5/4/09

G-20: recuperar la confianza

RECHAZO AL PROTECCIONISMO
LULA. EL BRASILEÑO Y EL G-20 A LA DERECHA DE OBAMA, ADMIRADO POR CHINA
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Por: Jorge Castro
Analista
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El G-20 decidió inyectar 1.1 trillones de dólares en la economía mundial a través del Fondo Monetario Internacional. Se suma a los 5 trillones de dólares que los países miembros gastarán en 2009/2010 en estímulo a la demanda. No obstante su magnitud -el más grande programa de estímulo fiscal y monetario de la historia-, el significado de esta extraordinaria inyección de liquidez es antes político que económico o financiero.

El producto global asciende a 54 trillones de dólares; y las pérdidas experimentadas por los mercados bursátiles después del 19/09/2008 (caída de Lehman Brothers) treparon a 40 trillones de dólares, dos tercios del Producto Bruto Interno mundial. Los 1.1 trillones de dólares dispuestos en Londres constituyen una hoja -fuerte, es cierto- en un mar proceloso y ajeno.

Lo decisivo de esta medida no es su magnitud, sino que muestra al G-20 unido, actuando como "cuerpo político de gobernabilidad de la globalización", en los términos de Dominique Strauss-Khan, titular del Fondo Monetario Internacional.

La clave para determinar si la decisión del G-20 constituye un éxito es si logra restaurar la confianza en los mercados financieros y si consigue reavivar el flujo de créditos globales.

Si una metáfora histórica sirve para captar el significado del G-20, no es el de las instituciones financieras creadas en Bretton Woods (1944), sino el del Consejo de Seguridad de la Organizacion de las Naciones Unidas constituido en San Francisco (1945).

El éxito político del G-20 se manifestará, si sucede, en el terreno de la confianza, antes que en la disminución de la caída de la demanda o en la recuperación de la liquidez financiera.

La crisis de confianza es el núcleo de la crisis global desatada en los Estados Unidos el 18 de septiembre.

Lo específico de la recesión mundial post-18/09, antes que la caída de la demanda, es la "extraordinaria incertidumbre" (términos del FMI) que se apoderó de todos los actores de la economía mundial. Revertir la crisis de confianza es revertir la crisis.

El G-20 no es un acontecimiento, sino un proceso: la constitución de una plataforma política de gobernabilidad global.

El éxito del G-20, si ocurriera, no pone punto final a la crisis, ni podría hacerlo. La crisis financiera es un proceso de carácter global que se desarrolla desde hace 10 años (1998-2001), cuyo punto de partida fue el boom de crédito que se produjo en EE.UU como consecuencia de atraer el 75% del total del flujo de capitales del mundo entero; y su resolución, necesariamente, tiene el mismo carácter: es un proceso global, sólo que esta vez de carácter político.

La OCDE espera que la economía mundial se contraiga 2.7 por ciento este año, arrastrada por los países ricos, que experimentarían un hundimiento de 4 por ciento. Sería la mayor contracción desde la década del '30. Aún con la previsión de la OCDE, si el G-20 tiene éxito, la economía mundial retomaría el crecimiento por encima del 2 por ciento del PBI en el segundo semestre de 2010, de acuerdo a lo subrayado en el punto 10 del mensaje final de Londres (Leaders' Statement, 2 de abril de 2009).

El rechazo a las políticas proteccionistas es la otra decisión estratégica tomada en Londres. El proteccionismo no es un fenómeno ajeno al G-20, sino una amenaza interna, sobre todo en EE.UU (desocupación de 8.5% y Congreso demócrata). Enfrente está el núcleo globalizador que sustenta el G-20: EE.UU. y China. Ambos pactaron un acuerdo que es el eje de la respuesta a la crisis: financiamiento chino a EE.UU vs. rechazo al proteccionismo, ante todo norteamericano.

