22/5/10

Conocimiento tradicional agrícola es vital

Por Sabina Zaccaro

Semana de la Biodiversidad en Roma. / Crédito:Sabina Zaccaro/IPS
Semana de la Biodiversidad en Roma.

Crédito: Sabina Zaccaro/IPS

ROMA, 21 may (IPS) - La biodiversidad es también un tema cultural. El conocimiento tradicional es tan importante como la investigación y las inversiones, coincidieron productores y académicos reunidos en la capital italiana para celebrar este sábado el Día Internacional de la Biodiversidad.

Mientras en otras partes se discute la preservación del panda y de otros animales en extinción, en Roma la atención se centrará en la alimentación y la agricultura, que son "clave para la nutrición, para alimentar al mundo a pesar del impacto del cambio climático", dijo Emile Frison, director general de la organización Bioversity International, con sede en la localidad italiana de Maccarese, cerca de la capital.

La entidad, integrante del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional, organiza hasta este domingo en la capital italiana la Semana de la Biodiversidad.

Y lo hace subrayando el vínculo entre la naturaleza, la alimentación y la cultura, ya que "la diversidad de cultivos y de ganado no sólo provee seguridad nutricional, sino que también (es importante) en desarrollo económico, historia, cultura y lucha contra el cambio climático", destacó Frison.

Según la organización, existen unas 30.000 especies de plantas comestibles de las cuales tres, el arroz, el trigo y el maíz, proveen 60 por ciento de las calorías que necesitan los seres humanos.

Sin embargo, el valor de éstas es poco reconocido. "Cuando hablas de biodiversidad con gente en una mesa es por lo general con ministros de Ambiente, y vienen de un contexto dedicado a la conservación y la protección de la naturaleza. Para ellos, tradicionalmente, la agricultura ha sido el enemigo, el que invade el ambiente", explicó a IPS.

"Lo que notamos hoy es que se le presta mucha más atención a la biodiversidad en los ecosistemas agrícolas y también a la biodiversidad en sí misma. Ya no podemos simplemente preocuparnos por las áreas protegidas, sino que debemos mirar cómo hacer que toda la biodiversidad sea más útil para la gente", añadió.

Si el desafío es reconocer la dimensión cultural de la nutrición para lograr una agricultura más sostenible y diversa, esto sólo puede hacerse con la participación directa de los agricultores.

No podemos olvidar a los productores, que hacen un gran trabajo de recuperación, valorización y uso de la biodiversidad, dijo a IPS Antonio Onorati, del Comité Internacional de Planificación para soberanía alimentaria.

A los agricultores se les pide "ser responsables por la diversidad de lo que plantan, por las semillas que producen, por la creación de nuevas variedades, en cooperación con investigadores, pero en los campos", dijo Onorati.

Esto se llama cultivo participativo, y se pueden encontrar muchos ejemplos en el mundo. Estos programas se basan en la colaboración dinámica entre las instituciones y los agricultores, y están diseñados para asegurar que las investigaciones sean directamente relevantes para las necesidades de los productores.

Esos programas pueden efectivamente mantener y mejorar la biodiversidad agrícola, sostuvo Onorati, y también potenciar a los agricultores, ya que la creación de semillas se realiza en alianza con ellos.

Investigadores también reconocen que el conocimiento ancestral es de gran valor. Según Frison, el sistema tradicional de los agricultores de intercambiar semillas, ahora dejado de lado por la producción industrial, es clave para mantener variedades y puede adaptarse mejor a las nuevas condicione climáticas.

"Tenemos que darle voz a las comunidades alimentarias", dijo Carlo Petrini, fundador de la organización Slow Food International, que dio luz a Terra Madre, organización que reúne a agricultores de 155 países comprometidos con la promoción de modelos productivos respetuosos del ambiente, con los recursos naturales y con la conservación de la biodiversidad.

"Las prácticas de conservación virtuosas de miles de comunidades alimentarias realmente pueden competir con las grandes entidades económicas y con el mercado", añadió.

El conocimiento ancestral debe ser preservado y transmitido a futuras generaciones, según Petrini, quien tiene un sueño: la creación de "graneros de memoria", una colección de testimonios de personas que han dedicado su vida al cultivo de la tierra.

"El conocimiento y la memoria de personas humildes son extraordinarios, y deben ser transmitidos a las generaciones futuras. Servirán como graneros de conocimiento cuando, un día, haya escasez de ideas", dijo a IPS.

Aquí las mujeres también tienen un papel importante. Un ejemplo de esto existe en la comunidad italiana de Teramo, en la región de Abruzzo, señaló. "Allí, desde hace siglos, en mayo, las mujeres hacen las llamadas ‘virtudes’: recolectan todas las sobras del invierno, como frutas secas o restos de cerdo".

"Cuando llega la primavera, toda esta comida es reunida y cocinada con verduras frescas en un plato llamado ‘virtu terramane’, que es una obra maestra del sabor y representa una forma de lucha contra el desperdicio de alimentos. El mensaje es que la comida no debe desperdiciarse", afirmó.

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