Gasta Latinoamérica 1.6% de su PIB en atender violencia familiar
Aseguró en la UNAM Ofir González, de la Unidad de Atención a Población Vulnerable del DIF México, DF 2 Julio.- Cada año Latinoamérica gasta 1.6 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en atender las causas de la violencia familiar, aseguró en la UNAM Ofir González Chávez, director de Gestión y Desarrollo Estratégico de la Unidad de Atención a Población Vulnerable del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).Al dictar la conferencia Violencia Familiar, en la Casa de las Humanidades, añadió que este problema cuesta y muy caro. A veces se piensa que la intimidación simplemente se sufre, pero en lo económico tiene una repercusión significativa.
En la región es un fenómeno que ha estado vigente, tiene historia y raíces profundas, y en la actualidad el costo que representa para los latinoamericanos es de varios millones de pesos o de dólares en todo el continente.
Refirió que durante el presente año, se estima que unos 275 millones de niños padecerán maltrato en todo el planeta. Es decir, 532 menores cada minuto son lastimados, ofendidos, o abusados de alguna manera.
González Chávez expuso que la mayor parte de los homicidios de infantes son cometidos por sus familiares. La muerte de estos pequeños, causada de forma violenta, es consecuencia de su situación en el hogar.
Sin embargo, por lo general las cifras indican sólo una parte del problema. Hay diversos escenarios que impiden conocer las realidades más profundas; se estima que sólo se sabe el 50 por ciento de tal situación, la otra mitad permanece en las sombras. Además, sólo 10 por ciento de los casos se denuncia ante las autoridades.
En ese sentido, el funcionario del DIF consideró necesario impulsar medidas legislativas y procedimentales efectivas; realizar mayor investigación, buscar la colaboración de los medios de comunicación, la promoción de la familia y una cultura de la no violencia, y la mediación familiar como alternativa a las crisis en el hogar.
La solución no está en tener leyes más duras, sino mejores familias; tampoco en perseguir a aquellos que causan la violencia, sino en formar niños que cuando en su desarrollo normal tengan las características socioafectivas adecuadas aprendan los límites, la responsabilidad, y posteriormente se conviertan en gente puntual y consciente.
Opinó que el núcleo familiar es el mayor activo que tiene el país. Este elemento es lo que nos ha sacado adelante, pero se ha deteriorado y se sigue dañando. Si logramos que éste sea fuerte, sólido y mejor preparado, se tendrá una reducción importante en estas situaciones.
Informó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones de los Hogares, entre 2003 y 2006 el porcentaje de las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia emocional pasó de 32 a 34.8 por ciento; económica de 22 a 29; física, bajó de 10.2 a 9.3; y sexual, creció de 6 a 7.8 por ciento.
Por otro lado, comentó que 45 por ciento de los niños que están en situación de calle dejaron su hogar a causa del maltrato; mientras que nueve de cada diez infantes que son víctimas de explotación sexual sufrieron abuso en su casa.
La violencia familiar es aquel acto de poder u omisión intencional recurrente o psíquico, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquiera de sus miembros, dentro o fuera del domicilio, que tenga parentesco o lo haya tenido por afinidad civil, matrimonio, concubinato o que mantenga una relación de hecho y que tiene por efecto causar daños.
Detalló que sus principales causas son: conductas aprendidas en la familia de origen, falta de control de impulsos y poca tolerancia a la frustración, carencia afectiva, incapacidad de resolver problemas adecuadamente, presencia o recurrencia en el abuso del alcohol y drogas como un detonante.
Reconoció que algunos de los mitos que hay sobre la violencia son: hombres y mujeres agreden por igual, los niños no se dan cuenta, ésta tiende a extinguirse por sí misma, las mujeres provocan que sus maridos las golpeen, es un asunto privado, no es un crimen que deba castigarse, mientras no haya golpes no existe, o es un problema de pobres, de falta de educación o sólo por las adicciones.
