuar tomando acciones poderosas y, cuando sea necesario, coordinadas para restaurar la funcionalidad del mercado financiero y el flujo de crédito”, agregó el titular del banco central estadounidense. Bernanke afirmó que se requiere “una estrategia que regule el sistema financiero en su conjunto, en una forma integral”.

Las apreciaciones del titular de la Fed se presentan como la antesala de lo que será el mes próximo la reunión del G-20 en Londres. Las principales naciones tienen previsto acordar un cambio en la arquitectura financiera global. Los ministros de Finanzas de los veinte países industrializados y en vías de desarrollo se verán este fin de semana en un encuentro preparatorio a la cumbre (ver aparte). “Deberían revisar las regulaciones de capital para asegurar que sean apropiadamente controladas y que el capital esté disponible para servir en su rol de amortiguador, endureciéndose en los buenos tiempos y flexibilizándose durante los malos”, manifestó Bernanke, en un discurso preparado ante el Consejo de Relaciones Exteriores en Washington.
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Por Cledis Candelaresi
Paraíso bueno, paraíso malo
Por Tomás Lukin
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Página/12 Web - Argentina/11/03/2009

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