29/9/07

Cumbre APEC 2007 en Sydney produjo escasos resultados concretos

EE.UU. sigue más enfocado en Medio Oriente y en el mayor protagonismo de China
Países del Pacífico latinoamericano tienen una importante oportunidad si armonizan sus procesos económicos y comerciales para apuntar a Asia, mejorando su competitividad.
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Verónica Neghme Echeverría
Subdirectora Instituto de Estudios del Pacifico
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La reunión del Consejo Económico de la Cuenca del Pacifico (APEC) 2007 tuvo como anfitrión a Australia con el lema: “Fortalecer Nuestras Comunidades, Construir un Futuro Sustentable”. Los avances fueron modestos y se plasmaron en la Declaración de Sydney de los líderes de las 21 economías miembro, en donde no fue fácil consensuar los acuerdos adoptados relativos al cambio climático.

Las disposiciones respecto de este tema se limitaron a consignar la “aspiración” de las economías para reducir a 2030 el 25% de la intensidad energética, reconociendo expresamente a la Organización de Naciones Unidas como el marco en donde se debe realizar la negociación para reemplazar el Protocolo de Kyoto, que expira en 2012. Como los consensos no obligan a sus miembros, Estados Unidos y Australia, interesados en el tema, sólo pudieron solicitar a los países en desarrollo -y en particular a China-, que realicen mayores esfuerzos en materia ambiental para asegurar un comercio seguro con resguardo al medio ambiente. En un tema tan complejo no es de extrañar que los resultados causaran desilusión. Por un lado está la naturaleza de APEC como Foro de consenso, y por otro el desinterés de Estados Unidos en la reunión y en la Cuenca del Pacífico, más preocupado en su política en Medio Oriente y en el mayor protagonismo de China, ahora con un poder económico real y un poder político emergente.

Seguirá la moratoria

APEC 2007 reflejó una preocupación real por el tema de la seguridad integral, concebida desde la perspectiva de garantizar condiciones que faciliten un comercio seguro. El resto de los acuerdos se centró en el compromiso para mejorar la seguridad humana y alimentaria, claves para permitir un intercambio fluido de comercio. La declaración final reafirmó el compromiso de APEC con la Ronda de Doha, una aspiración permanente del Foro, dejando de lado la posibilidad inmediata de crear una zona de libre comercio para APEC y que en nuestro parecer será difícil de materializar, tanto por razones culturales como políticas de la vertiente asiática de APEC. China es hoy un actor relevante en la esfera internacional y por lo mismo, no es de extrañar que la moratoria para el ingreso de nuevos miembros a APEC se haya extendido hasta el año 2010. Si bien la mayor parte de los aspirantes eran de América del Sur y Centroamérica, un ingreso de India y eventualmente de Brasil, potenciales competidores de peso en dos continentes, no le favorecería ni a China ni al Asia. Precisamente las razones esgrimidas para prorrogar la moratoria fueron asegurar la integración regional y la apertura de APEC. Romper con la unidad geográfica de países ribereños, significaría además cambiar la naturaleza y estructura del Foro, tornando más difícil el mecanismo de consenso para adoptar decisiones, que es propio de los asiáticos. Es preciso concluir que Asia está integrándose y tratando de fortalecer su espacio regional en APEC y por lo tanto, es difícil que acceda al ingreso de países no ribereños al Foro.

Ejemplo de competitividad

Para Latinoamérica y para Chile en particular, APEC aún reviste importancia a pesar de los cuestionamientos y el escepticismo planteado por 400 líderes encuestados por la Conferencia de Cooperación Económica del Pacífico (PECC) respecto de la falta de compromiso de los gobiernos en temas que perjudican la inversión (regulaciones excesivas y carencia de medidas para fomentar la competitividad, entre otras). Conclusiones que Chile debería tomar en cuenta, más aún tras el planteamiento de formar un “Arco del Pacífico” integrado por Perú, México, Ecuador, Colombia, y los países centroamericanos.

Una forma realista de impulsar una integración regional es precisamente con los países ribereños de América del Sur y Central, armonizando procesos de apertura económica unilateral y bilaterales, con intercambio comercial fluido entre ellos y vinculando al Asia; adoptando medidas que faciliten dicho flujo y creando mecanismos de resguardo que otorguen seguridad a los compromisos contraídos. Es imprescindible que cada país adopte medidas internas para fomentar la competitividad y se aproveche la conexión con Asia para incentivar la innovación y el desarrollo tecnológico. Este es un proceso paso a paso, en donde por el momento, no parece adecuado realizar alianzas con mecanismos de integración regional que hasta el momento han demostrado poca eficacia. El realismo debiera primar por sobre la retórica idealista, procurando adentrarnos en las peculiaridades culturales de cada país de América Latina, en donde -a diferencia de Asia- no prima el consenso, los procesos económicos son disímiles y aún no nos conocemos del todo.
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Diario Financiero - Chile/29/09/2007

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