ESTADOS UNIDOS: Elecciones 2008
Gatopardismo en versión USA
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Pablo Jofré Leal *
Pablo Jofré Leal *
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Adital - Barack Obama promete rescatar lo mejor de Estados Unidos, sacándolo del desastre económico y moral, misión en la que será acompañado como compañero de fórmula al veterano Joe Biden. Por su parte, el republicano John McCain, quien promete restaurar la influencia militar y económica de Estados Unidos en el mundo, eligió como candidata a vicepresidenta a una furibunda antiabortista intentando con ello atraer el voto conservador y femenino.
Uno y otro se enfrentan en una guerra de declaraciones, que a pesar de las aparentes diferencias augura pocos cambios, en este gatopardismo donde todo se anuncia como mutación. Cambiar algo para que nada cambie, es la paradoja expuesta en la novela El Gatopardo, del escritor italiano Giuseppe Tomaci Di Lampedusa, que suele ser la realidad de las elecciones presidenciales estadounidenses. Demócratas y republicanos prometen transformaciones y terminan concretando la misma dinámica continuista en materia de política interna y sobre todo en política exterior.
A dos meses de los comicios que elegirán al presidente N° 44 de los Estados Unidos, el candidato Demócrata Barack Obama, en un vibrante discurso efectuado en la Convención Demócrata que lo ungió como candidato del partido del Burro, prometió rescatar a la nación del desastre económico y moral al que la administración Bush la ha conducido. Se comprometió comprometiéndose a recuperar el prestigio del país, dilapidado por una política exterior considerada nefasta. Para ello Obama se ofrece como un nuevo líder, expresión afroamericana del American Dream.
Adital - Barack Obama promete rescatar lo mejor de Estados Unidos, sacándolo del desastre económico y moral, misión en la que será acompañado como compañero de fórmula al veterano Joe Biden. Por su parte, el republicano John McCain, quien promete restaurar la influencia militar y económica de Estados Unidos en el mundo, eligió como candidata a vicepresidenta a una furibunda antiabortista intentando con ello atraer el voto conservador y femenino.
Uno y otro se enfrentan en una guerra de declaraciones, que a pesar de las aparentes diferencias augura pocos cambios, en este gatopardismo donde todo se anuncia como mutación. Cambiar algo para que nada cambie, es la paradoja expuesta en la novela El Gatopardo, del escritor italiano Giuseppe Tomaci Di Lampedusa, que suele ser la realidad de las elecciones presidenciales estadounidenses. Demócratas y republicanos prometen transformaciones y terminan concretando la misma dinámica continuista en materia de política interna y sobre todo en política exterior.
A dos meses de los comicios que elegirán al presidente N° 44 de los Estados Unidos, el candidato Demócrata Barack Obama, en un vibrante discurso efectuado en la Convención Demócrata que lo ungió como candidato del partido del Burro, prometió rescatar a la nación del desastre económico y moral al que la administración Bush la ha conducido. Se comprometió comprometiéndose a recuperar el prestigio del país, dilapidado por una política exterior considerada nefasta. Para ello Obama se ofrece como un nuevo líder, expresión afroamericana del American Dream.
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LA VIDA ESTÁ PLAGADA DE BUENAS INTENCIONES
Ese sueño permite, según los admiradores del estilo de vida del país del norte, que Obama, un negro de padre Keniano y madre estadounidense, nacido en Hawai y que vivió parte de su niñez en un país musulmán como Indonesia, laureado con honores en Harvard, sea Senador y aspirante a presidente de la nación más poderosa de la tierra. En su aventura política, con grandes perspectivas de convertirse en realidad, será acompañado por el veterano Joe Biden, de origen irlandés y católico, quien a sus 65 años es considerado uno de los mayores expertos del partido en política internacional -es presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Esta pareja pretende "renovar la promesa americana y mantenerla viva en el siglo XXI ya que somos mejor país de lo que hemos parecido durante estos ocho años. Es hora de cambiar América".
