ESCARBANDO...LQ somos
Violencia de género, machismo y misoginia.
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Ya saben que a veces me gusta adentrarme y sumergirme en esos textos que, para nuestro mal, tienen a bien llamar sagrados, pero que para mí, de sagrados no tienen nada. Me adentro y aprendo, ya que por un lado, de todo se puede aprender, y, por otro, encierran cosas muy curiosas. Por ejemplo, puede leerse en los libros de la Kabbalah –tradición exotérica judía-, y en el Talmud, tradición judía, lo siguiente: “…Cuídate mucho de hacer llorar a una mujer, pues Dios cuenta sus lágrimas. Porque La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior, sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada.” Y esos textos siguen explicando que Dios creó a la mujer especialmente más fuerte que al hombre para que pudiera soportarlo todo sin desfallecer. Y, la verdad, desfallecer, desfallecemos poco, pero fallecer, eso es otra cosa, sobre todo porque ese "igual" de cuya costilla salimos, se empeña en "fallecernos" sin piedad. Y ya van 47 mujeres asesinadas por sus parejas varones sólo en España. "Fallecidas" por ese "igual" embrutecido y machista que no se entera ni de lo de la protección, ni de lo de la igualdad; y que encima es, la mayoría de las veces, su pareja.
Ya saben que a veces me gusta adentrarme y sumergirme en esos textos que, para nuestro mal, tienen a bien llamar sagrados, pero que para mí, de sagrados no tienen nada. Me adentro y aprendo, ya que por un lado, de todo se puede aprender, y, por otro, encierran cosas muy curiosas. Por ejemplo, puede leerse en los libros de la Kabbalah –tradición exotérica judía-, y en el Talmud, tradición judía, lo siguiente: “…Cuídate mucho de hacer llorar a una mujer, pues Dios cuenta sus lágrimas. Porque La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior, sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada.” Y esos textos siguen explicando que Dios creó a la mujer especialmente más fuerte que al hombre para que pudiera soportarlo todo sin desfallecer. Y, la verdad, desfallecer, desfallecemos poco, pero fallecer, eso es otra cosa, sobre todo porque ese "igual" de cuya costilla salimos, se empeña en "fallecernos" sin piedad. Y ya van 47 mujeres asesinadas por sus parejas varones sólo en España. "Fallecidas" por ese "igual" embrutecido y machista que no se entera ni de lo de la protección, ni de lo de la igualdad; y que encima es, la mayoría de las veces, su pareja.
El Dios del Talmud y de la Kabbalah debe estar muy satisfecho, ya que con tanto crimen, lo que son lágrimas, las mujeres derramamos muchas, por nuestras hijas, por nuestras madres, por nuestras hermanas, por nuestras amigas muertas, y si lo suyo es llevar la cuenta... ¡Pues vaya con Dios! Con lo fácil que le hubiera sido a alguien omnipotente como él crear tanto al hombre como a la mujer “normalitos” e iguales de verdad para que ninguno tuviera que soportar al otro, sino conocerse, amarse y complementarse en igualdad, y poder contar risas en lugar de lágrimas… que algo sadomasoquista debe ser este Señor Dios de nuestros pecados. Pero bueno, sigo:
El siglo pasado se descubrió que, genéticamente, la mujer es más fuerte que el hombre y que esa fuerza le viene de ese doble cromosoma, el “X”, también se descubrió que en el proceso evolutivo del embrión, en ausencia del cromosoma "Y", el feto resultante será hembra. y, para mayor abundamiento en lo de una supuesta mayor fragilidad de la mujer, también se descubrió que un feto con "X0" era compatible con la vida, mientras que un feto con "Y0", no, hecho que hace suponer que más que crear a la mujer de la costilla del hombre, debió ser al revés, ya que la “X” es el sostén genético primigenio de la vida en la especie humana, por más que la mayor producción de testosterona en el varón le aporte a éste una mayor y más poderosa musculación... Pero volviendo a los libros místicos antiguos, éstos no iban desencaminados con lo de que la mujer es más fuerte. ¿De dónde se sacaron el Talmud y la Kabbalah lo de la fortaleza de la mujer? Supongo que de la observación; porque guerras y calamidades durante las cuales la población se veía diezmada de hombres y quienes debían apechugar con todo y sacar adelante casas, campos, hijos, pueblos, etcétera, eran las mujeres, no faltaron nunca a lo largo de la historia.