En este juego global, Lula asume el papel de campeón en la lucha anti-proteccionista. Por eso está a la derecha de Obama y es admirado por Hu Jintao.
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Clarin - Argentina/05/04/2009

LA CAJA CHINA

EL VERDADERO ALCANCE DEL PRESTAMO CONTINGENTE ACORDADO
¿Para qué sirven los 10.000 millones de crédito contingente sin condicionalidades acordados por el Banco Central con su par oriental?
El arma china para despejar el horizonte de la deuda
Sin necesidad de subordinarse a las exigencias de un ajuste ortodoxo que pese a la crisis global igual sigue reclamando el FMI para otorgar financiamiento, el país obtuvo una línea de crédito en la moneda de la potencia emergente por el equivalente a 10 mil millones de dólares. Esos fondos serían utilizados eventualmente para pagar deuda.
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Por Alfredo Zaiat
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Martín Redrado, presidente del Banco Central, ya recibió ofertas de bancos para convertir los yuanes en dólares.
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Mientras los países del G-20 avanzaron en Londres en definiciones para enterrar formalmente el Consenso de Wa-shington, abriendo la expectativa sobre cuándo, cómo y qué medidas concretas se implementarán para cerrar esa fosa, las bancas centrales de la Argentina y China firmaron un acuerdo de contingencia que permite al primero contar con una herramienta monetario-financiera inmediata para amortiguar el impacto de la crisis global. El Gobierno podrá utilizarla como una alternativa para aliviar la carga de los pagos de vencimientos de deuda de los próximos años. Como no se trata de las líneas tradicionales del FMI ni de créditos que requieran la subordinación a los dictados del malherido pero aún influyente poder financiero internacional, este convenio no ha tenido una atenta evaluación sobre sus implicancias.

Las primeras reacciones estuvieron vinculadas con el frente comercial por el temor industrial de que ese acuerdo pueda servir como vehículo para facilitar la penetración de productos de fabricación china en el mercado doméstico. También se especuló con que el propósito sería abultar las reservas internacionales en un análisis superficial del convenio. En realidad, el acuerdo tiene otro objetivo y surge de la lectura desapasionada del comunicado distribuido por la entidad comandada por Martín Redrado.

El compromiso con el Banco Popular de China (la autoridad monetaria de ese país), estructurado con el mecanismo que técnicamente se denomina swap de monedas, por un monto en yuanes y su contrapartida en pesos equivalente a unos 10 mil millones de dólares, constituye un crédito contingente al país. Si se apela a esa línea será para hacer frente a los próximos vencimientos de deuda pública. Bancos internacionales ya detectaron el filón y acercaron ofertas al Gobierno para participar en una operación colateral a ese convenio que es la conversión a dólares de la suma en yuanes.

El convenio
Este acuerdo, que será por un plazo de tres años, con la opción de renovarlo a su vencimiento, volvió a descolocar a economistas del establishment de capacidad infalible para el error. La afirmación, reiterada hasta el cansancio, acerca de la imposibilidad del país de conseguir crédito internacional debido a la imprevisibilidad de su política económica y a la desconfianza ganada luego de la declaración del default ha quedado descolocada. Para acceder a esa línea de crédito china no fue necesario el sometimiento a las “buenas políticas” del FMI, regreso a esas fuentes que entusiasma con espíritu militante a los representantes del discurso dominante. Por motivos que hacen a su propia estrategia geopolítica de expansión de su influencia en el mundo, China abrió el grifo de asistencia financiera a la Argentina. Esa ventana para retirar fondos también vuelve a dejar en ridículo a la secta de la city que desde hace meses anuncia un default de la deuda pública que no sucede, convencimiento de esos fundamentalistas que se refleja en las deprimidas cotizaciones de los títulos públicos. El año pasado adelantaban que en éste el Gobierno no tendría los recursos suficientes para pagar los vencimientos de deuda. A medida que no se fueron cumpliendo sus pronósticos, han ido corriendo ese horizonte temporal, y primero lo ubicaron para después de las elecciones y después planteando las dificultades para el 2010. Para esos legionarios de las patrullas perdidas de la caída del Muro de Wall Street, la realidad resulta decepcionante ante la frustración de sus deseos motivados por anteojeras ideológicas o mezquinos intereses políticos.