Para el corresponsal del Diario El País en Washington, Antonio Caño "Obama en su proclamación ha señalado con detalle algunos de los males del país e identificó con claridad a sus responsables. Esto es resultado directo de una política fracasada en Washington y de la presidencia fallida de George Bush", dijo. Precisó algunas de las características del cambio que ofrece: reducir impuestos al 95% de las familias trabajadoras, penalizar a las empresas que se lleven puestos de trabajo al extranjero y crear un sistema de impuestos que reajuste los desequilibrios sociales actuales sin un aumento generalizado de la presión fiscal. "Lo último que haríamos sería subir impuestos a la clase media", prometió.
Frente a los ataques de McCain, Obama defendió el actuar del partido demócrata señalando que su actuación internacional "restaurará el legado de generaciones de norteamericanos, demócratas y republicanos, destruido por la política exterior de George Bush y John McCain". "Somos el partido de Roosevelt. Somos el partido de Kennedy. Como comandante en jefe nunca dudaré en defender esta nación, pero sólo enviaré tropas a combatir con una misión clara y un sagrado compromiso de darles el equipamiento que necesitan para la batalla, y el cuidado y los beneficios que merecen cuando vuelven a casa". "Pondré fin responsablemente a la guerra de Irak "y terminaré la lucha contra Al Qaeda y los Taliban en Afganistán. Reconstruiré nuestro Ejército para hacer frente a futuros conflictos, pero también renovaré una diplomacia dura y directa que pueda evitar que Irán obtenga armas nucleares. Construiré nuevas alianzas para hacer frente a las amenazas del siglo XXI". En materia energética las promesas van encaminadas a dejar de depender, en el plazo de una década del petróleo de Oriente Próximo. En materia sanitaria recordó su respaldo al aborto, sugirió cierto control de las armas de fuego y defendió el derecho de los homosexuales a la igualdad ante la ley.
Por el lado del Partido del Elefante, su candidato, el veterano de guerra John McCain eligió como compañera de fórmula a la gobernadora de Alaska: Sarah Palin. Decisión refrendada en la Convención republicana de la pasada semana. Con poca experiencia política, Palin es considerada una conservadora a ultranza en materia de aborto y partidaria de la controvertida teoría creacionista que niega la teoría de la evolución biológica y especialmente lo referido a la evolución humana. Para ella Darwin es simplemente fantasía. "Es exactamente la persona que necesito", dijo McCain en un acto conjunto celebrado en Dayton, Ohio. "Es una mujer de gran integridad, sentido común y devoción por el bien de la comunidad. Es lo que hoy en día nos pide Washington".
La elección de Palin no es casual, toda vez que los republicanos pretenden atraer el voto femenino, factible de hacerlo tras los 18 millones de votos femeninos conseguidos por Hillary Clinton en las primarias demócratas, tarea difícil pues la defensa del aborto, sostenido por Hillary es un argumento moral y sanitario del que carece Palin. Esta además es una activa defensora del derecho al uso de las armas, derivada de su afición a la caza, que la tiene como miembro de la polémica y ultraconservadora Asociación Nacional del Rifle. Sarah Palin, ex reina de belleza, tiene de 44 años, casada con un trabajador de la industria petrolífera de Alaska y madre de cinco hijos, a favor de la pena de muerte y en contra del matrimonio homosexual, como también contra las relaciones prematrimoniales pero…como suele suceder en la vida real, tales ideas chocan con la cruda verdad: su hija Bristol de 17 años, que no está casada, se encuentra embarazada. Es el domingo siete de la candidata conservadora quien rápidamente sostuvo que está feliz de ser abuela y que su hija se casará pronto con el padre: un jugador de Hockey sobre hielo de 18 años.
LA VIDA ESTÁ PLAGADA DE BUENAS INTENCIONES
Ese sueño permite, según los admiradores del estilo de vida del país del norte, que Obama, un negro de padre Keniano y madre estadounidense, nacido en Hawai y que vivió parte de su niñez en un país musulmán como Indonesia, laureado con honores en Harvard, sea Senador y aspirante a presidente de la nación más poderosa de la tierra. En su aventura política, con grandes perspectivas de convertirse en realidad, será acompañado por el veterano Joe Biden, de origen irlandés y católico, quien a sus 65 años es considerado uno de los mayores expertos del partido en política internacional -es presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Esta pareja pretende "renovar la promesa americana y mantenerla viva en el siglo XXI ya que somos mejor país de lo que hemos parecido durante estos ocho años. Es hora de cambiar América".