Bueno, las mujeres eran más fuertes y lo seguimos siendo -menos cuando nos matan, porque supermujeres, no somos-. No hay más que darse una vueltecita por el mundo y ver quiénes y cómo salen de los mil y un conflictos que en él hay. No hay más que ver quien está sacando adelante a muchos de los pueblos de África, de Asia, de Latinoamérica… Pero no era de eso de lo que yo quiero hablarles hoy, sino de ese grifo abierto que tenemos de mujeres maltratadas y asesinadas por sus parejas varones.
Que digo yo que Dios debe haberse quedado lelo de tanto contar lágrimas… o no, que a lo mejor ya está informatizado y le hace el trabajo un súper ordenador Él se dedica a otros menesteres; pero lo que sigue sin saberse aún, es el para que cuenta Dios las lágrimas de las mujeres, que parece que con ese cuento del contar, amenaza a quienes las hacen llorar, pero a lo peor, el ingrato las cuenta simplemente porque le gusta hacerlo o porque le da la gana sin más; que bueno es Él para esas cosas, y puede que por lo bajines, en realidad lo que piensa es “hacedlas llorar, por favor, que me lo paso pipa con el espectáculo” o algo así; y de amenaza nada de nada. Qué si nos guiamos por lo que los libros sagrados oficiales cuentan acerca del trato que hay que dar a la mujer, no me extrañaría que Yahve, fuera un misógino de tomo y lomo. Bueno, otra vez me he ido y lo que quería tratar es el maltrato y la violencia mujericida de los varones machistas.
Sabido es que en el sistema patriarcal, el machismo favorece y premia cualquier uso de cualquier tipo de violencia contra las mujeres con el fin de mantener un control emocional o jerárquico sobre ellas. De hecho, el machismo es considerado como una forma de coacción no necesariamente física, sino también psicológica, siendo esta forma de expresión protectora, una discriminación; ya que se ven subestimadas las capacidades de las mujeres alegando una mayor debilidad. El machismo, asimismo, castiga cualquier comportamiento femenino en los varones, lo que es la base de la homofobía.
El machismo es pues el ejercicio de una opresión global y continuada hacia las personas de género femenino, que incluye también a las personas de sexo masculino pero homosexuales o de rasgos femeninos, que constituye una de las más importantes lacras sociales, cuya imagen más execrable es la de la violencia de género, también llamada violencia machista. Y a mayor abundamiento de lo que es y representa este sistema aberrante y perverso, la transmisión de los pilares del mismo no sólo no recae en los varones sino que son las mujeres quienes la ejercen predominantemente ya que en ellas recae el mayor peso de la educación y socialización de los cero a los seis años. Vaya, que por analogía podría decirse que el sistema patriarcal machista es cómo la hemofilia, que la transmite la mujer y la padece –en este caso ejerce, porque padecerla de verdad y de manera cruenta la padece la mujer- el varón.
Así pues, para poder realizar un acercamiento a la comprensión del problema de la violencia machista, de su génesis y de sus causas, es imprescindible hurgar en las raíces del machismo y de su origen: el patriarcado. Esto es lo que hace, en parte, Coral Bravo, que es doctora en Filología y en Psicología, además de miembro de la organización “Europa Laicazos”, cuyo artículo aparecido en elplural.es, hace algún tiempo, les recomiendo leer (cliquen aquí); pero, en mi opinión, sería falso atribuir el Patriarcado y su sistema operativo machista únicamente a la Iglesia Católica –que también-, al Judaísmo, al Islam –que por supuesto-, y al resto de las demás religiones, como hace Coral Bravo en su artículo, ya que la antropología cultural nos prueba contundentemente que el fenómeno machista acompaña a la humanidad en su cultura y en su filosofía desde sus orígenes, sin que sea posible delimitar qué ha influido en qué, si la cultura en la religión o al revés. No obstante, si le concedo a Coral Bravo que las religiones, en eso de la misoginia, se llevan la palma; cómo muestra de ello, les ofrezco, seguidamente, una ilustración –no exhaustiva- del tratamiento que se da a la mujer en algunos de esos sagrados libros cristianos, concretamente del Nuevo Testamento de la Biblia, empezando por las epístolas que dirigía San Pablo, a diferentes comunidades:
"Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo." I Cor 11:3 –Y que nadie se lleve a engaño, que en este pasaje la palabra “hombre” no es representativa de ser humano, sino de varón-. “El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es imagen y gloria de Dios, mientras que la mujer es gloria del hombre.” I Cor 11:7
