13/6/09

LA ESCISIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE LAS COMORES


INFORME DIPLÓ II
“Seguir siendo franceses para ser libres”


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El 29 de marzo pasado Mayotte se pronunció en un referéndum local a favor de constituirse en un departamento francés. Esta decisión profundiza aun más la escisión que sufrió el archipiélago de las Comores cuando las otras islas que lo integran declararon la independencia, y pone en cuestión el accionar del Estado francés.
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por Thierry Michalon*
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*Profesor auxiliar honorario en la Universidad de las Antillas y de Guyana. Autor de L’Outre-mer français. Evolutions institutionnelles et affirmations identitaires, L’Harmattan, París, 2009.
Traducción: Lucía Vera
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Las razones por las cuales Mayotte ha hecho esfuerzos por convertirse en un departamento francés están ancladas en la historia de su pueblo. Esas razones están vinculadas a lo que representó para ella la anexión a Francia: no una dependencia sino, por el contrario, la liberación de una dominación varias veces secular.

De población principalmente afro-malgache y de cultura animista, el archipiélago de las Comores, constituido por las islas de Ngazidja (Gran Comora), Anjouan, Moheli y Maoré (Mayotte), fue lentamente islamizado a partir del siglo VII pero, sobre todo, a partir de la llegada, en el siglo XIII, de algunas familias blancas provenientes de Chiraz, Persia. Esas familias, que se presentaron como de origen noble, y con nombres de resonancia árabe, implantadas sobre todo en Ngazidja y Anjouan –las dos islas más grandes–, se esforzaron de entrada por establecer su dominación e imponer las concepciones patriarcales del mundo árabe-musulmán a una cultura matriarcal, reduciendo a la esclavitud a las poblaciones locales.

El archipiélago, de historia agitada, nunca constituyó una entidad política, ya que esas familias “nobles” originarias de Chiraz –cada vez más mestizadas– le suministraron a cada isla sus respectivos sultanes (1). Las rivalidades entre esas monarquías daban lugar a frecuentes expediciones militares de una isla contra otra, hasta el punto de que las Comores eran conocidas en la región como el “archipiélago de los sultanes pendencieros” (2).

Mayotte, la más malgache de esas islas y la menos marcada por la civilización musulmana, fue cedida a Francia por el sultán Andriantsouly en 1841. Los notables locales ratificaron esta cesión y la isla se convirtió en una colonia. Una ordenanza real de 1846 abolió allí la esclavitud, lo que obligó a las grandes familias feudales de origen persa a exiliarse en Anjouan y en la Gran Comora. Sus dominios fueron ofrecidos por la administración a las compañías coloniales, que no manifestaban por Mayotte más que un moderado interés. Desde entonces, una parte de esas tierras se constituyó como reserva territorial destinada al uso colectivo de los poblados. Así, en una decena de años, “los mayotenses se encontraron liberados de los sultanes, de sus querellas y de sus impuestos, emancipados de la esclavitud y dotados de tierras para sus huertas” (3). Su conciencia colectiva conserva de aquella época la imagen de una Francia tutelar, que aportaba paz y libertad.
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“La hija mayor de Francia”
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Durante cerca de medio siglo Mayotte fue la única isla en el archipiélago bajo soberanía francesa. Recién en 1886, París estableció su protectorado sobre Moheli, instalándose en Anjouan y la Gran Comora en 1892. Así se constituyó la colonia de Mayotte y sus dependencias, administrada desde Dzaoudzi (4), esa roca roja en medio del lago, donde se habían establecido, por prudencia, los sucesivos sultanes. La anexión a Francia les aseguraba a los mayotenses un mejor respeto de sus normas consuetudinarias preislámicas, de origen malgache o del este de África, por las cuales sentían gran apego, especialmente por la implementación de una jurisdicción de apelación de las decisiones de los jueces consuetudinarios, que eran los Qadis. La administración del conjunto del archipiélago desde Mayotte le confirió a esta isla un estatuto privilegiado ante los ojos de sus habitantes: el de “hija mayor de Francia” en el canal de Mozambique.

La unión del archipiélago a la colonia de Madagascar, en 1912, no dañó para nada esta imagen, ya que Dzaoudzi siguió siendo la sede de las administraciones locales, antes de convertirse en la cabecera del Territorio de Ultramar (TOM, según su sigla en francés) de las Comores, instituido en 1946 (5). Sin embargo, el hecho de haber establecido, al lado del Administrador Superior del TOM, un Consejo General dotado de competencias más amplias que las de sus homólogos metropolitanos, fue considerado como un peligro por los mayotenses. En efecto, sus miembros eran elegidos en función del peso demográfico de cada isla: diez consejeros por la Gran Comora, cinco por Anjouan, tres por Mayotte y dos por Moheli. La fusión de esas cuatro circunscripciones en 1952 no cambió nada, ya que la simple existencia de una asamblea electa –convertida en Asamblea Territorial después de la ley marco Defferre de 1956– devolvía a los mayotenses su modesto peso poblacional y restituía el poder a las grandes familias nobles…

