23/5/08

Eclecticismo de viernes

De Maradona a Feinmann en el contexto de una Argentina de velo progresista.
Maradona y el ser social
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Laura Etcharren*
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Rodeado de ingleses y otros europeos, Diego Armando Maradona no dejó de ser noticia en su paso por Francia por renegar sobre todo lo referente al capitalismo. Por desafiar con su palabra a todas las investiduras.
Admirador teórico del “Che” Guevara y Fidel Castro, se encuentra, como es su costumbre, haciendo papelones en el viejo continente. Posó en el Festival de Cine de Cannes antes de comenzar la proyección de la película "Che", del director estadounidense Steven Soderbergh, afirmando su tendencia sostenida a la vulgaridad, más allá de su costoso vestuario y sus relojes en ambas muñecas de la mano.
Porque Maradona, es la prueba viviente de que el dinero no hace a los buenos modelos.
Que se puede ascender económicamente pero no socialmente sino se apela a la reconstrucción del background primario.
Cultivar el intelecto y las normas de urbanidad para permanecer con decoro en algunos círculos exclusivos del mundo, debería ser la tarea que el famoso entorno, le asignara al otrora diez para poder trascender la pelota. Aquella que al contrario de lo que dice y piensa, hace rato la manchó.
No obstante, aún se cree el número uno sin atender a lo que el sentido común invita. Es decir, nunca asimiló que como deportista es un desastre. Su éxito fue como jugador de fútbol sin aceptar los rigores a los que deben adaptarse los buenos deportistas en los deportes en los cuales se desempeñan.
Ahora bien, esa increíble forma de presentarse ante el mundo no es más que una consecuencia de la legitimidad que los medios le han otorgado así como algunos fanáticos del fútbol que se ciegan ante la presencia de un individuo que así como nos dio grandes satisfacciones en los mundiales, también nos dio tremendos disgustos.
Bajo estas características, el mundo nos conoce más por él que por algún otro mérito que podamos tener como sociedad que conforma éste país. Somos noticia por retardatarios y enlazados con lo peor de América Latina y por algunos de los actos, por lo general patéticos, que ejerce un señor que oscila entre Castro y Macri. Teniendo al primero en su corazón y al segundo en su bolsillo.Individuo que busca diferenciarse vendiendo el simulacro de una ideología comunista que no condice con la construcción de una subjetividad que revela con desparpajo en sus formas de actuar, pensar y sentir, siendo funcional a la creencia de inmortalidad que la gente le dedica. Gente que lo ha erigido como un ídolo de todos los tiempos, homenajeándolo con la creación de una Iglesia que le rinde tributo.
Ellos, al igual que él, creen que es la mano de Dios en la tierra. Sucede, que Maradona es una de las tantas construcciones sociales que reflejan al mismo tiempo edificaciones de sentido y universos de significados acerca de la palabra ídolo. Todas concepciones alimentadas por los medios de comunicación que prosiguen hablando del futbolista como un ser ejemplar al cual todo debe aceptársele por el simple hecho de ser quien es. Un ser social embebido en el imaginario del misticismo.
Pero ¿quién es verdaderamente Diego Armando Maradona? ¿Cómo se interpretan sus actuaciones de amigo supuestamente estafado por Guillermo Coppola? ¿Por qué termina llorando y abrazado a su amigo y ex manager en los tribunales?
Las cuentas no cierran en el mundo del ex astro, ya que hay personas que no facturan por vender determinadas cosas. Los punteros, no dejan evidencia. Razón por la cual, no es Coppola, es Maradona.
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Feinmann y los blogs
De un tiempo a esta parte -tal vez desde que tiene un espacio en el Canal Encuentro donde dicta clases que versan en explicaciones de las diversas teorías que componen el espectro de la sociología- José Pablo Feinmann se ha convertido en el prototipo de intelectual que cree que no se puede convivir con Tinelli en la pantalla y Cortázar en la mesa de luz.
Entonces, se presenta con un discurso agresivo que tiene como fin, repudiar la existencia del blog como una de las tantas vertientes de expresión digital y más aún, denostar a quienes escriben en ellos.
No contempla que los blogs, no tienen una tendencia monotemática. Existen, a su pesar, espacios bien diagramados que se lucen por su gramática y estilo en el marco de una estética simple. Todos tienen una temática definida y cuando no, no intentan esconderlo.