"Como en todas las iglesias de los santos, las mujeres cállense en las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra, antes bien estén sujetas como también la ley lo dice. Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus maridos en casa: pues es indecoroso que la mujer hable en la asamblea... Si alguien se cree profeta o inspirado por el Espíritu reconozca en lo que escribo un mandato del Señor.” I Corintios 14: 33-34
"Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor." Colonenses 3:18
"Las casadas estén sujetas á sus propios maridos, como al Señor." Efesios 5:22
"Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y él es el que da la salud al cuerpo. Así que, como la iglesia está sujeta á Cristo, así también las casadas lo estén á sus maridos en todo." Efesios 5:23
Claro que la obsesión esta de acatar y estar sujetas al marido (¿tan inseguros estaban los pobres?) no era algo privativo de San Pablo, que San Pedro, tampoco se quedaba atrás:
"Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas" I Pedro 3:1
En fin, les vuelvo a recomendar leer el artículo de Dña. Coral Bravo, sobre la violencia de género y, ya de paso, aprovecho para decirles, que si alguno de ustedes se descubre algún rasgo machista, no se sientan mal, pasa en las mejores familias, incluso yo me doy cuenta de ello con alarma, sin ir más lejos, en estos días, de nuevo estoy buscando “empleada doméstica” y he rechazado a un par de candidatos varones… ¡Así, cómo lo acaban de leer!, pero no sirve de nada quedarse ahí alarmados, en el descubrimiento del machismo propio; si no que debemos corregirlo de inmediato; porque, sólo si dejamos de transmitirlo varones y mujeres, acabaremos con este endiablado machismo que hemos mamado y que nos habita a todos, y que impulsa a muchos a segar vidas de mujeres... de las "suyas", para ser más exactos.
LQSomos. Hannah. Septiembre de 2008
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El siglo pasado se descubrió que, genéticamente, la mujer es más fuerte que el hombre y que esa fuerza le viene de ese doble cromosoma, el “X”, también se descubrió que en el proceso evolutivo del embrión, en ausencia del cromosoma "Y", el feto resultante será hembra. y, para mayor abundamiento en lo de una supuesta mayor fragilidad de la mujer, también se descubrió que un feto con "X0" era compatible con la vida, mientras que un feto con "Y0", no, hecho que hace suponer que más que crear a la mujer de la costilla del hombre, debió ser al revés, ya que la “X” es el sostén genético primigenio de la vida en la especie humana, por más que la mayor producción de testosterona en el varón le aporte a éste una mayor y más poderosa musculación... Pero volviendo a los libros místicos antiguos, éstos no iban desencaminados con lo de que la mujer es más fuerte. ¿De dónde se sacaron el Talmud y la Kabbalah lo de la fortaleza de la mujer? Supongo que de la observación; porque guerras y calamidades durante las cuales la población se veía diezmada de hombres y quienes debían apechugar con todo y sacar adelante casas, campos, hijos, pueblos, etcétera, eran las mujeres, no faltaron nunca a lo largo de la historia.
Bueno, las mujeres eran más fuertes y lo seguimos siendo -menos cuando nos matan, porque supermujeres, no somos-. No hay más que darse una vueltecita por el mundo y ver quiénes y cómo salen de los mil y un conflictos que en él hay. No hay más que ver quien está sacando adelante a muchos de los pueblos de África, de Asia, de Latinoamérica… Pero no era de eso de lo que yo quiero hablarles hoy, sino de ese grifo abierto que tenemos de mujeres maltratadas y asesinadas por sus parejas varones.
Que digo yo que Dios debe haberse quedado lelo de tanto contar lágrimas… o no, que a lo mejor ya está informatizado y le hace el trabajo un súper ordenador Él se dedica a otros menesteres; pero lo que sigue sin saberse aún, es el para que cuenta Dios las lágrimas de las mujeres, que parece que con ese cuento del contar, amenaza a quienes las hacen llorar, pero a lo peor, el ingrato las cuenta simplemente porque le gusta hacerlo o porque le da la gana sin más; que bueno es Él para esas cosas, y puede que por lo bajines, en realidad lo que piensa es “hacedlas llorar, por favor, que me lo paso pipa con el espectáculo” o algo así; y de amenaza nada de nada. Qué si nos guiamos por lo que los libros sagrados oficiales cuentan acerca del trato que hay que dar a la mujer, no me extrañaría que Yahve, fuera un misógino de tomo y lomo. Bueno, otra vez me he ido y lo que quería tratar es el maltrato y la violencia mujericida de los varones machistas.