Efectivamente, la mala pasada vino de la Asamblea Territorial, que el 14 de mayo de 1958 aprobó una moción solicitando la transferencia de la cabecera de Dzaoudzi a Moroni (capital de Gran Comora). Esto causó consternación en Mayotte y hubo protestas dirigidas contra el Administrador Superior y contra el Ministro francés de Ultramar. La “hija mayor” se sintió traicionada y expoliada. Por otra parte, fuentes serias, tanto del lugar como provenientes de los funcionarios metropolitanos en funciones en las Comores en 1958, señalan que los electores de la isla habrían votado mayoritariamente, para protestar, en contra de la Constitución de la Vº República en el referéndum del 28 de septiembre de 1958. Pero los administradores del lugar habrían recibido la instrucción de llenar las urnas de votos con boletas por el “sí”…
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Particularismo y represalias
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Sin embargo, los mayotenses transformaron rápidamente su despecho en estrategia, buscando por todos los medios la ruptura con el resto del archipiélago para, con ese objetivo, obtener un anclaje seguro en el seno de la República francesa. Ante la perspectiva de un nuevo estatuto en el marco de la Constitución del 4 de octubre de 1958 (6) y por iniciativa de Georges Nahouda, los notables de Mayotte se reunieron en “congreso” (7) el 2 de noviembre de 1958. Perfectamente concientes de la inclinación de Moroni por el mantenimiento del estatuto TOM, solicitaron la transformación de su isla en Departamento de Ultramar (DOM, por su siglo en francés). Y, cuando la Asamblea Territorial decidió, efectivamente, el 11 de diciembre, el mantenimiento del archipiélago como TOM, los cuatro consejeros mayotenses fueron los únicos en pronunciarse por el estatuto de DOM… La Unión para la Defensa de los Intereses de Mayotte (UDIM), creada con ese fin, multiplicó sus misiones y peticiones ante la administración parisina.

Su ostensible particularismo dejó a Mayotte expuesta a las represalias de Moroni. La isla recibió sólo una parte reducida de los créditos para equipamiento, los funcionarios mayoteneses fueron sistemáticamente trasladados a otras islas, los burgueses de Anjouan (entre los cuales estaba Ahmed Abdallah, el presidente de las Comores) adquirieron de manera más o menos regular vastos dominios en Mayotte, utilizados también como lugar de escape de Anjouan, que estaba superpoblada. Finalmente, Moroni se esforzó en dividir a los notables mayotenses, pero sin permitir que ninguno de ellos ocupara un lugar en el Consejo de Gobierno del archipiélago, presidido por Said Mohamed Sheik.

La transferencia efectiva de los servicios administrativos de Dzaoudzi a Moroni en 1962 encendió la pólvora. Las mujeres de Mayotte, inquietas por la economía de la isla, hicieron manifestaciones en agosto de 1966, especialmente lanzando proyectiles sobre la residencia de Sheik, que huyó y nunca regresó. Así, en Mayotte se instaló una rebelión larvada contra las autoridades territoriales. En febrero de 1967, otra vez las mujeres, conducidas por Youssuf Sabili, atacaron la estación de radio después de la transmisión de un discurso de Sheik, quien respondió poniendo fin al mandato de los cuatro diputados mayotenses en la Asamblea Territorial.

La entrada a la palestra de Marcel Henry, un mestizo originario de la isla malgache de Santa María, marcó la radicalización y la estructuración del movimiento, que se transformó en una asociación, bajo el nombre de Movimiento Popular Mayotense (MPM). Con la perspectiva del reemplazo de los diputados destituidos de sus funciones, Henry elaboró una lista que fue elegida con el 95% de los votos. El MPM se instaló enseguida en una situación de casi monopolio político, con un encuadre riguroso del electorado durante las votaciones (un canasto, colocado no muy lejos de los lugares de votación, recibía las boletas no utilizadas…), presiones de todo tipo ejercidas sobre los partidarios de “estrechar la mano”, favorables a la unidad del archipiélago, y una galvanización de las mujeres por las dos pasionarias del movimiento, Zena N’Deré y Zaina Meres. Finalmente, se puso el acento sobre el aspecto “pro-francés” de la acción –especialmente mediante el eslogan “Queremos seguir siendo franceses para ser libres”– con el fin de garantizar el movimiento contra cualquier represión, ya que el mantenimiento del orden seguía siendo una competencia de la metrópoli.

