14/11/08

La crisis empuja a los gigantes emergentes a hacer oír su voz

Los países emergentes reclaman mayores derechos para participar en la toma de decisiones en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
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Moscú.- El camino que los grandes países emergentes buscarán abrir en la cumbre financiera internacional en Washington parece estar claro. Las potencias económicas Brasil, Rusia, la India y China, el llamado grupo BRIC, pero también otros países emergentes reclaman o mayores derechos para participar en la toma de decisiones en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la creación de estructuras totalmente nuevas.

En la crisis actual, ellos se ven como víctimas del viejo sistema financiero dominado por Estados Unidos y Europa. Aunque hasta el momento esos países están poco integrados en los mercados financieros mundiales, las ondas sísmicas de la crisis en Estados Unidos también han causado el derrumbe de sus bolsas y enfriado drásticamente las expectativas coyunturales.

Para los países emergentes, la mala tradición ha determinado que la cumbre se celebre justamente en la capital de Estados Unidos, donde se originó la desgracia de la crisis financiera. También Brasil, que actualmente preside el consejo de ministros de Finanzas en el seno del grupo de los 20 países industrializados y emergentes más importantes del mundo, se hubiera ofrecido gustosamente como sede de la reunión.

"Los rusos y los chinos tenemos tan poca influencia, que podemos ser vencidos en la votación tan sólo por dos o tres pequeños países europeos", despotricó a principios de la semana en Sao Paulo el ministro de Finanzas de Rusia, Alexei Kudrin, en la reunión preparatoria de la cumbre.

Los nuevos gigantes económicos ya no quieren cumplir el papel de enanos en el teatro financiero internacional. En Sao Paulo, los países emergentes, entre ellos también México, Corea del Sur, Turquía y Sudáfrica, exigieron una mayor influencia, demanda que despertó poco entusiasmo entre los europeos.

Los expertos prevén que el reparto de cuotas será el tema dominante durante las discusiones en Washington. "Lo que hay que hacer es ajustar la arquitectura financiera a la presencia de nuevos pesos pesados en la economía mundial", dijo Klaus Rohland, representante del Banco Mundial en Rusia.

Cuando se estableció el reparto de votos en el FMI y en el Banco Mundial, los países emergentes apenas tenían influencia económica. Sin embargo, una simple mirada a las reservas internacionales, de vital importancia para la supervivencia en tiempos de crisis, revela la gran fuerza que desde hace algún tiempo han adquirido algunas de las naciones económicas de segunda fila. En primer lugar China, que gracias a sus enormes superávits de la balanza comercial ha acumulado reservas internacionales de casi dos billones de dólares. Por su parte, Rusia, todavía cuenta, gracias a sus exportaciones de petróleo y gas, con casi un billón de dólares en divisas.

Es cierto que miles de millones de dólares se derriten como la nieve al ser invertidos en paquetes de rescate de gran envergadura. Sin embargo, las reservas son lo suficientemente amplias como para guardar la calma.

China anunció durante la cumbre Asia-Europa, a finales de octubre, que está dispuesta a contribuir a la estabilización de la economía mundial "en la medida de sus posibilidades". Pekín ya ha prometido a Estados Unidos que su actitud será responsable. China quiere decir con esto que no va a retirar abruptamente los cientos de miles de millones de dólares invertidos en bonos del Estado norteamericanos. Tal decisión hubiera agravado aún más la crisis.

En gran parte han sido los chinos los que en los últimos años han permitido a Estados Unidos llevar a cabo su política económica basada en préstamos. Sin embargo, la amenaza de una recesión también golpea con fuerza a los países emergentes. La caída de los precios de las materias primas tiene una fuerte repercusión negativa en las economías de Brasil y Rusia. Y el descenso de la demanda en el comercio prenavideño enturbia notablemente las previsiones coyunturales en la India y China, después de muchos años de éxito.

Está por ver si los países emergentes, empeñados en ser dueños en su propia casa, aceptarán la demanda de la Unión Europea de que sometan los mercados financieros a controles y regulaciones más estrictos.

Sea como sea, las ambiciosas economías emergentes quieren salir por fin de la sombra de los mercados financieros euroatlánticos. Rusia, por ejemplo, causó hace un mes una tremenda sorpresa cuando hizo una oferta de rescate a Islandia, cuyo Estado está al borde de la quiebra. Aunque todavía no hay un acuerdo definitivo sobre el crédito por varios miles de millones de euros que el Kremlin ha ofrecido a un miembro de la OTAN como Islandia, el mundo financiero ya ha recibido una primera impresión de la nueva arquitectura financiera que se está perfilando.
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Milenio - México/14/11/2008
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