Sabido es que en el sistema patriarcal, el machismo favorece y premia cualquier uso de cualquier tipo de violencia contra las mujeres con el fin de mantener un control emocional o jerárquico sobre ellas. De hecho, el machismo es considerado como una forma de coacción no necesariamente física, sino también psicológica, siendo esta forma de expresión protectora, una discriminación; ya que se ven subestimadas las capacidades de las mujeres alegando una mayor debilidad. El machismo, asimismo, castiga cualquier comportamiento femenino en los varones, lo que es la base de la homofobía.
El machismo es pues el ejercicio de una opresión global y continuada hacia las personas de género femenino, que incluye también a las personas de sexo masculino pero homosexuales o de rasgos femeninos, que constituye una de las más importantes lacras sociales, cuya imagen más execrable es la de la violencia de género, también llamada violencia machista. Y a mayor abundamiento de lo que es y representa este sistema aberrante y perverso, la transmisión de los pilares del mismo no sólo no recae en los varones sino que son las mujeres quienes la ejercen predominantemente ya que en ellas recae el mayor peso de la educación y socialización de los cero a los seis años. Vaya, que por analogía podría decirse que el sistema patriarcal machista es cómo la hemofilia, que la transmite la mujer y la padece –en este caso ejerce, porque padecerla de verdad y de manera cruenta la padece la mujer- el varón.
Así pues, para poder realizar un acercamiento a la comprensión del problema de la violencia machista, de su génesis y de sus causas, es imprescindible hurgar en las raíces del machismo y de su origen: el patriarcado. Esto es lo que hace, en parte, Coral Bravo, que es doctora en Filología y en Psicología, además de miembro de la organización “Europa Laicazos”, cuyo artículo aparecido en elplural.es, hace algún tiempo, les recomiendo leer (cliquen aquí); pero, en mi opinión, sería falso atribuir el Patriarcado y su sistema operativo machista únicamente a la Iglesia Católica –que también-, al Judaísmo, al Islam –que por supuesto-, y al resto de las demás religiones, como hace Coral Bravo en su artículo, ya que la antropología cultural nos prueba contundentemente que el fenómeno machista acompaña a la humanidad en su cultura y en su filosofía desde sus orígenes, sin que sea posible delimitar qué ha influido en qué, si la cultura en la religión o al revés. No obstante, si le concedo a Coral Bravo que las religiones, en eso de la misoginia, se llevan la palma; cómo muestra de ello, les ofrezco, seguidamente, una ilustración –no exhaustiva- del tratamiento que se da a la mujer en algunos de esos sagrados libros cristianos, concretamente del Nuevo Testamento de la Biblia, empezando por las epístolas que dirigía San Pablo, a diferentes comunidades:
"Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo." I Cor 11:3 –Y que nadie se lleve a engaño, que en este pasaje la palabra “hombre” no es representativa de ser humano, sino de varón-. “El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es imagen y gloria de Dios, mientras que la mujer es gloria del hombre.” I Cor 11:7
"Como en todas las iglesias de los santos, las mujeres cállense en las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra, antes bien estén sujetas como también la ley lo dice. Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus maridos en casa: pues es indecoroso que la mujer hable en la asamblea... Si alguien se cree profeta o inspirado por el Espíritu reconozca en lo que escribo un mandato del Señor.” I Corintios 14: 33-34
"Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor." Colonenses 3:18
"Las casadas estén sujetas á sus propios maridos, como al Señor." Efesios 5:22
"Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y él es el que da la salud al cuerpo. Así que, como la iglesia está sujeta á Cristo, así también las casadas lo estén á sus maridos en todo." Efesios 5:23
Claro que la obsesión esta de acatar y estar sujetas al marido (¿tan inseguros estaban los pobres?) no era algo privativo de San Pablo, que San Pedro, tampoco se quedaba atrás:
"Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas" I Pedro 3:1
En fin, les vuelvo a recomendar leer el artículo de Dña. Coral Bravo, sobre la violencia de género y, ya de paso, aprovecho para decirles, que si alguno de ustedes se descubre algún rasgo machista, no se sientan mal, pasa en las mejores familias, incluso yo me doy cuenta de ello con alarma, sin ir más lejos, en estos días, de nuevo estoy buscando “empleada doméstica” y he rechazado a un par de candidatos varones… ¡Así, cómo lo acaban de leer!, pero no sirve de nada quedarse ahí alarmados, en el descubrimiento del machismo propio; si no que debemos corregirlo de inmediato; porque, sólo si dejamos de transmitirlo varones y mujeres, acabaremos con este endiablado machismo que hemos mamado y que nos habita a todos, y que impulsa a muchos a segar vidas de mujeres... de las "suyas", para ser más exactos.
LQSomos. Hannah. Septiembre de 2008
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LQSomos/20/09/2008
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