Para el corresponsal del Diario El País en Washington, Antonio Caño "Obama en su proclamación ha señalado con detalle algunos de los males del país e identificó con claridad a sus responsables. Esto es resultado directo de una política fracasada en Washington y de la presidencia fallida de George Bush", dijo. Precisó algunas de las características del cambio que ofrece: reducir impuestos al 95% de las familias trabajadoras, penalizar a las empresas que se lleven puestos de trabajo al extranjero y crear un sistema de impuestos que reajuste los desequilibrios sociales actuales sin un aumento generalizado de la presión fiscal. "Lo último que haríamos sería subir impuestos a la clase media", prometió.
Frente a los ataques de McCain, Obama defendió el actuar del partido demócrata señalando que su actuación internacional "restaurará el legado de generaciones de norteamericanos, demócratas y republicanos, destruido por la política exterior de George Bush y John McCain". "Somos el partido de Roosevelt. Somos el partido de Kennedy. Como comandante en jefe nunca dudaré en defender esta nación, pero sólo enviaré tropas a combatir con una misión clara y un sagrado compromiso de darles el equipamiento que necesitan para la batalla, y el cuidado y los beneficios que merecen cuando vuelven a casa". "Pondré fin responsablemente a la guerra de Irak "y terminaré la lucha contra Al Qaeda y los Taliban en Afganistán. Reconstruiré nuestro Ejército para hacer frente a futuros conflictos, pero también renovaré una diplomacia dura y directa que pueda evitar que Irán obtenga armas nucleares. Construiré nuevas alianzas para hacer frente a las amenazas del siglo XXI". En materia energética las promesas van encaminadas a dejar de depender, en el plazo de una década del petróleo de Oriente Próximo. En materia sanitaria recordó su respaldo al aborto, sugirió cierto control de las armas de fuego y defendió el derecho de los homosexuales a la igualdad ante la ley.
Por el lado del Partido del Elefante, su candidato, el veterano de guerra John McCain eligió como compañera de fórmula a la gobernadora de Alaska: Sarah Palin. Decisión refrendada en la Convención republicana de la pasada semana. Con poca experiencia política, Palin es considerada una conservadora a ultranza en materia de aborto y partidaria de la controvertida teoría creacionista que niega la teoría de la evolución biológica y especialmente lo referido a la evolución humana. Para ella Darwin es simplemente fantasía. "Es exactamente la persona que necesito", dijo McCain en un acto conjunto celebrado en Dayton, Ohio. "Es una mujer de gran integridad, sentido común y devoción por el bien de la comunidad. Es lo que hoy en día nos pide Washington".
La elección de Palin no es casual, toda vez que los republicanos pretenden atraer el voto femenino, factible de hacerlo tras los 18 millones de votos femeninos conseguidos por Hillary Clinton en las primarias demócratas, tarea difícil pues la defensa del aborto, sostenido por Hillary es un argumento moral y sanitario del que carece Palin. Esta además es una activa defensora del derecho al uso de las armas, derivada de su afición a la caza, que la tiene como miembro de la polémica y ultraconservadora Asociación Nacional del Rifle. Sarah Palin, ex reina de belleza, tiene de 44 años, casada con un trabajador de la industria petrolífera de Alaska y madre de cinco hijos, a favor de la pena de muerte y en contra del matrimonio homosexual, como también contra las relaciones prematrimoniales pero…como suele suceder en la vida real, tales ideas chocan con la cruda verdad: su hija Bristol de 17 años, que no está casada, se encuentra embarazada. Es el domingo siete de la candidata conservadora quien rápidamente sostuvo que está feliz de ser abuela y que su hija se casará pronto con el padre: un jugador de Hockey sobre hielo de 18 años.