Los puntos
El acuerdo monetario-financiero con el Banco Popular de China no incluye condicionalidades para la política económica doméstica, como sigue exigiendo el FMI pese a la crisis global, y amplía los márgenes de maniobra del Gobierno para administrar la deuda. Los puntos principales para comprender su alcance son los siguientes:

- El swap de monedas entre el BCRA y el Banco Popular de China consiste en un acuerdo contingente para que ambas instituciones dispongan de liquidez en la moneda del otro país.

- Es contingente porque las transacciones (provisión de fondos en la moneda del otro país) se efectúan sólo cuando son necesarias. El acuerdo permite tener disponibles esos recursos sin la obligación de utilizarlos.

- En caso de aplicarlos, se debe abonar una tasa de interés a convenir para cada moneda. Ninguna parte paga un costo mientras esos fondos no son utilizados. La estimación es que hoy el Central debería pagar 5-6 por ciento anual en yuanes por recibir esos fondos.

- A partir de la crisis global y la volatilidad en los mercados, se han celebrado varios acuerdos de este tipo entre diversas bancas centrales. Se concretaron entre países desarrollados: la Reserva Federal con el Banco Central Europeo, el Banco Central de Japón, entre otros. La Fed también instrumentó operaciones similares con países emergentes (Brasil, México, Corea y Singapur). El viernes México recibió 4 mil millones de dólares de un acuerdo total por 30 mil con la Fed. El Banco Popular de China lo implementó con sus pares de Corea, Malasia e Indonesia, entre otros.

- En términos prácticos, los swap de monedas están dirigidos a brindar liquidez contingente en la moneda del otro país, incrementado así la capacidad potencial de cada banca central para hacer frente al escenario global de fuerte volatilidad financiera. Si bien el G-20 emitió un comunicado con mensajes contundentes respecto de la necesidad de una reforma financiera global, en el Banco Central piensan que la crisis no da tregua para esperar los supuestos cambios en el funcionamiento del FMI, que por ahora no son sustanciales. Además, en el Central evalúan que la millonaria capitalización del Fondo decidido por el G-20 no está destinado a América latina sino que el objetivo primordial es rescatar a los países de Europa del Este, que están viviendo un proceso económico similar al del estallido argentino de 2001.

- Los swap son operatorias eminentemente financieras y sólo en algún caso, de países con una muy alta complementación regional, se han incluido menciones a la posibilidad de que el acuerdo tenga repercusiones en los sistemas de pago ligados al comercio.

- Pero en todos los casos, y más allá de las distintas expresiones que se utilizan en cada acuerdo, el objetivo principal es enfrentar la volatilidad financiera.

- En el caso del acuerdo alcanzado entre el BCRA y el Banco Popular de China, el objetivo es similar. De hecho, el texto del convenio comienza con la frase “for the purpose of enhancing financial conditions”. La “mejora” o “fortalecimiento” de las condiciones financieras hace clara referencia a la búsqueda de la estabilidad en ese frente.

- Por lo tanto, esta operatoria es diferente de la dispuesta para facilitar el comercio bilateral con Brasil.

- El régimen con Brasil consiste en el establecimiento de un sistema de pagos bilateral entre ambos países, mientras que este convenio no hace mención a ningún mecanismo para las transacciones de comercio exterior con China.

- En concreto, los swap de monedas son operatorias financieras entre bancas centrales, que se han intensificado en los últimos meses debido a la profundidad de la crisis internacional y a la incertidumbre acerca de la evolución financiera y a la previsible dificultad de acceso al crédito global de los próximos meses.

- Para la Argentina este acuerdo es relevante porque pone a disposición un monto muy significativo de una moneda que cada vez adquiere un rol más relevante en el mundo. Los yuanes no formarán parte de las reservas internacionales del BCRA, pero podrán ser utilizados para realizar operaciones financieras con contrapartes que necesiten dólares, por ejemplo el Tesoro.

- De hecho, en Hong Kong, Nueva York y Londres existe un mercado de intercambio entre el yuan y otras monedas como el dólar, el euro y el yen.