Pues Feinmann se une al grupo de los antiblogs -Horacio González y Marcelo Birmajer-que consideran que solo se puede escribir bajo la estructura de la gráfica o bien, en el cuerpo de un libro.
Manifestó detestar los blogs. Agregó, en declaraciones, que están erigidos en una prosa literalmente fatal. Y esgrimió que si un jefe de redacción los agarra, los destroza. Evidentemente, el intelectual lee los periódicos y revistas selectivamente o sobrestima a los editores y/o redactores. Aquellos que, salvo excepciones, adolecen del rigor periodístico de antes. Porque ahora, las condiciones para trabajar en gráfica han cambiado de manera considerable. Prueba de ello son las entrevistas con errores de ortografía, con poco conocimiento acerca de la trayectoria del entrevistado y con una precariedad lingüística que aterra. Razón por la cual, la excelencia no va de la mano de otro. La excelencia la construye, en tanto y en cuanto le interese, el propio escritor en cualquiera de las disciplinas en las que se desarrolle.
En el caso particular del blog, el que lo construye debe ser el encargado de hacer un espacio de divulgación periodístico o de opinión digno, dado que por lo general, es un formato individual que debe ser cubierto por ese alguien que ha elegido ser su propia empresa en el contexto de un país en el cual, son varias las redacciones que prefieren contratar pasantes o lumpens del periodismo para redactar las crónicas y las notas de investigación, que a un profesional.
Feinmann, que da clases de Marxismo en Encuentro debería saber que todo es una cuestión de costos. No es más, para continuar con la lógica del Manifiesto Comunista, que la explotación del trabajador. Es mejor tener a varios empleados por sumas inconcebibles y no tener a pocos lo suficientemente potables bajo pagos acordes.
El filósofo reduce así el problema.
Quizás cree que en el marco de un gobierno de retórica “progresista”, la práctica también lo es. Una práctica que también en su imaginario, abre un abanico de oportunidades. Pero lo cierto es, que la desigualdad impera a causa de la escasa generosidad intelectual que tienen individuos como él enarbolados y encasillados en la contractura del intelectual que debe vivir en pose de serlo.
Es por eso que dice que las personas que escriben en un blog lo hacen por no querer escribir en un diario o revista. Realiza, algo muy sencillo, ningunear y destruir.
Banaliza tristemente la discusión de la globalización mediática, catalogando a los escritores digitales en la mediocridad. El progresista que debió haber perdido la astucia de su razón en el camino objeta al respecto que: “ese democratismo, me parece agraviante con el lector”.
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Epílogo paradojal
En dos esferas diferentes pero unidas por un discurso ciertamente funcional a las masas, Maradona y Feinmann encarnan las contradicciones y paradojas vivientes en sus respectivos círculos para luego hacerlas públicas. De este modo, y lejos de ser coherentes con lo que defienden y sostienen en programadas construcciones dialécticas, se presentan, en ocasiones, revelando su esencia más pura como intolerantes frente a todo aquello con lo cual no comulgan.
Se olvidan, en el descuido del temperamento, el cliché del progresismo.
Maradona, quiere libertad y liquidez al tiempo que exalta el quebranto social y económico del régimen castrista. Por su parte, Feinmann, demuestra su contradicción cuando en entrevistas responde que no quiere ser parte de un medio gráfico porque no quiere que le recorten su libertad de expresión. Tampoco desea estar sujeto a los ritmos impuestos por la actualidad que son los que te obligan, cuando se hace periodismo, ha embarcarte en la vorágine de la noticia.
Con lo cual, apela a una estructura individualista y soberbia. Una diferenciación que hace del resto mediante un pensamiento autárquico y ambiguo. Contradicciones que van desde una pelota manchada en la gloria, hasta los inmensos tomos del Capital.
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*Laura Etcharren
Socióloga. Analista de Medios de Comunicación. Especialista en la problemática de Las Maras en Cantroamerica y su estado embrionario en Argentina.
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Informes de Medios - Argentina/23/05/2008

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