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OBAMA: EL MAL MENOR
Para el analista Heinz Dieterich, las elecciones estadounidense tienen para Latinoamérica una importancia fundamental "el desenlace electoral en Estados Unidos es un asunto de seguridad nacional para los gobiernos latinoamericanos, debido al extraordinario poder del coloso del norte y su naturaleza imperial. Por lo mismo, es lógicamente imposible pensar en un presidente estadounidense que sea "bueno" para nosotros. Para escoger la opción menos tóxica hay que abandonar la infantil idea de que los presidentes del Partido Demócrata sean más pacíficos o democráticos que sus homólogos republicanos. La praxis de todo político es la resultante de las fuerzas (vectores) que operan sobre él, tanto dentro del país como a nivel mundial. Los intereses de esas fuerzas o "Bloques de Poder Electoral" (BPE), determinan la naturaleza de cada proyecto presidencial y los grados de libertad del candidato. La disyuntiva entre los dos candidatos nos remite al juicio sobre el menos nocivo para la nación latinoamericana" y en este sentido, Dieterich afirma que "para América Latina, el "mal menor" entre los dos candidatos es, sin duda, Barack Obama.
Del análisis de Dieterich y otros analistas críticos a las administraciones estadounidenses, el punto de partida de ambos candidatos es el interés imperial de reconvertir a Estados Unidos en una potencia mundial hegemónica. Sin embargo, la forma de hacerlo los diferencia, teniendo Obama una fórmula de éxito más realista que McCain. "Obama entiende, afirma Dieterich, que la situación de la pax americana es la del presidente James Carter, después de la derrota en la Guerra de Vietnam. Que la recuperación del liderazgo mundial presupone la recuperación de la autoridad moral de Estados Unidos, además de la mantención de su fuerza militar y poder económico. Carter resolvió esa tarea convirtiendo a los derechos humanos en prioridad (discursiva) de su política exterior. Obama va por el mismo camino, buscando un reacercamiento táctico al Estado de derecho internacional, destruido por Bush. Por eso, proclama el cierre del campo de tortura en Guantánamo, la aceptación de las Convenciones de Ginebra y la adhesión a la Corte Penal Internacional.
Parece seguro que Obama y Biden serán los triunfadores en las elecciones presidenciales del 4 de noviembre y esto será así si su campaña por el cambio cala en la sociedad estadounidense y centra el debate electoral en este punto. ¿Posibilidades que cambie esto? Sólo si una crisis del tamaño que afectó a estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre del 2001, obliga a una sociedad guerrerista como la estadounidense a inclinarse por un "comandante en jefe" que tenga la experiencia bélica como es McCain. Y en esa posibilidad se ha comenzado a tejer la teoría que la administración Bush esté propiciando un ataque a Irán a través de Israel. Prueba de esta peligrosísima idea ha sido el simulacro de ataque aéreo realizado hace pocos días en el Mediterráneo con un centenar de aviones. El reforzamiento de las sanciones contra Irán por parte de los países de la Unión Europea; la debilidad del gobierno israelita de Ehud Olmert y su política de distensión frente a Siria, Hezbolá y Hamas son señales a no despreciar.
El cómo enfrentarán la política exterior es una de las grandes incógnitas de ambos candidatos pues, más allá de la retórica; la práctica de Obama y McCain se vislumbra sin grandes cambios en la forma que hasta ahora se ha llevado la política de dominio estadounidense en el mundo. Para el periodista francés Thierry Meyssan, presidente de la Red Voltaire "existe una diferencia entre estos candidatos y reside en el debate que acaba de cerrarse en el seno del complejo militar-industrial. McCain y su consejero Kissinger sostienen el principio de enfrentamiento directo mientras que Obama y su consejero Brzezinski proponen un dominio a través de representantes" Sorprende que Obama -haya escogido como asesor a Brzezinski, un conocido ideólogo de conspiraciones, implicado en operaciones secretas: golpes de Estado, sabotajes a gobiernos democráticas y otras exquisiteces de las agencias de seguridad estadounidenses.