Los bancos JP Morgan, Merrill Lynch-Bank of America y el Citigroup ya le propusieron al Gobierno estructurar esa operación de canje de yuanes por dólares en caso que el Banco Central acepte las condiciones presentadas. Esas entidades estadounidenses, rescatadas con fondos públicos, están desesperadas por concretar negocios. Por eso están motivadas a acelerar esa operación, que les permitiría eludir el riesgo argentino puesto que sólo actuarían de intermediarios en el canje de yuanes por dólares cobrando una comisión. Esos dólares no formarán parte de las reservas. El Tesoro podrá recibir esas divisas a cambio de entregar al BCRA una Letra o bono de corto plazo, eludiendo así los límites existentes para los adelantos transitorios de la entidad monetaria al fisco. En el Central explican que sería una transacción similar a la concretada cuando la entidad monetaria entregó los dólares para cancelar la deuda con el FMI.
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Página/12 Web - Argentina/05/04/2009

Nuevo "banco central mundial"

El FMI está de vuelta: La parábola imperial con el zorro en el gallinero
En forma práctica y efectiva, los "préstamos" del nuevo FMI reciclado por el G-20 (solventados con dinero público y garantía del Estado) van a estar destinados a salvar a las mismas corporaciones y bancos privados trasnacionales que generaron la crisis en los países subdesarrollados y emergentes.
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Informe especial
IAR Noticias
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El Fondo Monetario Internacional (FMI), considerado en gran medida "irrelevante" hace seis meses, fue el mayor ganador de la cumbre de líderes del Grupo de los 20, según coinciden medios y analistas internacionales.

"El FMI está de vuelta", dijo el director gerente de este organismo financiero , Dominique Strauss-Kahn. "Hoy tenemos la prueba", señaló al conocer la potencialización del FMI por la cumbre.

Los líderes mundiales del G-20 acordaron cuadriplicar la capacidad financiera del FMI a US$1 billón (millón de millones) para "manejar las crisis" y auxiliar a las entidades quebradas en los países "en desarrollo", y le encomendaron (como en los viejos tiempos) el "monitoreo" para verificar si sus miembros están estimulando sus economías suficientemente y reformando sus sistemas regulatorios. 

En su comunicado el G-20 anunció además una inyección de "emergencia" de US$ 500.000 millones en el FMI, además de aumentar en US$ 250.000 millones sus emisiones de giro, es decir, el dinero que puede desembolsar el organismo multilateral. 

"Si se tiene en cuenta que los otros dos temas de la cumbre -el estímulo fiscal coordinado y la regulación financiera- fueron despachados con una mera enunciación de principios, no cabe duda que el FMI se lleva la parte del león de la cumbre", señala la cadena BBC. 

"Decidieron aplicar la misma medicina que está matando al paciente: un billón de dólares, más dinero para un hueco sin fondo; pero no sólo eso, sino que decidieron fortalecer a uno de los grandes culpable de la crisis que es el FMI, que por el contrario habría que cerrarlo", señaló el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

La Cumbre cuadruplicó las reservas del FMI en US$ 1 billón, que convierte al organismo multitaleral en lo más similar a un Banco Central del mundo que interviene en última instancia para evitar el derrumbe de sus miembros acosados por la crisis recesiva global.

Así como los bancos centrales de las metrópolis imperiales de EEUU y Europa pilotean los "rescates" de empresas y bancos quebrados (con dinero publico y garantía estatal), de la misma manera el FMI va a cumplir el mismo rol a escala de los gobiernos de los países "emergentes" y "subdesarrollados" del Sur periférico.

Esto arroja una primera señal: Además de convertirse en un "banco central mundial" de la crisis, la nueva función del FMI tendrá como aspectos centrales, A) asegurar que el dinero prestado vaya prioritariamente en auxilio de los bancos quebrados (salvar al sistema financiero es la prioridad), y B) monitorear el cumplimiento de las obligaciones "condicionantes" que conllevan el otorgamiento de los préstamos.