Por último, dijo que en la violencia de género se contemplan cuatro tipos: física (agresiones dirigidas al cuerpo, empujones, jalones, golpes o por medio de armas); sexual (se ejerce dominación sobre la mujer); económica (los recursos son usados para lograr los fines de una persona), y emocional (afectan el estado psicológico).
En la región es un fenómeno que ha estado vigente, tiene historia y raíces profundas, y en la actualidad el costo que representa para los latinoamericanos es de varios millones de pesos o de dólares en todo el continente.
Refirió que durante el presente año, se estima que unos 275 millones de niños padecerán maltrato en todo el planeta. Es decir, 532 menores cada minuto son lastimados, ofendidos, o abusados de alguna manera.
González Chávez expuso que la mayor parte de los homicidios de infantes son cometidos por sus familiares. La muerte de estos pequeños, causada de forma violenta, es consecuencia de su situación en el hogar.
Sin embargo, por lo general las cifras indican sólo una parte del problema. Hay diversos escenarios que impiden conocer las realidades más profundas; se estima que sólo se sabe el 50 por ciento de tal situación, la otra mitad permanece en las sombras. Además, sólo 10 por ciento de los casos se denuncia ante las autoridades.
En ese sentido, el funcionario del DIF consideró necesario impulsar medidas legislativas y procedimentales efectivas; realizar mayor investigación, buscar la colaboración de los medios de comunicación, la promoción de la familia y una cultura de la no violencia, y la mediación familiar como alternativa a las crisis en el hogar.
La solución no está en tener leyes más duras, sino mejores familias; tampoco en perseguir a aquellos que causan la violencia, sino en formar niños que cuando en su desarrollo normal tengan las características socioafectivas adecuadas aprendan los límites, la responsabilidad, y posteriormente se conviertan en gente puntual y consciente.
Opinó que el núcleo familiar es el mayor activo que tiene el país. Este elemento es lo que nos ha sacado adelante, pero se ha deteriorado y se sigue dañando. Si logramos que éste sea fuerte, sólido y mejor preparado, se tendrá una reducción importante en estas situaciones.
Informó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones de los Hogares, entre 2003 y 2006 el porcentaje de las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia emocional pasó de 32 a 34.8 por ciento; económica de 22 a 29; física, bajó de 10.2 a 9.3; y sexual, creció de 6 a 7.8 por ciento.
Por otro lado, comentó que 45 por ciento de los niños que están en situación de calle dejaron su hogar a causa del maltrato; mientras que nueve de cada diez infantes que son víctimas de explotación sexual sufrieron abuso en su casa.
La violencia familiar es aquel acto de poder u omisión intencional recurrente o psíquico, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquiera de sus miembros, dentro o fuera del domicilio, que tenga parentesco o lo haya tenido por afinidad civil, matrimonio, concubinato o que mantenga una relación de hecho y que tiene por efecto causar daños.
Detalló que sus principales causas son: conductas aprendidas en la familia de origen, falta de control de impulsos y poca tolerancia a la frustración, carencia afectiva, incapacidad de resolver problemas adecuadamente, presencia o recurrencia en el abuso del alcohol y drogas como un detonante.
Reconoció que algunos de los mitos que hay sobre la violencia son: hombres y mujeres agreden por igual, los niños no se dan cuenta, ésta tiende a extinguirse por sí misma, las mujeres provocan que sus maridos las golpeen, es un asunto privado, no es un crimen que deba castigarse, mientras no haya golpes no existe, o es un problema de pobres, de falta de educación o sólo por las adicciones.
Por último, dijo que en la violencia de género se contemplan cuatro tipos: física (agresiones dirigidas al cuerpo, empujones, jalones, golpes o por medio de armas); sexual (se ejerce dominación sobre la mujer); económica (los recursos son usados para lograr los fines de una persona), y emocional (afectan el estado psicológico).
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