Para Meyssan es importante leer bajo el agua en materias de propuestas internacionales "No debemos dejarnos llevar por las problemáticas que nos imponen los grandes medios de prensa. No cambia gran cosa saber si Estados Unidos mantendrá, con McCain como presidente, 100.000 soldados y 200.000 mercenarios en Irak o si, con Obama, disminuiría la cantidad de soldados y aumentaría la de mercenarios. Lo importante es saber si Estados Unidos cuenta todavía con los medios que exigen sus ambiciones y si puede gobernar el mundo -como aún pretenden los neoconservadores- o si están minados desde adentro y tienen que renunciar a su sueño imperial para evitar el derrumbe -como ya explicó la Comisión Baker-Hamilton. Lo cierto es que la vertiginosa caída del dólar marcó el fin del imperio. Hace 10 años, con 8 dólares se compraba un barril de petróleo. Ahora se necesitan 135 dólares. Además, la desbandada de las milicias del clan Hariri que huyeron dejándole el campo de batalla al Hezbollah -en pocas horas y tirando sus armas a la basura-, demuestra que ya no es posible recurrir a los subcontratistas para garantizar los servicios de policía del imperio. En esas condiciones, McCain no ofrece ya ningún interés para la oligarquía. Obama y Brzezinski son los únicos portadores de un proyecto alternativo: salvar el imperio privilegiando la acción secreta (poco costosa) por encima de la guerra (demasiado onerosa)"
A pesar del razonamiento de Meyssan, es poco probable, al menos durante la primera mitad del período del próximo presidente de Estados Unidos que este tenga la oportunidad de aplicar una nueva estrategia en materia internacional pues, los problemas internos que enfrenta el coloso del norte son extremos: desaceleración de la economía, crisis de las subprime, posibilidad de cesación de pagos, que son los temores que albergan los inversionistas y los gobiernos de China y Japón, principales tenedores (1.3 billones de dólares en conjunto) de valores hipotecarios de alto riesgo de Estados Unidos. Se ha especulado incluso con la posibilidad que varios Estados no puedan pagar los salarios de sus propios funcionarios e incluso no tendrían la posibilidad de garantizar los servicios públicos. El próximo mandatario estará demasiado ocupado con el caos interno como para poder realizar los planes ya sea de Zbigniew Brzezinski o Henry Kissinger.
OBAMA: EL MAL MENOR
Para el analista Heinz Dieterich, las elecciones estadounidense tienen para Latinoamérica una importancia fundamental "el desenlace electoral en Estados Unidos es un asunto de seguridad nacional para los gobiernos latinoamericanos, debido al extraordinario poder del coloso del norte y su naturaleza imperial. Por lo mismo, es lógicamente imposible pensar en un presidente estadounidense que sea "bueno" para nosotros. Para escoger la opción menos tóxica hay que abandonar la infantil idea de que los presidentes del Partido Demócrata sean más pacíficos o democráticos que sus homólogos republicanos. La praxis de todo político es la resultante de las fuerzas (vectores) que operan sobre él, tanto dentro del país como a nivel mundial. Los intereses de esas fuerzas o "Bloques de Poder Electoral" (BPE), determinan la naturaleza de cada proyecto presidencial y los grados de libertad del candidato. La disyuntiva entre los dos candidatos nos remite al juicio sobre el menos nocivo para la nación latinoamericana" y en este sentido, Dieterich afirma que "para América Latina, el "mal menor" entre los dos candidatos es, sin duda, Barack Obama.
Del análisis de Dieterich y otros analistas críticos a las administraciones estadounidenses, el punto de partida de ambos candidatos es el interés imperial de reconvertir a Estados Unidos en una potencia mundial hegemónica. Sin embargo, la forma de hacerlo los diferencia, teniendo Obama una fórmula de éxito más realista que McCain. "Obama entiende, afirma Dieterich, que la situación de la pax americana es la del presidente James Carter, después de la derrota en la Guerra de Vietnam. Que la recuperación del liderazgo mundial presupone la recuperación de la autoridad moral de Estados Unidos, además de la mantención de su fuerza militar y poder económico. Carter resolvió esa tarea convirtiendo a los derechos humanos en prioridad (discursiva) de su política exterior. Obama va por el mismo camino, buscando un reacercamiento táctico al Estado de derecho internacional, destruido por Bush. Por eso, proclama el cierre del campo de tortura en Guantánamo, la aceptación de las Convenciones de Ginebra y la adhesión a la Corte Penal Internacional.
