23/9/08

UCRANIA: ¿Nuevo Gobierno?

Europa, Estados Unidos y Rusia son observadores muy interesados en la política interior ucraniana. El impacto de la guerra ruso-georgiana ha sido grande, y los líderes políticos ucranianos han tenido que tomar posiciones. El final de la coalición de los dos ex líderes de la “Revolución naranja”, Víktor Yushchenko y Yuliya Tymoshenko, inquieta al eje euro-atlántico. Moscú, que nunca renunció a la idea de ceder influencia política a Kiev, podría beneficiarse de esto “boicoteando” los planes de “occidentalización” de Ucrania puestos en marcha por la OTAN, Estados Unidos, Polonia y parte de la UE
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Alessandro Savaris
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La disolución del Verkhovna Rada, el parlamento ucraniano, oficializado el 16 de septiembre por Arseniy Yatsenyuk, portavoz del parlamento, pone punto y final a la coalición de los dos ex líderes de la “Revolución naranja”, Víktor Yushchenko y Yuliya Tymoshenko, dejando al país presumiblemente en una fase de inestabilidad. Antes de que pase un mes de tal fecha, se deberá crear una nueva coalición de gobierno, pero el primer ministro saliente, Tymoshenko, no parece dispuesta a aceptar una nueva alianza con Nasha Ukraina, partido dirigido por Yushchenko. Además, este último ha sufrido un derrumbe importante en los sondeos, pasando de más del 50% de los votantes en los días de la “Revolución naranja” hasta un mero 3,8% en la actualidad, según declaró recientemente el Instituto Internacional de Sociología de Kiev.Mientras Nasha Ukraina parece poder superar el umbral necesario para entrar en el parlamento, sucede lo contrario con el BYT dirigido por Tymoshenko que, si se produjeran nuevas elecciones, llegaría al 24,1%, mientras que el filoruso Partido de las Regiones contaría con el 23,3%.
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Las causas de la crisis política
Los motivos de la ruptura entre los dos líderes se centran, sobre todo, en el momento en el que Tymoshenko no condenó la intervención rusa en Georgía; debido probablemente a la voluntad de la Primer Ministro ucraniano de no enemistar con la población rusófona del este del país, además de obtener el apoyo de Moscú en las elecciones presidenciales de 2009.Esto ha provocado una reacción inmediata de la facción presidencial, tanto de llevar a la Administración presidencial a acusar a la primer ministro ucraniana de alta traición.En segundo lugar, ha influido mucho el apoyo dado por el BYT a la reforma constitucional del pasado de 3 de septiembre, vista con el objetivo de incrementar el poder de la primer ministro en detrimento del que goza el presiente, que ha llevado a Yushchenko a salir de la coalición del gobierno. Echando un vistazo a lo dicho por los analistas, parece aún muy lejano que una nueva coalición “naranja” se pueda llevar a cabo sin el apoyo del BYT y, a menos que ingrese en la coalición de los diputados ligados al bloque de Volodymir Litvin, tal que permita el consenso del quórum.Influyó además en el agravamiento de tal crisis, la situación económica del país, cuya economía sigue creciendo a un ritmo sostenido; y fue duramente azotada durante la crisis financiera existente a nivel mundial. Se dan opiniones distintas sobre la situación actual, ya sea el sector agrícola como en el de la aviación están creciendo y la crisis del gobierno, según lo mencionado por la Standard & Poor's, no parece que incida de forma significativa en la clasificación del país. Sin embargo, reina la incertidumbre por parte de los inversores extranjeros, temerosos debido a la enésima crisis política y a la poca seguridad demostrada por el gobierno saliente a la hora de proteger los intereses. Ucrania sigue siendo un país con un riesgo alto para los inversores extranjeros, situándose en el puesto 145 de 155 en la clasificación de países que garantizan la protección de las inversiones extranjeras. Pese a la llegada al poder de los “naranjas”, tal fenómeno no parece que se haya modificado, sancionando fuertemente a muchos inversores extranjeros.Pese a las medidas puestas en marcha por el gobierno, la inflación parece que sufre un importante crecimiento en el país, tanto que parece que llegará en los próximos meses, según declaró un estudio del Banco Mundial, al 21,5%, un porcentaje muy superior al 15,9% previsto en un primer momento.
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Hipótesis a corto plazo
