8/5/08

Público.es - CON DIGNIDAD

Obama ya acaricia la victoria
El senador supera el bache y obtiene buenos resultados en Indiana y Carolina del Norte

Obama y su mujer Michelle en el escenario de la victoria en Carolina.
REUTERS
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ISABEL PIQUER
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Nueva York - Con su aplastante victoria en Carolina del Norte y su pequeña derrota en Indiana, Barack Obama está más cerca que nunca de conseguir la candidatura del partido demócrata a las elecciones presidenciales. Su rival, Hillary Clinton, no se da por vencida y ha prometido seguir luchando en las seis primarias que quedan hasta junio, pero la presión, electoral y sobre todo financiera, podría hacerle desistir mucho antes.
La ex primera dama esperaba ganar en Indiana, un estado de demócratas conservadores blancos parecidos a los de Pensilvania y Ohio, e incluso acariciaba llevarse Carolina del Norte, para cimentar el avance de estas últimas semanas frente a su adversario. La noche del martes dejó un panorama muy distinto.
Clinton perdió por 14 puntos en Carolina (56% frente a 42% para Obama) y ganó por un escasísimo margen en Indiana (51%-49%).
Clinton ganó en Indiana en realidad gracias a la tercera edad. El 69% de los votantes de más de 65 años lo hicieron por ella. Entre los menores de esa edad, Obama ganó por un 53% a un 47%.
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Sonrisa forzada
Ya avanzada la noche, apareció junto a Bill (hinchado, rojo y extrañamente ausente) y Chelsea para decir que seguirá perseverando hasta el final. Con una sonrisa forzada, empezó su discurso pidiendo a sus simpatizantes que contribuyan con sus dólares a la campaña y terminó apelando a la unidad del partido, en lo que parecía a ratos una admisión de la derrota. "A menos que ocurra algún tipo de milagro, va a ser muy difícil para nosotros", declaró a The Washington Post un responsable de la campaña de Clinton que, por razones obvias, prefirió mantener el anonimato. "Perdimos en febrero. Hacemos todo lo que podemos ahora pero está muy cuesta arriba".
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"La única dinámica que necesita cambiar es la Washington"
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En Raleig, Carolina del Norte, el tono era otro. Michelle Obama, con un radiante vestido naranja, compartió el escenario con su marido para cantar victoria. "Algunos dijeron que este estado cambiaría la dinámica de las primarias. Pero hoy vemos que la única dinámica que necesita cambiar es la Washington", dijo Obama en su tradicional discurso antisistema.
El resultado fue especialmente dulce al confirmar que el senador por Illinois había sobrevivido a las incendiarias declaraciones de su ex pastor, Jeremiah Wright, que durante un momento hicieron temer por su candidatura. Los medios de comunicación decidieron convertir a Wright en la estrella repentina de la campaña, quizá porque hasta entonces no habían sido muy duros con Obama. Los votantes habían dejado claro en los sondeos que no era ése el tema que más les preocupaba.
Obama está ahora a 200 delegados de la cifra necesaria para conseguir la nominación (2.025): 1.836 según el cómputo de la CNN, 1.681 para Clinton. Su aplastante victoria en Carolina del Norte ha borrado de un plumazo la ventaja que Hillary obtuvo en Pensilvania la semana pasada.
Los dos candidatos ganaron en sus electorados tradicionales, pero la novedad es que Obama resistió mejor de lo previsto los embistes negativos de su adversaria, las acusaciones de elitismo y el posible recelo racial: el 63% de los que votaron por él en Indiana resultaron ser blancos.
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Voto obrero
Esto no quiere decir que el senador por Illinois haya conseguido finalmente hacerse con el voto obrero. El 35% de los que optaron por Hillary dijeron en los sondeos que se pasarían al republicano John McCain si Obama se convirtiera en el candidato demócrata.
De aquí a junio quedan por repartirse 217 delegados en las seis citas de Virginia Occidental, Kentucky, Oregon, Puerto Rico, Montana y Dakota del Sur. Sólo en Oregon hay en liza un número relevante de delegados, y allí Obama está considerado como el favorito.
En cualquier caso, matemáticamente no son suficientes para ninguno de los candidatos y la atención ha vuelto a centrarse en los superdelegados, los casi 800 miembros del Congreso y responsables del partido, que tienen libertad de voto. Unos 300 no se han decidido todavía.
Clinton se entrevistó ayer con algunos de ellos en Washington para frenar una posible hemorragia al bando contrario y evitar un desenlace demasiado rápido."Gracias a vosotros avanzamos a toda velocidad hacia la Casa Blanca", les dijo a sus partidarios en Indiana. Más parece que su campaña está a punto de frenar en seco.
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Público.es - España/08/05/2008

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