6/7/08

Lula da Silva pisará fuerte en la Cumbre del G8

"UN MOMENTO MAGICO"
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Irá en representación de América del Sur y rechazará las acusaciones de los países más avanzados sobre los biocombustibles y los alimentos.
EN TUCUMAN. Lula, a su arribo a esta provincia para la Cumbre del Mercosur.
LA GACETA/OSVALDO RIPOLL
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BRASILIA, Brasil/TUCUMAN, Argentina.- El presidente de Brasil, Luis Inácio "Lula" da Silva, es un hombre ambicioso y está disfutando de los momentos previos a la Cumbre de G8 en Toyako, Japón. Hasta allí acudirá en representación de América del Sur, región que según él atraviesa un "momento mágico".
"No recuerdo haber tenido en mi vida política esta combinación de crecimiento económico, de estabilidad macroeconómica y, al mismo tiempo, de una fuerte política de inclusión social", expresó.
A pesar de que el brasileño acudirá al encuentro (del 7 al 9 de julio) como invitado, es probable que desempeñe un papel clave en los temas que actualmente preocupan a la comunidad internacional: los subsidios agrícolas, el precio del petróleo y de los alimentos, los biocombustibles y cambio climático.
Sucede que Lula lleva hablando de estas cuestiones bastante más tiempo que la mayoría de los líderes que acudirán a la Cumbre, generalmente en términos gráficos y picantes. Hoy, por ejemplo, antes de partir sentenció: "Brasil no aceptará ese argumento atravesado de que el biocombustible provoca la inflación de los víveres".
Justamente, por frases como esa es probable que Lula sea blanco de críticas en Japón. Muchas naciones se quejan de que la caña de azúcar y otros cultivos utilizados en la elaboración de los biocombustibles agotan la selva tropical, que podría ser destinada a la elaboración de alimentos.
"Los alimentos son caros porque el mundo no estaba listo para ver a millones de chinos, de indios, de brasileños y de latinoamericanos comer tres veces por día", sentenció exasperado hace unos días.
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El dedo acusador
Brasil -el gigante sudamericano, décima economía del mundo y exportador agrícola- está en relativa buena forma para lidiar con crisis alimentaria. Es un importador neto de petróleo, pero también cuenta con una eficiente industria del biocombustible que está ansioso por exportar.
El problema es que los hidrocarburos despiertan muchas inquietudes medioambientales, pero cualquier alternativa es bienvenida cuando el precio del crudo no deja de subir. El mandatario brasileño, antiguo líder sindical, puede hablar con mayor conocimiento de causa sobre la escasez, porque experimentó la pobreza en carne propia hasta sus años adultos.
"Cuando la escasez de alimentos amenaza la paz social en muchas partes del mundo, muchos miran hacia nuestra región en busca de respuestas. Somos conscientes de nuestras responsabilidades globales, pero no renunciaremos a ejercerlas de forma soberana", advirtió.
Para buscar al culpable del encarecimiento de los alimentos, Lula dirige el dedo acusador a las políticas agrícolas "absurdamente proteccionistas" de los países ricos, y no a los biocombustibles, como dejó claro en la reciente Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur), realizada esta semana en nuestra provincia.
En Japón, Lula quiere convencer a sus pares que los biocombustibles no causan la crisis de los alimentos, sino que ésta es provocada por la especulación y por el aumento del consumo mundial y del precio del petroleo. El G8 está formado por Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, Alemania, Japón, Italia y Canadá. /AFP-NA-DPA-Especial
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La Gaceta Tucumán - Argentina/06/07/2008
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