Parece seguro que Obama y Biden serán los triunfadores en las elecciones presidenciales del 4 de noviembre y esto será así si su campaña por el cambio cala en la sociedad estadounidense y centra el debate electoral en este punto. ¿Posibilidades que cambie esto? Sólo si una crisis del tamaño que afectó a estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre del 2001, obliga a una sociedad guerrerista como la estadounidense a inclinarse por un "comandante en jefe" que tenga la experiencia bélica como es McCain. Y en esa posibilidad se ha comenzado a tejer la teoría que la administración Bush esté propiciando un ataque a Irán a través de Israel. Prueba de esta peligrosísima idea ha sido el simulacro de ataque aéreo realizado hace pocos días en el Mediterráneo con un centenar de aviones. El reforzamiento de las sanciones contra Irán por parte de los países de la Unión Europea; la debilidad del gobierno israelita de Ehud Olmert y su política de distensión frente a Siria, Hezbolá y Hamas son señales a no despreciar.
El cómo enfrentarán la política exterior es una de las grandes incógnitas de ambos candidatos pues, más allá de la retórica; la práctica de Obama y McCain se vislumbra sin grandes cambios en la forma que hasta ahora se ha llevado la política de dominio estadounidense en el mundo. Para el periodista francés Thierry Meyssan, presidente de la Red Voltaire "existe una diferencia entre estos candidatos y reside en el debate que acaba de cerrarse en el seno del complejo militar-industrial. McCain y su consejero Kissinger sostienen el principio de enfrentamiento directo mientras que Obama y su consejero Brzezinski proponen un dominio a través de representantes" Sorprende que Obama -haya escogido como asesor a Brzezinski, un conocido ideólogo de conspiraciones, implicado en operaciones secretas: golpes de Estado, sabotajes a gobiernos democráticas y otras exquisiteces de las agencias de seguridad estadounidenses.
Para Meyssan es importante leer bajo el agua en materias de propuestas internacionales "No debemos dejarnos llevar por las problemáticas que nos imponen los grandes medios de prensa. No cambia gran cosa saber si Estados Unidos mantendrá, con McCain como presidente, 100.000 soldados y 200.000 mercenarios en Irak o si, con Obama, disminuiría la cantidad de soldados y aumentaría la de mercenarios. Lo importante es saber si Estados Unidos cuenta todavía con los medios que exigen sus ambiciones y si puede gobernar el mundo -como aún pretenden los neoconservadores- o si están minados desde adentro y tienen que renunciar a su sueño imperial para evitar el derrumbe -como ya explicó la Comisión Baker-Hamilton. Lo cierto es que la vertiginosa caída del dólar marcó el fin del imperio. Hace 10 años, con 8 dólares se compraba un barril de petróleo. Ahora se necesitan 135 dólares. Además, la desbandada de las milicias del clan Hariri que huyeron dejándole el campo de batalla al Hezbollah -en pocas horas y tirando sus armas a la basura-, demuestra que ya no es posible recurrir a los subcontratistas para garantizar los servicios de policía del imperio. En esas condiciones, McCain no ofrece ya ningún interés para la oligarquía. Obama y Brzezinski son los únicos portadores de un proyecto alternativo: salvar el imperio privilegiando la acción secreta (poco costosa) por encima de la guerra (demasiado onerosa)"
A pesar del razonamiento de Meyssan, es poco probable, al menos durante la primera mitad del período del próximo presidente de Estados Unidos que este tenga la oportunidad de aplicar una nueva estrategia en materia internacional pues, los problemas internos que enfrenta el coloso del norte son extremos: desaceleración de la economía, crisis de las subprime, posibilidad de cesación de pagos, que son los temores que albergan los inversionistas y los gobiernos de China y Japón, principales tenedores (1.3 billones de dólares en conjunto) de valores hipotecarios de alto riesgo de Estados Unidos. Se ha especulado incluso con la posibilidad que varios Estados no puedan pagar los salarios de sus propios funcionarios e incluso no tendrían la posibilidad de garantizar los servicios públicos. El próximo mandatario estará demasiado ocupado con el caos interno como para poder realizar los planes ya sea de Zbigniew Brzezinski o Henry Kissinger.
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* Corresponsal de Adital en Chile
* Corresponsal de Adital en Chile
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Adital - Brasil/12/09/2008
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