El historial de intervenciones del FMI no suele tranquilizar a los países receptores porque sus programas de ayuda vienen con las llamadas "condicionalidades", es decir, recetas económicas que se deben aplicar para hacerse acreedores de los préstamos. 

Mark Weisbrot codirector del Centro de Investigación Económica y de Políticas de Washington, señala que en los nueve acuerdos que el FMI negoció desde septiembre de 2008 con distintos países (de El Salvador a Pakistán) las recetas no cambiaron: Contracción del gasto público, aumento de las tasas del interés y reducción salarial. 

En tiempos de crisis recesiva y de achicamiento del consumo como la presente, estas "condicionalidades" pueden potenciar y agravar los colapsos económicos en los países subdesarrollados y provocar estallidos sociales como el de Venezuela de 1989 y Argentina en 2001. 

Según The Wall Street Journal, los analistas todavía están estudiando cómo se financiarán estos nuevos fondos del FMI, pero nadie duda del primer destino que tendrán: Europa del Este. 

La situación de varios países del ex bloque comunista - Letonia, Hungría, Ucrania - es muy crítica y podría generar un nuevo efecto "vodka" por la presencia de bancos austríacos, italianos y suecos en la región. 

Para un conjunto de analistas, la situación de los países de Europa del Este en el contexto de la crisis regional se puede comparar con la de América Latina en la década del 80. 

Cuando en 1982 se desató la "crisis de la deuda", el sistema financiero sionista internacional ingresó en un colapso por la crisis con peligro de "cesación de pagos" en que ingresaron países como México, Brasil y Argentina. 

La intervención del FMI, como ahora sólo orientada a salvar al sistema bancario, terminó de hundir a América Latina en lo que se llamó la década perdida. 
La presente crisis financiera recesiva, con caída del consumo y despidos laborales, exportada originalmente desde EEUU y la Unión Europea, se contagia aceleradamente a las llamadas economías "emergentes" y "subdesarrolladas" de Asia, África y América Latina. 

En las regiones periféricas del planeta capitalista, según lo describen los últimos informes y estudios, la desaceleración económica viene acompañada con el peor de los fantasmas: La desocupación laboral, con aumento de la marginación y peligro de estallidos sociales.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que habrá 50 millones de desempleados a fin de año, el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que por primera vez desde la posguerra el crecimiento económico será negativo (entre el 0,5 y el 1%) y nadie sabe exactamente cuánto "activo tóxico" (deuda incobrable) está dando vuelta en el planeta. 

Como efecto del derrumbe globalizado, los países "subdesarrollados" y "emergentes" de Asia, Africa y América Latina se están acoplando al tsunami financiero-recesivo, mientras la baja del petróleo y las materias primas, agregada a la suba imparable del dólar, preanuncia una mayor agudización del proceso recesivo con baja del consumo y aumento de despidos en las empresas transnacionales. 

De acuerdo con lo que ya se verifica en la realidad, se están quemando etapas: En América Latina como en los países de la periferia asiática y africana, la crisis financiera ya devino (por medio de la recesión) en crisis estructural, y rápidamente se dirige hacia la crisis social (el emergente de los despidos laborales) de mano de la desocupación que empieza a extenderse a escala planetaria. 

En este escenario, el G-20 (bajo presión directa de EEUU), con un FMI reciclado y convertido en "banco mundial" de la crisis, decidió lanzar un nuevo proceso de endeudamiento del sur periférico para salvar prioritariamente al sistema financiero colapsado.

Como en los países centrales, los "rescates" (realizados con endeudamiento solventado con dinero público) no van a estar a orientados a restablecer la producción y el consumo, sino a salvar a los bancos y entidades privadas quebradas y a reactivar un macro negocio financiero con la crisis.

Con un detalle: Los bancos y empresas quebradas en el mundo "subdesarrollado" o "emergente" son filiales de las corporaciones trasnacionales imperialistas que tienen sus casas matrices en EEUU o en Europa, que han "exportado" la crisis financiera recesiva a las áreas emergentes.