La ruptura con Moroni se fue concretando año tras año: Mayotte se vio privada de los equipamientos públicos y, en sentido inverso, ignoró a los representantes locales de la administración territorial, impidiéndoles instalarse en la isla. Finalmente, por medios a veces enérgicos, trabó la acción de la minoría dispuesta a “estrechar la mano”…

La muerte de Sheik en 1970, y su reemplazo por el príncipe Said Ibrahim, más conciliador, abrió un período de distensión, marcado por la reanudación de las relaciones entre Mayotte y Moroni. Sin embargo, el MPM no se disolvió, en la medida en que la idea de independencia se abría camino en Moroni. La visita de Pierre Messmer, ministro de Estado a cargo de los DOM/TOM, en enero de 1972, cristalizó la situación. Messmer hizo una promesa que luego reveló tener importantes consecuencias: “Mayotte, francesa desde hace ciento treinta años, puede seguir siéndolo durante todo el tiempo que lo desee. La población será consultada con ese propósito y, en esa ocasión, se procederá a un referéndum isla por isla. Si ustedes no desean separarse de Francia, Francia tampoco desea separarse de ustedes (8)”. Por cierto, esta declaración suscitó el entusiasmo de Mayotte y una viva irritación en Moroni.
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Una ruptura previsible
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El 3 de octubre de 1974, el gobierno de Valery Giscard d’Estaing presentó un proyecto de ley que preveía “un escrutinio global de los votos en el conjunto del archipiélago”, solución conforme al derecho internacional, que no reconocía más que las fronteras de las entidades coloniales. Pero el Comité de Apoyo al Pueblo Mayotense, creado en París en esa época, y los parlamentarios partidarios de un “escrutinio isla por isla”, especialmente en el Senado, comenzaron a movilizarse. Bajo la influencia de Messmer y de Michel Debré, entonces diputado de La Reunión, la Asamblea Alta impuso mediante una enmienda la consulta “de las poblaciones” en lugar de “la población”, lo que suponía un escrutinio isla por isla. Los senadores contrarrestaron así la voluntad de Giscard d’Estaing, que había declarado el 24 de octubre: “Las Comores son indivisibles: siempre lo fueron (…). No tenemos derecho, en el momento de otorgar la independencia al archipiélago, a proponer que se ponga fin a la unidad que siempre caracterizó al archipiélago de las Comores”.

El 22 de diciembre de 1974, el 64% de los votantes de Mayotte rechazó la independencia (9) que, en cambio, logró más del 99% de los votos en el resto del archipiélago. Olivier Stirn, entonces secretario de Estado para los DOM/TOM, mantuvo sin embargo el rechazo gubernamental a cualquier secesión de Mayotte, y propuso una estructura federal para el futuro Estado… que fue rechazada por Ahmed Abdallah, el nuevo jefe del poder ejecutivo territorial.

El 6 de julio de 1975, la Cámara de diputados de Moroni, ganándole de mano a París, proclamó unilateralmente la independencia, por unanimidad, pero en ausencia de los diputados de Mayotte… quienes, a su vez, condenaron en un telegrama dirigido a París esa “decisión ilegal” y reiteraron el pedido de un estatuto de departamento para Mayotte. Así se consumó la ruptura entre Mayotte y el resto del archipiélago, después de diecisiete años de esfuerzos obstinados por parte de los notables de la isla, la mayoría de los cuales, por otra parte, no era mayotense…
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1 Jean Martin, “L’histoire de Mayotte avant 1841”, en Olivier Gohin y Pierre Maurice (dir.), Mayotte, Centro de Estudios administrativos y Centro de Estudios e Investigaciones sobre relaciones internacionales y geopolíticas del Océano Índico, Universidad de La Reunión, 1992.

2 Thierry Flobert, Les Comores. Evolution juridique et socio-politique, tesis de derecho público, publicación del Centro de Estudios e Investigaciones sobre las sociedades del Océano Índico, Universidad de Aix-Marsella III, 1975.

3 Jean-François Hory, “Relations entre le droit international et le droit interne dans l’affaire de Mayotte”, memoria para el diploma de Estudios Superiores en Ciencias Políticas, Universidad París I, 1982.

4 N. de la R.: Es la segunda ciudad de Mayotte.

5 N. de la R.: Se denomina Territorio de Ultramar (TOM) a una determinada forma de división administrativa que ejercía Francia sobre sus territorios ubicados fuera de Francia metropolitana. Por otra parte, los Departamentos de Ultramar (DOM), también regiones de ultramar, son colectividades territoriales integradas con el mismo título que los departamentos y regiones franceses.

6 El artículo 76 de la Constitución de la Vº República les daba a los Territorios de Ultramar la posibilidad de optar, durante un plazo de cuatro meses, mediante un voto de su Asamblea territorial, ya fuera por el mantenimiento de esa condición, o por la adopción de una situación menos descentralizada, de Departamento de Ultramar o, al contrario, por un estatuto muy autónomo, de Estado miembro de la “Comunidad”. Esta última opción hacía que salieran de la República sin por eso llevarlos hacia la independencia. Fue la solución que eligieron Madagascar y todos los territorios africanos que aceptaron la Constitución, salvo Djibuti y las Comores, que optaron por el mantenimiento del estatuto de Territorios de Ultramar.

7 Según la tradición, los notables y los viejos deliberan acerca de las grandes decisiones, especialmente en el nivel de los pueblos.

8 Probablemente fue a partir de esta época que el gobierno otorgó, sobre la base de fondos secretos, un apoyo financiero mensual a los líderes del MPM.

9 A pesar de las manipulaciones de la administración territorial, detectadas por la Comisión de Control de los Operativos Electorales.

Le Monde Diplomatique/13/06/2009

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