Una alianza Tymoshenko-Yanukovych parece, sin embargo, la hipótesis más creíble. Esta permitiría una mayor estabilidad a nivel nacional, garantizando una renovada colaboración entre el área filorrusa y la filoccidental del país, separados nuevamente como consecuencia del reciente conflicto georgiano.En el plano internacional, una alianza entre los dos resultaría en un acercamiento del país a Rusia, posponiendo por tanto la hipótesis del ingreso de Ucrania en la OTAN. En ese caso, la división creada entre Kiev y el Kremlin en lo referente a la actual guerra en Georgia parece destinada a reducirse. Se puede decir lo mismo sobre el tema de Crimea, península que forma parte de Ucrania pero que cuenta con una gran mayoría rusófona y filorrusa, donde en las últimas semanas surgió una ardua polémica en lo referente a la utilización de parte de la flota rusa del puerto ucraniano de Sevastopol. Además, hay otro factor a tener en consideración.El silencio de Tymoshenko sobre la intervención rusa en Abjasia y Osetia del Sur confirmaría la hipótesis según la cual se esperaba, desde hace mucho tiempo, una alianza entre la ex promotora de la “Revolución naranja” y el filorruso Yanukovych. Esta no parece fruto de las contingencias, pero se habría planificado de forma ocasional. Según la opinión del diputado ucraniano Andriy Parubiy, ligado a Nasha Ukraina, en el caso de que se produjera una alianza entre los dos partidos, Tymoshenko mantendría el cargo de Primer Ministro, mientras que Yanukovych sería el portavoz en el parlamento y su partido lograría los ministerios que en la actualidad tiene el partido presidencial.Tymoshenko parece tener dudas acerca de la posible alianza con su ex rival, ya que teme perder tanto el apoyo de parte del electorado del oeste del país, filoccidental, que es contrario al filorruso Yanukovych, como teme que pueda crear fracturas en el interior de su coalición. Parece que ni la visita del Vicepresidente estadounidense Dick Cheney, que tuvo lugar a principios de septiembre, haya influido en las decisiones de la líder ucraniana, como inicialmente esperaban algunos miembros del BYTSEn el seno del Partido de las Regiones también existen facciones que no ven con buenos ojos una coalición entre los dos líderes, concretamente Lyovochkin-Firtash y Akhmetov-Kolesnikovm, hombres de negocios ucranianos contrarios a Tymoshenko.Tal y como aseguran los últimos análisis se teme que Yulka pueda utilizar el apoyo del PR y de su líder Yanukovych, con el único fin de obtener el cargo presidencial. Esto lo confirmaría también un sondeo realizado recientemente, según el cual la población ucraniana ve a Tymoshenko la persona más idónea para para ocupar nuevamente el cargo con un 34,1% frente al 25,6% de Yanukovych
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Conclusiones
Si por una parte, la ruptura definitiva entre Yushchenko y Tymoshenko representa el fin de los ideales de la “Revolución naranja”, por la otra esto no significa necesariamente una vuelta inmediata de la influencia rusa en el país, ni un empeoramiento de la situación política ucraniana. Mientras la alianza Yushchenko-Tymoshenko ha resultado contraproducente, la alianza Tymoshenko-Yanukovych, vista en un primer momento por los analistas como poco viable, parece representar el medio justo entre las “exigencias filoccidentales” de los Naranjas y el “pragmatismo” de los filorrusos.Si por parte del Partido de las Regiones, dirigido por Yanukovych, se ha llegado el momento de la aceptación de la necesidad de una integración mayor del país en la esfera europea, por la parte Naranja y, en particular, por Tymoshenko; una alianza con el odiado Yanukovych, ex enemigo de la “Revolución Naranja”, parecía un resultado impensable hasta hace poco tiempo. En el caso de que tal alianza se concretizase de forma definitiva, aparte de representar el fruto de una fase política muy larga, esta consistiría en su totalidad en la aceptación por parte de los líderes ucranianos de un bipolarismo asentado en el país que ve enfrentarse a una parte filoccidental y una filorrusa, destinadas necesariamente a convivir. Esto influiría también en el papel del país en el panorama internacional, que ha visto consolidarse tanto el papel de la república ex soviética en la UE, percibida como modelo de democracia y, sobre todo, como una fuente enorme de inversiones, una reaparición en la escena de Rusia, vista, por el contrario, no como un “agresor”, sino como un socio político-militar y diplomático. Ucrania parece destinada a desarrollar un papel de intermediario entre Bruselas y Moscú. Esto podría otorgarle un papel destacado en el nuevo equilibrio geopolítico mundial; esto se verá como un refuerzo aún mayor del eje Moscú-Bruselas sobre el plano económico-energético y diplomático, tal y como esperan algunos países de la UE.
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Traducción de Jorge Peris
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Equilibri.net - Italy/23/09/2008

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