Así como las potencias centrales (con EEUU y la UE a la cabeza) son las grandes exportadoras de crisis mundial, los bancos y empresas transnacionales imperiales son los grandes exportadores de desocupación masiva a escala global. 

Esas empresas y bancos trasnacionales, que hegemonizan el control mayoritario del sistema económico productivo en los países subdesarrollados o emergentes, son los principales generadores del colapso financiero recesivo con crisis social que ya se expande desde el centro a la periferia del mundo capitalista. 

En forma práctica y efectiva, los "prestamos" del nuevo FMI reciclado por el G-20 (solventados con dinero público y garantía del Estado) van a estar destinados a salvar a las mismas corporaciones y bancos privados trasnacionales que generaron la crisis en los países subdesarrollados y emergentes.

En este escenario, la presencia "salvadora" del banco central de la crisis equivale a la del zorro custodiando el gallinero.
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IAR Noticias/05/04/2009

inSurGente

Obama realiza en una plaza de Praga el conocido discurso anticomunista

Acudiendo a los viejos argumentos imperialistas, Barack Obama ha obsequiado a los asistentes al mitin (unos 25.000 mil) con lo de siempre, lo bueno que es el capitalismo (aunque se esté cayendo a pedazos provocando la desesperación en millones de personas) y lo horrible que fueron los años del comunismo en la mitad de Europa. Para remate, y como presidente de la superpotencia mundial con mayor armamento nuclear, condenó a Corea del Norte por el lanzamiento de un misil esta madrugada. Con sus aires típicos de cambio para que nada cambie que lo caracterizan, los sectores más derechistas de la población checa lo aplaudían, en una imagen que recordaba a la colonia aplaudiendo al emperador.

El presidente de EE UU, Barack Obama, que se encuentra en Praga en una cumbre entre EE UU y la Unión Europea, ha dicho en su discurso que su país está comprometido a buscar la paz "en un mundo sin armamento nuclear" y que en ese sentido piensa dar "pasos concretos" para que no prolifere este tipo de armamento. Sin embargo, ha reconocido que el objetivo no es algo que se alcanzará con facilidad, "quizás no se consiga durante mi vida". Dijo, textualmente, aunque las agencias que sirven a los intereses imperiales lanzaron titulares del tipo.

“Obama propone un mundo sin armamento nuclear”, olvidándose la segunda parte de la frase. Lo cual significa sólo un comentario para atacar a Corea del Norte.

Obama se ha referido también a la amenaza iraní. El presidente estadounidense ha reconocido el derecho de Irán a tener energía nuclear, pero considera que su programa es peligroso para la seguridad del resto del mundo. "Mientras exista la amenaza iraní seguiremos adelante con el sistema de misiles", ha advertido.

También se ha referido en su discurso, pronunciado en la plaza Hradcani de Praga, al lanzamiento de un satélite de comunicaciones, aunque en Occidente se habla de un misil de largo alcance por parte de Corea del Norte la pasada madrugada. Este país, ha dicho, "violó las reglas" y "debe aprender que el camino hacia el respeto internacional no se alcanza mediante las amenazas". Frase que suena casi irónica tratándose del presidente de EE.UU, po mucho que tenga encandilados a los progres del planeta.

inSurGente/05/04/2009

inSurGente

El Imperio y las buenas intenciones
El “anciano” Fidel da otra lección magistral al mundo, que silenciará Falsimedia y muchos “medios alternativos”
La canción de Obama: por Fidel Castro Ruz
El Presidente de Estados Unidos al concluir la Cumbre del G-20, en una conferencia a las 2 y 30 p.m. hora de Cuba, declaró que en su país el desempleo alcanzó su nivel máximo en 26 años. “Ante crisis como ésta, ocurridas en el pasado, el mundo no actuó con la rapidez necesaria, dijo. Hoy hemos aprendido las lecciones de la historia. Algunos en la prensa pusieron en duda nuestra capacidad para ponernos de acuerdo, confundieron el debate honesto con diferencias irreconciliables, pero hemos demostrado que es posible llegar a consensos.”. "Leer Más:..."
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Salvador López Arnal
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Rebelión/05/04/2009

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